Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una Eva y tres patanes por Charly D

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Muchas gracias por su apoyo este año!

Felices fiestas y feliz año 2019

 

 

Apenas había decidido hablar con los empleados de la agencia y sonó el teléfono de la oficina, quise ignorarlo hasta que mi secretaria me indicó que era de mi madre, suspirando tomé el auricular y contesté.

 

– Hola, mamá – le dije a modo de saludo

– Buenos días hijo, disculpa que te llame, pero quise desearte éxito en este día, hoy que regresan todos los empleados de sus vacaciones será cuando tengas realmente la carga de trabajo – me dijo, es cierto, durante estos días me dediqué a hacer cambios en cuanto a mobiliario, conocer las funciones de los empleados que se quedaron a guardias, a ubicar mi espacio y el de la gente que viene conmigo, pero a partir de hoy será cuando tenga en mis manos el destino de este lugar y el de todos los que aquí laboran.

– Gracias, si he de serte honesto me encuentro un poco inquieto, no sé, quizá y el nervio natural ante un nuevo reto – le comenté, desde que había llegado una sensación extraña me había invadido, preferí omitirla.

– Ay mi amor, no te preocupes, estoy segura que harás un trabajo excelente y tanto tu padre como yo estamos orgullosos de ti – su voz me hacía sentir un poco de calma, el trabajo que Sylvia me dejó era mucho y bastante tedioso.

– Gracias, verás que les daré resultados, no defraudaré la confianza de mi padre – por supuesto que podré con el paquete de este trabajo, claro que lo haré.

– Bien hijo, no te interrumpo más, trabaja duro y te mando mis mejores deseos, te amo – mi madre nunca dejará de preocuparse por sus hijos, nunca.

– Yo también, te dejo, tengo que ir a atender a la gente – me despedí y colgué, suspiré y caminé rumbo a la puerta, era momento de presentarme con los empleados que no me conocían aún – ¡Aurora! – llamo a mi secretaria para saber si ya están todos reunidos.

 

– Dime, Alan – cerrando la puerta tras de sí llega ante mí.

– ¿Ya los reuniste?

– Sí, ya está todo listo, cuando lo desees – asentí mientras la escuchaba.

– Pues ya es hora, vamos -

 

 

 

– Bueno compañeros, es hora de presentarse, el nuevo director de esta agencia, el licenciado Alan Fernando Bernardi Landeros – apenas había salido de la oficina cuando Aurora ya estaba hablando y presentándome.

– Buen día – alcancé a decir mientras con la mirada barría el frente observando los rostros que no conocía, eso pensé hasta que mi corazón comenzó a latir con tal fuerza y frenetismo que me quedé helado al ver aquella cara, aquel semblante que me estaba mirando, yo veía con sorpresa, pero él parecía verme con terror, era él ¡Evan! Mi primer y más grande amor – Por fin te encontré – dije en tono bajo, era él, más grande, sus formas juveniles habían desaparecido, ahora era un hombre, un hombre que se veía en esos instantes muy frágil. Junto a él estaba un muchacho, no sé quién sea, sin importarme el protocolo comienzo a abrirme paso entre el grupo que tenía al frente para llegar donde él, sin embargo noto como comienza a dar pasos para atrás sin dejar de verme, como voy acercándome descubro que está llorando, ese muchacho está llorando y el que tiene a un lado intenta hacerlo reaccionar, pronto repara en mi presencia, justo en el momento en el que ya estoy frente a ellos.

 

 

– No puede ser, eres tú… – ese desconocido menciona mientras me mira con sorpresa.

– Evan – digo con tono bajo, solo nosotros podemos escucharnos, como si de un tesoro valioso se tratara, estiro mi mano para poder tocarlo, para cerciorarme que no es un sueño, para entender que luego de tantos años por fin lo he encontrado, la persona que más he querido por fin está frente a mí.

– ¡No te atrevas! – Levantando la voz y rompiendo la atmosfera de sorpresa, un manotazo me regresa a mi realidad, siento un escozor en el dorso de mi extremidad golpeada - ¡No te atrevas a tocarlo! – ese chico que ahora me separa de Evan acaba de golpearme y me mira con furia.

– ¿Cómo te atreves? ¡Hazte a un lado! – le digo autoritariamente, no sé si a estas alturas los demás ya nos miran pero no me importa, solo me interesa la persona que tengo delante mío.

– No lo vas a volver a dañar, no permitiré que lo destroces como ya lo hicieron, no se te ocurra acercártele – parece una fiera ese chico de cabello cobrizo, no va a permitir que lo toque, está separándonos y por su postura estoy seguro que va a atacar en cualquier momento.

– Yo te recuerdo – digo pues justo en ese instante viene a mi mente una escena parecida, cuando llegué a la escuela y vi lo que le habían hecho a Evan este sujeto lo protegió de mí, aunque yo no le había hecho algo, lo protegió de mí, justo como ahora lo hace – Tu y yo ya nos conocíamos – parpadeé un par de veces, ese tipo fue quien lo apartó de mí.

– Vaya, al menos me recuerdas, y por lo mismo sabes que no voy a permitir que lo toques, no te le acercarás a mi amigo, nunca lo vas a volver a tocar – entre dientes me advertía su juramento. Justo para ese instante Evan parecía colapsar, comenzó a llorar entre gimoteos y sonoros suspiros.

– El… es… es él – temblaba, se notaba asustado, me temía.

– Así que tú eres el nuevo jefe – me dijo con desprecio ese chico.

– Tú lo acabas de decir, soy el nuevo jefe, hijo del dueño de esta agencia.

– Es una pena que una señora como doña Mercedes haya parido a alguien como tú – se estaba extralimitando, comenzaba a enojarme.

– Cuida tus palabras, no se te olvide quién soy yo – le dije con molestia.

– No se me olvida, pero nada puedes hacerle a alguien que no es tu empleado – escuchaba sus palabras con irritación.

– ¿Qué quieres decir?

– Que a partir de este instante tienes dos lugares vacantes en tu agencia, renunciamos – se giró tomando con delicadeza a Evan, me acerqué para tomarlo del brazo pero otro manotazo al aire me hizo para atrás.

– ¡Que no lo toques! – luego de ello, ese chico se marchó llevándose a Evan con él.

 

 

Como si de una estatua se tratara, me quedé ahí, mirando a ese sujeto llevarse a Evan, a ese hombre al cual tenía tantas explicaciones que darle, tanto daño que resarcirle, sin embargo ese tipo me había quitado la oportunidad de hacerlo, y si por su culpa lo perdía de nuevo contra él me iría sin pensarlo dos veces. Giré sobre mis talones y noté como los empleados miraban sin entender qué acaba de ocurrir.

 

– ¡A trabajar! – Levanté la voz y de inmediato se disolvió la muchedumbre – Aurora – llamé a mi secretaria y sin mirar más me adentré en mi oficina.

– Alan ¿está todo bien? – me cuestionó con cierta preocupación.

– Quiero que averigües el nombre de ese tipo, el que me manoteó, quiero su nombre completo, dirección, teléfono, si tiene familia, conocidos, vamos, quiero que averigües hasta las veces que ha ido al médico este año ¿me entiendes? – me siento en mi lugar, y la miro con ese gesto que sé la pone tensa.

– ¿Va a ser la misma rutina que con aquellos cuatro que conozco? – pregunta con cierto temor.

– Todo depende, si pasa lo que no quiero, con este tipo seré implacable, si me lo arrebata, con este sujeto seré el demonio en persona, no tendrá lugar donde esconderse ni ángel que lo proteja de mí– le digo secamente.

– No podrías ser peor que con aquellas personas que has perseguido por años ¿o sí? – traga saliva, la veo nerviosa, ella conoce algunos de mis alcances, no por nada sabe de aquellos que fueron mis amigos y sus vidas actuales gracias a mí.

– No Aurora, no, con ellos he sido un dulce comparado con lo que le haré a este sujeto que acaba de renunciar, con él si seré malo, tanto como no te lo imaginas, haz lo que te he dicho – asiente, tiene trabajo qué hacer, apenas se giraba cuando recordé que había otro pendiente – Y por favor, quiero que cheques con recursos humanos los datos de Evan Noriega, de él quiero todos los documentos de su hoja de vida, saber a dónde fue de vacaciones, la dirección de su familia, y quiero que también le informes a esa área que deseo un nuevo contrato para él, pero con las especificaciones que te daré más tarde – voltea lentamente a verme.

– ¿Contra el también?

– No, él sería la última persona en este mundo a la que le haría daño, solo él podría ser capaz de cambiar lo que soy, solo él – Evan, por fin de he hallado.

– No me digas que es…

– Creo que estás enterada ¿o no?

– Sí, por una parte me alegra que sea esa persona, por otro me aterra lo que piensas hacer.

– No te preocupes y mejor ocúpate te lo que te acabo de encomendar, es importante, anda, cuando tengas los datos de esos dos házmelos llegar, tengo cosas que hacer con respecto a ellos y muy distintas en cada uno – le dije y se marchó, debía atender mis órdenes, y debía nuevamente replantarme lo que estaba haciendo y lo que haría ahora que lo he encontrado, mi querido Evan…

 

 

 

 

 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

 

 

 

Sí, soy el más imbécil de todos los hombres lo sé, lo reconozco, soy impulsivo, soy un idiota, soy un pedazo de mierda, lo sé, pero diablos, ¡Por qué he de renunciar así de fácil! Niego con mi cabeza, usé mis mañas, otro punto negativo hacia mí, y sé que si se entera me querrá matar, golpear o mentarme la madre como diez veces, pero me arriesgo, estoy afuera de su casa, por más que quise olvidarme del asunto no pude, y menos después de que mi suegra me dijo estorbo, eso duele, por eso mismo estoy aquí como estúpido esperando a tocar la puerta para que me abra y poder por lo menos verlo.

 

– Adán, Adán Edilberto, eres un caso perdido, por eso te va en la vida como te va, deberías ser tú nuevo santo de las causas perdidas – me digo a mí mismo, levanto el puño para tocar pero centímetros antes de hacerlo me detengo – ¡Diablos! – me faltan los tamaños, me restriego la cara con las manos, mejor me voy de aquí, total, seguro me avienta un sartén o un bote de metal en la cabeza por haber averiguado su dirección y estar molestándolo cuando ni las gracias le di cuando me fui de su rancho, o no haberme disculpado más por habérmelo robado, o por besarlo sin su permiso o por… ¡Ya basta! Tantas maldades que le he hecho, mejor me largo. Di media vuelta para irme, pero ya, me ganó la valentía, sin pensarlo de más toco con fuerza, me atreví, ¡Me atreví!

 

 

– ¿Busca a alguien? – un hombre habla detrás de mí, con desgano volteo y lo miro, no lo conozco.

– Sí – digo secamente.

– Esta es la casa de ¿Evan Noriega, no? – lo veo con desconfianza, este sujeto de traje me recuerda a ese que anda detrás de mi chavo.

– No sé, ¿qué buscas? – le cuestiono sin dejarlo de ver.

– Nada que te importe – me contesta y sonrío.

– Pues ten cuidado, si no tienes nada qué hacer por acá mejor vete.

– ¿Y quién te crees para hablarme así?

– Un ciudadano buena onda, que te advierte que si buscas hacer algo chueco, te va a enchuecar pero la cara.

– No me asustas, desconocido.

– Soy Adán, te doy mi nombre por si quieres saberlo.

– Yo soy Alan, por lo que se te ofrezca – lo miré, me da desconfianza, no me voy a ir dejando a este merodeando por acá.

– Pues como que nos vamos yendo ¿no? – le digo secamente.

– ¿Y si no quiero irme? – me dice muy altanero.

– Pues como que te obligo ¿cómo ves? – este tipo me da mala espina.

– Oblígame pues…– como si no fuera capaz de hacerlo, comienzo tronarme los dedos y el cuello, esto se va a poner feo…

 

 

 

 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

 

 

Estoy en casa, Evan está tendido en el sillón, sigue llorando, está aterrado, lo que nunca hubiera querido que sucediera ocurrió de la forma más inesperada, mi amigo, quien ha tenido una vida de martirio y carencias, ese que a nadie le ha hecho daño se topó de frente con el hombre más malvado de la creación, con Alan Bernardi, el ser humano que lo mató en vida, el responsable que la vida de este buen hombre haya sido completamente distinta a lo que pudo haber logrado.

 

– Tranquilízate Evan, todo estará bien – le digo sentándome a su lado, le acaricio el cabello pero parece no escucharme, parece no querer oírme o realmente está perdido en su mundo, en ese mundo de recuerdos y lleno de dolor – Lo siento amigo, lo siento mucho – igual que aquella noche, estoy llorando con él, no puedo sentir lo que él está sintiendo pero me pongo un poquito en su lugar y sé que es horrible, tantos años tardó en reconstruirse, tanto que luchó para conseguir un lugar en esta sociedad que lo acribilló, tanto que batalló para conseguir un empleo decente y hoy, en unos momentos perdió todo, sus avances, su lugar y su trabajo, pero yo voy a estar a su lado, con mi hermano por elección.

– Él… él volvió…– llora, no ha dicho más que esas palabras.

– Pero no te va a volver a hacer daño, no volverá a lastimarte – lo juro, nadie merece lo que le hicieron, para unos tal vez fue una broma, pero para alguien como Evan no fue una tonta broma de juventud, hay algo que solo él y yo conocemos, algo que ni siquiera a su mamá le ha dicho, un secreto que solo me ha contado a mí, por una razón él no se desnuda frente a nadie, por alguna razón no soporta mucho contacto físico, aquella noche Evan estuvo a punto de ser violado, no solo lo vistieron ridículamente, quisieron abusar de él, esos malditos lo iban a violar…

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ…

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

¡Gracias por tu lectura!

 

¿Quieres seguir esta historia en wattpad? ¡Pica la liga!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).