Jung Soo no podía dejar de llorar. Sus ojos enrrojecidos ardían, su rostro mojado por las lágrimas se veía demacrado. Ni siquiera podía sostenerse en pie. Tuvo que llegar a casa e inmediatamente, echarse a la cama. Sus piernas no respondían. Con fuerza, apretujaba la zona donde estaba su corazón, el cual dolía con intensidad.
Jamás pensó llegar a un momento como ese. ¿Qué había hecho mal? ¿en serio todo había terminado? Todo su cuerpo temblaba. Estaba tan mal, tan roto.
Su teléfono sonó. Ni siquiera podía alargar su brazo para poder contestar. No quería estar acompañado. Escuchar un "todo estará bien" no serviría de nada. Escuchó por bajo su llanto, el código de seguridad que era desactivado, la puerta abierta y los pasos dirigiendose rápidamente hacía donde se encontraba. Sobre el rabillo del ojo, vio a Hee Chul acercarse lentamente, sentandose a un lado de la cama, cerca a él. Puso su mano sobre su espalda, dándole algo de soporte. Se quedó callado, intentando no llorar.
-Sé que no es un momento fácil para ti -comenzó Hee Chul-, pero te lo dije. En algún momento él te haría esto. Estoy realmente enojado, ¿sabes? Después de tres años de matrimonio, lo encuentras siendo infiel y pidiendote el divorcio -chasqueo la lengua, realmente molesto.
>>Sólo no lo tolero. Quiero ir y matarlo con mis propias manos.
Jung Soo, como si se tratara de un resorte, se levantó, tomando las manos de su amigo. Aún entre las lágrimas que bajaban por sus mejillas, negó con la cabeza.
-Yo lo amo, Chul -su voz se cortó, apretando más el agarre.
-No... No, Jung Soo, no te hagas esto.
-Él... vino a verme. Dijo que todo era un malentendido. Iría a hablar con sus padres para aclarar las cosas. Resolvería todo.
-Escúchame: eso no es real. Young Woon sólo se fue -lo cortó, severo.
-Yo confío en él. Lo amo, Hee Chul. Sé que volverá a mí.
-¡No seas terco! Qué te hace estar tan apegado a él, ¿eh? Dime. Es un desgraciado.
Jung Soo negó con su cabeza. Su cuerpo se fue hacía adelante, cayendo sobre el de su amigo, quien le dio un fuerte soporte en su hombro.
-Yo lo amo -y volvió a llorar.
(Repetición)
Jung Soo no podía dejar de llorar. Sus ojos enrrojecidos ardían, su rostro mojado por las lágrimas se veía demacrado. Ni siquiera podía sostenerse en pie. Tuvo que llegar a casa e inmediatamente, echarse a la cama. Sus piernas no respondían. Con fuerza, apretujaba la zona donde estaba su corazón, el cual dolía con intensidad.
Jamás pensó llegar a un momento como ese. ¿Qué había hecho mal? ¿en serio todo había terminado? Todo su cuerpo temblaba. Estaba tan mal, tan roto.
Su teléfono sonó. Ni siquiera podía alargar su brazo para poder contestar. No quería estar acompañado. Escuchar un "todo estará bien" no serviría de nada. Escuchó por bajo su llanto, el código de seguridad que era desactivado, la puerta abierta y los pasos dirigiendose rápidamente hacía donde se encontraba. Sobre el rabillo del ojo, vio a Hee Chul acercarse lentamente, sentandose a un lado de la cama, cerca a él. Puso su mano sobre su espalda, dándole algo de soporte. Se quedó callado, intentando no llorar.
-Sé que no es un momento fácil para ti -comenzó Hee Chul-, pero te lo dije. En algún momento él te haría esto. Estoy realmente enojado, ¿sabes? Después de tres años de matrimonio, lo encuentras siendo infiel y pidiendote el divorcio -chasqueo la lengua, realmente molesto.
>>Sólo no lo tolero. Quiero ir y matarlo con mis propias manos.
Jung Soo, como si se tratara de un resorte, se levantó, tomando las manos de su amigo. Aún entre las lágrimas que bajaban por sus mejillas, negó con la cabeza.
-Yo lo amo, Chul -su voz se cortó, apretando más el agarre.
-No... No, Jung Soo, no te hagas esto.
-Él... vino a verme. Dijo que todo era un malentendido. Iría a hablar con sus padres para aclarar las cosas. Resolvería todo.
-Escúchame: eso no es real. Young Woon sólo se fue -lo cortó, severo.
-Yo confío en él. Lo amo, Hee Chul. Sé que volverá a mí.
-¡No seas terco! Qué te hace estar tan apegado a él, ¿eh? Dime. Es un desgraciado.
Jung Soo negó con su cabeza. Su cuerpo se fue hacía adelante, cayendo sobre el de su amigo, quien le dio un fuerte soporte en su hombro.
-Yo lo amo -y volvió a llorar.