¿Por qué acepte ir con ella sin preguntar antes "a dónde me llevaría"?
Claramente esto no es mi casa y dudo mucho que sea la suya.
Ella porta una sonrisa enorme y yo tengo cara de susto.
Realmente "el ambiente" no me da "buena espina".
Estamos en un terreno baldío.
¿Por qué rayos nos encontramos aquí?
El cielo comienza a tornarse oscuro, son las 7 de la noche, ya debería estar en casa.
Se supone que salí del cine a las 6:30pm y mi hogar no queda muy lejos de él.
Es inevitable para mí no sentir miedo por la situación.
Gisella detiene la moto minutos luego de haber entrado aquí.
Observo la improvisada "pista" y también alrededor... empiezo a tener una idea de lo que está pasando.
-Ruda G, pensamos que no vendrías.- Comenta un hombre corpulento.
-Sabes que nunca me pierdo una carrera.- Responde arrogante. -Además, quiero patearles el trasero de nuevo a todos ustedes.- Sonríe soberbia.
Todos ríen sin excepción, supongo que lo dicho por Gisella ha sido una buena broma.
-¡Presenta a tu acompañante ruda G!- Exclama un sujeto alto.
Todas las miradas se dirigen hacia nosotras, sólo hace falta un reflector que nos ilumine directamente para resaltar nuestra presencia.
-No se les ocurra siquiera tocarla, porque se las verán conmigo, ella es mi novia.- Declaró con seriedad.
¿Qué acaba de decir..?
-Espera, yo no...-
No pude terminar la frase porque Gisella me tomó de la cintura acercándome a ella y unió nuestros labios, me besó de forma posesiva dejándome sin aliento.
Luego de algunos segundos se separó de mí con una coqueta sonrisa.
-Ok, llegó la hora.- Anunció soltando su agarre y colocándose el casco.
-¡A la línea de salida!- Exclamó un sujeto rudo.
Los motociclistas se alinearon y pronto comenzó la carrera.
Manejaban con rapidez, parecía que no tenían cuidado alguno; tuve miedo por Gisella, creí que en cualquier momento saldría volando, sin embargo me sorprendió cuando ganó dejando a sus contrincantes bastante lejos de ella.
-Wow.. simplemente, wow.- Fue lo primero que dije en cuanto se acercó a mí.
-Gracias.- Sonrió feliz.
Su sonrisa era absolutamente hermosa y genuina, quede embelesada.
Nos miramos a los ojos por varios segundos sin decir nada, las personas alrededor "desaparecieron", sólo éramos nosotras dos.
-¡Ahí viene la policía! ¡Vámonos!- Se escuchó un grito y seguido de eso el rechinar ensordecedor de las llantas.
Mi expresión era de total pánico.
-Tranquila, saldremos de esto.- Dijo convencida de sus palabras, se montó en su moto y yo copie su acción.
Pisó el acelerador y en cuestión de minutos nos encontrábamos lejos de aquel lugar.
-¿Estás bien?- Pregunta preocupada.
-Sí...- Apenas articulé sin moverme.
-¿De verdad?- Insiste.
-Sí.- Repito mientras suelto el fuerte agarre que tenía alrededor de su cintura, posteriormente me bajo de la motocicleta.
-Nos vemos mañana.- Se despide con una sonrisa.
Sólo asiento, ella instantes después se pierde entre las calles.
Ingreso a mi casa y lo único que hago es dejarme caer en mi cama.
Estoy agotada.
Hoy fue un día realmente extraño y sobre todo cansado.