Aioria y saga habían superado muchos obstáculos para llegar al punto donde su relación fuera prácticamente perfecta, el amor que se tenían era inmenso y nadie podía negarlo, se amaban, a pesar de todo, ambos se amaban con todo el corazón.
Sin embargo, todo este amor estaba a punto a ser puesto en prueba una vez más… esta vez ¿que serán capaces de sacrificar el uno por el otro?
Todo comienza….
Hace un mes aproximadamente, Saga, salió del santuario, si, se fue a una misión. El hecho de que estén en paz, no quitaba que todavía tuvieran deberes que cumplir como caballeros y esta vez a él le toco partir lejos del santuario, al norte de África específicamente, a solicitud de una persona con inmensa sabiduría y poder cósmico quien deseaba conocerlo para poder enseñarle las maravillas que su tribu tenia para ofrecer al santuario.
Entonces Saga fue en representación del santuario y se quedó en esa tribu a aprender e intercambiar conocimientos. No tenía de que quejarse, ya que lo trataron muy cortésmente y aprendió tanto de esas personas, así como ellas de él, además le gustó mucho poder vivir nuevas experiencias. Sin embargo, durante todo el transcurso del viaje no dejaba de sentir ese enorme vacío en su corazón. Todo ese tiempo le hiso falta Aioria, de haber podido se lo hubiera llevado con él, pero sabía que Aioria también tenía deberes que cumplir en el santuario. Así que se tuvo que conformar con ver una foto suya todas las noches añorando el poder estar a su lado de nuevo.
En definitiva ese viaje lo dejo completamente agotado, pero satisfecho con todo el conocimiento que se llevaba además de las experiencias que tuvo.
Cuando por fin llego al santuario, lo primero que hiso fue ir en busca del león, lo había extrañado tanto, tanto que no aguantaba las ganas de tenerlo en sus brazos y besarlo hasta el cansancio.
-¡Aioria!- saga corría rumbo al quinto templo. No hiso caso del llamado de sus amigos y ni siquiera le importo que Kanon le hiciera una advertencia al pasar por su lado.
El solo quería ver a su amado león. No le importaba que los demás pensaran que actuaba como alguien que no podía controlar sus emociones, el solo quería ver a Aioria.
Ya llegando al quinto templo llamo a Aioria desde la entrada, muy emocionado y ansioso por verlo, sin embargo, no recibió respuesta alguna.
-¡AIORIA! – lo llamo algo inquieto, mientras lo buscaba con la mirada, en definitiva estaba desesperado por verlo. Sin embargo por más que lo llamaba, el guardián del quinto templo no aparecía por ninguna parte.
Entonces Saga, algo extrañado, se acercó a la recamara de Aioria suponiendo que se encontraba ahí. Al intentar ingresar a la habitación, se encontró con su cuñado, Aioros, quien lucía una cara sorprendida al verlo ahí.
- Aioros, ¿Y Aioria, dónde está?-
-saga…me alegra verte, al fin regresaste luego de un mes.- sonrió de lado mirándolo detenidamente.
-si…la verdad es que había mucho por hacer, no tuve tiempo para nada, pero ahora estoy aquí, he vuelto y quiero ver a Aioria, ¿dónde está? –le pregunto algo impaciente.
-él está en su recamara.-
Saga estaba por ingresar, pero Aioros se interpuso en su camino.
-lo siento saga, pero no te puedo dejar pasar.-
-¡que! ¡Pero por qué?! – grito algo molesto e impaciente.
-veras…Aioria no se siente bien…- dijo Aioros a lo bajo, se notaba la preocupación en su rostro.
-¡¿cómo?!- tomo a Aioros por los hombros-... ¿por qué? ¿Qué tiene, que le pasó? – esta vez se alteró y su desesperación se incrementó más.
-tranquilo…no parece ser nada grave…el solo no se siente bien.-dijo en tono calmado Aioros, haciendo que saga lo soltara.
-¿desde cuándo no se siente bien?-
-a una semana de que tú te fueras el…comenzó a sentirse mal…- susurro a lo bajo.
- ¡tengo que verlo!- saga estaba dispuesto a entrar.
-¡no!- Aioros lo sostuvo de un brazo.- el ahora necesita descansar..- le dijo serio, mirándolo a los ojos.
-pero…-
- sé que tienes muchas ganas de verlo y saber cómo esta, pero solo hago lo que él me pidió…- le dijo sin dejar de mirarlo a los ojos, saga solo enarco una ceja sin entender a lo que se refería. - mi hermano no quiere verte ahora…
-pero qué demonios le pasa! Por qué no quiere verme! no recuerdo haber hecho nada malo, si, sé que fue todo un mes sin mantener comunicación, pero no fue mi maldita culpa, casi no tenía tiempo ni para respirar, como carajos quería que yo le….-
-¡cálmate! –grito Aioros, intentando controlarlo y que dejara de decir esas cosas, sabiendo que Aioria podía oírlos.
Saga respiro profundo.- está bien…perdona…es solo que…me altero con facilidad, en especial si se trata de Aioria.- paso una mano por su frente.- yo…la verdad, no entiendo nada….-
- no es que Aioria no quiera verte, el solo está algo cansado y necesita descasar, te a seguro que podrás verlo después, cuando él se sienta mejor, ahora es conveniente que lo dejes descansar, si.- le dijo mirándolo serio, saga apretó los puños molesto y muy disconforme con las palabras de Aioros, algo le ocultaban y eso no le gustaba.
-está bien…si eso es lo que Aioria quiere, entonces…lo veré mañana.- saga estaba por retirarse, sin embargo se detuvo antes de abandonar el templo. – dile que…sin importarme lo que pase, yo siempre estaré a su lado, como se lo prometí…-
Sin más, saga salió del quinto templo molesto y muy confundido con lo que había sucedido, no dejaba de pensar que le pasaba a Aioria y por qué se negaba a verlo.
Tras verlo salir del templo, Aioros dejo salir un hondo suspiro para luego ingresar de nuevo a la recamara de su hermano.
-¿ya se fue? – le pregunto decaído Aioria. Aioros solo asintió.
Aioria bajo la mirada, como le dolía hacerle eso a saga, más aun cuando él también se moría por verlo, pero, se sentía incapaz de mirarlo en esos momentos.
-Aioria…no entiendo porque haces esto…él tiene derecho a saber lo que te pasa.-
Aioria ensombreció su mirada.-sí, lo sé, pero…tengo miedo…solo dame más tiempo.-
-está bien…si eso es lo que quieres…yo te apoyo.-Aioros se sentó a su lado, mientras acariciaba sus cabellos.- ¿dime cómo te sientes ahora?
- la verdad ahora solo me siento agotado…quiero descansar.-dijo recostándose en la cama y cerrando los ojos.
- cómo vas a tener fuerzas si apenas comes.-
- lo se…cada vez me siento más débil y para el colmo esto no parece mejorar, al contrario, parece que en lugar de mejorar se pondrá peor.-
Aioros poso una mano en su frente, preocupado.
-¿te arrepientes de la decisión que tomaste? - le pregunto mirándolo a los ojos.
-no…por supuesto que no…-sonrió a lo bajo.- sin importar lo que digan los demás, las reprimendas de Shion, el sermón de Athena o las consecuencias que todo esto me traiga, yo jamás voy a arrepentirme por lo que hice, para mí no hay nada más importante que esto y no lo cambiaría por nada.- dijo seguro.
-Aioria….-Aioros bajo la mirada.- no me lo tomes a mal pero…si tú quieres todavía puedes cambiar de…-
-ya te lo dije Aioros.- le interrumpió.-…no pienso cambiar de parecer, yo hice lo que tenía que hacer, ahora… solo quiero sentirme agradecido, dichoso y feliz por lo que paso.-
-no me lo mal entiendas…yo también me siento como tú, es solo que…me da miedo que algo malo te pase…este es solo el comienzo y ya casi no tienes fuerzas ni para ponerte en pie. Esto te está consumiendo…imagínate cómo será después, quizá tu vida corra peligro y yo…yo no quiero perderte de nuevo…-Aioros se veía sumamente angustiado.
-no pasara nada malo, ya lo veras…confió en ello.- dijo mientras apoyaba la cabeza en la rodilla de Aioros.
-eso espero…por el bien de todos.-
-cómo crees que sea…-pregunto algo ilusionado Aioria.
-la verdad yo espero que sea igualito a ti…- dijo Aioros atreviéndose a acariciar el vientre del león de la manera más cuidadosa y cariñosa posible. Sintiendo de inmediato una calidez muy reconfortadora. Aioria coloco su mano sobre la de Aioros, ambos encendieron su cosmos cálido y reconfortador para luego sentir ese débil pero hermoso cosmos en el interior del león.
Ambos se miraron a los ojos y sonrieron.
-lo único que me preocupa es la reacción de saga cuando se entere…- Aioria entristeció su mirada.- él nunca esperaba que yo pudiera…albergar un hijo suyo...jamás…y si…la verdad tengo miedo de su reacción, él es alguien tan temperamental…tan impredecible que…no…no quiero ni imaginarme de lo que vaya a hacer cuando se entere de mi estado.-
-pues más le vale que lo tome como debe ser…de lo contrario estoy dispuesto a lanzarle de nuevo mi flecha dorada.-advirtió en tomo divertido, Aioria sonrió por su comentario.
-Aioros…- lo llamo con voz apagada.- no quiero que interfieras.- lo miro a los ojos.- esto solo nos concierne a saga y a mi…así que te pido que no vayas a hacer nada, que me dejes a mi hablarle y explicarle todo, por favor déjame…asumir las consecuencias de mis decisiones…-
-hablas como si fuera a pasar algo malo…- le dijo Aioros.- ¿dime a que le temes?
-sé que hice mal al tomar esta decisión sin antes consultarle a saga…pero…la idea me ilusiono tanto que…simplemente no lo pude resistir…lo amo, amo tanto a saga que quiero tener todo con él, incluso una familia.-
-Aioria….- Aioros le acaricio el cabello de manera cariñosa. -ya verás que todo saldrá bien.-
-eso espero…-
Aioria cerró los ojos mientras posaba ambas mano en su vientre, lo único en lo que podía pensar en esos momentos era en saga, saga y en cómo se tomaría la noticia.
Continuara…