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Punto de Quiebre por minima

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Once

¿Cuándo fue la última vez que todos los jóvenes tuvieron una fiesta de esta magnitud? En la isla cuando alguien realizaba una fiesta o reunión y decidía que todo el mundo estaba invitado normalmente no era así debido a la división de la isla con respecto a territorios y pandillas.

Los hijos de los piratas no abandonaban su territorio que era el puerto pirata normalmente, y los hijos de la tribu de los Hunos tenían mucho menos contacto con las personas o asistían a fiestas por el mandato de sus padres que no debían mezclarse tanto por el riesgo de estropear su cultura ya de por si en decadencia debido a estar encerrados en la isla, pero como todo adolecente existía uno que otro rebelde, a veces uno que otro pirata o huno se enteraría de una fiesta e iría por simple curiosidad, o viceversa en los terrenos de los piratas y alguien del distrito comercial quería a ver como se divertían aquellos llamados piratas en tierra firme.

Las fiestas también cumplían con doble propósito, como todo en la isla que tenía más de un uso, una demostración de influencia y poder, no era lo mismo que alguien en el escalón más bajo de la cadena alimenticia dijera que haría una fiesta y reunión y solo asistirían algunos de sus conocidos a que alguien tan influyente como alguno de los hijos de los grandes villanos dijera que haría una fiesta y asistiera más de media población juvenil de la isla, algunos lo veían como oportunidad de poder acercarse a personas normalmente inaccesibles en un ambiente más relajado otros para recabar información y chismes para intercambiar por favores más adelante.

Pero esta fiesta distaba mucho de todas las anteriores, todo el mundo estaba invitado, algunos aún se quedaban entre sus grupos de confianzas, brujas en una esquina, hijos de ladrones en otra pero había más confianza para mezclarse entre la multitud ya que todo el mundo había trabajado codo con codo para esto, estar bajo un cielo verdadero, disfrutando de la verdadera brisa del mar fresca y salada, la realidad de una vida lejos de las cadenas de sus padres o sentencias por reyes o reinas que no tenían nada que ver con ellos en realidad.

Cuando la sidra picante comenzó a circular junto al famoso ponche de las brujas, una bebida de frutas fermentadas y podridas que tenía un color café pero olía realmente bien, dulce en realidad y se bebía caliente, la fiesta se animó un poco más de lo que ya estaba. Era probable que Mad Maddy, el líder de las brujas haya decidido poner algo más que simple fruta en el ponche pero nadie se quejó especialmente cuando CJ hiso lo mismo con algunas de las botellas de sidra picante.

La música tocaba fuerte, algunos bailaban en la cubierta o los bordes de esta en un temerario equilibrio sobre las barandillas, otros se sentían satisfechos solo sentados hablando entre ellos teorizando que expresiones habrían puesto sus padres al saber que sus hijos habían desaparecido, seguramente se habían sentido engañados y burlados, impresionados incluso al saber que fueron ellos los que triunfaron donde ellos fracasaron centenares de veces, y otros hablaban o pensaban en el futuro, tan maravilloso y en parte algo aterrador, ya que era lo más desconocido que jamás habían enfrentado antes, ya que eran sus padres quienes normalmente decidían sobre sus futuros, o si no eran ellos, los malditos gobernantes de Auradon decidiendo que se pudrirían en la isla hasta el final de los tiempos, pero ahora ellos decidirían, algunos aun no tenían todo claro y otros ya sabían qué hacer con toda esta libertad.

Jay por ejemplo ya sabía que era lo que quería.

¿Montañas de oro? ¿Diamantes del tamaño de su cabeza o más grandes? ¿Cubiertos de plata? ¿Riquezas dignas de un sultán?

Todos eran sueños de Jafar, que le metió a la cabeza como una necesidad primaria y para obtener su aprobación, y todo eso lo dejo atrás cuando le dio un puñetazo a plena cara y dejo la tienda, ahí se dio cuenta de lo que realmente indispensable para su vida, su verdadero tesoro.

El cual estaba en Evie, que intercambiaba pasiones contra el mareo por favores futuros o alguna baratija valiosa para ella para algunos chicos que aún no se acostumbraran al incesante del barco y querían disfrutar la fiesta como se debía; en Mal que realmente no hacía nada en ese momento más que estar presente y resaltar por ese simple hecho, sin deseos de bailar o socializar y solo bebiendo uno o dos tragos de su ponche pareciendo distraída pero él sabía mejor, siempre atenta, siempre vigilante, no importaba que ahora estaban en tregua, los viejos hábitos no se olvidan; en Carlos, sentado a su lado, tan poco sociable o más que Mal, después de todo lo que le paso, casi perderlo, en más de un sentido, el chicos nervioso se ha vuelto más tímido, retraído, ya no es el Carlos que conoció comerciando aparatos que había reparado el mismo para comprar las cosas que su madre le mandaba a conseguir, o el chico que mostro ser más valiente que lo que parecía ser al enfrentar sus miedos cuando Malefica envió a todos ellos a buscar su dichoso cetro de dragón, mismo que ahora mal portaba con más dignidad que la que alguna vez vio actuar a su original dueña, no, ese chico había cambiado y ya no era el que era, pero seguía siendo Carlos, su Carlos.

A sido un camino largo, no solo la planeación de su escape, reunir a las bandas que desde sus nacimientos han sido enemigas por cuenta propia o por mandato de sus padres, aún hay ciertos roces entre Mal, Uma e incluso Mad Maddy, las tres son líderes naturales, y las tres comparten un pasado. Lejos, muy lejos en el pasado incluso antes de que Jay conociera a Mal o Evie o Carlos, esas tres habían sido cercanas, pero las palabras de Malefica orillaron a la pequeña Mal a actuar como la villana en entrenamiento que era, humillándolas tan cruelmente como una niña que aun ni tiene edad de dos dígitos puede hacer, lo cual fue tan eficaz como para que ese odio que se ganó a pulso pusiera en riesgo esas alianzas.

Mal tuvo que hacer las cosas más difíciles que alguna vez tuvo que enfrentar, hacer al lado su orgullo y pedir a su manera perdón para que el plan funcionara para convencer a ese par, a Uma confiándole primero el secreto de su plan en sus inicios y más adelante la seguridad en parte de Carlos cuando este tenía que quedarse en el muelle pirata para modificar los barcos, le dio la oportunidad perfecta de delatarla, robarle el plan, y en más de una ocasión de que esta desenvainara su espada y arremetiera contra ella, a Uma le encanto tener el control de la situación más de una vez, sentirse superior, o más extraño, saber que Mal por fin la reconocía como un igual.

Con Mad Maddy, la chica es la más loca e impredecible de la isla, su apodo no solo era un juego de palabras después de todo sino que lo ganó a pulso como todo en la isla, por lo que fue más difícil incorporarla y convencerla a ser parte del plan. Decían que era descendiente directo de la famosísima Madame Mim, acérrima enemiga del también famosísimo Merlín, era su tátara, tátara, tátara nieta, o algo así, y como la mayoría de las mujeres en su familia tenían la fama de haber heredado el carácter de dicha bruja al igual que sus poderes, podía ser tan alegre, picara y elegante en un momento para al siguiente instante menos inesperado mostrarse furiosa, descarada o incluso tan triste como si se hubiera enterado que se moriría al día siguiente, por lo que la mayoría de las veces era difícil tratar con ella debido a lo difícil que era predecir su carácter, por lo que era mucho más difícil si tomaba en serio lo que estaba pasando o le estaban diciendo o le daba los ignoraba como si el viento hablara.

Mal realmente llego a pensar en dejarla fuera, pero como había predicho Carlos, todos los jóvenes en la isla eran necesarios para que él hubiera tenido éxito, por lo que al final Mal decidió por hacer la cosa más simple, arriesgada y cruda con ella. La oportunidad de una revancha, lo cual capto la atención de Mad Maddy y acepto las condiciones de una tregua y hacer que las brujas trabajaran junto a los demás adolecentes en los planes de escape sin rechistar y ni siquiera terminando de escuchar de que se trataba este dichoso plan Mad Maddy tomo unas filosas y enormes tijeras y cortara los cabellos de Mal en un horrible corte demasiado corto de atrás y mechones largos adelante, esa fue su venganza, Evie trato de arreglar lo mejor posible el corte después pero con tan poco con que trabajar en la parte de atrás lo mejor que pudo hacer era emparejarlo lo mejor posible.

Pudo haber sido peor, no la desfiguro o corto la cabeza o alguna oreja, aun así fue un duro golpe en el orgullo de Mal como cuando tuvo que cederle secretos o lo más cercano a la confianza a Uma de su plan en un principio, Mad Maddy de hecho había creado una trenza con los cabellos y los portaba con orgullo en su cinturón como un trofeo de guerra.

Fue sorprendente el cambio de luck de Mal para varios en la isla, después de todo a pesar que no era la joven más vanidosa de la isla, todo el mundo sabía que estaba orgullosa de su cabello único de color morado, y Mad Maddy también lo sabía a pesar que poca cosa le importaba cualquier cosa que no estuviera en su cabeza, pero tenía su lógica, después de todo era problemas de pelo lo que las había separado, Mad Maddy había tenido cabellos tan morados como Mal en un principio, pero Mal a no tan discreta sugerencia de su madre se había desecho de ellos con una botella de lejía había arruinado su cabello y Mad Maddy comenzó a utilizar un azul aqua como el color de sus ojos para su cabello.

Quizás el único lado positivo es que el cabello tan corto le dio un aspecto más maduro a Mal del que tenía antes y que este creció rápido hasta el día del escape, ya le llegaba a los hombros ahora, también fue beneficioso que las brujas se unieran sin mayores problemas al plan, Mad Maddy al menos había sido lo suficientemente discreta en no gritar a los cuatro vientos que ella había sido la responsable del nuevo corte de Mal y solo lo dijo a sus brujas de confianza. Malefica no estuvo muy complacida por el cambio de imagen de su hija, siempre tratando que fuera su reflejo de alguna manera pero cuando vio que más jóvenes obedecían las órdenes de su hija relaciono un poco el cambio de imagen con que se veía más intimidante y los jóvenes sabían reconocer eso en su hija.

A veces los adultos eran tan ingenuos con las cosas que pasaban bajo sus narices. Creyendo que tenían todo aún bajo su control cuando todo se derrumbaba bajo ellos poco a poco hasta que era demasiado tarde.

Esas habían sido algunos de los principales obstáculos, pero no todos.

Regresemos a lo que realmente le importaba a Jay, sus amigos. Carlos había cambiado mucho después de tener que asesinar a Cruella y casi morir en el intento, el chico aún tenía pesadillas, todos aun las tenían. Y en realidad Carlos no había sido el único que cambio después de ese incidente, aun así el más notable era Carlos.

Todo el plan y el éxito de este eran innegables gracias a la mente brillante del joven De Vill, ideas que solo tuvieron éxito solo al arriesgarlo todo y con bordes de locura, locura que por momentos pareció absorber a Carlos en los primeros meses después de lo ocurrido con lo de Cruella.

No era el tipo de locura de Mad Maddy, ni nada como la furia irascible e irracional de Cruella, era más aterradora en opinión de Jay, una calma que atrapaba a Carlos en un lugar que parecía tan inaccesible, dentro de su propia mente con miles de ideas y sus peores miedos, en un principio Jay admite que tuvo miedo de que Carlos terminara tan atrapado dentro de esa calma que ni él pudiera sacarlo de esta, oírlo llorar después de una pesadilla o que estuviera temblando cuando tuviera miedo era mejor ya que eran muestra de que estuviera vivo.

Vivo, eso es lo que importa, es lo que va a proteger a toda costa, incluso en la isla lo más valioso era la vida, principalmente la propia, pero ahora el ladrón sabe que puede atesorar otras vidas, como la de Evie, Mal y Carlos.

Eso valía más que todo el oro del que le hubiera encantado a su padre poseer.

Algo que valía la pena por lo cual vivir.

-Has estado muy tranquilo- dijo Carlos sacándolo de sus pensamientos.

-No es así, fui por más ponche hace rato-

-Es una fiesta-

-Si-

-A ti te encantan las fiestas-

-Especialmente cuando hay comida y bebida gratis-

-No tienes que quedarte todo el tiempo a mi lado Jay, ve y diviértete-

-¿Y quién dice que no me estoy divirtiendo ahora?-

-Sé que… sé que he estado mal desde lo de Cruella- Carlos había dejado de llamarle madre desde hace mucho tiempo, pero llamarla por su nombre no ayudaba mucho tampoco “pero ahora estoy mejor, Jay, puedes ir a divertirte-

No era la primera vez que tenían este tipo de plática, y muy probablemente no sería la última. Carlos se sentía mal a veces por sus “episodios”, como solían llamar a esos lapsos en que se perdía dentro de su mente, no por estos en si sino por la preocupación que conllevaba esto a los demás, siempre fue el más débil, pero ahora realmente a veces se sentía como una carga para sus amigos aun si estos negaban fervientemente este hecho.

Ahora estaba mucho mejor a comparación a los primeros meses después del “incidente”, no había tenido “episodios” en semanas o pesadillas, tal vez eso ultimo por no haber dormido tanto debido a la preparación a los últimos detalles del escape, pero contaba como no pesadillas.

No quería seguir siendo una carga para sus amigos, no para Jay que había estado todo ese tiempo al pendiente de él, incluso ahora, en una fiesta festejando la victoria, a su lado sentado, cuando pudiera estar festejando con los demás, bailando, comiendo e incluso coqueteando con las chicas, cosa que normalmente hacía.

-Me estoy divirtiendo justo ahora Carlos, ¿o tú quieres ir a bailar?-

-No-

-Entonces está bien, bebamos y comamos hasta reventar, este ponche de brujas sí que es bueno-

-Pero tú-

-Estoy donde quiero estar, debes saber que siempre hago lo que yo quiera Carlos, ya en este punto, y quiero estar a tu lado- al decir esto Jay miro fijamente a los ojos café de Carlos.

No era tampoco la primera vez que estas pequeñas discusiones terminaban asi, y Carlos siempre terminaba callando y con un calor agradable en el pecho.

Se quedaron mirando fijos por buen momento, tanto para que otras personas lo notaran.

-¿Cuánto crees que tarden ya?- pregunto Evie al lado de Mal, había llegado junto a su amiga para decirles como habían ido los tratos con su pócima para el mareo cuando vieron a ese par.

-Espero que pronto, ya no aguanto todo ese ambiente tan arggg- Mal hiso una mueca negándose a decir algo tan “auradiano”.

-¿Romántico?- Evie no tenía ese mismo problema “yo también espero que sea pronto, aunque debo decirle a Jay que si se atreve a dañar el corazón de Carlos, lo utilizare como conejillo de indias para mis pociones más peligrosas-

-Carlos lo tiene en la palma de su mano y no lo sabe, creo que Jay no se atrevería hacerle daño jamás-

-Sí. Es un buen comienzo para nuestros felices por siempre-

-Eso sonó muy auradiano-

-Entonces quizás ¿comienzo de nuestra más grande aventura de nuestras vidas?-

-¿Estas intentando ser escritora ahora?-

-Yo creo que suena mejor-

-Eso sí, suena más “malévolo”-

-Yo diría épico, pero eso también suena genial-

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