-Su won, es hora de despertar.
-No quiero... diez minutos más -volvió a cubrirse con las mantas.
Jae Duck se acercó a él, arrimandolo a su cuerpo. Con sus dedos, toco suavemente su rostro, desde sus mejillas hasta sus párpados, bajando por su nariz a sus labios.
-Es hora de levantarnos.
El menor seguía dormido, todavía envuelto en la mantas. Su cuerpo, casi por instinto, se enredó completamente con el de Jae Duck, pasando sus brazos por alrededor de su cintura.
-Su Wonnie, cariño~
-Otro rato.
-No. Ji Won, ya nos está llamando -con toda su fuerza de voluntad, se separó para ir hacía el baño.
Llevó al maknae su cepillo de dientes, con crema ya puesta sobre él.
-A ver, di ahh -sutilmente abrió su boca y cepillo sus dientes.
Su Won tomo el cepillo y se levantó, terminando por si mismo, la acción. Jae Duck sonrió y le revolvió el cabello.
-A ver, a ver, entra al baño mientras yo arreglo el cuarto -tomo su mano, levantándolo. Lo guió hasta la ducha, dándole unos suaves golpes en el trasero.
Mientras el menor se arreglaba, Jae Duck tendió el gran edredón de la cama doble que solían compartir los dos. Atender a su novio era una de las cosas que más disfrutaba. No sabía que podía llegar a ser tan cursi sólo por una persona. La forma en que lo llamaba "cariño" o adivinaba cada frase emotiva que le quería dedicar, le calentaba el alma. Además, Su Won podía parecer muy masculino, pero era una persona hermosa, muy alegre y tierna. Amaba todo de él. Eso de compartir veinte años juntos era algo fuerte.
De su bolsillo sacó la pequeña caja de terciopelo que tenía dentro un anillo. Suspiró. Hoy sería el día. La volvió a guardar cuando escucho a Su Won salir. Le sonrió al verlo llegar con la toalla en la cabeza, secándose el cabello.
-¿Dónde se supone que vamos?
-No puedo decirte -le sonrió, volviendo a tomar su mano. -Lo descubrirás cuando lleguemos.
No podía decirle que su destino, más que una propuesta de matrimonio, sería el inicio de un largo viaje juntos a donde los llevara el destino.
(Repetición)
-Su won, es hora de despertar.
-No quiero... diez minutos más -volvió a cubrirse con las mantas.
Jae Duck se acercó a él, arrimandolo a su cuerpo. Con sus dedos, toco suavemente su rostro, desde sus mejillas hasta sus párpados, bajando por su nariz a sus labios.
-Es hora de levantarnos.
El menor seguía dormido, todavía envuelto en la mantas. Su cuerpo, casi por instinto, se enredó completamente con el de Jae Duck, pasando sus brazos por alrededor de su cintura.
-Su Wonnie, cariño~
-Otro rato.
-No. Ji Won, ya nos está llamando -con toda su fuerza de voluntad, se separó para ir hacía el baño.
Llevó al maknae su cepillo de dientes, con crema ya puesta sobre él.
-A ver, di ahh -sutilmente abrió su boca y cepillo sus dientes.
Su Won tomo el cepillo y se levantó, terminando por si mismo, la acción. Jae Duck sonrió y le revolvió el cabello.
-A ver, a ver, entra al baño mientras yo arreglo el cuarto -tomo su mano, levantándolo. Lo guió hasta la ducha, dándole unos suaves golpes en el trasero.
Mientras el menor se arreglaba, Jae Duck tendió el gran edredón de la cama doble que solían compartir los dos. Atender a su novio era una de las cosas que más disfrutaba. No sabía que podía llegar a ser tan cursi sólo por una persona. La forma en que lo llamaba "cariño" o adivinaba cada frase emotiva que le quería dedicar, le calentaba el alma. Además, Su Won podía parecer muy masculino, pero era una persona hermosa, muy alegre y tierna. Amaba todo de él. Eso de compartir veinte años juntos era algo fuerte.
De su bolsillo sacó la pequeña caja de terciopelo que tenía dentro un anillo. Suspiró. Hoy sería el día. La volvió a guardar cuando escucho a Su Won salir. Le sonrió al verlo llegar con la toalla en la cabeza, secándose el cabello.
-¿Dónde se supone que vamos?
-No puedo decirte -le sonrió, volviendo a tomar su mano. -Lo descubrirás cuando lleguemos.
No podía decirle que su destino, más que una propuesta de matrimonio, sería el inicio de un largo viaje juntos a donde los llevara el destino.