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El samurai y el noble por darkwinter

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El año nuevo se acercaba, la servidumbre ya había puesto las decoraciones por lo largo del hogar Asakura, y para animar mas cosas las guerras ya hacia unas semanas finalizaron, a pesar de ello, Amidamaru aún permanecía realizando sus labores de vigilancia, después de todo no todos los días se tenia a un temible samurái protegiendo el hogar. Para Yoh el que Amidamaru siguiera quedándose fue algo maravilloso y para Hao algo molesto, aún seguía detestándolo, por fortuna del menor su igual seguía sin sospechar nada, incluso con repentinas desapariciones a mitad de la noche. Esa noche en especial los dos se encontraban recostados juntos, disfrutando en silencio de su mutua compañía, el pelicorto permanecía cómodamente recostado sobre el pecho del otro que intentaba no quedarse dormido.

-Ya tenemos sueño, es mejor que vaya-se levanto no sin antes darle un cariñoso beso.

-Nos vemos mañana-lo sujeto de la cadera acercándolo de nuevo acariciándole el rostro para después pasar a retirase. La relación de ambos no podía ir mejor, pero había una cosa que inquietaba un poco a Yoh, se trataba sobre su primera vez, sabia que tarde o temprano debería tener intimidad con Amidamaru , sería su primera vez y era cociente que le dolería, por lo que se sentía inseguro, quería disfrutarlo hasta el ultimo segundo. Mientras realizaba sus estudios seguía meditando el asunto por lo que se encontraba algo distraído.

-Yoh-su igual lo sacudió del hombro llamando su atención.

-Hmm ¿Qué pasa?

-Lo mismo te pregunto, has estado un poco raro.

-Hao…¿Tu has pensado en como seria tu primera vez?

-¿Primera vez?

Tardo en captar a lo que se refería, cuando entendió un leve sonrojo se mostró, ese tema siempre lo tenia en mente, ese momento lo imaginaba en varios escenarios siempre con la misma persona, Yoh.

-En parte- respondió desviando la mirada.

-Y ¿no te sientes inseguro de no disfrutarlo? - él también se sonrojo, con un tema así no podía evitarlo.

-No, después de todo no es como si fuera a ser la única vez que lo haga-varias de sus fantasías venían en mente al contestar junto con sus deseos de tomar a su igual y revelar sus verdaderos sentimientos.

-¿Por qué preguntas eso tan de repente?-pregunto tratando de lucir calmado.

-Yo solo…tuve curiosidad-volvió a lo suyo como si nada, Hao no le dio mas importancia, aunque tuvo suerte de no excitarse frente a su gemelo, hubiera sido incómodo. El pelicorto daba vueltas tratando de conciliar el sueño sin éxito, el tema lo tenia ansioso, entonces tomo una decisión, se levanto tratando de no hacer mucho ruido se fue, no imaginaba que Hao tampoco pudiera dormir.

-Yoh, pensé que nos veríamos mañana-el samurái se encontraba aun un tanto adormilado al ser repentinamente despertado.

-¿Qué es l….-no tuvo oportunidad de terminar ante los repentinos besos del pelicorto.

-Solo deseaba verte- dijo continuando, a medida que continuaban subían de intensidad separándose por la falta de aire, en ese momento el peliblanco se percató de cierto bulto en la entre pierna del joven, lo miro a lo que el asintió dándole su aprobación a lo que estaba apunto de hacer. Adentro sus manos bajo las prendas del pelicorto, complaciendo su erecto miembro y torturando uno de sus pezones, no tardo mucho en venirse salpicándole la mano con su esencia, acto seguido Yoh le limpio la mano lambiéndole los dedos, ahora era el samurái que estaba excitado, una vez termino su labor Amidamaru lo recostó en el piso posicionándose entre las piernas del joven, desnudándolo por completo, admiro la tersa piel del pelicorto, lucia como si fuera de porcelana, Yoh para poner las cosa igual también lo despojo de sus prendas teniendo una vista mas clara del bien formado y entrenado cuerpo del samurái, también de las cicatrices que tenia en casi todo el cuerpo, pero no le importaba, lo que lo sorprendió de golpe fue el tamaño del miembro ajeno, cuando lo espió no pudo tener una vista clara aparte de la distancia, por un instante se sintió intimidado por el tamaño, aunque eso paso rápido al sentir una intromisión masajeándole la entrada, el samurái había introducido primero un dedo para acostumbrarlo y evitarle tanto dolor, Yoh trataba de controlar sus gemidos, por muy tarde que fuera y todos durmieran, no se arriesgaría, Amidamaru introdujo el segundo dedo, el pelicorto tenso un poco las piernas, ya en el tercero un fuerte dejo escapar un fuerte gemido, inmediatamente se tapo la boca auto silenciándose, una vez lo acostumbro, se introdujo con suavidad, el pelicorto se estremeció por un instante ante la intrusión, espero un poco a que estuviera preparado sujetándolo de la cadera, Yoh asintió con los ojos cerrados a lo que el peliblanco empezó mecerse sobre él, le dolía tal como temía ,sin embargo se fue volviendo placer disfrutándolo animándose a abrir los ojos. Amidamaru estaba siendo cuidadoso, le preocupaba que de usar toda su fuerza llegara a lastimarlo, de pronto, Yoh estiro sus brazos rodeándole el cuello acercándolo para besarlo.

-No te contengas, estaré bien-le susurro soltando mientras le sonreía, el samurái asintió aumentando el ritmo de las embestidas, no creyó que fuera a disfrutarlo tanto, Yoh era especial, no cualquiera había conseguido hacerlo sentirse de esa manera, para Yoh igual, fue estúpido haberse preocupado tanto, el sexo era maravilloso, mas con la persona que amaba. Llego el momento en el que se corrió llenando con su esencia el interior del joven que después también acabo viniéndose, Amidamaru se recostó sobre el aun jadeando, Yoh le acaricio la cabeza con ternura.

-¿Lo repetimos?-le pregunto abrazándolo a lo él asintió.

Hao se extraño por la larga ausencia de su igual, al principio pensó que había ido al baño pero para el tiempo que paso ya no le parecía normal por ello decidí salir a buscarlo, al no encontrarlo en el baño se preocupo y tuvo un presentimiento, se dirigió en donde se hospedaba el samurái, al llegar lo escucho jadear, entre abrió la puerta lo suficiente para mirar lo que ocurría adentro, lo que descubrió lo destrozo por completo, su hermano estaba de espaldas disfrutando mientras el samurái lo embestía, lo único que pudo hacer fue marcharse de ahí con esa escena graba en la mente, al regresar a la habitación callo de rodillas sobre su futon golpeándolo ferozmente mientras lloraba, ira, tristeza, su corazón se rompió en mil pedazos, cuando siempre aguardo a que su hermano lo amara, este se enamoró de otro haciéndolo a un lado, todo era culpa de Amidamaru, si él nunca hubiera aparecido habría tenido una oportunidad, demasiado tarde, lo perdió, mas no iba permitir que el samurái siguiera disfrutando a Yoh, si no lo pudo tener el tampoco lo tendría. Al día siguiente Yoh notaba a Hao molesto a pesar que fingia no tener nada, lo conocía perfectamente y sabia cuando algo lo molestaba, pero nunca consiguió que le digiera que tenía, por lo que se quedó con la incógnita.

-Hao a estado algo extraño hoy-le comento a su amado.

-¿Qué crees que tenga?

-No lo sé, tal vez se le pase después, él es así.

El pelicorto salto directo al samurái uniendo sus labios, le gustaba verlo sonrojarse por esas repentinas muestra de afecto.

-Nos vemos en la noche- dijo antes de marcharse alegre, ninguno de los habría adivinado que Hao los estaba espiando, no le importaba si su hermano salía herido se iba a deshacer del samurai, ya tenía todo planeado solo debía esperar hasta la noche.

-Me las pagaras-murmuro marchándose con una sádica sonrisa en su rostro.

-Él es solo mío.

 

 

 

 


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