Him Chan tenía las manos sudorosas y una sonrisa de tonto que no se le borraba de la cara. Miro de nuevo la hora en la pantalla de su celular, no faltaba mucho para la hora acordada. Se levantó, moviendo sus brazos para que Jong Up lo viera mientras entraba. Lo saludó, ofreciéndole asiento.
-Qué gusto poder reunirnos, Uppie -le sonrió.
-Sí, tienes razón.
Indicó al camarero que los atendiera después. Quería iniciar la velada con un broche de oro.
-Gracias por haber respondido a mi mensaje para encontrarnos.
-No hay de qué -se encogió de hombros.
-Podemos hablar, simplemente. Sé que no hace mucho fue la última vez que nos vimos... pero hoy debo decirte algo importante -de su bolsillo sacó una caja gris envuelta en un moño verde menta. -Ábrelo -se lo tendió.
La expresión de Jong Up se contorsiono mientras tomaba la cajita con sus manos temblorosas. La abrió para descubrir un anillo dorado.
-Sé que me iba demorando en esta propuesta, lo siento -rio-. Pero estoy aprovechando la oportunidad para hacerlo ahora -sacó el anillo de su lugar, tomando la mano de su prometido. Acomodó su dedo para pasar la argolla, sin embargo, Jong Up se rehusó.
-Perdona, Him Chan. No podré continuar con esto. Dejémolo aquí -sin esperar que el otro respondiera, se levantó y se fue.
El mayor de los dos quedó algo anonadado. No podía creer que había sido rechazado, más que todo, por el amor de su vida. Hasta hace unas horas estaba seguro de que le hubiera dicho que sí sin pensarlo. Se levantó para seguirlo. Vio como se alejaba, su espalda derecha no daba signos de remordimiento o pena.
-Uppie -corrió hasta alcanzarlo. Al girarlo hacía él, se percató de sus ojos hinchados que había estado derramando lágrimas desde que salio del restaurante. Lo tomo con fuerza, abrazándolo.
-Te conozco... sabia que algo por el estilo estaría pasando si todo lo que me dijiste fuera mentira. Sé que quieres ser mi esposo tanto como yo te quiero a ti. No sé qué te hizo tomar la decisión, pero ahora... espero lo reconsideres.
Jong Up levantó la vista para ver al mayor. Lo rodeo con sus brazos, buscando en su bolsillo la caja. Se la dio a Him Chan mientras le tendía su mano. El otro entendió la indirecta e hizo entrega del anillo a su eterno dueño. Tomo su rostro dandole un sonoro y apasionado beso. Esperaba continuar con ese hombre el resto de su vida.
(Repetición)
Him Chan tenía las manos sudorosas y una sonrisa de tonto que no se le borraba de la cara. Miro de nuevo la hora en la pantalla de su celular, no faltaba mucho para la hora acordada. Se levantó, moviendo sus brazos para que Jong Up lo viera mientras entraba. Lo saludó, ofreciéndole asiento.
-Qué gusto poder reunirnos, Uppie -le sonrió.
-Sí, tienes razón.
Indicó al camarero que los atendiera después. Quería iniciar la velada con un broche de oro.
-Gracias por haber respondido a mi mensaje para encontrarnos.
-No hay de qué -se encogió de hombros.
-Podemos hablar, simplemente. Sé que no hace mucho fue la última vez que nos vimos... pero hoy debo decirte algo importante -de su bolsillo sacó una caja gris envuelta en un moño verde menta. -Ábrelo -se lo tendió.
La expresión de Jong Up se contorsiono mientras tomaba la cajita con sus manos temblorosas. La abrió para descubrir un anillo dorado.
-Sé que me iba demorando en esta propuesta, lo siento -rio-. Pero estoy aprovechando la oportunidad para hacerlo ahora -sacó el anillo de su lugar, tomando la mano de su prometido. Acomodó su dedo para pasar la argolla, sin embargo, Jong Up se rehusó.
-Perdona, Him Chan. No podré continuar con esto. Dejémolo aquí -sin esperar que el otro respondiera, se levantó y se fue.
El mayor de los dos quedó algo anonadado. No podía creer que había sido rechazado, más que todo, por el amor de su vida. Hasta hace unas horas estaba seguro de que le hubiera dicho que sí sin pensarlo. Se levantó para seguirlo. Vio como se alejaba, su espalda derecha no daba signos de remordimiento o pena.
-Uppie -corrió hasta alcanzarlo. Al girarlo hacía él, se percató de sus ojos hinchados que había estado derramando lágrimas desde que salio del restaurante. Lo tomo con fuerza, abrazándolo.
-Te conozco... sabia que algo por el estilo estaría pasando si todo lo que me dijiste fuera mentira. Sé que quieres ser mi esposo tanto como yo te quiero a ti. No sé qué te hizo tomar la decisión, pero ahora... espero lo reconsideres.
Jong Up levantó la vista para ver al mayor. Lo rodeo con sus brazos, buscando en su bolsillo la caja. Se la dio a Him Chan mientras le tendía su mano. El otro entendió la indirecta e hizo entrega del anillo a su eterno dueño. Tomo su rostro dandole un sonoro y apasionado beso. Esperaba continuar con ese hombre el resto de su vida.