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Conviviendo con Santiago por Nazapi

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Ángel había estado buscando en internet posibilidades de departamentos para arrendar, incluso vio varios avisos en el diario. Era una búsqueda ardua y cansadora pero necesaria, debía asegurarse de encontrar un buen lugar para vivir junto a Santiago. Debía ser un lugar que quedara cerca de sus universidades, que permitiese mascotas, que no fuera muy estrecho, que quedara cerca de la parada de autobús o la estación de metro y un montón de requisitos más varios de los cuales no podrían ser cumplidos, pero se conformaban con que tuviera acceso al transporte público y pudieran tener una mascota. Santiago le había dicho que extrañaría a Rogers su gran danés así que le gustaría adoptar a un animal más pequeño al que pudieran tener en su nuevo hogar.

Tenían suficiente dinero para permitirse un apartamento mediano y además no necesitaban mucho, solo un lugar donde vivir en paz y poder estar juntos.

Su corazón se estremece de emoción y un poco de temor al pensar que podrá convivir con el hombre que es el causante de sus suspiros y necesidad de afecto. No sabe si podrán llevarse tan bien al vivir juntos ya que cada uno tiene sus propias manías que tal vez hagan que choquen entre sí. Aún así con estas dudas confía en que podrán solucionar sus diferencias de la mejor forma posible.

De pronto alguien toca la puerta y Ángel se apresura a abrir teniendo una clara idea de quien podría ser.

—Hola Ángel mío, ¿Cómo estas? —Lo abraza fuertemente

—Ya Santiago estoy bien, me viste ayer así que no deberías apretarme tanto

—Sabes que te gusta estar entre mis brazos.

—No me gusta…tanto

—Pequeño mentiroso, sabes que adoras que te abrace, ya que me llamaste para ver los resultados de tu búsqueda vamos a verlos ahora

Ángel entonces lo llevo a su escritorio y le mostro una libreta en donde tenía escritas varias páginas con la información de los departamentos que reunían algunos de los requisitos para convertirse en su nuevo hogar.

Reúnes muy bien información y eres muy ordenado además de que tienes muy bonita letra. Sin duda te mereces un premio—Se acerco a la boca de Ángel y lo beso profundamente, después de eso se lamio los labios— ¿te ha gustado?

Ángel quedo medio embobado por el beso así que demoro en responder un tímido sí y con toda la cara sonrojada.

Revisaron las opciones y reunieron unas pocas que irían a ver al día siguiente. Pasaron el resto de aquella tarde entre conversaciones, mimos y pequeñas replicas de Ángel

En la mañana se reunieron en la estación de metro para tomar un tren que los llevaría cerca del primer apartamento que visitarían ese día.

Santiago iba con una polera roja con un estampado de tigre y pantalones negros mientras que Ángel iba con una polera verde y pantalones azules.

—Hola, ¿estas listo para hacer muchos viajes hoy? —pregunto Ángel

—Ya me mentalicé—dijo Santiago con pesar ya que no le gustaba usar el transporte público, estaba acostumbrado a que lo llevaran en auto cuando las distancias eran largas, pero por su ahora novio había cambiado sus costumbres.

—Me alegra escucharlo—le dio palmaditas en la espalda

Pagaron sus pasajes y dieron vuelta el torniquete, bajaron las escaleras hacia el anden y se pusieron a esperar el metro

Santiago saco su mp3, le coloco los audífonos, se puso uno en el oído izquierdo y le paso el otro a su novio. Apretó el botón de encendido, la pantalla se ilumino y después de eso él empezó a buscar una canción en particular.

—Mira descubrí esta banda hace un par de días, su nombre es Poets of the Fall y no dejo de escuchar esta canción —presiono play

—Tiene muy buen ritmo y la letra me gusta ¿Cómo se llama?

—Lift y es demasiado buena al igual que el resto de las canciones de la banda.

El metro llego, se subieron y por suerte había dos asientos disponibles así que se sentaron.

Siguieron escuchando música sentados hasta que entraron al vagón una mujer embarazada y su hija. Ellos rápidamente se pararon y les ofrecieron los asientos, ellas les agradecieron.

Después de unas cuantas estaciones se bajaron. Santiago guardo el mp3 y caminaron hasta la salida.

—¿y ahora hacia donde hay que ir Ángel?

Según Google maps hay que caminar dos cuadras hacia el norte y después doblar hacia la derecha, después caminar por tres cuadras mas y llegamos.

Así lo hicieron y llegaron a un edificio antiguo color café, el lugar se veía un poco descuidado, pero esperaban que el departamento estuviera en mejores condiciones.

Se acercaron a la portería y tuvieron que esperar a que el portero decidiera prestarles atención ya que lo llamaron como cinco veces y él seguía escuchando música.

Los miro con molestia y de malas maneras les pregunto que querían. Ellos les respondieron que vinieron a hablar con Javier Cáceres sobre el arriendo de su departamento. …l portero lo llamo para preguntarle y este le confirmo que los estaba esperando. El hombre los dejo pasar y le dieron las gracias por mera educación.

La iluminación del lugar también estaba en mal estado, todo esto ya estaba mermando su deseo de arrendar en este lugar. Se subieron al ascensor y presionaron el botón que tenía el número tres grabado.

Bajaron y se desplazaron por el pasillo hasta la puerta que tenia el número que decía la dirección.

Ángel solo se había contactado por teléfono con aquel hombre así que no sabía con que se podría topar.

Un señor de unos cuarenta años de cabello negro, vestido descuidadamente con un buzo gris, una polera blanca y zapatillas.

Los recibió con una sonrisa y un apretón de manos, los invito a pasar y sentarse en unos sillones que no se veían muy limpios.

El lugar era completamente diferente de la descripción que estaba en la página web en donde estaba puesto.

El señor les empezó a contar toda su vida, que su esposa lo había dejado y era un departamento demasiado grande para una persona y costaba mantenerlo por lo que ahora se iba a casa de sus padres hasta que encontrara uno más pequeño para él.

No era mucho lo que cobraba por arrendarles el lugar, pero estaba muy mal cuidado y tendrían que hacerle muchas reparaciones así que por esta vez tendrían que pasar.

Dieron las gracias al hombre y se fueron a ver sus siguientes opciones.

Estuvieron todo el día viendo los departamentos y cuando llegaron al último solo esperaban tener mejor suerte con este. Les abrió la puerta una elegante señora que ya pasaba de los setenta años, su cabello ya estaba gris y su cara ya mostraba arrugas, pero su mirada revelaba a una mujer astuta y de alma joven.

Con una sonrisa los invito a sentarse para conversar sobre los términos para arrendarles el lugar. Ellos con gusto la siguieron y aceptaron los vasos con jugo que les ofreció, se sentaron y la escucharon atentamente.

—Primero me presento, soy Antonella Marques ¿y ustedes?

—Yo soy Ángel Rivera y él es Santiago Santo domingo.

—Mucho gusto, estoy arrendando este departamento porque lastimosamente mi marido falleció y es demasiado espacio para mi sola así que mi hija me propuso mudarme con ella y su familia.

—Lo siento mucho, señora Marques—dijo Ángel

—Tranquilo joven no estoy triste, mi Ricardo no quería que sufriera por su partida

—Me alegro por eso.

—Ahora hablemos de lo que los trajo aquí

La señora Marques resulto ser una persona muy amable para explicar y les respondía todas las dudas tranquilamente.

El lugar se los iba a arrendar completamente amoblado tenía una habitación, comedor, cocina, sala de estar, un balcón y en el edificio se permitían mascotas además quedaba cerca el transporte público, Era el lugar perfecto y podían costearlo.

—¿Quedaron claros los términos del contrato de arriendo?

—Si Señora Marques, creo que si arrendaremos el lugar ¿Qué día podríamos mudarnos?

—En un par de días, ahí coordinamos y disculpa si te incomodo con la pregunta, no es que me este entrometiendo en su vida, pero ¿qué relación tienen ustedes dos?

—No intentare ocultarlo somos pareja ¿tiene algún problema con eso? —Respondió con todo el valor que pudo reunir Ángel y Santiago se sintió profundamente conmovido y orgulloso

—No se preocupen no tengo prejuicios con las relaciones entre dos personas del mismo sexo, solo que tu novio te mira con la típica mirada de cachorro enamorado, es demasiado obvio—soltó una pequeña risa

Santiago se avergonzó un poco de haber sido tan obvio, pero no podía evitar mirar de esa manera a su Ángel.

—Me ama demasiado que no puede despegar su mirada de mi—dijo con cierta burla y orgullo

—Se nota mucho, será muy grato tenerlos como arrendatarios, me han agradado bastante y espero poder ser más cercanos.

Espero lo mismo, usted por lo que pude ver es una mujer muy agradable y refinada.

Sin mas se despidieron de la señora Marques y tomaron el metro para volver a casa.

Estaban muy satisfechos y llenos de alegría, de esa manera Santiago llevo a Ángel al internado.

Pasaron tres días y ya estaban listos para mudarse. Ángel con la ayuda de Adrián había empacado sus pertenencias: ropa, lápices, libretas, libros, zapatos, artículos de aseo, su notebook y otras cosas de su propiedad. Lo puso todo en una gran maleta y suspiro al ver su trabajo terminado, le dio las gracias a su amigo y se despidió de él.

Camino con su maleta hasta la entrada donde lo esperaba Santiago, lo recibió con un beso y se pusieron a caminar hacia la estación.

Comentaron sus planes para mantenerse y Santiago dijo que su madre los ayudaría con la renta. Ambos planeaban trabajar para cubrir sus gastos y tendrían que acomodar los horarios con los de la universidad.

Llegaron al departamento y allí los estaba esperando su arrendadora. Se saludaron y ella les ayudo a desempacar.

Acomodaron las cosas en la habitación que tenía una cama matrimonial.

Dejaron sus artículos de aseo en el baño y se sentaron a descansar en el sillón.

La señora Marques tenia otro compromiso así que se despidió de ellos.

Después de un rato tocaron la puerta, abrieron y ante ellos estaba una familia de tres integrantes.

—¡Hola nuevos vecinos! Somos la familia Morales mucho gusto, aquí les traemos un pequeño presente—dijo entregándoles una planta la madre

—Muchas gracias, yo soy Santiago y él es Ángel.

—Yo soy Ana, él es mi esposo Manuel y este es mi querido hijo miguel que tiene tan solo cuatro años. —Dijo ella con una sonrisa—doña Antonella ya nos habló de ustedes espero que nos llevemos bien

—Estoy seguro de que así será. Si quieren pueden pasar.

—Querido yo creo que para otra tendrá que ser ya que ahora tenemos que salir. —se disculpo

Está bien, me gustaría poder conversar más con ustedes.

Ellos se fueron y los novios pudieron descansar por fin. Santiago se puso a revisar los mensajes de su celular y uno de ellos lo puso en alerta.

Su madre le comunicaba que su padre había llegado antes de su viaje de negocios y exigía hablar inmediatamente con él ya que a ella por error se le había salido que Santi quería estudiar teatro.

Santiago le contesto que estaría allá en un rato mas que descuide las cosas quedarían claras.

Le aviso a Ángel que iría a hablar con su padre y le dio un abrazo para armarse de valor. Entonces salió a la calle, tomo el metro y luego camino hasta su casa.

Llego a la entrada, abrió la puerta de la reja y Rogers su gran danés vino a saludarlo, acaricio su cabeza y después abrió la puerta de su casa.

Su padre lo estaba esperando en el sillón con expresión severa y la mirada con un brillo peligroso.  

¿Y bien Santiago? Cuéntame como es que un Santo Domingo quiere convertirse en un actor de mierda dejando ir un futuro brillante como empresario.

—En primer lugar, no hables tan despectivamente de una profesión que ni siquiera conoces bien y segundo yo puedo decidir que hacer con mi vida.

—No permitiré que andes deshonrando mi apellido

—Según tú hacer algo que hará felices a los demás es algo deshonroso, debo decir que tienes

un criterio algo retorcido para decidir que es digno y que no

Se miraron retadoramente y el mayor de ambos contrataco mordazmente.

—¿Quién sabrá mas de dignidad que yo? Soy uno de los empresarios más ricos del país y todos me respetan, en cambio tú prefieres ser un miserable actor que seguramente terminara en obras de poca monta.

 —¿crees que me hacen sentir mal tus palabras? La verdad es que de hace mucho que no me interesa lo que tú digas y aquí te va otra sorpresa para que me desprecies más: soy gay.

Se vio como su padre apretó las manos y se ponía rojo, lanzo furioso el grito.

—¡Como es posible que tú seas un jodido maricón! ¿Qué es lo que hice mal?

—Soy como soy y no me importa que tú te avergüences de mí. Si quieres no me reconozcas más como tu hijo.

—Claro que lo hare. Desde hoy no eres mas bienvenido en esta casa y no quiero ver tu cara de nuevo

 La madre de Santiago lo miro con pena y este le hizo un gesto para tranquilizarla, se despidieron con la mirada. El joven salió por la puerta, se despidió de Rogers y se fue.

Volvió un poco triste al departamento, de alguna manera espero que las cosas fueran de forma diferente. Ángel lo vio desanimado y lo abrazo sin decir palabra, lo invito a ver una película que era una de las favoritas de ambos y estuvieron muy juntos durante lo que duraba esta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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