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Los villanos también merecen un final feliz... por Kate Lawliet

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Durante el trayecto a casa la única cosa en la que podía pensar era en lo sucedido con el pelirrojo aquel día, esto se lo atribuía a la emoción de tener un nuevo amigo, aunque muy en el interior la sabia que esa no era la verdadera razón.

-Adrien… ¡Adrien! -Natalie le llevaba hablando un buen rato sobre todas las cosas que tenia que hacer durante el día hasta que noto como el adolescente la ignoraba por algún pensamiento que seguramente le estaba causando mucha mas felicidad, se le notaba en el rostro de niño enamorado que era así y de todos modos tras haber pasado tanto tiempo cuidando de él se podía decir que había aprendido a leerlo bien.

- Em si ¿Qué pasa?

-Te decía la lista de cosas que tienes para hoy.

-Oh si perdona

- ¿Te encuentras bien? Estas muy distraído hoy- murmuro con su rostro sereno como siempre.

-Ah si lo siento- sonrió perdido nuevamente.

- ¿Acaso has encontrado pareja? - El rubor que cubrió el rostro del rubio logro sacarle una sonrisa a la fría asistente- Ya veo.

-N-no es lo que piensas e-el es solo un amigo- Aquello la sorprendió, jamás hubiera esperado eso de parte del muchacho, pero tampoco la incomodaba, después de todo el era quien elegía a quien amar.

-Lo entiendo.

-O-oye Natalie ¿Crees que podría tener libre la tarde de mañana? Es que bueno… quiero salir con un amigo.

-No se si al señor Agreste le guste la idea.

- ¡Por favor!

-Ahhh- suspiro, ante esa mirada de ilusión no podía negarse- veré que puedo hacer, pero no prometo nada ¿Esta bien?

-Gracias en verdad ¡Muchas gracias! - la abrazo con alegría para luego salir corriendo hacia su habitación, mientras que la pobre Natalie se quedó de piedra en su lugar ante tal muestra de afecto, en definitiva, Adrien estaba enamorado…

---Mientras tanto con el rubio---

Entro apresuradamente a su cuarto y lanzo su mochila sobre su sofá, Plagg salió volando de allí rápidamente mientras sobaba su cabeza.

-Oye ten mas cuidado- Cruzo sus brazos y comenzó a hacer berrinche sobre lo cruel que el adolescente era y que lo dejaba morir de hambre etc, etc.

-Lo siento Plagg olvide que estabas allí- le dio un trozo enorme de su querido queso Camembert y luego se recostó en el piso.

-Vaya hoy si estas de buen humor- se bufo el kwami para después engullir de un bocado su adorado manjar-  Puedo apostar a que tiene que ver con lo que ese chico Nathaniel dejo en tu mochila- Ante esa declaración Adrien se incorporó de golpe para tomar su mochila, busco y busco hasta que encontró un papel diferente a los que poseía, lo saco rápido y sus ojos se abrieron de admiración y emoción al verse retratado de manera tan bella y perfecta en ese trozo de papel, cada rasgo y detalle estaba echo con precisión y seguridad, se quedo absorto por la obra del pelirrojo, luego se percato de que tenia algo escrito en la parte de atrás:

“En sus ojos guardaba mil secretos, sus labios sellados susurran las verdades de su alma…

Me pregunto con que sueñas minino mío, puedo ver tus anhelos a través de tus largas pestañas…

Se de la tristeza en tu corazón y tu conoces la del mío, pero hoy quiero decirte que has logrado alegrar el corazón de este viejo pintor…”

“Gracias…”          

Cuando menos se dio cuenta, pequeñas lágrimas de alegría corrían por sus mejillas, nadie desde la muerte de su madre había logrado hacer que su corazón latiera con tanta alegría como en aquel momento.

-Vaya *Snif* no está mal- Plagg también había leído todo y al ver la reacción de su portador no pudo hacer sino nada más que conmoverse y sin querer soltó una lagrima, pero como siempre intento mantener intacto su orgullo.

-Plagg- susurro- creo que… me enamore de un villano…- En ese momento el kwami creyó por primera vez su queso iba a salirse de su estómago.

- ¿Qué? Pero tu amas a Ladybug ¿no?

-No- Sentencio- es una gran compañera, pero nosotros no somos nada para ella, además- sonrió- ella nunca me haría sentir así.

-Ya veo… bueno tu decides que hacer, siempre que me des mi amado, adorado, delicioso e indispensable Camembert, por mi está bien.

-Jajajaja gracias Plagg- acaricio la cabeza del pequeño gatito, guio su mirada hacia el dibujo una vez mas y deposito un suave beso sobre el improvisado poema- Gracias a ti Nathaniel…

---Al día siguiente---

 Y nuevamente podía sentir los nervios aflorando en su estomago solo que esta vez sí había podido dormir y muy bien, además, ese día sus ánimos estaban bastante mejor, tanto que ni siquiera Cloe pudo arruinarlo cuando le hizo una de sus “criticas” sobre su vestimenta.

-Agh ¿Es que acaso no te avergüenza vestirte como un payaso? - Nathaniel solo sonrió con rapidez le dibujo una pequeña abeja que, aunque sencilla, le había quedado muy bien.

-Tu también te ves bien hoy Cloe- y se fue dejando a una conmocionada rubia atrás de si.

Las clases pasaron lentas como siempre, ese día Nino si había ido así que mas por costumbre que por gusto Adrien se sentó junto a el, pero eso no evitaba que cada cierto tiempo volteara lo más disimuladamente que podía para ver al pelirrojo quien a su vez no le quitaba los ojos de encima, eso no paso inadvertido por algunos de sus compañeros, para ser más específicos, de cierta peli azul, esta los miraba con recelo, especialmente al más alto.

Durante el receso que tenían para comer ambos intentaron acercarse al otro solo para pasar un rato juntos antes de su cita, estaban a unos metros de estar juntos cuando el rubio fue capturado contra su voluntad por Alya y esta a su vez lo arrastro hacia donde se encontraban su amiga y su novio, Nath entendió la indirecta de la chica y prefirió darles su espacio, así que se dio la vuelta y se fue en dirección a la biblioteca para estar solo un rato y que nadie pudiese molestarlo.

-Oye Adrien- lo llamo la morena- Sabes nos preguntábamos si tenias algo que hacer después de clases, es decir siempre estas ocupado, pero queríamos salir juntos al cine- golpeo con sutileza a su mejor amiga, quien no dejaba de mirarlo emocionada y esto siendo sinceros le incomodaba bastante.

-Lo siento chicos, pero ya tengo planes con alguien- sonrió sonrojándose un poco, esto hizo que la cara de Marinette se descompusiera.

-Uhhh amigo ¿Quién es la afortunada? - bromeo su amigo sin notar que con esto las chicas se enojaban mucho más.

-Bueno en realidad…- no pudo terminar de hablar porque en ese momento la campana sonó- oh lo siento tal vez en alguna otra ocasión- se despidió con la mano y se fue rápido hacia el salón.

Y de nuevo estaban aburriéndose en la clase de ciencias, no es que no les gustara, pero escuchar a su enojona maestra a veces era realmente tedioso; el tiempo paso más rápido de lo que esperaron y cuando menos se dieron cuenta ya era hora de irse a casa.

Ambos chicos recogieron apresuradamente sus cosas y salieron, los chicos intentaron arrastrar nuevamente a Adrien con ellos, pero este ya irritado solo ignoro a las chicas, se despidió de Nino y para sorpresa de los tres se fue en dirección a Nathaniel, quien le sonrió cariñosamente y paso una mano por sobre sus hombros haciendo que el rubio, para aún más sorpresa, se ruborizara.

- ¿Listo para nuestra cita?

-Por supuesto- sonrió y se fueron ante las miradas incrédulas (por parte de las chicas) y emocionada (de parte del moreno)

-Vaya parece que se llevan bien- exclamo una voz conocida cerca de ellos.

-Si, Nathaniel no es tan insignificante después de todo- sentencio Cloe.

¿Acaso aquel día podría estar mas lleno de sorpresas para ellos?

Primero: Adrien y Nathaniel no solo se veían más cercanos, sino que además tenían una cita.

Segundo: Adrien las rechazo sin su tacto habitual de echo las ignoro abiertamente.

Y tercero: Cloe haciéndole lo que se podría considerar un cumplido a otra persona que no fuera ella, su padre o el rubio…

En definitiva, algo estaba pasando y a la mariquita no le agradaba en lo absoluto, después de todo fue al ver la sonrisa que puso el rubio solo con ver al contrario que supo, que nunca tendría una oportunidad de gustarle si es que claro, alguna vez la había tenido, y todos sabemos que jamás fue así…


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