-Eun Ji Won.
Nada.
-Eun Ji Won -volvió a picar la mejilla del mayor para que despertara.
El otro solo soltó una manotada para alejar la molestia en su cara.
-¡Eun Ji Won! -Sung Hoon lo picó más veces, mientras hacía un puchero.
-¡Qué quieres! -sostuvo su mano mientras abría los ojos lentamente. Hizo un ruido, molesto por ser despertado de manera tan desconsiderada.
-Hoy es el día -canturreo el menor mientras sonreía. Se soltó del agarre, levantándose-. ¡Vamos! No podemos llegar tarde a la función~
Ji Won miró el reloj, volviendo a quejarse al ver la hora.
-Vale, vale -asintió levantándose.
Hace unos días habían acordado ir juntos a una obra de teatro que venía de forma especial a Seúl. Solo estaría unos días y todos decían que era de las mejores funciones del mundo. Luego de reservar las entradas, Sung Hoon estaba impaciente porque llegara el día.
-El desayuno está servido -cuando Ji Won llegó al comedor ya vestido, le pasó los palillos mientras lo hacía tomar asiento.
-¿Tú ya comiste?
-Sí -canturreo de nuevo. Apoyo su rostro en sus manos, observando al mayor comer.
-Come rápido.
-¡No me apresures!
-Si te hubieras levantado cuando te dije, tendrías más tiempo para comer -a pesar de estarlo reprendiendo, su tono juguetón e infantil no dejaba la frase.
¿Qué habría hecho en sus vidas pasadas para merecer ese ángel? Sabía que no era una persona fácil de tolerar, pero Sung Hoon lo hacía de maravilla. Sabía que sin ese hombre a su lado, sería aún más insoportable.
Luego de terminar de alistarse, salieron juntos rumbo al teatro. No había necesidad de usar el auto pues su destino era cercano. Sung Hoon irradiaba un aura maravillosa, su emoción era notoria y hasta contagiosa. Era como si el sol resplandeciente le estuviera dando toda su energía para ser hiperactivo.
-Ten cuidado -le dijo en cuánto se adelantó. El menor asintió, todavía sonriendo.
Eso era lo último que recordaba antes de que un auto pasara a toda velocidad por la carretera. Ji Won reaccionó de inmediato, alcanzando a tomar el brazo de su pareja, jalandolo de nuevo a la acera. Su corazón no estaba latiendo, sentía poco oxígeno en los pulmones. Entre sus brazos estaba Sung Hoon a quien apretaba con fuerza.
-¿Estás bien? -pasó sus manos por su cabello y su rostro, mirándolo a los ojos.
-Sí... sólo me asusté.
El agarre no aflojaba, haciéndose más intenso. Intentó por cualquier cosa del mundo el calmarse.
-Ji... Ji Wonnie, estoy bien.
-Lo sé.
-Entonces...
-Sólo un momento más... por poco y te pierdo -susurró antes de llenar de besos su rostro, luego se levantó e hizo que continuara el camino al teatro mientras seguía abrazándolo.
Fue el peor susto de su vida
(Repetición)
-Eun Ji Won.
Nada.
-Eun Ji Won -volvió a picar la mejilla del mayor para que despertara.
El otro solo soltó una manotada para alejar la molestia en su cara.
-¡Eun Ji Won! -Sung Hoon lo picó más veces, mientras hacía un puchero.
-¡Qué quieres! -sostuvo su mano mientras abría los ojos lentamente. Hizo un ruido, molesto por ser despertado de manera tan desconsiderada.
-Hoy es el día -canturreo el menor mientras sonreía. Se soltó del agarre, levantándose-. ¡Vamos! No podemos llegar tarde a la función~
Ji Won miró el reloj, volviendo a quejarse al ver la hora.
-Vale, vale -asintió levantándose.
Hace unos días habían acordado ir juntos a una obra de teatro que venía de forma especial a Seúl. Solo estaría unos días y todos decían que era de las mejores funciones del mundo. Luego de reservar las entradas, Sung Hoon estaba impaciente porque llegara el día.
-El desayuno está servido -cuando Ji Won llegó al comedor ya vestido, le pasó los palillos mientras lo hacía tomar asiento.
-¿Tú ya comiste?
-Sí -canturreo de nuevo. Apoyo su rostro en sus manos, observando al mayor comer.
-Come rápido.
-¡No me apresures!
-Si te hubieras levantado cuando te dije, tendrías más tiempo para comer -a pesar de estarlo reprendiendo, su tono juguetón e infantil no dejaba la frase.
¿Qué habría hecho en sus vidas pasadas para merecer ese ángel? Sabía que no era una persona fácil de tolerar, pero Sung Hoon lo hacía de maravilla. Sabía que sin ese hombre a su lado, sería aún más insoportable.
Luego de terminar de alistarse, salieron juntos rumbo al teatro. No había necesidad de usar el auto pues su destino era cercano. Sung Hoon irradiaba un aura maravillosa, su emoción era notoria y hasta contagiosa. Era como si el sol resplandeciente le estuviera dando toda su energía para ser hiperactivo.
-Ten cuidado -le dijo en cuánto se adelantó. El menor asintió, todavía sonriendo.
Eso era lo último que recordaba antes de que un auto pasara a toda velocidad por la carretera. Ji Won reaccionó de inmediato, alcanzando a tomar el brazo de su pareja, jalandolo de nuevo a la acera. Su corazón no estaba latiendo, sentía poco oxígeno en los pulmones. Entre sus brazos estaba Sung Hoon a quien apretaba con fuerza.
-¿Estás bien? -pasó sus manos por su cabello y su rostro, mirándolo a los ojos.
-Sí... sólo me asusté.
El agarre no aflojaba, haciéndose más intenso. Intentó por cualquier cosa del mundo el calmarse.
-Ji... Ji Wonnie, estoy bien.
-Lo sé.
-Entonces...
-Sólo un momento más... por poco y te pierdo -susurró antes de llenar de besos su rostro, luego se levantó e hizo que continuara el camino al teatro mientras seguía abrazándolo.
Fue el peor susto de su vida