Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mala orientación por NesumiChan

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Es la primera vez que escribo algo de este fandom, asi que espero les guste :'3 

Podría ser el mejor detective de todo Japón, inclusive se atrevería a decir que era el mejor de todo el mundo, poseía una inteligencia y deducción mas haya de los límites de una persona común, pero no existe una persona que sea completamente perfecta, entonces, ¿Cuál era su defecto? 
Mala orientación... 
Tenía 26 años y estaba seguro que hasta un niño de 10 años podría ser capaz de regresar a casa si solo caminaba unas cuantas cuadras lejos de su hogar, pero él no era así, realmente se había perdido y no tenía ni la más remota idea de como volver.

Unas horas antes Ranpo estaba en la oficina, se suponía que debería de haber estado trabajando, pero por alguna razón ese día no había mucho que hacer y comenzaba a aburrirse de estar encerrado. Siempre en esa clase de caso optaba por comer algo dulce que le subiera los ánimos, por ese motivo abrió un cajón de su escritorio y busco algunos de sus tan ansiados dulces, pero se llevo una gran sorpresa al notar que ya estaba vacío, ¿Cómo había sucedido eso?, su humor estaba empezando a decaer y hasta cierto punto comenzaba a fastidiarse, viendo la situación en la que se encontraba debería de ir a comprar más, pero ahí había otro problema,  por lo general siempre que necesitaba ir por dulces lo acompañaba Tanizaki, Kenji o Dazai, pero justo en ese momento no había ninguno de ellos.

—Maldición...-Dijo para sus adentros mientras pensaba en alguna solución factible.

No quería molestar a los demás miembros de la agencia, parecían estar bastante a gusto en ese día, Kunikida se veía feliz gracias a que su ideal no había atrofiado por algún intento de suicidio de cierta persona, Atsushi se encontraba durmiendo en el sofá mientras parecía estar soñando con comida, no parada repetir ˝Otro tazón de Chazuke", Yosano estaba en su oficina y de vez en cuando ciertas risas se escuchaban, definitivamente no entraría a interrumpirla. 
La única opción que le quedaba era ir el solo a la dulcería, creía poder hacerlo, solo estaba a unas seis cuadras del lugar, así que en un par de minutos seria capaz de regresar a la oficina con una bolsa llena de dulces.

Salió de la agencia sin hacer mucho ruido y sin avisarle a nadie de lo que planeaba hacer, probablemente si lo hubiera hecho alguien se hubiera ofrecido a acompañarlo, comenzó a caminar unas cuadras y mientras lo hacia prestaba suma atención a su alrededor tratando de memorizar el camino por completo, al final pudo llegar a la tienda,  al entrar vio una gran variedad de dulces haciendo que su mal humor se pasara en un solo instante, era como estar en el paraíso o al menos así lo veía él.

Pasó varios minutos comprando dulce tras dulce y cuando salió llevaba una gran bolsa de papel repleta de ellos, ahora podría regresar a la agencia y comenzaría a comérselos con toda la tranquilidad del mundo, empezó a observar los edificios y por más que trataba no recordaba, ¿Cuál era el camino de regreso?

—Se supone que yo vine de ese lado, así que por ahí debe ser el camino.-Dijo antes de comenzar a caminar en dirección opuesta a donde realmente se encontraba la agencia.

Había caminado varias cuadras y cada vez estaba más perdido, había llegado a una parte de la ciudad que podría jurar jamás haber visto, aunque puede que si lo hubiera hecho pero simplemente no lo recordaba.

—¿Cómo se supone que debería regresar? Por esas razones odio tener que salir yo solo.-Comentó a si misma con un tono que demostraba que su buen humor se había esfumado hace bastante tiempo.

Seguía mirando a todos lados tratando de ubicarse o reconocer algún puntos de la ciudad para tratar de lograr volver,  por estar tan inmerso en sus pensamientos no se percató de que una persona venía en dirección opuesta a la suya, como ambos venían distraídos chocaron haciendo que tuvieran un pequeño tropiezo y que algunos de los dulces de Ranpo se esparcieran por el suelo.

—¡L-lo siento mucho!.-Dijo el contrario mientras hacia una reverencia, su voz demostraba que realmente estaba arrepentido de lo que había sucedido.  
—No te preocupes, no fue solo su culpa.-Contestó Ranpo mientras se agachaba para recoger los dulces del suelo. 
—¡¿Ranpo-san?!.-Exclamó el contrario con un tono de sorpresa que al mismo tiempo demostraba cierta felicidad.

El nombrado alzó la vista y observó que la persona con la que hace unos instantes había chocado no era nada menos que el mismo Edgar Allan Poe.

—¡Poe-kun!.-Pronunció aquel nombre con una felicidad imposible de pasar desapercibido, había encontrado alguien que lo podría ayudar. 
—¿Qué hace por estos lugares, Ranpo-san?.-Preguntó el mayor extrañado por la ubicación en donde se encontraban. 
—Estaba en la agencia, pero no había trabajo que hacer y decidí comer dulces, pero no había ninguno así que decidí ir a comprar algunos a la dulcería, pero yo...-Su tono de voz fue bajando, le daba vergüenza continuar explicando la situación. 
—Así que supongo que se perdió, ¿cierto?.-Allan acababa de dar justo en el clavo y eso era un gran golpe en el orgullo de Ranpo, un golpe que no podría tolerar y que le ocasionaba un mal humor. 
—No hace falta que lo recuerdes.-Dijo con notoria molestia en su voz, estar en desventaja no era para nada de su agrado. 
—Ranpo-san, lamento informarle que la agencia de detectives queda para el lado contrario de aquí, probablemente como a unas cuarenta cuadras.-Trataba de explicar Poe mientras calculaba la distancia a la que estaban. 
—¿EH? ¿Caminé tanto?.-Se había sorprendido ante eso, según él solo habían sido unas cuantas cuadras y jamás pensó que se hubiera alejado tanto de su verdadero destino. 
—Supongo que lo mejor es que regrese rápido a su trabajo, me ofrezco a acompañarlo para saber que llegó a salvo.-Propuso el más alto con plena amabilidad esperando una respuesta afirmativa. 
—Te agradecería mucho si hicieras eso.-Contestó apenado por haber generado tantas molestias por solo un capricho.

Edgar y Ranpo comenzaron a caminar rumbo a la agencia, el ambiente que los rodeaba no se podría decir que era tenso, pero tampoco era cómodo, como era de costumbre Poe comenzaba a ponerse nervioso por el silencio que había y por la simple presencia del detective de más baja estatura al cual siempre había visto como rival y al mismo tiempo admirado.

—Ranpo-san, ¿desea hacer algo antes de que lleguemos a su oficina?.-Pregunto un poco nervioso por la reacción que pudiera tener el contrario. 
—¡Oh! Ahora que lo dices me gustaría visitar un nuevo café que abrió por aquí cerca, he escuchado que vende pasteles muy ricos y me muero por poder probarlos.-Confesó con un entusiasmo que podría compararse al de un niño hablando acerca de un juguete nuevo. 
—Entonces si lo desea, podemos ir un momento a ese nuevo lugar.- Sugirió Allan, trataba de que su voz sonara relajada aunque por dentro también esta emocionado por poder compartir un poco más de tiempo al lado de aquella persona. 
—¡Apresurémonos!.-Edogawa tomó la mano de aquel joven con la disposición de dirigirse a aquel local, cuando de pronto recordó el pequeño detalle de siempre.- Poe-kun...-Hizo una pausa mientras bajaba su mirada.-La verdad es que no se a donde deberíamos de dirigirnos para poder llegar.-Agregó en una voz tan baja que casi podría confundirse con un susurro, para él era difícil aceptar sus errores. 
—Creo que tengo una idea de donde podría ser.-A diferencia de Ranpo, Poe era bueno con las direcciones y conocía gran parte de la ciudad, así que fácilmente podría ubicarse.

Caminaron unas cuantas cuadras y llegaron al dichoso café, el primero en ingresar fue en adulto con actitud de infante que prácticamente estaba muriendo por comer más dulces, acaba de comer un montón de caramelos, pero pareciera que su estomaga no tenía fin cuando de dulces se trataba.

—¿Qué desean ordenar?.-Preguntó una joven vestida con cierto uniforme que revelaba que era una trabajadora de aquella cafetería. 
—Me gustaría un café americano, por favor.-Contestó el mayor sin necesidad de observar el menú. 
—A mi me gustaría ordenar... Mmm.- Parecía que la variedad de sabores le dificultaba elegir el postre adecuado e internamente estaba sufriendo por su elección.- Me gustaría ordenar una rebana de cada uno, por favor.- Después de todo no pudo escoger solo un sabor y terminó pidiendo toda la variedad. 
—Okey, en un momento regreso con sus órdenes.-Contesto aquella señorita mientras anotaba el pedido en una libretita.

No importaba cuantas veces hubiera ido a comer con Ranpo a Poe le seguía asombrando la capacidad que tenía su estómago a pesar de ser tan delgado y pequeño, siempre comía de todos los dulces que pudiera encontrar, podría jurar que el sueldo del menor era gastado mas en golosinas que en comida propia.

—¿En que piensas, Poe-kun?.-Preguntó curioso el más bajo, desde hacia varios minutos había notado que su acompañante estaba un poco distraído. 
—Estaba imaginando que tantos postres tendría que invitarte para que aceptaras salir conmigo.-Dijo inconsciente de sus propias palabras, posteriormente se percató de lo que acaba de decir y una vergüenza se apodero de todo su ser. 
—Cualquier cosa que me invitaras la aceptaría con gusto.-Respondió con una sonrisa en su rostro, parecía que aquel comentario no le había incomodado.
—Ranpo-san, ¿eso significa que podríamos repetir la salida?.-Preguntó con inocencia y emoción al mismo tiempo. 
—¡Bingo! Es exactamente lo que quería decir.-Nuevamente en su cara se mostraba esa sonrisa que hacia que el corazón de cierta persona se acelerara de tan solo verla. 
—Entonces salgamos mañana.-Tal vez se estaba apresurando un poco pero en ese momento la alegría que sentía era más grande que su razonamiento. 
—C-claro, salgamos mañana.-En cierto aspecto le sorprendió que el mayor fue tan directo en algo, pensaba que le tomaría mas tiempo en invitarlo a hacer algo, pero parecía que las cosas iban marchando correctamente.

Cuando su pedido llegó ambos empezaron a comer y disfrutar de lo habían pedido, como era de esperarse Edgar acabo su café mientras que Ranpo seguía con sus pasteles, en ese tiempo solo se limitó a admirar la fascinación que el otro tenia al probar cada uno de los postres.

—Es como un niño.-Fue lo primero que se dijo así mismo a la vez que una pequeña sonrisa se dibuja sobre sus labios.

Cuando Edogawa terminó pagaron la cuenta y tomaron camino rumbo a la agencia, habían pasado varias horas en aquel café y ya casi caería la noche, así que al menos por ese día ya no podrían salir a ningún otro lugar.

Mientras caminaban iban conversando acerca de cosas triviales que como detectives a ambos les parecían interesantes, también comentaban acerca de algunos de sus libros favoritos y en caso de Allan sobre las ideas que tenia para crear sus nuevas historias.

—En esta ocasión tienes una gran variedad de ideas, estoy seguro que cuando lea tu libro me llevare una gran sorpresa.-Declaró el de baja estatura a la vez que acomodaba su cabello. 
—Espero cumplir con las expectativas, aunque estoy seguro que serás capaz de resolverlas en un instante.
—¡Claro que si! Después de todo soy el mejor detective de todo Japón.-Dijo en tono de broma mientras soltaba una pequeña risita. 
—Muy cierto, Ranpo-san es el mejor.-Esa frase puede que la dijera en más de un solo sentido, después de todo para Poe aquel joven era increíble. 
—Lo sé, aunque Poe-kun tampoco se queda atrás, es bastante impresionante la cantidad de desafíos que me impones, en ocasiones he tenido que usar mi habilidad al máximo, así que te reconozco por eso.-Rara vez recibía palabras alentadoras de aquella persona, pero Poe debía de admitir que cada que las escuchaba un cosquilleo llenaba su interior.

Sin percatarse de su alrededor llegaron a la agencia antes de lo que querían, ese el momento en el que ambos debían de despedirse teniendo la esperanza de poder verse al día siguiente como habían planeado.

—Nos vemos mañana, Ranpo-san.-Se despidió primero el mayor. 
—Hasta mañana.-Contestó de forma animada, pensó un momento en lo que haría, tomó un poco de coraje y en un movimiento rápido parándose de puntitas depósito un corto beso en la mejilla del contario.

Ranpo se alejó rápidamente de Allan quien se encontraba en completo estado de shock por aquella acción inesperada que acaba de suceder, seguía metido en su trance hasta que la voz del culpable lo volvió a la realidad.

—Poe-kun, para la próxima vez me gustaría que me invitaras a salir, pero no en el sentido de solo ir a algún lugar.-Con esas palabras de despidió antes de ingresar a aquel lugar.

Las palabras recién mencionadas hicieron que los pensamientos del castaño comenzarán a propagarse, ¿eso significaba lo que creía? ¿Ranpo-san sentía lo mismo por él? ¿Aceptaría salir con él?
Tenía un poco de esperanza en ser correspondido e inevitablemente sus mejillas tomaron un tono carmesí, definitivamente seguiría aquel consejo.

Puede que Ranpo odiara ser incapaz de seguir direcciones, caminar solo o tomar el tren sin perderse, pero definitivamente ese día había sido de lo mejor para el, sin planearlo había estado junto a la persona que amaba y quería ver desde hacia varios días, en ese preciso momento creía que no era tan terrible tener una mala orientación.

Notas finales:

Notita de autora: 
Tenía bastante tiempo queriendo escribir algo de esta pareja y por fin lo pude hacer, espero que sea de su agrado, gracias por tomarse el tiempo de leer ?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).