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Historia de un amor por zandaleesol

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Título: Historia de un amor


Personajes: Harry/Severus


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, solo los tomo prestados para divertirme con ellos. No percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Esta historia es un AU. Si quieren magia, pues aquí no la encontraran. Pero sí encontraran mucho romance, malos entendidos, angustia, y más romance.



Capítulo 3. Amor correspondido


Después de escuchar a Remus, pasaron varios minutos antes de que Severus pudiera decir algo. Hasta ese momento no había comprendido lo que profesaba su corazón realmente. Estaba seguro de sentir una fuerte atracción por Lucius Malfoy, pero sabía también que no estaba enamorado del hombre rubio. Tal vez era esa certeza la que le había impedido cruzar aquella línea que separaba su deseo de lo que consideraba correcto. La excusa siempre fue la misma, Lucius tenía esposa y los principios a los que le obligaban su alto sentido del honor se habían superpuesto siempre a esa atracción física.


Esa atracción que Lucius ejercía sobre él, no era realmente el motivo por el cual no se había dado la oportunidad de buscar una compañía para su vida. Recién lo comprendía. Hasta ahora no precisaba de alguien que ocupara su corazón, más específicamente un amor, porque ese amor estaba junto a él desde hacía mucho. Ese amor era Harry.


Luego de pensar en ello miró a Remus sin la menor intención de negar nada.


-¿Cómo es posible de que te hayas dado cuenta antes que yo? -preguntó el hombre de ojos negros con tono algo apagado.


Remus sonrió de forma sutil.


-Porque he visto a un hombre desesperado ante la posibilidad de perder a la persona que ama.

-Es cierto, nunca en la vida tuve tanto miedo. Creí que jamás volvería a ver a Harry.

-Además, sé que deseabas matar a Lockhart, pero la mirada suplicante de Harry te detuvo… no soportarías perder su admiración y respeto.

-¿Cómo es posible que puedas comprender tantas cosas de las que yo apenas me he dado cuenta?

-Será porque te conozco hace muchos años.


Severus volvió a sentarse en el sofá y se quedó muy pensativo.


-Creo que de algún modo siempre he sabido que amo a Harry, pero nunca me he atrevido a aceptarlo en voz alta, por miedo.

-¿Miedo a qué Severus? ¿A qué no pueda corresponderte?

-No precisamente, diría que es lo contrario, miedo a que sí me corresponda. Es tan joven, prácticamente un niño.

-Han existido casos de hombres mucho mayores que tú que se han enamorado de muchachos de la edad de Harry.

-Eso lo sé. Pero mis reparos no van por ese lado. El peligro de amar a alguien tan joven es que pasados unos años esa persona se cansé de ti, que deje de amarte, que llegue el momento en que pueda sentirse atraído por alguien más joven.

-En eso tienes razón, es un riesgo, pero creo que vale la pena correrlo.


Severus no dijo más y se sumió en sus pensamientos. Remus le observó por largo rato.


-Severus, no puedo decirte que camino debes tomar, solo tú puedes decidirlo. Harry tiene diecinueve años, no podrá casarse hasta tener veintiuno, pero eso no significa que no llegarán pretendientes; y no hablo de sujetos indeseables como Lockhart, sino de alguien que le ofrezca amor, estabilidad y, un futuro.

-Lo sé Remus, siempre he sabido que ese momento debe llegar y, ahora admito que siempre le he temido. Rechacé a Lockhart no solo por considerarlo indigno de Harry, sino también porque no soporto la idea de verlo siendo cortejado por alguien, aunque ese alguien sea el hombre más digno del mundo.

-El paso más difícil ya lo has dado y eso era reconocer que amas a Harry.

-Creo que te equivocas, lo más difícil será convivir con él a diario, habiendo aceptado que lo amo.

-Debes pensar con calma que harás respecto de ese sentimiento, confesarlo o… callarlo para siempre.

-Sí, debo pensarlo y mucho.


~*~*~*~*~*~*~*~


Harry había tomado un baño. La señora McGonagall personalmente se encargó de llevarle la comida a la habitación. El chico devoró todo bajo la atenta y satisfecha vigilancia del ama de llaves.


-Me complace ver que todo este terrible suceso no ha afectado tu apetito Harry -dijo la señora McGonagall.

-La verdad señora McGonagall, es que mientras estuve cautivo de esos locos ni siquiera sentí hambre, pero ahora sí y mucha -respondió el chico.


Hermione le observaba desde un sofá también con visible placer. Tal parecía que los efectos negativos que podía dejarle la experiencia del secuestro a Harry ya estaban desapareciendo.


Una vez que el muchacho se sintió más que satisfecho dejó la bandeja a un lado agradeciendo por la deliciosa comida que le habían preparado.


La señora McGonagall se marchó, imaginando que los dos jóvenes deseaban estar a solas para hablar sobre lo sucedido.


Hermione se acercó a la cama de Harry y se extendió a su lado.


-Me siento tan feliz de que todo haya salido bien, tuve tanto miedo de que ese hombre te lastimara.

-Supongo que te refieres a que pudiera forzarme.

-Oh por Dios, Harry ni siquiera lo digas, es horrible solo pensar en la posibilidad.

-Sabes, a pesar de todo creo que esa no era la intención de Lockhart.

-No puedes estar seguro de eso Harry. Hay sujetos miserables que utilizan aquello para imponer matrimonios.

-Aunque Lockhart hubiese abusado de mí, Severus no hubiese consentido en una boda, le hubiese matado, no tengo ninguna duda. Nunca lo había visto de ese modo, era como si otro hombre se hubiese apoderado de él, Lockhart acabó suplicando de rodillas.

-Lo sé, Severus te adora Harry. Remus me contó que anoche, cuando fue al despacho por su arma, juró que sí ese hombre llegaba a tocarte le mataría como a un perro, palabras textuales.

-Por fortuna no lo hizo, Severus es un gran hombre, a pesar de su carácter frío nosotros sabemos que posee un gran corazón y si hubiese matado a Lockhart ahora estaría muy arrepentido.

-Todo llegó a buen término y estoy segura de que nadie sabrá nada. Ese sujeto no tendrá el valor de contar su hazaña, lo que hizo fue una bajeza y nadie lo celebraría. Para esta sociedad no es lo mismo secuestrar al pupilo de un lord que al hijo de un humilde campesino.

-Pero esta mal, en lo referente a la virtud y honor, no debería importar la clase social.

-Pienso igual que tú, pero ya sabes cómo es esta sociedad, es tolerado que un «caballero» seduzca a una criada o a un mozo pobre, pero…


Las palabras de Hermione quedaron interrumpidas por los golpes en la puerta.


-Adelante -indicó Harry.


Severus abrió la puerta y se paró en el umbral, sin atreverse a entrar en la habitación.


Hermione se levantó enseguida de la cama.


-Hasta mañana Harry, descansa -dijo la chica inclinándose para besar la mejilla del muchacho.


Al pasar junto a Severus también le besó la mejilla y le dio las buenas noches.


Severus se mantuvo en el umbral de la puerta.


-Harry, si estás cansado podemos hablar mañana -dijo el hombre mayor.

-No, la verdad es que no estoy cansado a pesar de todo -respondió Harry, sabiendo que mentía, pero deseaba estar un momento a solas con Severus después de lo sucedido, había temido no volver a verlo jamás.


El hombre de ojos negros acercó una silla y se sentó frente a Harry. Aún daba vueltas en su cabeza lo dicho por Remus: «Estás enamorado de él». Ya había aceptado esa verdad, ¿pero qué haría con ella? Confesarle a Harry lo que sentía le parecía imposible.


-Harry, lamento lo sucedido, creo que fue mi culpa -declaró Severus.

-¿Tu culpa? Claro que no, eso que dices no tiene ningún sentido. No le ordenaste a ese hombre que me secuestrara.

-Tal vez no lo hice, pero me equivoqué al no tomar seriamente sus palabras.

-No te comprendo.

-Harry… durante un momento de la fiesta Lockhart habló conmigo sobre ti.

-¿De veras? ¿Y qué te dijo?

-Quería mi permiso para cortejarte de manera formal.


Harry sin saber porque enrojeció de golpe.


-¿Y cuál fue tu respuesta?

-La única posible. No.


Harry asintió con la cabeza.


-Ese hombre jamás me ha interesado Severus, te juro que nunca hice nada para alentarlo.

-Lo sé Harry. Y lamento si anoche cuestioné aquello, fue una estupidez de mi parte, yo conozco tu corazón mejor que nadie y sé que jamás te interesarías por un sujeto como Lockhart.

-Nunca, ni por él ni por ningún otro -respondió con seguridad el muchacho.

-¿Eso significa que te atraen las muchachas, Harry?

-Bueno he conocido a algunas muy agradables, pero la verdad ninguna ha llamado mi atención de forma especial.


Severus no supo si sentirse alentado por esa respuesta.


-Bueno eres joven y tal vez aún no sea el momento.

-No creo que se trate de eso en realidad -respondió el muchacho de ojos esmeraldas.

-Entonces…

-Solo existe una persona en el mundo que me interesa.


El hombre mayor se sorprendió a la vez que su corazón sintió dolor repentino.


-Creo que comprendo. Debe ser una persona muy especial.

-Lo es -respondió el muchacho con rotundidad.


Severus sintió una horrible desazón, jamás se le pasó por la mente algo así.


-Lo sucedido con ese hombre me hizo darme cuenta de algo muy importante. Es una tontería temerle a los sentimientos, confesarlos me refiero, ahora veo que pueden ocurrir cosas que nos priven para siempre de la oportunidad de abrirle el corazón a la persona que amamos.


Severus se quedó por unos segundos en silencio sopesando las palabras de Harry. Si el chico estaba enamorado, no le quedaría más remedio que esconder lo que sentía y desear que esa persona a la que amaba Harry fuese digna de un sentimiento tan maravilloso.


-Harry, si estás así de seguro de tus sentimientos, solo puedo rogar para que la persona elegida por tu corazón corresponda a lo que sientes y sea digna de un sentimiento tan puro como el que te ha inspirado.

-Lo es Severus. Sé que lo es, esa persona… eres tú.


El hombre de ojos negros se quedó sin saber que decir, pues temía haber oído lo que su corazón deseaba y no lo que era la realidad.


-¿Severus?

-Harry… yo ¿realmente escuché que me amas o estoy loco?

-Te amo Severus, te amo desde hace mucho tiempo -corroboró el muchacho.

-¿Me amas, a mí Harry? -preguntó el hombre sin poder creerlo aún.

-Eso fue lo que dije.

-¡Oh por Dios! No es posible…


El rostro de Harry enrojeció de golpe, tal parecía que había cometido un error al confesar sus sentimientos.


-Harry… yo… no sé si soy digno de haber inspirado un sentimiento semejante, pero sí puedo jurarte que soy el que más te ama.


Los ojos esmeraldas brillaron emocionados y humedecidos por las lágrimas. No pasó otro segundo más y olvidando toda etiqueta el muchacho saltó a los brazos del hombre mayor.


Aquel abrazo tierno y apasionado, resultó maravilloso tanto para Harry como para Severus. El hombre jamás imaginó que las cosas se precipitarían así, todo sucedía de un modo tan asombroso. Harry correspondía a su recién descubierto amor, no podía sentirse más afortunado, su dicha era absoluta.


-Harry me amas -repetía el hombre sin dejar de estrechar al chico entre sus brazos.

-Te amo, te amo desde hace mucho tiempo.

-¿Cómo pude estar tan ciego? Harry, jamás sospeché nada... tal vez porque me parecía imposible que alguien tan joven y hermoso como tú pudiera amarme.

-Pero tú también me amas Severus, ¿desde cuándo?

-La verdad no lo sé. Pero anoche cuando me di cuenta de que te había secuestrado ese miserable… sentí que enloquecía. Solo el pensar en la posibilidad de perderte o que algo malo pudiera ocurrirte… no sé qué hubiese sido de mí.


Aquellos momentos le parecieron a Severus lo más dulces de su vida. No comprendía como había vivido tanto tiempo negándose a la posibilidad de amar.


-Oh Harry, no entiendo como he sido capaz de vivir esta existencia vacía, tantos años de indiferencia, negándole a mi corazón la dicha de amar.

-No era indiferencia Severus, simplemente tu corazón esperaba por mí… solo que tú no lo sabías.


El hombre sonrió.


-Creo que me conoces mejor que yo mismo Harry, mi ángel.


El muchacho abrazó con más fuerza a Severus, había soñado tanto con ese momento.


-Te amo, te amo Severus, más que a nada en el mundo.


Severus sentía a cada momento el corazón más acelerado al escuchar de los labios de Harry esas palabras maravillosas y, no solo eso, sentirlo por primera vez en sus brazos de aquel modo era lo más sublime de su vida. Y ahora experimentaba un deseo que iba más allá de sus sentidos, necesitaba los labios de Harry. Apartó un poco al chico para mirarlo a los ojos, sin necesidad de palabras supo que era eso justamente lo que Harry esperaba de él.


El primer roce fue más bien tímido por ambas partes. Harry temía no cumplir con las expectativas de Severus que era más experimentado. Sin embargo tras ese primer roce, llegaron otros, cada vez más precisos. La sensación era maravillosa y a pesar de estar temblado como nunca Harry no dejó de enlazar sus brazos alrededor del cuello de Severus.

El hombre mayor controló el creciente deseo que tenía de besar a Harry más ardientemente, no debía asustarlo, estaba muy consciente de eso. Lentamente se apartó un poco para buscar esos ojos esmeraldas.


-¿Estás bien? -preguntó el hombre con voz queda.

-Sí. Muchas veces me pregunté cómo sabría un beso tuyo.

-¿He pasado la prueba? ¿He cumplido con tus expectativas?

-Definitivamente lo has hecho. Quiero que me beses siempre, siempre.

-Me hace feliz saberlo y me pregunto qué habré hecho para merecer tanta dicha, Harry.

-Ser maravilloso, eso has hecho, Severus, te amo tanto.

-Yo te amo igual mi pequeño… no hay ni habrá jamás ser más dulce y hermoso que tú.

-Jamás imaginé que serías capaz de decir cosas tan románticas, Severus.

-Yo tampoco. Pero eso es lo que hace el amor… me siento con un jovencito enamorado por primera vez.

-No sé si has amado antes Severus, pero desde ahora quiero ser el único para ti, como tú serás el único para mí.

-Así será mi amor, no lo dudes.


Harry abrazó otra vez a Severus.


-Creo que ahora debes dormir mi pequeño.


El chico se apartó y miró al hombre casi escandalizado.


-¿Me ordenas dormir como si fuese un bebé?

-No, definitivamente no eres un bebé. Pero aún eres mi pupilo y puedo ordenarte eso y otras cosas más.

-Tus deseos son órdenes para mí, Severus.


El hombre sonrió.


-Así me gusta, que mi amor sea dócil y obediente.

-Nunca he sido muy dócil y tampoco muy obediente.

-Lo sé… a veces puedes ser muy irritante, pero es así como te amo, con todos esos defectos y todas esas virtudes que te hacen único.

-Severus, ¿has pensado que todo será diferente entre nosotros desde ahora?

-Por supuesto que lo sé y espero que esos cambios solo nos procuren felicidad.

-Así será, no tengo ninguna duda.


~*~*~*~*~*~*~*~


La siguiente mañana durante el desayuno, la actitud de Harry y Severus era completamente diferente. Aunque a los ojos de cualquiera, nada parecía haber cambiado en el trato que tenían uno hacia el otro. Harry siempre era alegre y desenfadado en su actuar. Severus por el contrario, era serio aunque cortés. Pero ahora había un gran cambio en el hombre de ojos negros. La primera mirada que habían cruzado Harry y él, cuando el muchacho había entrado al comedor en compañía de Hermione, fue diferente.


Debía serlo después de haber confesado sus sentimientos mutuos.


Naturalmente que este cambio no pasó inadvertido para Remus y Hermione, que intercambiaron una mirada de comprensión. Estaban seguros que de un momento a otro Severus y Harry les harían participes de su felicidad. Y ellos íntimamente solo podían sentir alegría, pues estaban seguros que no podía existir una pareja más perfecta.


Severus después del desayuno propuso que fuesen a dar un paseo a caballo. Todos aceptaron y quedaron de acuerdo de encontrarse en una hora en las caballerizas.


Hermione se sentía ansiosa por escuchar los pormenores del inicio del romance, pero no quiso presionar al muchacho de ojos esmeraldas para que le adelantara detalles, estaba dispuesta a esperar la «gran noticia».


~*~*~*~*~*~*~*~


El paseo a caballo por los terrenos de la propiedad que eran muy extensos lo hicieron sin prisa. Remus cabalgó al lado de Severus y éste aprovechó aquella instancia para darle a su amigo la noticia que Remus tanto deseaba oír. El hombre de ojos dorados compartía la felicidad de Severus, estaba convencido de que serían dichosos cuando el enlace pudiera concretarse.


Harry por su parte montaba muy cerca de Hermione, sin duda contándole los pormenores que la chica tanto deseaba conocer.


-Me alegra que te hayas animado a confesarle lo que sientes a Harry -comentó Remus.

-Bueno ahora yo también estoy feliz, aunque tenía mis temores.

-Creo que yo tenía un presentimiento con ustedes dos.

-¿De veras? -preguntó Severus con asombro.

-Siempre fue muy notorio que Harry te admira y yo creo que ese es el primer paso al amor.

-Nunca lo vi de ese modo.

-Aunque muchas veces me has hecho dudar.

-¿A qué te refieres?

-Tu simpatía por Lucius. Siempre he creído que te atrae, o al menos te atraía.

-Sí, no lo niego. Lucius es muy atractivo, pero jamás el asunto ha pasado de la admiracción, por parte de ninguno… está casado y yo respeto eso.

-Eso lo sé. Espero que no le moleste saber que ha perdido a un admirador.

-Tiene muchos, además no hay nada que lamentar, jamás me permití ni siquiera una insinuación.

-Me alegro por eso, no hay nada peor que un ex amante celoso. Y creo que Lucius sería de temer.

-Estoy feliz de no haberme dejado caer en la tentación jamás. Ahora comparo ese sentimiento hacia Lucius con lo que siento por Harry y son totalmente diferentes. Agradezco infinitamente a mis principios que me han hecho mantenerme intachable, de no ser así no me sentiría digno de Harry.

-¿Y has pensado cómo llevarás esta relación con Harry?

-Supongo que te refieres a si lo haremos público.

-Sí, exacto.

-No hemos hablado sobre eso aún, pero la verdad yo preferiría mantenerlo en secreto, no es que me avergüence amar a Harry, pero él aún es muy joven y debo ser realista.

-¿A qué te refieres con eso de realista?

-Harry solo tiene diecinueve años. En el transcurso de estos dos años sus sentimientos podrían cambiar, podría suceder cualquier cosa y no quisiera atarlo a mí con un compromiso público.

-Eso me parece equivocado Severus. Aunque es cierto que Harry es joven y no tiene mucha experiencia yo no dudaría de la solidez de sus sentimientos, tiene mucho carácter y sabe lo que quiere.

-Yo conozco el carácter de Harry, pero también sé de estas cosas y, hay algo que es una realidad ineludible. Harry no ha salido al mundo aún, su vida ha estado centrada aquí en este condado, ni siquiera conoce la ciudad. He vivido lo suficiente como para estar consciente de las realidades de la vida.

-La verdad no apruebo esa inseguridad tuya, Severus.

-Ya sabía que no estarías de acuerdo conmigo, pero creo que ante todo debo proteger a Harry y por eso mantendré este compromiso en secreto.


~*~*~*~*~*~*~*~


La conversación entre Hermione y Harry también giraba en torno a esta inesperada confesión de amor que había decidido hacer el muchacho a pesar de no estar seguro de los sentimientos del hombre de ojos negros.


-Creo que has hecho lo correcto Harry, ya era tiempo de que Severus supiera de una vez lo que tú sentías. No es bueno para el espíritu andar suspirando por amores que nos parecen imposibles.

-Lo sucedido con ese hombre me dio el valor que me hacía falta. Realmente creí que jamás volvería a ver a Severus y lamenté mucho que él no conociera mis sentimientos.

-Te has arriesgado y has salido victorioso, porque Severus también te ama, quien lo hubiese creído.

-Soy tan feliz Hermione, como no puedes imaginar.

-Tengo una leve idea te lo aseguro -respondió la muchacha sonriendo -. Aunque aún no conozco los detalles.

-¿Cuáles detalles?

-Tú sabes cuales Harry.

-Ah no Hermy, eso es privado.

-Entre nosotros jamás hubo secretos y espero que no vayas a comenzar ahora.

-Eso se llama chantaje. Pero esta bien, te lo contaré, pero será secreto entre los dos como siempre.

-Por supuesto eso ni siquiera tienes que dudarlo.

-Bueno fui yo quien dio el primer paso.

-Así debía ser, has sido muy valiente, ¿y Severus que te dijo?

-Ya te lo puedes imaginar se quedó tan sorprendido que no dijo nada por unos segundos que me parecieron eternos.

-¿Y luego?

-Al principio creyó que había escuchado mal, después estaba como temeroso.

-Es comprensible, pero dime él y tú se besaron.


Las mejillas de Harry se colorearon un poco.


-Sí. Bueno él me besó a mí en realidad.

-¿Y cómo fue aquello?

-Maravilloso. No te puedes imaginar lo nervioso que me puse, pero también sentía tanta emoción, mi estómago se sacudía sin cesar.


~*~*~*~*~*~*~*~


El grupo había llegado a la explanada cercana al río que pasaba por la propiedad de Severus. En aquel lugar tuvieron un encuentro con un jinete solitario que había estado contemplando el río. Cuando vio al grupo de cuatro personas giró su caballo para acercarse hasta donde se encontraban Severus, Remus, Harry y Hermione.


A medida que el desconocido se fue acercando todos quienes le observaban supieron de quien se trataba, el parecido era inconfundible.


-Buenos días -saludó el muchacho rubio -. Permítanme presentarme, Draco Malfoy a vuestras órdenes.

-Encantando, señor Malfoy -se adelantó a saludar Severus -. Soy lord Snape, tal vez escuchó a sus padres hablar de mí.

-Por supuesto milord, es un honor conocerlo personalmente.

-Sabía que sus padres esperaban con ansiedad su regreso.

-Sí, por lo mismo decidí sorprenderlos adelantando mi viaje.

-Por favor, permítame presentarles a mis acompañantes -dijo Severus -: mi pupila, la señorita Hermione Granger.


Draco Malfoy dirigió sus ojos grises hacia la joven de cabello castaño e inclinó la cabeza con gracia.


-Es un honor señorita Granger.

-El honor es todo mío, señor Malfoy -respondió la muchacha.


Luego Severus dirigió la vista hacia Remus.


-El señor es mi amigo Remus Lupin.

-Encantado -dijo Draco inclinando la cabeza.


Remus le respondió de igual modo.


Severus miró a Harry.


-Y por último le presento a mi pupilo, el señor Harry Potter.

-Encantado -saludó Draco con una sonrisa.


Harry estaba un poco asombrado por el gran parecido del muchacho con su padre, Lucius Malfoy, un hombre que él detestaba. Sin embargo, en los ojos de Draco no vio nada que le inspirara otra cosa que simpatía. A primera vista le pareció un joven bastante agradable.


-Nosotros ya estábamos terminando nuestro paseo -dijo Severus -, me sentiría muy honrado si nos acompaña a tomar un refrigerio, si no tiene otro compromiso por supuesto.

-Ninguno milord, acepto encantado su invitación -respondió Draco Malfoy.


El grupo que ahora estaba compuesto por cinco personas emprendió el regreso hacia la mansión. Draco cabalgó junto a Hermione y Harry, mientras Severus y Remus les siguieron.


Los dos hombres intercambiaban impresiones sobre el asombroso parecido que tenía el muchacho con Lucius. Severus poco lo recordaba, pues había sido enviado a un internado siendo muy pequeño. A pesar de ello deseaba acogerlo con la calidez de la bienvenida que se le da a un viejo conocido, después de todo era el hijo de Lucius, su amigo.


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