Amidamaru sostenía al pelicorto de los muslos mientras se la hundía, Yoh media sus gemidos mientras disfrutaba.
-T..te..amo-dijo entre gemidos.
-Ta…mbien…..yo-se inclinó lo suficiente para besarlo y luego lamer su oreja terminando corriéndose llenándolo, ambos descansaban, Yoh recostado cómodamente sobre el pecho.
-Hoy también fue increíble-comento con una sonrisa n su rostro.
-¡YOH!-de repente la puerta se abrió, afuera se encontraban sus padres, sus abuelos y Hao, Yoh salto de golpe tratando de cubrir su desnudes, antes de que pudiera hacer algo Mikihisa ya lo había tomado del brazo sacándolo a la fuerza , sostenía sus prendas tratando de cubrirse.
-Amidamaru, márchate ahora mismo y nunca vuelvas-hablo firme su abuelo con una expresión furiosa, el samurái bajo la cabeza asintiendo.
-Esperen, fue mi culpa, el…- fue interrumpido por una abofeteada por parte de su abuela.
-Tu no hables, mañana tendrás tu castigo-Hao lo tomo entre brazos ayudándolo a levantarse.
-Es mejor irnos-le dijo llevándoselo de ahí, incapaz de hacer algo solo volteo viendo por ultima vez a su amado. Hao se apresuro a taparlo con una sabana antes de que se viera afectado por el frio.
-No es justo…yo..yo-no pudo contener sus deseos de llorar.
-Yoh-su hermano se apresuró a abrazarlo a lo correspondió, permanecieron así hasta que el menor se durmió, una vez eso paso lo acomodo en el futon, se cubrió a boca ocultando su sonrisa de par a par, todo salió como lo esperaba, mientras Yoh no se enterara de que el fue delatarlo todo estaría bien, después de todo lo mas seguro seria que Yoh no les dirigiera la palabras a sus padres y abuelos y que tampoco quisiera escucharlos, se acomodó abrazándolo, acariciándole la cabeza. Todos se reunieron en la gran sala, Yoh permanecía enfrente de ellos como si se tratara de un juicio.
-Yoh, tu comportamiento ha dejado en ridículo a toda la familia, el solo hecho de que hayas tenido relaciones con alguien de bajo rango, peor aún, de tu mismo sexo, nos deja decepcionados a todos-dijo su abuelo, todos permanecían callados y el pelicorto cabizbaja.
-Por eso, mismo ya te conseguimos una prometida, te casaras con ella y corregirás tus errores-los gemelos quedaron en shock por las palabras de la abuela, Hao no había previsto eso.
-¿Piensan…que..yo puedo hacer a un lado mis sentimientos?, yo lo seguiré amando, les guste o no-se levanto furioso yéndose de ahí.
-¡YOH!-ignoro los llamados de su abuelo, por su parto Hao empezaba en una manera de encargarse de la prometida. Yoh se dirigió donde solía estar Amidamaru, entro encontrando todo vacío, se encerró hay sollozando, le dolía que ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse, se sentía molesto y triste al mismo tiempo, solo quería estar solo, que nadie lo molestara.
-Amidamaru-murmuro en un rincón abrazado de rodillas a oscuras.
Los días pasaron, Yoh tomo una actitud ausente, ignoraba a todos menos a Hao, en quien aún confianza, sus abuelos lo vieron como un berrinche, pero sus adres se encontraban preocupados.
-Yoh, no me gusta verte triste, sonríe, solo para mí-Hao lo trataba de animar sin conseguirlo.
-Perdon, solo que…-no sabía cómo expresar con palabras sus sentimientos
-Los abuelos son muy crueles al comprometerte tan rápido si darte tiempo.
-Ha ellos solo les importa la imagen de la familia.
-Tu mereces estar con alguien que te conozca a la perfección.
Hao se fue dejando a un pensativo Yoh, no lograba entender que le quiso decir con eso ultimo. Yoh desde lo ocurrido opto por siempre estar encerrado, se reusaba a salir, Hao era el único que podía entrar, según entendía su prometida vendría en unos días, o que le desagradaba. Ese día permanecía encerrado como siempre, Hao se acaba de ir, le resultaba aburrido pasársela en cautiverio, más quería dar a entender se enojó.
-Yoh-lo llamo al otro lado de la puerta Mikihisa, no se dignó en abrir ni un poco la puerta.
-Se que estas molesto, nunca imagine que tuvieras esas preferencias, digo, me tomas por sorpresa, mira el punto es que esta bien amar a alguien, tus abuelos tal ve fueron un algo duro al comprometerte así de repente, pero entiende que no todos verán bien una relación de dos hombres.
Solo lo escuchaba en silencio, a decir verdad, sus padres parecían importarles mas como se encontraba que su orientación, se sentía mal en pensar en cómo los ha tratado.
-Cuando Hao nos fue a despertar a mitad de la noche diciéndonos que teníamos que ver algo importante pensé varias cosas menos esto.
-¿Hao les dijo?
-Si, tal ves pensó que Amidamaru te hacia algo malo y por eso nos dijo.
-No, no fue eso, papa perdón, solo que realmente lo amo, si te desagrada, está bien, aun así, lo seguiré amando.
-Lo entiendo, no por nada te le entregaste, aunque esto sea complicado para mí y tu madre, trataremos en apoyarte en todo.
-Gracias papa
Nunca hubiera esperado que fuera la razón por la que descubrieran su amorío, enfadado espero a su hermano para confrontarlo, debía escuchar todo lo que quería decirle en ese momento. Por la tarde Hao volvió con Yoh siendo recibido por su igual que se mostraba bastante enfadado.
-Fuiste tú, me delataste, ¿acaso no te importaba si salía lastimado? - reclamo con los puños cerrados.
-No se de que hablas- trato de disimular su sorpresa, fue ingenuo al creer que Yoh no se enteraría tarde o temprano.
-¡NO FINJAS!-exclamo molesto acercándose a Hao.
-¿Por qué lo hiciste?-estando a escasos centímetros de él, esa sensación se hizo presente y ya no pudo contenerla más.
-¿Quieres saber por qué?, te lo mostrare-lo sujeto unión sus labios, el menor ante esto respondió con una bofetada alejándose del contrario confundido.
-Sabia que harías eso si no conseguía que te enamoraras de mí, ese maldito samurái tuvo que llegar y arruinarlo todo.
-Te equivocas, yo siempre te vería como mi hermano, no como algo más.
-Preferiste revolcarte con ese sujeto que a mí.
-Nunca te amaría de la forma que quieres.
Hao ahora furioso empujo a su igual tumbándolo en el piso posicionándose sobre el arrancándole la ropa, sin embargo, paro sus intenciones al mirar al menor llorando a mares con la cara de lado evitando mirarlo, se levanto sin decir nada dirigiéndose a la salida.
-Ya no volveré a dormir en esta habitación, estas solo Yoh-salio sin voltear atrás alejándose de hay deteniendo en un momento golpeando la pared fuertemente, amaba a su hermano, lo amaba, lo deseaba, pero cuando lo vio llorar no pudo continuar, pudo hacerlo, era su oportunidad, más no pudo sabiendo que sufriría y no disfrutaría. Yoh aún seguía tendido sobre el piso llorando, todo parecía que había derrumbado, jamás imagino que su propio hermano sintiera eso por él, le dolía que todo se hubiera tornado de esa manera, como si todo hubiera sido una mentira, quería ver a Amidamaru, lo deseaba, lo extrañaba, tenia que ir a buscarlo, no pensaba permitir que lo casaran a la fuerza, lo decidió saldría al peligroso exterior a encontrar a su amado. En la penumbra de la noche preparo todo lo necesario, tomo una de las prendas de la servidumbre para lucir a un civil cualquiera, tenía todo listo.
-¿A dónde vas?