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Mi dulce señor por zandaleesol

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Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.

Advertencias: AU. Mpreg. Violación.


Capítulo 13. Una petición difícil


Harry debió quedarse ese día domingo en San Mungo. Al día siguiente regresaría a la mansión. No quería estar en el hospital, le traía los recuerdos más dolorosos de su vida, aunque entendía que era necesario por el bien de su hijo. El sentimiento de angustia que le provocaba la situación superior a él. De pronto sentía una vaga emoción al pensar en ese bebé como su hijo, era suyo, alguien a quien debía proteger y amar. Por primera vez desde lo sucedido, sintió conformidad, le parecía increíble que el miedo a perderlo, finalmente había despertaba emociones que no creyó posible experimentar. Puso la mano sobre su estómago y lo acarició, le prometió al bebé que siempre lo amaría con toda su alma.


De pronto la puerta de la habitación se abrió y el rostro preocupado de Lucius se asomó y le sonrió.


Harry al verlo sintió que le daba un vuelco el estómago. La idea cruzó por su cabeza como un relámpago. Sus sentimientos por Lucius eran muy fuertes, se entendían de maravilla, podía ser el hombre rubio quien le aportara su magia al bebé. Pero este pensamiento sólo duró una fracción de segundo, cuando el hombre ya se encontraba a su lado y le tomaba la mano la idea se había esfumado de su cabeza.


-Prometí que sólo estaría un instante, dijeron de debías descansar, pero no quería irme sin verte -dijo el hombre rubio.

-Me siento mejor -respondió Harry dejándole su mano a Lucius.

-Sirius ha dicho que aún no saben qué sucede, pero estoy seguro que no es nada malo así que debes estar tranquilo.


Harry sólo asintió con una sonrisa. Le tranquilizaba un poco el hecho de que Sirius no hubiese dicho nada acerca de lo delicada que era la situación de su hijo.


-Me siento algo culpable por llevarte a dar ese paseo tan largo -repuso el rubio.

-No fue tu culpa. Aún Florian no está seguro, pero creo que tiene que ver con la disminución de mis niveles de magia -explicó Harry.

-Sí algo dijo Sirius, aún deben hacerte exámenes para saber que ocurre.

-Los harán mañana -respondió el muchacho.

-Estoy seguro que no es nada grave -dijo el hombre rubio imprimiéndole a su voz matiz tranquilizador.


Harry volvió el rostro hacia la ventana, había tratado de ser fuerte, de mostrarse tranquilo delante de Lucius, pero no podía. Con él no podía fingir, nunca pudo hacerlo, las lágrimas rodaron por sus mejillas de manera abundante.


-Harry, no… no llores, todo estará bien -dijo Lucius con voz suave, acariciándole el cabello.

-No es así -dijo Harry mientras volvía su rostro hacia Lucius.


El hombre se sorprendió no tanto por las palabras, sino por el tono con que Harry las dijo.


-Claro que sí, sólo debes confiar en que…

-La vida del bebé corre peligro Lucius -interrumpió Harry de golpe.

-Eso no puede ser.

-Esto es complicado por eso Sirius no quiso decirles nada.

-Harry no puede ser, ¿qué sucede con tu bebé?

-Florian no quiso decírmelo desde el comienzo porque temía que yo al saberlo no quisiera seguir adelante con este embarazo.


Lucius arrugó el ceño confundido.


-Me ha explicado que al bebé no le basta con mi magia. Se supone que en estos casos es el otro padre quien aporta su magia también, pero como mi embarazo no se produjo en un acto consentido de todas formas aunque existiera la posibilidad de que el otro padre pudiera aportar su magia el bebé la rechazaría, dijo algo de que no existiría empatía mágica.

-Pero debe existir alguna solución.

-Existe, pero es difícil.

-¿Cuál?


Harry en vez de responder volvió a mirar hacia la ventana.


-Harry, entre nosotros hay confianza, puedes decirme lo que sea.

-Lo sé -respondió el chico volviendo su vista hacia el rubio, sin embargo no le mantuvo la mirada -. Debo tener sexo con un mago con el que tenga un vínculo de afecto, sería la única forma en que mi bebé no rechazaría la magia.


Para Lucius no pasó inadvertido de que escuchaba a Harry por primera vez referirse a su hijo como «mi bebé». Pero luego procesó lo demás y le resultó muy preocupante.


-¿Eso significa que debes enamorarte de alguien? -preguntó el rubio preocupado.

-Tanto como enamorarme no, pero sí debo tener sentimientos por esa persona y ella por mí.

-¿Y has pensado en quién podría ser esa persona? -preguntó Lucius.

-En el primero que pensé fue en Sirius, pero es mi padrino, dijo Florian que no podía ser él. Luego he pensado en Remus, pero él no aceptaría, Sirius lo dijo, es como otro padre para mí. Esto es muy difícil -concluyó Harry con tono pesaroso.


Luego sin pensarlo siquiera otra pregunta salió de los labios del chico:


-¿Lucius serías capaz de darle tu magia a mi bebé?


El hombre rubio no estaba preparado para recibir semejante pregunta. Durante los primeros segundos se sintió totalmente descolocado, nunca esperó una pregunta tan directa, pero enseguida comprendió que Harry se tomaba esa libertad porque confiaba plenamente en él. Miró al muchacho a los ojos por un par de segundos, pero luego bajó la vista.


Harry por un instante temió que el hombre le dijese que era imposible.


-Harry, te quiero mucho y sería capaz de hacer cualquier cosa por ti. Esto es algo muy serio lo comprendo, pero antes de responder a tu pregunta te pido que me respondas una pregunta muy íntima.

-Puedes preguntar que yo responderé sinceramente.

-¿Sientes temor de tener relaciones sexuales con un hombre?

-Sí. Me asusta mucho, sé que sería muy diferente a lo que viví antes, pero igual me da miedo, pero creo que sería menos difícil si el mago que me… tomara, fueses tú. Confió en ti Lucius.


Lucius asintió en silencio.


-Harry… tú sabes que Remus es mi pareja y no sé si él sería capaz de aceptar que yo…

-Lo comprendo Lucius, tienes toda la razón, lo siento, ni siquiera debí planteártelo. Te pongo en una situación demasiado difícil sin tener derecho, por favor olvida que lo dije…

-Harry no he dicho que no quiero hacerlo -interrumpió el rubio con brusquedad, pero al instante se arrepintió -, lo siento… yo… sería capaz de hacer cualquier cosa por ti, jamás lo dudes, pero no puedo decidir esto sin decírselo a Remus, ¿lo comprendes?

-Claro que sí, Remus es tu novio… lo ha sido por dos años. Lucius te suplico que no te sientas comprometido, ya has hecho mucho por mí sin tener ningún deber, no quiero complicar más tu vida. Olvida siquiera que mencioné esto.


Lucius se quedó mirando al chico. Harry no complicaba su vida, le había dado un incentivo diferente, completamente renovado tras abandonar su vida de jefe de aurores. Le había dado algo que por más que lo intentaba no encontraba en el amor de Remus. No podía mentirse, le temía a la posibilidad de que Harry debiera estar en los brazos de alguien más, aunque se tratara de alguien con quien tuviera un lazo afectivo. Comprendía que las únicas posibilidades eran Remus y él. Pero conocía tanto al hombre de ojos dorados que apostaba todo a que Remus se espantaría ante la sola idea.


Sin embargo, por algo que no entendía la idea de tener sexo con Harry no le parecía horrorosa, al contrario, se sentía honrado de que el chico se lo propusiera, confiaba en él y sabía que sus sentimientos eran nobles. Sentía cariño por Harry, un sincero y profundo cariño.


-No has complicado mi vida Harry, todo lo contrario, me has traído alegría.


Harry sonrió sintiéndose feliz por las palabras del hombre rubio le gustaba saber eso.


*~*~*~*~*~*


Harry quiso regresar a la mansión pese a la insistencia de Florian en que pasará la noche en el hospital. Regresaría a la mañana siguiente para tomarse los exámenes necesarios. Sus visitas a San Mungo no habían sido muy felices, en realidad las visitas a un hospital nunca lo son, pero en su caso el estar ahí le traía a la memoria recuerdos que se había propuesto desterrar de su mente.


Lucius le pidió a Sirius que esa noche se quedara en la mansión imaginando que Harry necesitaría de la compañía de su padrino en ese momento difícil.


Cuando se encontraron en la sala de mansión, Harry enseguida se despidió y subió a su cuarto acompañado por Sirius. Al llegar a la habitación, en competo silencio se quitó la ropa y se puso el pijama para luego meterse en la cama. Sirius lo observaba preocupado, el silencio de Harry era el indicativo más claro de lo turbado que estaba debido a esa situación tan inesperada. Cuando el muchacho estuvo metido en la cama recién se le acercó.


-¿Te sientes bien Harry?

-Físicamente me siento bien, pero no puedo dejar de temer… por lo que sucederá.

-Nadie podía imaginar que las cosas se complicarían así.

-Sólo Florian lo sospechaba, pero guardó silencio -dijo Harry sin resentimiento en su voz.

-Sé que lo hizo pensando en lo que era mejor para ti Harry.

-No tengo ninguna duda sobre eso. Creo que hasta le agradezco que lo ocultara, si me lo hubiese dicho antes… en el mismo instante en que supe de mi estado, con toda seguridad hubiese renunciado al bebé.

-¿Realmente crees que esa idea habría pasado por tu cabeza Harry?

-No tengo ninguna duda, mi hijo ya no crecería dentro de mí de haber sabido antes que necesitaría la magia del otro padre para sostener el embarazo hasta el final.

-Pero según entendí eso tampoco hubiese servido, por eso que de la empatía mágica.

-Por lo mismo Sirius, creo que eso me hubiese llevado a tomar la peor decisión de mi vida.

-De todas formas el panorama no se ve fácil.

-Es cierto las cosas no serán sencillas.

-¿Cuándo hablarás con Remus?


Harry no respondió enseguida.


-Tal vez no sea necesario que hable con Remus.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Creo que existe otra persona que estaría dispuesta a ayudarme.

-¿Quién? -preguntó Sirius con extrañeza.

-Lucius.


Sirius abrió la boca con asombro, pero luego se preguntó porque no había pensado antes en el hombre rubio.


-Bueno… tal vez sea un candidato más viable que Remus, han creado un laso muy especial, pero ¿crees que acepte?

-Está dispuesto a… darme su ayuda, pero me dijo que antes debía hablarlo con Remus, porque eran pareja y no podía tomar una decisión de esta naturaleza solo por su cuenta.


Sirius se quedó asombrado.


-Te juro Harry que no se me había ocurrido pensar en Lucius como un posible… bueno ya sabes a que me refiero.

-Te confieso que yo tampoco pensé en él. Sólo después de verlo entrar a mi cuarto se me vino la idea a la mente.

-¿Qué te dijo cuándo se lo planteaste?

-Se asombró mucho, pero luego comprendió lo importante que era para mí, dijo que me quería y que se sentía capaz de hacer cualquier cosa para ayudarme, pero debía hablarlo con Remus antes.

-Todo esto es muy complejo.

-Lamento estarles complicando la vida a todos.

-No digas eso, no es tu culpa. Conozco a Remus y sé que él no se atreverá a ser el dador de la magia que necesita tu bebé, pero no creo que se oponga a que sea Lucius.

-La verdad yo tengo mis dudas, él ama a Lucius sería lógico que no quiera verlo involucrándose de una forma tan íntima con otro, por mucho que ese otro sea yo.


Sirius ya había pensado en eso aunque no se atrevió a decirlo.


*~*~*~*~*~*


Un elocuente silencio se había formado entre Remus y Lucius después de quedar solos en la sala. Lucius tenía necesidad de plantearle lo antes posible a Remus la petición hecha por Harry.


-Remus necesito hablar contigo de algo muy importante -dijo el hombre rubio.

-Claro, te escucho-dijo el de ojos dorados, notando al instante la tensión de su pareja.

-No, aquí no, vamos al despacho -propuso Lucius.


Remus sólo se limitó a asentir con la cabeza y siguió al rubio. Una vez que estuvieron dentro Lucius se sentó en el sofá y Remus le imitó, justo cuando iba a tomarle la mano, el rubio se levantó bruscamente.


-Esto no será fácil.


Remus miró muy extrañado a su compañero.


-¿Qué te sucede?


Lucius volvió a mirar al hombre de ojos dorados.


-¿Sirius te comentó algo sobre el estado de Harry?

-Me explicó algo con respecto a la necesidad de magia que tiene el bebé de Harry, generalmente es el otro padre quien la entrega, pero debido a las circunstancias… en este caso no es viable.

-Es imposible que el otro padre aporté su magia porque cumple condena en Azkaban y de todas formas aunque fuese posible no serviría de nada, el bebé de Harry la rechazaría.

-¿Por qué?

-Por las circunstancias en que se produjo el embarazo, producto de una violencia. El sanador asegura que no existiría empatía mágica.

-¡Por Merlín! Eso quiere decir que el bebé de Harry no…

-Existe una solución, no es nada fácil, pero hay esperanzas.

-¿Y en qué consiste esa solución? ¿Lo explicó Florian?

-Sí, lo hizo -dijo Lucius apartando la vista -. Harry me lo explicó.


Remus asintió.


-¿Y cuál es?

-Harry puede recibir la magia de otra persona que no sea el padre del bebé. Pero es fundamental que exista un lazo afectivo.

-¿Y cómo recibe esa magia? Me imagino que será de un modo distinto a como sucedería si la recibiera del padre de su hijo.


Lucius tardó un segundo en contestar.


-Debe recibirla de la misma forma, no hay alternativa.


Remus abrió la boca con asombro.


-¿Quieres decir… por medio de relaciones sexuales consentidas?

-Sí.

-No creo que Harry esté preparado para algo semejante. Tiene un trauma.

-A pesar de todo Harry desea que su hijo nazca y está decidido a hacer lo que sea preciso para lograrlo.

-No podemos negar que es un chico muy valiente.

-Así es.

-Por Merlín, debe ser tan difícil para él, pobre Harry, no merece todo esto-dijo Remus.

-Es difícil la situación a la que se enfrenta, por ese motivo… deseo facilitarle las cosas.

-¿A qué te refieres?

-El bebé de Harry necesita de la magia para sobrevivir y quien se la aporte debe ser alguien que sienta afecto por él y que Harry corresponda a ese afecto, es la única forma de que el bebé no la rechace… por eso que el sanador llamó empatía mágica.

-Eso lo entiendo perfectamente, pero por qué dices que tú deseas facilitarle las cosas.

-Harry pidió que fuese yo quien le aportara la magia que el bebé necesita… y voy a aceptar.


El rostro de Remus primero se puso de color rojo debido a la sorpresa, se levantó de golpe del sofá como si algo le hubiese pinchado.


-¿Tú? ¿A caso te has vuelto loco? Harry no pudo pedirte algo semejante.

-Lo hizo.


Remus negó con la cabeza en señal incredulidad, su rostro ahora estaba pálido.


-No Lucius, eso es imposible… tú no… no puedes.

-Quiero ayudarlo Remus.

-¡Demonios no! ¡Qué busque a otro!


Lucius estaba asombrado por la actitud de Remus, era la primera vez que lo veía perder el control de esa forma.


-¿Otro? ¿Quién Remus? ¿Tú? ¿Estás dispuesto a tener sexo con Harry para darle tu magia al bebé?


Remus pareció perder aún más el color.


-Yo… -balbuceó Remus asustado ante la idea. -. No… no podría hacerlo… Harry es… es… lo he visto crecer… es como… no puedo imaginarlo siquiera.

-Al igual que tú Sirius tampoco se siente capaz de afrontar algo así, tampoco podría porque es el padrino de Harry ¿Entonces quién puede ser?


Remus miró confundido y asustado a Lucius, se dejó caer en el sofá abatido. Su parte racional comprendía la situación, pero su parte emocional no podía soportar que fuera Lucius quien le diera la magia al bebé, aquello implicaba sexo. Cerró los ojos tratando de apartar las imágenes que comenzaban a formarse en su cerebro. Lucius y Harry en una cama, desnudos, haciendo el amor, imposible. El sólo hecho de imaginarlo hacía que su estómago se revolviera, los celos bullían descontrolados.


-Debe haber alguien más. Harry no puede pedirte algo así, él sabe que eres… que tú y yo somos... -Remus se detuvo abruptamente, no sabía que decir, su relación con Lucius en realidad no tenía un nombre definido.

-Remus yo puedo comprender tus sentimientos, pero te suplico que tú comprendas los míos o que por lo menos intentes comprenderlos. No podría vivir tranquilo sabiendo que puede ayudar a Harry y no lo hice, de esto depende la vida de su hijo.

-No soy tan insensible como para no entender Lucius.

-Entonces si es así Remus…

-Antes de pensar en aceptar la petición de Harry deberías pensar en las consecuencias de esto -dijo Remus mirando seriamente al rubio.


Lucius le miró sin comprender.


-Sí Lucius, consecuencias. No has pensado que el tener sexo con Harry, aunque sea por un motivo tan noble como el proteger la vida de su bebé, cambiará la relación que tienes con él.


Por supuesto que Lucius lo había pensado, sin embargo no dijo nada y Remus prosiguió.


-Por supuesto que todo cambiará, o es que piensas que después de meterte en la cama con él podrían continuar viéndose del mismo modo.

-¿A qué te refieres Remus?

-Te conozco Lucius, estoy seguro que después de tener sexo con él no podrías mirarlo a la cara otra vez, por más que te convenzas de que haces un acto de caridad, después no podrás ni siquiera acercártele.


Lucius guardó silencio y Remus al cabo de breves instantes salió del despacho sintiendo que el corazón se le rompía en mil pedazos.


Lucius dejó escapar el aire que había estado conteniendo. Se instaló en el mismo sofá que antes ocupaba Remus. Fue honesto al decir que no viviría tranquilo si le negara su ayuda a Harry, sin embargo, se avergonzaba por no ser capaz de que esa sinceridad alcanzara para reconocer que había otros sentimientos involucrados detrás de esa solidaridad. No creía estar preparado para soportar que Harry estuviese con otro. El muchacho era algo especial, sus circunstancias eran especiales, no podía estar con alguien que no estuviese a la altura de la situación, sólo confiaba en sí mismo y en lo que sabía que podía necesitar Harry, por eso no podía permitir que el chico se pusiera en manos de cualquiera.


Comprendía que su sentir era vergonzosamente egoísta y propio de alguien que se veía amenazado de perder aquello que creía le pertenecía. No estaba orgulloso de tener tales sentimientos, pero no podía evitarlo. Se sentía vinculado a Harry de modo tan intenso que estaba seguro de que el bebé del muchacho sólo aceptaría su magia y rechazaría la de cualquier otro. Podía ser que estuviese terriblemente equivocado y que la magia de otro mago fuese tan beneficiosa para Harry como lo sería la suya.


Sin embargo la rectitud natural que poseía, también elevaba su voz en aquel instante. Podía ser que Remus tuviese razón, qué pasaría si luego de hacer aquello pretendiendo ayudar a Harry la relación entre ellos se deterioraba por causa de la vergüenza y la culpa. No soportaría la idea de que Harry dejase de mirarlo del modo en que lo hacía, con los ojos del corazón.


La situación se complicaba con Remus oponiéndose. Le dijo a Harry que no podía tomar una decisión sin hablar antes con Remus, porque era su compañero. Pero prácticamente antes de hablar con el hombre de ojos dorados ya había decidido aceptar.


Una decisión mal tomada podía destruir mucho, pero sobretodo lastimar a Harry. Podía ser que se equivocara al aceptar, pero y si lo rechazaba y el chico se veía en la necesidad de recurrir a otro, alguien que no tuviera la delicadeza necesaria, alguien que en vez de ayudarlo le hiciera más daño del que ya había sufrido.


Lucius se quedó en el despacho hasta muy tarde. Cuando salió de ahí se sorprendió de encontrarse a Sirius aún en la sala. Con ver el rostro del hombre comprendió que se avecinaba otra batalla, sin embargo lo miró resignado.


-Lucius, debemos hablar de Harry.



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