CONFIANZA
#15
— ¿No extrañas pilotear a leo? — ambos chicos estaban en la zona de los vestidores, sentados el uno al lado del otro, los demás caballeros se habían retirado tras la batalla, los titanes de clase coloso podían ser un verdadero fastidios cuando los igualaban en número, pero con el poder de Atenea de su lado y la forma de pilotear que había entre el menor con el mayor los estaban volviendo rivales cada vez más poderoso contra los titanes.
— En ocasiones si, sólo porque podía ser menos cuidadoso y más temerario, mi enlace contigo me hace pensar más las cosas, cuando nuestra mente se une logro ver estrategias a medida que avanzo, es una sensación extraña pero cada vez me acostumbro más a ello — La mano de Aioria tomo la Saga apretándola un poco sin llegar a lastimarla.
¿En qué momento se habían vuelto tan cercanos? Ninguno lo sabía con exactitud, tal vez la conexión mental influía bastante en aquello; o aquel sentimiento de serenidad ante la tormenta que poseían al estar compartiendo aquel lazo les daba la confianza necesaria para volverse cada vez más cercanos.
Saga había dejado de sentir aquella soledad, se había atrevido a contarle al león de su madre, de su historia, de mostrarle la bella fotografía de la mujer de hermosa sonrisa y largos cabellos lila llamada Saori y poder compartir aquello significaba abrir su coraza y exponerse ante aquel hombre de cabellos castaños que había llegado a su vida en un pestañeo.
— Saga yo…— Saga prestó atención al castaño para verlo callar de un momento a otro — no es nada… — concluyó dejando aquel sentimiento intrigante en el de cabellera añil.
Tras ese momento incomodo recordaron que se hacía tarde y era hora de marcharse, el traje y aquellas partes mecánicas fueron retiradas una a una, y la delgada capa de fibra inteligente que se pegaba a sus cuerpo también, Aioria miraba el cuerpo blanquecino del otro chico de reojo observando cada porción que se alcanzaba a ver, cada curvatura, hueso que sobresalía y músculo que se marcaba y sin poder resistirlo sus manos se aventuraron a tocar un terreno prohibido, aquella lechosa piel con sus manos, sintió el estremecimiento en el otro y como cada poro se contraía.
Aioria besó uno de sus hombros raspando la piel con la barba que no afeitaba hace tres días, debía parar, pero sus ganas de clavar sus dientes y obtener más de Saga no lo dejaban, sintió otro espasmos cuando sus dedos deslizaron completamente la parte superior del traje y su pecho desnudo se apoyó rosando la espalda de la fuente de sus recientes deseos y culpa.
La imagen de Marín vino a su mente y se detuvo, y aquellas caricias pararon por completo, aquello había sido peligroso, y otra vez un puñal se clavaba en su pecho con dolor al notar lo que estaba haciendo.
REVELACIÓN
#16
Saga se había confinado a su habitación desde hace un semana, no había comido nada y lo poco que había hecho era beber una que otra vez un vaso de agua, sus ojos de vez en cuando se enfocaban en el baúl que yacía sobre el piso a los pies de la cama, y cada vez que lo hacía recordaba cada una de la letras que contaban una horrible mentira, una mentira que descubrió tras encontrar una dirección en una de las libretas antiguas de su madre junto a una llave, una mentira encerrada en una bodega al centro de la ciudad donde sólo se encontraba un baúl con un montón de libros, documentos y libretas.
La verdad sobre su origen, sobre el de su madre, que resultó no ser su verdadera madre, la respuestas al color de sus cabellos, al porqué se sentía diferente, el verdadero nombre de la organización que desató el final de los tiempos, la identidad de aquellas dos razas que una vez lucharon por el control de la tierra.
Los hijos de Gea, los humanos originales, organismos producidos a la semejanza de su madre, con el fin de colonizar el planeta tierra y nutrirlo con su vida, Gea, la titanide de la tierra, de la vegetación, de la tierra fértil y diosa de los humanos que alguna vez habitaron la Atlántida.
Y los otros, los organismos descendientes de Urano el ladrón caído del cielo, que cometieron el pecado de robar a una de las hijas de Gea y crear el sub producto llamado como la falsa humanidad a la cual pertenecía a toda la sociedad actual.
Documentos donde detallaban los resultados de la guerra, el primer encuentro con Urano y el nacimiento de uno de sus vástagos llamados titanes, la realidad sobre los santos, aquellas máquinas creadas con cuerpos y material genético de los primeros titanes y la razón de que sólo la humanidad falsa podía utilizarlos.
Su propio origen como el clon de la deidad Gea, creado gracias a los restos que su cuerpo dejó sobre la tierra, y su rapto por parte de su “madre” del laboratorio donde fue creado, fotografías de las ruinas de los templos y ciudad de la Atlántida, del cuerpo petrificado de Gea, y de la inscripción grabada en el templo.
“Cuando Gea vuelva a la vida, la batalla por el sol será librada, los restos de los invasores yacerán bajo sus pies, y el dominio de los falsos quedará en la palma de su mano. Oro y sangre maldita será su bendición, oro y sangre maldita serán su perdición”.