Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi dulce señor por zandaleesol

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Mi dulce señor

Pareja: Harry/Lucius

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K. Rowling, yo sólo los tomo prestados para divertirme y espero que también para entretener a los lectores, no percibo ningún beneficio económico por este trabajo.

Advertencias: AU. Mpreg. Violación.



Capítulo 2. La miseria del alma


Estaba solo, se habían llevado a Neville y a los dos pequeños. Si pensaban matarlos deseaba que lo hicieran rápidamente, pero no creía que eso sucedería, de seguro se divertirían torturándolos un rato. Sentía una impotencia tremenda, era mejor un Avada, que ser diversión de unos asquerosos mortífagos. Estaba seguro de que pronto se reuniría con sus padres. Hacía siete años que los había perdido. Lily su madre fue la primera en morir en un ataque perpetrado por Voldemort al Valle de Godric, estaba sola en casa en aquel momento. Recordaba con precisión, el terrible momento que debió vivir junto a su padre al regresar a la casa y encontrarla totalmente destruida como muchas otras en el pueblo.


Sólo tenía diez años entonces y hasta ese momento había sido feliz, sin embargo en apenas en un instante todo se había derrumbado en su vida. Su padre casi había enloquecido de dolor, ese fue el inicio de la guerra. Desde entonces las muertes se sucedieron una tras otra sin tregua. Luego de la muerte de su madre, no pasó mucho tiempo para que su padre corriera la misma suerte. La muerte de James no le había afectado tanto a pesar de que se había producido sólo un año después de la de su madre, justo cuando él ingresaba a Hogwarts para su primer curso.


Dentro de lo posible había intentado llevar una vida normal en la escuela de magia, pero aquella normalidad se rompía a menudo cuando pese a que el director intentaba mantener a sus alumnos al margen de las noticias de la guerra estas se filtraban llenando a todos de inquietud y zozobra. Aún no se explicaba como en semejantes circunstancias habían conseguido estudiar y llevar una vida relativamente normal. Sin embargo, desde el inicio de ese último curso, las cosas ya no podían ser más graves. Si bien era cierto que todo indicaba que Voldemort y sus seguidores estaban llegando al final de sus fuerzas, puesto que cada día sufrían más bajas, sin duda ahora que se veían acorralados, sólo pensaban en acabar con la vida de cualquiera que tuviera la desgracia de caer en sus manos como les había sucedido a ellos. Antes, por lo menos usaban a quienes capturaban para negociar la libertad de su gente, pero ahora estaban matando a todos, pues sabían que para ellos todo estaba ya perdido.


Aquel silencio que le rodeaba fue roto de pronto por el sonido de la puerta que emitió un ruido desagradable al abrirse. De inmediato se puso de pie, expectante. El que entraba no era más alto que él, sólo eso pudo distinguir en un principio, luego la luz de una varita iluminó el candil que colgaba de un lado de la pared. El lugar se iluminó al instante, el que entró llevaba el rostro oculto por la capucha de su túnica, suavemente la apartó para mostrarse.


Harry pese a la débil luz que emitía el candil pudo ver los ojos de ese mortífago, el brillo que vio en ellos le causó mucho temor, aunque hizo todo lo posible por ocultarlo.


-Buenas noches Potter -dijo la voz suave de Theodore Nott.

-¿Dónde están Neville y los chicos? ¿Qué les han hecho?

-No te preocupes por ellos, a pesar de todo no les va tan mal. Ese Longbottom ha soportado muy bien los Crucios del Señor Tenebroso.

-¡Eres un bastardo Nott!

-¡Ay Potter! No deberías decir eso, afortunadamente para ti, aún no he sido lo suficientemente miserable.

-No creo que eso sea posible.

-Lo es Potter, ¿sabes por qué estoy aquí?

-¿Te enviaron a matarme?

-La verdad sí, el Señor Tenebroso no quiere más prisioneros, ya no sirven de nada, sin embargo, yo no acabaré aún contigo, Potter.

-¿Y por qué tanta consideración, Nott?


El muchacho que Harry sabía que llevaba un año menos que él, mostró de pronto una cruel mueca de satisfacción al oír la pregunta.


-Por una razón muy sencilla… siempre me gustaste. Siempre quise acercarme a ti, pero tú me despreciaste, te sentías superior a mí, yo nunca fui digno de tu grandeza.

-¿Viniste para reclamarse eso?

-No, por supuesto que no, sólo lo digo para recordarte lo arrogante que siempre fuiste Potter.

-¿Qué pretendes Nott? ¿Qué suplique? ¿Qué ruegue que no me mates?

-No nada de eso, el arrogante Harry Potter jamás haría algo así, seguro que deseas morir igual que tu padre.

-¿Por qué no terminas de una vez lo que te enviaron a hacer?

-No hay prisa alguna, la verdad tengo otra idea en mente, quiero disfrutar este momento, nunca se sabe, pero quizá estas sean las últimas horas de mi vida.


Harry sintió que el corazón le golpeaba en el pecho más rápidamente.


-¿Tienes miedo?

-No.

-Eso es lo que más me gusta de ti, orgulloso y valiente hasta el final -dijo Nott mientras levantaba la varita preparándose para lanzar un hechizo.


Harry creyó que sería el Avada, sin embargo Nott convocó unas cuerdas con las que lo ató, haciéndole perder el equilibrio. Una vez que el moreno estuvo en el suelo se acercó y se sentó a horcajadas sobre sus piernas.


-Potter… no imaginas cuanto tiempo he soñado con este momento.

-¿Qué pretendes miserable? -escupió Harry.

-Deberías intentar ser un poco más amable, no quiero lastimarte… te amo, siempre te amé, pero creo que eso ya lo sabes ¿no?

-¡Estás loco! ¡Total y absolutamente loco! ¡Mátame de una vez!

-No, eso nunca, jamás te haría daño, ¿no comprendes que te amo? Siempre estuve loco por ti Potter.

-Entonces ayúdame a escapar de aquí.

-No puedo hacer eso, jamás volveré a tener una oportunidad como esta. Te haré mío, siempre soñé con tenerte, ahora por fin mi sueño se hace realidad.

-¡Desgraciado! Eres un miserable.

-Dime Potter, ¿eres virgen? Porque si lo eres te prometo que seré muy cuidadoso, no quiero hacerte daño.

-¡Eres un bastando! ¡Repugnante y asqueroso cobarde! No eres un hombre, sólo por la fuerza eres capaz, eres repulsivo Nott, esta es la única forma en que puedes manejarte.

-Hmm… no es cierto, si tú me hubieses querido no haría esto por la fuerza, es tu culpa, tú me has obligado.

-Te juro que voy a matarte con mis propias manos.

-Eso va estar algo difícil, estás atado no puedes moverte.

-Nott, piénsalo bien, si me tocas te juro que te mataré… aunque luego deba ir a Azkaban hasta el final de mi vida.

-No me importa si luego me matas… sería lo mejor que podría sucederme, todos saben que estamos perdidos. Esta guerra acabará muy pronto, es cuestión de semanas o sólo días, de todas formas moriré.

-Aún puedes tener una oportunidad, puedes huir.

-No voy a huir, me quedaré, ya te dije no me importa morir, valdrá la pena si antes te hago mío.


Harry apretó los ojos para intentar contener las lágrimas de frustración e ira que comenzaban a brotar, en su mente rogó por ayuda, que algo sucediera para no tener que vivir aquello. Pero parecía que nadie llegaría a tiempo para salvarlo de ese horror.


~*~*~*~*~*


Draco sabía que estaban acabados. Sólo después de vivir un año junto a Voldemort y demás mortífagos comprendía en lo que se había involucrado. Aquellos defensores de la pureza de sangre no eran otra cosa que asesinos despiadados. No luchaban por ningún ideal, todas esas premisas sólo eran basura para convencer a los idiotas igual que él. Había creído ciegamente en esas estupideces, pero ahora, luego de pasar un año con ellos y verlos cometer toda clase de tropelías, finalmente entendía la posición de su padre.


Cuanto había decepcionado a ese hombre. Era posible que jamás tuviera la oportunidad de hablarle otra vez para decirle que lo sentía, que se había equivocado y que lamentaba no haberle escuchado, dejándose arrastrar por el fanatismo de sus amigos. Ahora se preguntaba de qué le servía ser un mago de sangre pura si era un asesino. Su ingenuidad, al momento de escapar en compañía de sus amigos Crabbe, Goyle y Nott, le hizo pensar que unirse a Voldemort no significaría matar, una soberana estupidez. Ya no recordaba a cuantos muggles había tenido que matar y, aún no se acostumbraba a ello, era terrible, pero debía demostrar placer al momento de hacerlo, algo que no sentía. La muerte de otro ser humano sin importar si fuese mago o no, jamás le causaría placer, de eso estaba seguro.


Ahora deseaba como nunca huir de ese lugar, pero no había escape posible, sólo la muerte lo liberaría de esa prisión, se sentía tan vacío y tan desolado que a pesar de tener solo diecisiete años parecía haber vivido siglos. Ahora observaba a sus compañeros torturar a Longbottom. El hijo de aurores había soportado con valentía hasta el momento, pero estaba seguro de que no lo haría por mucho tiempo más, de pronto una voz lo sacó de sus cavilaciones.


-¡Draco!


Los ojos rojos de Voldemort se habían posado en él, mientras en medio del salón la figura encorvada y dolorida de Longbottom se retorcía bajo la sacudida de los últimos Crucios que Avery había dejado caer sobre el cuerpo del muchacho.


-Si amo -respondió Draco al instante.

-Llévate a Longbottom, es suficiente por ahora, no lo mataré todavía -dijo Voldemort.

-¿Amo lo utilizaremos para negociar?-preguntó Avery.

-¿Negociar qué idiota? -siseó Voldemort.


Avery tembló asustado, sabía que la palabra «negociar» no era apropiada mencionarla ante su señor.


-Amo, han atrapado a varios de los nuestros...

-Si han sido tan imbéciles como para dejarse atrapar por los del Ministerio, no merecen vivir.

-Amo, alguno de ellos podría delatarnos, decir donde está nuestro escondite.

-¡Crees que soy idiota! Tomé las precauciones necesarias por si alguno de ustedes es atrapado, el que sólo intente decir donde estamos aunque sea forzado con hechizos o pociones, morirá.


La mayoría de los mortífagos se miraron asustados.


-Así que ya lo saben, el cobarde que intente traicionarme no vivirá para disfrutar ningún beneficio que puedan ofrecerle -dijo Voldemort, mirando con recelo a todos su vasallos.

-Entonces no hay porque preocuparse mi señor, estamos a salvo.

-Sí, lo estamos por ahora, nos protegen hechizos de ocultación, sin embargo no me siento totalmente seguro en este lugar, he pensado que tal vez debamos buscar otro sitio donde tener nuestro cuartel.

-¿Y ya ha pensado en algún sitio en específico?

-Tengo algunas ideas, pero no se los diré aún, debo primero asegurarme de que no puedan detectarnos.


Draco había escuchado esta conversación mientras hacía levitar el cuerpo de Longbottom hacia la salida. Aquello no era una buena noticia, si su amo estaba pensando en trasladar el cuartel era porque presagiaba algún peligro. Llevó a su antiguo compañero de escuela hasta su celda, el muchacho de cabello negro se había quedado en el suelo agazapado soportando el dolor, no quería mostrar debilidad frente a él, pero el sufrimiento era evidente. Los dos chicos de once años se habían acercado con cierto temor hasta el muchacho, a él le observaban con particular terror, decidió salir de ahí, nada podía hacer por ninguno, no podía traicionar a su señor.


Encaminó sus pasos hasta la puerta de la celda donde estaba Potter, no se escuchaba ruido alguno, sin embargo decidió asegurarse que todo estaba en orden, la puerta se abrió y la escasa luz de una antorcha adherida al oscuro muro iluminaba el interior del calabozo, la escena le resultó espantosa. Potter yacía en el piso boca abajo inconsciente, desnudo, sobre él, su compañero Nott intentaba de forma infructuosa componer la postura al verse descubierto en delito flagrante. Era imposible no entender que había sucedido. Draco había presenciado la muerte de unos, torturas de otros, sin embargo nada de lo visto le impactó tanto como lo que veía ahora. Ese que al que llamó amigo por tantos años, acababa de forzar a Potter. Había violado a quien fuera por años su compañero de escuela, Draco se estremeció, se sintió horrorizado, asqueado.


-¿Qué has hecho?


Nott, al verse descubierto de forma tan sorpresiva, en un primer momento se sintió avergonzado, pero al instante se rehízo, después de todo para él ese acto no tenía nada del otro mundo, su trastocada moralidad ni siquiera le hacía cuestionarse.


-Me estaba divirtiendo “respondió y luego agregó-, cierra la puerta.


Draco horrorizado sólo atinó a obedecer. Nott interpretó la obediencia del chico rubio como una señal de aprobación hacia su conducta.


-¡Vamos! Anímate Draco, tal vez esta sea la última vez que podamos hacerlo. Guardaremos el secreto -dijo Nott con un tono lascivo que acompañó con una mirada en la que brillaba la depravación y la maldad.


Draco en un primer momento no pudo hacer otra cosa que mirar a Nott espantado hasta lo más profundo ante la vileza del muchacho, que le invitaba a ser parte de semejante aberración.


-¡Estás demente! ¡Yo jamás haría algo semejante!-dijo Draco mientras le daba la espalda a Nott.

-¿Desde cuándo eres tan decente?-preguntó Nott, mientras se componía la ropa para enseguida levantarse.

-Lo que has hecho es una cobardía, someter a alguien de esa forma… ¡Lo desmayaste para violarlo Theo!

-¿De qué mierda me hablas, Draco? Tuve que hacerlo, se puso difícil ¿Será que me estás reprochando? ¿No me digas que ahora vas a darme lecciones de moral?

-No se trata de eso, Theo él fue nuestro compañero de escuela…

-¿Y qué con eso? Ese Longbottom también lo fue… ya no estamos en Hogwarts, Draco.

-Eso no te da derecho…

-Me decepcionas amigo, pensé que eras más hombre “respondió Nott mientras se abrochaba la túnica.

-Y lo soy -atajó Draco -. Si crees que el violar a Potter te hace ser más hombre te equivocas.

-No me hables de esa forma Malfoy, ya te lo dije, no estamos en Hogwarts, aquí no eres el brillante hijo del Jefe de aurores, aquí eres un esclavo más.

-El Señor Tenebroso sabrá de esto y…

-¿Y qué? ¿Me regañará? “se burló Nott -. Malfoy eres un idiota, al Señor Tenebroso le vale lo que le haga al hijo de una sangre sucia.


Draco guardó silencio, era cierto, seguramente al Señor Tenebroso poco le importaba que hicieran sus mortífagos con los prisioneros.


-Veo que lo entiendes, eres inteligente después de todo -dijo Nott -. Bueno me voy, tengo cosas importantes que hacer, en cuanto a Potter, no lo lamentes tanto Draco, yo no he sido el primero.


Nott se marchó no sin antes darle una mirada satisfecha al cuerpo de Harry, que aún yacía desnudo. Draco se acercó despacio, parecía que Nott le había aplicado un Desmaius. Estaba inseguro, temía despertarlo y que el muchacho creyera que había sido él quien lo había violado. Sin darse cuenta derramó lágrimas, no por Potter, sino por él mismo. Esta infamia de Nott, solo le confirmaba la naturaleza de la gente con la que se había involucrado. Sus amigos no eran buenos, eran seres llenos de maldad que disfrazaban sus más bajos instintos con aquellas premisas de la pureza de sangre, sus convicciones eran una farsa, se unieron al Señor Tenebroso como excusa para cometer toda clase de aberraciones.


Había llegado a su límite. No podía seguir siendo parte de eso. Aún podía hacer algo por los dos muchachos que habían sido sus compañeros en Hogwarts, debía encontrar la forma de sacarlos de ahí. Nott acababa de demostrar que no tenía límites, era capaz de todo, podía ser que Longbottom corriera la misma suerte que Potter en cuanto a Nott se le antojara y esos dos chicos de once años, en cualquier momento les podía dar por torturarlos.


Se quitó la capa que llevaba y con ella cubrió a Harry que seguía desmayado, tenía que pensar rápido, necesitaba ayuda para sacar al muchacho de ahí, el único que podía ayudarle era Longbottom. Pero justo cuando se decidía a salir, volvió a mirar el cuerpo de Harry, en un rincón estaba la ropa que Nott le había quitado con toda seguridad mediante un hechizo luego de desmayarlo. Aquello sería bastante traumático para Potter, cuando comprendiera lo que le había sucedido y peor si alguien más lo sabía. Era mejor despertarlo antes de buscar a Longbottom, para que al menos pudiera vestirse.


Se acercó temeroso, pero luego se decidió no podía perder tiempo si deseaba sacarlos de ahí. Dirigió la varita hacia Harry y murmuró:


-¡Enervate!


Harry abrió los ojos. De inmediato percibió el frío del suelo de piedra y comenzó a adquirir conciencia de lo sucedido. Estaba desnudo, pero cubierto por una capa negra que evidentemente no era suya, cuando hizo el primer intento de movimiento, un dolor insoportable que llegó a su recto y recordar lo último que había escuchado de Nott antes de desmayarlo, sin necesidad de que Draco dijese algo comprendió lo sucedido.


Un espantosa sensación de nausea lo invadió, su estómago, devolvió lo que ya no tenía. Se sentía tan humillado de que fuese Malfoy quien estuviese presenciando eso, tenía ganas de gritar y llorar hasta quedar exhausto, pero no podía hacerlo, no frente a un mortífago y además amigo de quien lo había ultrajado de aquella forma tan cobarde, ni siquiera le había dado oportunidad de resistirse, simplemente lo había desmayado para dar rienda suelta a su perversidad sin tener oposición de ningún tipo, no podía decidir que era peor, si no haber estado consiente para defenderse o haberlo estado y verse obligado a soportar aquel ultraje.


-Potter… yo… lo lamento, jamás…

-¡Cállate! No digas nada piensas que voy a creer que lamentas lo que hizo tu amigo.

-Jamás pensé que llegaría tan lejos… yo no…

-¡LÁRGATE! Déjame en paz.

-No. Voy a sacarte de aquí, lo más probable es que se les ocurra torturarte…

-¿Y eso te importa?

-Aunque no me creas sí me importa, esto ha ido demasiado lejos, ya no puedo más, me he visto obligado a hacer cosas terribles, he llegado a mi límite.


Harry lo miró con odio, sin embargo percibió en el muchacho rubio la amargura que lo embargaba.


-Si lo que dices es cierto y realmente quieres ayudar a alguien… saca a Neville y a los chicos.

-Lo haré, pero tú también vendrás, no te dejaré aquí.

-Olvídate de mí… ya no importa.

-No puedes rendirte Potter, aún puedes salvarte.

-¿Crees que lo deseo? No me importa lo que suceda conmigo.

-Ya te lo dije, no te dejaré aquí. Sacaré a Longbottom para que me ayude.

-¡NO!

-Pero, no estás bien… si voy a sacarte de aquí necesitaré…

-Si realmente quieres ayudarme, no dejes que me vean así… nadie puede saber lo que ha pasado.

-Pero no puedes esconder algo así…

-¡Eres un imbécil! Estamos en guerra, ¿piensas que alguien le importará que un asqueroso mortífago me haya violado?


Draco no fue capaz de responder nada, ni siquiera podía mirar a Harry directamente a la cara, estaba seguro que él sentía más vergüenza de la que experimentaba Harry en ese momento a pesar de que sólo había sido una víctima de la depravación de Nott.


-Vístete, yo iré a sacar a Longbottom, los llevaré a un lugar seguro y luego vendré por ti.


~*~*~*~*~*


Le daba igual si Malfoy regresaba o no, ya no le importaba si tenía que morir ahí. Ahora que estaba solo, las lágrimas que había estado conteniendo finalmente estallaron y con ellas un sollozo convulsivo, el dolor físico no se compara con el dolor de su corazón. Se sentía sucio. Siempre confió en que su primera vez sería producto del amor, de su voluntaria entrega a alguien que primero conquistara su corazón. Jamás recuperaría lo que Nott le quitó y no era sólo la pureza de su cuerpo, sino la del alma, estaba seguro que después de aquello había quedado vacío, ya no existían las ilusiones, ni las esperanzas, sólo el dolor y la vergüenza. Estaba manchado, deseaba que en ese escape que pretendía Malfoy le descubrieran y sin más le enviaran un Avada.


Aquello sería lo mejor que podía sucederle, tal vez si tuviera una varita a su alcance fuese él mismo quien se aplicara la maldición que lo sacara de aquel infierno. Porque su vida sería eso en adelante, ya nada importaba, le daba igual si la guerra continuaba por años o terminaba al siguiente día, si ganaba Voldemort o el Ministerio. Lo peor de ese infierno ahora estaba en su interior y jamás podría abandonarlo, estaba condenado a sufrir, aunque pudiera escapar, el recuerdo de aquella noche espantosa lo perseguiría por siempre, sin importar lo que sucediera en su vida la fractura de su alma era irreparable, nada ni nadie podría volver a unir los pedazos.


~**~

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).