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Historia de un amor por zandaleesol

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Título: Historia de un amor


Personajes: Harry/Severus


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos. No percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Esta historia es un AU. Si quieren magia, pues aquí no la encontraran. Pero sí encontraran mucho romance, malos entendidos, angustia y, más romance.



Capítulo 5. Corazones rotos



Severus a pesar de todo se sorprendió ante las palabras del muchacho. Al poco de marcharse Draco le había dicho que le esperaría en el jardín de las rosas, necesitaba decirle algo muy importante. Ya sabía de qué trataría la conversación, pero igualmente el término de aquel breve romance le sorprendía lo mismo que le dolía. Le dolía porque estaba convencido de que no sacaría a Harry de su corazón con tanta prisa, en realidad no lo sacaría jamás.


Mientras caminaba hacia el jardín pensaba en lo sorpresivo de la situación. Los sentimientos de Harry le habían merecido algo de duda por lo excesivo de su juventud. Ciertamente había temido que algo interrumpiera su idilio con el muchacho, pero jamás previó que todo terminaría tan prematuramente.


Cuando llegó al jardín se detuvo y observó a Harry. El muchacho estaba sentado en un banco y se retorcía las manos con evidente nerviosismo. Sintió tristeza, no solo por sí mismo, también por Harry, imaginó lo difícil que resultaba esa situación para el muchacho de ojos esmeraldas. Se revistió de formalidad para enfrentar con la mayor dignidad posible el asunto.


Harry en cuanto vio a Severus mirándole de aquel modo tan serio, sintió que la valentía le abandonaba de golpe, pensó que tal vez cometería un error al plantear aquello de la intimidad de un modo tan brusco, cabía la posibilidad de que el hombre se sintiera presionado, bajó la vista al suelo sintiéndose inseguro una vez más.


Severus reforzó más su convicción al percibir en la actitud de Harry algo similar a la vergüenza e inseguridad. Decidió hablar claramente y sin dar rodeos, cuanto antes acabara aquello sería mejor para los dos.


-Harry, ¿será posible que podamos hablar como dos adultos?


El muchacho sintió que el estómago le daba una voltereta. Tal parecía que Severus pretendía facilitarle las cosas siendo él quien abordara el tema de la intimidad entre ellos.


-Por supuesto Severus, soy un adulto -respondió Harry con tono algo más solemne del que pretendía.


El hombre mayor asintió. Tras un breve silencio en el que observó detenidamente cada detalle de ese chico al que adoraba, finalmente habló.


-Harry, puedes considerarte libre a partir de este momento. No es mi intención mantenerte atado a mí por causa de un juramento que ha dejado de tener valor.


Harry miró al hombre de un modo extraño, como si no comprendiera. Esto tensó más a Severus.


-Eres libre Harry, libre para que puedas estar con la persona que verdaderamente amas.


El muchacho de ojos esmeraldas se quedó mudo. Aquello debía ser una broma pensó, no podía ser que Severus estuviera poniendo fin al compromiso.


-Severus, ¿de qué hablas?

-Harry, por favor, lo sabes perfectamente.

-Severus, si haces esto por lo que sucedió el otro día… te juro que jamás ocurrirá otra vez…

-Harry… te vi con Draco Malfoy -acusó Severus -, no trates de negarlo, te reuniste con él en secreto.


Harry miró al hombre incrédulo.


-Severus, pero qué dices…

-Los vi abrazándose -dijo el hombre -. Debiste hablarme, yo hubiese entendido que te habías enamorado de él. Draco es joven y atractivo… era casi lógico que sucediera.


Tras estas palabras el rostro de Harry adquirió un tono rosado, pero no de vergüenza como supuso Severus, sino de rabia.


-¿Me has visto abrazando a Draco?

-Te seguí Harry, fui hasta el río porque deseaba hablar contigo, aclarar las cosas -dijo el hombre mayor con un gesto que evidenciaba su decepción.


Harry naturalmente supo de inmediato que Severus se refería al encuentro fortuito que habían tenido Draco y él esa misma mañana. Le había visto abrazando a Draco y de inmediato se había creído engañado, cómo era posible que pensara tan mal de él, ¿acaso no lo conocía? No podía creer que ese hombre al que él había entregado su corazón le ofendiera de ese modo, poniendo en duda no sólo su amor, sino también su honestidad.


Tuvo deseos de echarse a llorar por causa de la pena y decepción. Hizo un esfuerzo y enfrentó la mirada oscura del hombre. Lo único que pudo pensar en ese momento fue en que Severus no le amaba en realidad, le quería, pero no le amaba, había confundido sus sentimientos; el temor que le había provocado su secuestro había hecho que confundiera el afecto con amor, de eso se trataba todo. No tenía valor para confesarlo, por eso usaba como excusa aquel abrazo que había visto entre Draco y él, para ponerle fin a ese compromiso que seguramente ahora juzgaba como un error.


-Está bien Severus, puedes estar tranquilo, a partir de este momento ambos somos libres otra vez -dijo el muchacho con voz serena y pausada.


Harry se marchó ignorando que dejaba a ese hombre con el corazón roto en mil pedazos, del mismo modo en que estaba su propio corazón. Fue hacia su habitación temiendo encontrar en su camino a Remus o Hermione, no tenía intención de explicarles lo que había ocurrido.


Esa noche Harry no se presentó a la hora de la cena, sería una prueba muy difícil ver otra vez a Severus luego de lo sucedido. Por esta misma razón se preguntó cómo haría para continuar viviendo en la misma casa con el hombre que le había roto el corazón. Aún no tenía la edad necesaria para ser independiente.


Severus no sabía cómo enfrentaría esa nueva situación. Su relación con Harry había cambiado desde el momento en que habían confesado sus sentimientos. Ahora que el romance había terminado no podrían ser los mismos de antes. Se recriminaba por haberse dejado llevar por esas emociones, se había precipitado y, ahora lo lamentaba.


Harry no podía dejar de pensar en lo sucedido. Unos días antes era tan feliz y ahora lo consumía una pena indescriptible. Severus no correspondía a su amor, todo había sido un error. Antes vivir en la misma casa no era difícil, porque el hombre mayor ignoraba sus sentimientos, pero ahora que lo sabía, seguramente le vería con lástima antes que cualquier otra cosa. La idea le parecía insoportable.


*~*~*~*~*~*~*


Hermione y Remus no tardaron en enterarse del rompimiento de Harry y Severus. La noticia les conmocionó, pues habían confiado en que podrían solucionar sus conflictos. Remus se encargó de hablar con Severus sobre el asunto para saber qué había sucedido, apenas pudo creerlo cuando le escuchó al hombre de ojos negros la historia de Harry enamorado de Draco.


Pero a Hermione le sorprendió la noticia tanto como la actitud del mismo Harry. Hizo esfuerzos por hablar con él, para saber de sus sentimientos, pero el muchacho se parapetó en el silencio de modo inflexible. Por más que lo intentó no logró sacarle ni una sola palabra sobre lo ocurrido.


Severus por el contrario le confesó a Remus los motivos que le habían llevado a tomar semejante decisión. El hombre de ojos dorados no podía creer que Harry se hubiese enamorado de Draco con tanta rapidez, pero el chico rubio era realmente atractivo y si Severus había presenciado un encuentro que constituía en una prueba incuestionable, no dudó que el hombre había tenido razones de peso para romper con Harry. Sin embargo, igualmente lamentó que las cosas ocurrieran así porque la relación que existía antes del comienzo del romance no volvería a ser igual.


Hermione a diferencia de Remus, no encontró para nada sensata la decisión de Severus. Aún sin tener conocimiento cabal de lo sucedido, no lo consideró justo. Aunque Harry se veía completamente sereno y para nada resentido ni molesto ella sabía mejor que nadie que Harry estaba con el corazón roto. Lamentó no poder hacer nada al respecto. Le dijo al muchacho de ojos esmeraldas de su intención de hablar con Severus, pero Harry por una cuestión de orgullo se lo prohibió.


-Hermione, lo último que desearía en la vida es que Severus se sienta obligado conmigo. Él ha comprendido que no me ama y por eso rompió el compromiso, tengo orgullo suficiente como para no desear que esté a mi lado por lástima o cualquier otro sentimiento.

-Pero eso no puede ser, no lo comprendo Harry. Él parecía totalmente enamorado de ti, nadie puede cambiar sus sentimientos de un día para otro.

-Tú lo has dicho, parecía enamorado, pero se dio cuenta de que no lo está.

-Harry y, no has pensado en la posibilidad de que el verte con Draco, lo pusiera celoso y por eso tomó aquella decisión.

-No. Usó aquello como excusa. Draco sólo me abrazó, no hubo nada más. Severus no me ama, esa es la verdad.

-Oh Harry, no puedo creerlo.

-No podía ser que él se enamorara de mí de un día para otro, debí saberlo. Me ilusioné estúpidamente.

-No es justo, no tenía derecho a hacerte algo así.

-No le culpo del todo, yo también soy responsable, me precipité al confesarle lo que sentía. Él se confundió debido a lo de Lockhart.

-Su confusión te ha hecho daño.

-Es cierto, pero es mejor que suceda ahora, sería peor dilatarlo. Hubiese sido un desastre que nos comprometiéramos formalmente. Severus con tal de respetar las normas se hubiese casado conmigo aún sin amarme.

-Pero tú lo amas Harry ¿Qué harás ahora?

-No lo sé. No será fácil verlo todos los días, saberlo tan cerca, pero tan lejos al mismo tiempo.


Hermione estaba apenada por Harry y enojada con Severus. Quería al hombre de ojos negros, pero no le resultaría fácil perdonarle que lastimara a Harry de ese modo. Por primera vez se alegró de no haber cometido jamás el error de confesarle su amor a Remus. Definitivamente guardaría aquel secreto por siempre.


*~*~*~*~*~*~*


Había pasado una semana desde que Severus rompiera con Harry. Desde entonces no habían vuelto a hablar, pero no porque Severus no lo deseara, se había esforzado en tratar a Harry como lo había hecho hasta antes del secuestro, antes de reconocer que lo amaba. Pero la respuesta de Harry fue en extremo indiferente, esperaba que con el tiempo comprendiera que había tomado esa decisión por el bien de los dos.


Esa noche sorpresivamente se presentaron Draco y su madre, lady Malfoy. Harry comprendió de inmediato que aquella no era una simple visita de cortesía, Draco estaba ahí para hablar con Severus, de seguro le pediría permiso para cortejar a Hermione.


El chico rubio tomó a Harry de un brazo y se lo llevó hacia un rincón.


-Harry, ¿recuerdas nuestra conversación de hace unos días?

-Por supuesto Draco, jamás podría olvidarla.

-Quise dejar pasar un poco de tiempo, no quería mostrarme demasiado ansioso, eso podría asustar a Hermione.

-Eso está bien Draco.

-Deseo hablar con lord Snape ahora, qué opinas tú Harry, ¿crees que lo encontraré bien dispuesto?

-¿Cuál es tu intención Draco?

-Bueno quiero su permiso para cortejar a Hermione.

-Estoy seguro de que no se negará.

-¿De veras lo crees?

-Sí. Se llevará una gran sorpresa sin duda, pero no se negará.

-¿Realmente crees que se sorprenderá tanto? Creía que podía haber notado mi interés, después de todo he venido muy seguido por aquí.

-Severus está convencido de que estás interesado en mí, Draco.

-¿Él te lo ha dicho?

-Sí.

-Vaya. Imagino que tú le habrás aclarado el asunto. De que en realidad mí interés está en una hermosa chica de ojos castaños.

-La verdad no lo hice -respondió Harry, mientras daba una fugaz mirada al hombre de ojos negros -. Quiero que sea él mismo quien se dé cuenta de que se ha equivocado por completo.


Draco observó con extrañeza a Harry, no le pasó inadvertido el dejo de resentimiento que notó en la voz de su amigo.


*~*~*~*~*~*~*


Cuando Draco creyó que había pasado un tiempo prudente se acercó a Severus y le pidió hablar en privado.


Severus no se sorprendió en absoluto, había esperado esa petición, aunque reconocía que no creyó fuera a suceder tan pronto, pensó que por lo menos Harry dejaría pasar un mes antes de permitirle a Draco hacer una petición formal. Pero aquello le reafirmaba que no se había equivocado al romper con el muchacho.


-Lord Snape, yo deseaba hablar de un asunto muy importante con usted. Tal vez tenga alguna sospecha de qué se trata.

-Sí, lord Malfoy, ya tengo algunas referencias al respecto.

-Me haría muy feliz si usted aceptará mi petición de…

-Supongo que usted ya habló con Harry -interrumpió Severus -. Sí él está de acuerdo no creo tener más que decir.

-Sí, Harry está de acuerdo… él piensa que yo tengo posibilidades.

-Su camino hacia el corazón de Harry no será largo, es sin duda alguna usted muy afortunado.


Draco sonrió con cautela, no quería ser descortés.


-Lord Snape, me temo que usted está en un error. Aunque tal vez yo he dado pie a ello, pero la verdad es que había creído que mi interés por la señorita Granger era evidente para usted y para todos.


Severus arrugó el ceño sin comprender del todo.


-No le comprendo.

-Lord Snape, deseo cortejar a la señorita Granger, es ella quien ha despertado mi interés amoroso.

-¿Qué?

-Hace unos días Harry también pensó que yo estaba interesado en él. Lo encontré paseando cerca del río. Se alegró bastante al saber que yo deseaba cortejar a su hermana y no a él -dijo el joven rubio con una suave sonrisa -. Hasta me prometió su apoyo si ella me aceptaba, eso me hizo muy feliz.


Severus se quedó mudo. Su cerebro procesó con rapidez las últimas palabras de Draco. Ahora comprendía lo que había visto aquella mañana junto al río. La efusividad del muchacho al abrazar a Harry había sido producto de la aceptación de éste a su interés por Hermione. Todo quedaba explicado. Se equivocó totalmente al dar por hecho de que Harry estaba interesado en Draco, no se trataba de eso.


Draco permanecía en silencio esperando alguna respuesta de parte del hombre mayor. Ahora a Severus lo que menos le importaba era la petición de Draco, sólo podía pensar en que había cometido el peor error de su vida. Había juzgado precipitadamente lo que había observado esa mañana. Ni siquiera le dio tiempo a Harry de explicarse aquel día, simplemente puso término al compromiso.


-¿Lord Snape, se encuentra bien? -preguntó Draco al notar la evidente tensión del hombre que tenía delante.


Severus se rehízo en un instante. No era el tipo de hombre que manifestaba su estado de ánimo frente a quienes no eran parte de su familia y, Draco Malfoy aún no lo era.


-Estoy perfectamente, gracias -respondió con una sonrisa -. En cuanto a su petición, pues tiene mi permiso para cortejar a Hermione. Eso sí le dejo en claro que ella está en absoluta libertad para decidir su futuro, jamás le impondré nada.

-Y yo no querría que lo hiciera lord Snape. Deseo conquistar el corazón de la señorita Hermione.

-Le deseo éxito lord Malfoy, si Hermione llega a corresponderle estaré feliz y tranquilo sabiendo que un joven honorable la ha conquistado.


Draco no pudo sentirse más feliz ante esta respuesta. Ahora se daba cuenta de que los nervios que había experimentado los días previos no tenían razón de ser. Saludó con una inclinación de cabeza a Severus y salió de la habitación para regresar al salón con los demás.


Severus se dejó caer en su sillón después de la salida del joven rubio. Sentía un terrible peso en el corazón. Le dolía y avergonzaba comprender que se había equivocado, pero no por una cosa de orgullo, sino porque ahora tenía plena conciencia de cuanto había herido a Harry. Recordó la mirada esmeralda de aquella tarde en el jardín de las rosas, asombrada y herida ¡Cuánto lo había lastimado!



La pregunta de rigor era, ¿podía revertir el error? ¿Le perdonaría Harry? Todo ser humano aspira al perdón del ser a quien ha lastimado, él también lo deseaba, pero estaba convencido de no merecer tal perdón. Su espíritu de rectitud le decía que debía pedirle perdón a Harry, aunque estaba seguro de que el joven de ojos esmeraldas nunca le perdonaría, pues realmente merecía el desprecio eterno del muchacho.


*~*~*~*~*~*~*


Harry vio entrar a Draco con una amplia sonrisa en los labios y mirada radiante. Quedaba claro que la petición de cortejar a Hermione había sido aceptada. Se alegró por el muchacho rubio, el hecho de perder su felicidad no le hacía desear que el resto del mundo fuera infeliz. Respondió a la sonrisa que le dirigió el rubio.


Apenas un minuto más tarde vio entrar a Severus, sus miradas se cruzaron por primera vez en varios días. En los ojos negros observó culpabilidad. Esto no le causó placer como había creído que sucedería, luego de que el hombre comprendiera el error, más bien pensó que Severus estaría lamentando que Draco estuviese interesado en Hermione y no en él. Seguramente el interés de Draco había tranquilizado un poco el sentimiento de culpa que debía experimentar por haber dicho que le amaba y luego comprender que se había equivocado.


En todo caso no seseaba inspirar compasión en Severus. Así que no se mostraría como una víctima, todo lo contrario, levantaría la frente y seguiría adelante con su vida, podía lograrlo si se lo proponía. Lo peor que podía ocurrirle era tener junto a él a una persona que le compadecía.


*~*~*~*~*~*~*


Hermione se sintió muy sorprendida ante la evidente simpatía de lady Malfoy. Rara vez ella despertaba ese tipo de sentimientos en la gente de la comarca. Aunque la madre de Draco siempre se había mostrado amable con ella, mucho más que otros habitantes de la región. Después de todo nadie ignoraba por allí su falta de antecedentes y fortuna.


Sin embargo no dejaba de incomodarle un poco la mirada atenta y alegre que le dirigía la señora Malfoy, ahora que ella conversaba con su hijo. Ella no estaba acostumbrada a la excesiva atención de los integrantes de la buena sociedad, y aunque Draco le resultaba muy agradable, hubiese preferido ser tratada con esa fría cortesía que se le había otorgado siempre por ser la «pupila pobre» de lord Snape. Algo había cambiado, podía percibirlo. Pero ella era una chica que no conocía la arrogancia, y por lo mismo no concebía la posibilidad de que tanta atención se debiera a algún interés que hubiese despertado en el joven y apuesto Draco Malfoy. Además el padre del joven, lord Malfoy, era arrogante y altivo; el infierno se congelaría antes que consentir que su único hijo se interesara en ella, una chica sin título, sin fortuna ni apellido de alcurnia.


Sonrió para sus adentros. Se sentía afortunada de estar en una posición que jamás le acarrearía alguna decepción amorosa. Nunca pondría sus ojos en Draco Malfoy ni en ningún otro. Ella amaba a un solo hombre y lo amaría por siempre, pese a saber que Remus Lupin siempre la vería como una especie de sobrina o ahijada. Nunca como una mujer.


*~*~*~*~*~*~*


Lady Malfoy estuvo hablando con Harry largo rato. El muchacho se sorprendió bastante cuando la madre de su nuevo amigo le dijo que pensaba viajar a Londres con su hijo antes de Navidad y estaría encantada de que Hermione y él los acompañasen.


-Tal vez a lord Malfoy no le agrade la idea -respondió el joven de ojos esmeraldas luego de darle una breve mirada a Hermione que hablaba con Draco.

-Mi esposo respeta mucho a lord Snape -respondió la mujer rubia -, jamás les haría un desaire a sus pupilos.


Harry guardó silencio. Sabía demasiado bien que Lucius Malfoy sentía mucho más que respeto por Severus, así como lo sabía lady Malfoy, aunque ella prefería fingir al respecto.


-Tiene usted razón -respondió Harry -. Pero veo que usted y Draco planean pasar la Navidad en Londres, porque no es un viaje como para regresar en una semana, ¿o me equivoco?

-Tienes toda la razón Harry, pretendo pasar la Navidad en Londres. Tengo familia allá, hace mucho que no visito a mi hermana Andrómeda.

-Entonces la presencia de Hermione y mía sólo importunarían.

-No digas tonterías Harry, eso jamás. Hermione me agrada mucho igual que tú. Además mi hijo te aprecia.

-Y yo lo apreció a él.

-Lord Malfoy también viajará entonces.

-No, mi esposo se quedará aquí. Dispone de grandes amigos que estarán felices de acogerlo en Navidad. Por otra parte no creo que me extrañe en absoluto.

Harry guardó silencio. Uno de esos grandes amigos era Severus. No pudo evitar un pinchazo en el estómago. Si él aceptaba viajar con Draco y su madre a Londres, Severus dispondría de toda la libertad del mundo. Podía ser que hasta se atreviera a vivir con el padre de Draco lo que siempre había deseado, pero no había hecho por no romper las normas sociales en las que tan ciegamente creía.


-¿Qué te parece mi idea Harry? -preguntó la mujer creyendo que le joven sólo pensaba en la proposición que acababa de hacerle.

-Me agrada su idea, lady Malfoy -respondió Harry.

-¿De veras, Harry? ¿Puedo interpretar eso como la posibilidad de que quizá aceptes mi proposición?

-Creo que me vendría muy bien un viaje a Londres, pero la verdad no me atrevo a hablar por Hermione. Ella es muy apegada a Severus y a Remus.

-Lo imagino. Pero creo que le gustará conocer Londres. Hay tantos lugares para divertirse.

-Le prometo que hablaré con ella.

-Oh Harry eso me hace feliz.


Harry otra vez miró a Hermione. En realidad la chica no era de las que morían por la diversión como otras jóvenes de su edad. Ella era tranquila y hogareña. Era altamente probable que se negara al viaje. Pero él sí pensaba aceptar, no le importaba si debía viajar solo con lady Malfoy y Draco. Había sido sincero al decir que necesitaba hacer un viaje. La atmosfera en la mansión, tras el rompimiento de su compromiso con Severus era terrible, no sólo para él, sino también para los demás. Lo más sensato que podía hacer en ese minuto era alejarse de Severus, era el único modo de olvidarlo y superar la decepción. Estando tan cerca de él jamás lograría arrancárselo del corazón.


*~*~*~*~*~*~*


Después de la marcha de las visitas y a la hora de la cena Harry, habló de la invitación de lady Malfoy.


Hermione se mostró muy extrañada.


Remus miró a Harry con cierta sorpresa.


A Severus ya nada le podía sorprender.


-Creo que la invitación no es muy oportuna, si aceptaran significaría pasar la Navidad separados -apuntó Remus tras escuchar a Harry.


El muchacho de ojos esmeraldas pensó «más de lo que ya estamos, no lo creo».


-A mí me agradó la idea.

-¿Estás pensando aceptar Harry? -preguntó Hermione.

-Sí, lo he pensado seriamente.


Nadie dijo una palabra. Pero todos sabían que la convivencia se había vuelto bastante incómoda.


-Sí aceptas no pasaremos juntos la Navidad -dijo Hermione.


Era cierto aquello. Sería la primera vez que Harry viviría una Navidad sin Hermione. Pero estaba seguro de que no soportaría estar cerca de Severus durante las fiestas, ahora nada era como antes. Era muy difícil para él, y estaba seguro que incómodo para los demás, incluyendo al hombre de ojos negros.


-Es cierto, pero si vinieras conmigo…


La chica le dirigió una rápida mirada a Severus.


-Este es nuestro hogar Harry.


El muchacho sintió una punzada dolorosa en el corazón. Estaba herido y no pensaba seguir escondiéndolo.


-El hogar no es un lugar físico, sino donde está nuestro corazón… el mío ya no está aquí.


Un segundo después se levantó y salió del comedor, dejando tras sí un silencio doloroso que llenaba de culpa el corazón de Severus.



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