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Raikorisu no hata (El campo de las Lycoris) por shanakamiya

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Notas del capitulo:

¿Como han estado?

Un mes ocupado para mi debido al trabajo... eso ya no es nuevo...

Pero me doy mi tiempo para actualisar. Gracias por la paciencia. Se que aveces es pedir mucho. La mayoria esta acostumbrado a que todo sea rapido y constante. La costancia si puedo darselas, mas no la rapides.

Pero han de saberse que siempre tarato de darles lo mejor en las lines que leen. 

Me hubiera gustado subir este capitulo antes de navidad pero no se pudo. hoy es cinco de enero en mexico y los reyes vienen. supongo que se lo pueden tomar como una especie de regalo de reyes....

En fin. espereando que les guste el capito. Los dejo con el.

Capitulo XIII

 

 

Cuando Yuri regreso a la habitación de Nadeshiko ya era casi hora de abrir la casa. El pequeño entro despacio al cuarto con la mirada agachada y un recipiente pequeño  de barro en la mano derecha. Cerró la puerta lentamente y se quedó a unos pasos del umbral esperando a que su hermano mayor le digiera algo.

Nadeshiko por su lado, se queda dándole la espalda mientras se arregla su largo cabello frente al espejo. Tuerce la boca y no sabe que decirle a el pequeño. Inclusive durante la hora del baño había preferido quedarse solo y guardar distancia de él, mientras observaba como este era atendido por Kiku y Tsubaki. Espero a que el albino se acercara o se atreviera a decir algo pero no paso así.

Hubo un silencio. Solo el imperceptible ruido que Nadeshiko hacia al enredar su cabello dándole vuelta una y otra vez en un chongo y colocar las kanzashi una por una.

Mira por el espejo. Yuri estaba completamente quieto. Puede apostar que si no le dice palabra alguna ese niño se quedaría allí parado para siempre. Sabe que pronto tendrá que hacer algo para romper esa incomodidad entre ambos.

Comienza a desesperarse de pensar que el tendrá que ser el que resuelva todo.  Sin mucho ánimo dijo cortante:

―No te quedes allí parado. Estorbas. Dentro de poco tengo que bajar a trabajar, así que quédate aquí arriba en el otro cuarto.  ¡Anda! ¡No te quedes mirándome!

El pequeño se sobre salta en su lugar corre rápido hacia la otra habitación sin embargo antes de entrar, se regresa donde esta Nadeshiko quedándose frente a él  mostrándose tímido tratando de decir algo.

― ¿Qué quieres? ¡Di algo! ¡Vamos! No me hagas perder aún más mí tiempo.

Nadeshiko es poco paciente no pude mirar al pequeño sin pensar en muchas cosas que le incomodan y de las que no quiere hablar. No puede evitar ser así con él a pesar de sentir arrepentimiento después. Sin darse cuenta siempre espera que el menor le diga algo, lo que sea que le muestre que tiene un poco de voluntad, que puede pensar por sí mismo.

―Lo… si…en…to…

Yuri habla apenas audible, tembloroso. Extiende el recipiente con ambas manos cerrando sus ojos fuertemente esperando a que el mayor le grite de nuevo.

Pero por el contario Nadeshiko tomo el recipiente con cuidado y pregunto sin alzar la voz.

― ¿Qué es esto?

―…. Me…di…ci…na…

― ¿He?

―Pie… duele…

Dice el niño abriendo los ojos de poco a poco y señala tímidamente el tobillo de Nadeshiko quien se había cubierto la herida discretamente con una cinta de seda purpura.

― ¿De dónde la sacaste? Te dije que no estuvieras aceptando cosas de los demás.

Frunce el ceño pero no grita.

Yuri mueve los pies nervioso apretando los deditos. Mira arriba y abajo a su hermano mayor y balbucea algo inteligible para el mayor el cual trata de contener su enojo.

―Ki… ku… Nii... da… para ti… ¡No dinero!

Yuri dice nervioso indicando que era un regalo de parte de Kiku. Al escuchar esto Nadeshiko se sobresaltó haciendo una mueca de desagrado. Ese chico se estaba tomando de nuevo mucha confianza con él para mandarle medicamento.

―Ya veo ―dijo. Se puso de pie y dejo la medicina oculta dentro de su buro ante la mirada decepcionada del menor que pensó que su hermano se pondría feliz por hacer bien un recado. Nadeshiko suspira, sabe que necesita la medicina pero duda en quedársela o venderla. Podría sacar un buen dinero de ella sabiendo que es del viejo doctor. Le irrita el hecho de que Kiku le mande regalos, así mismo como que él tenga razón y no tenga el suficiente dinero para pagar su cuota de este mes así como la comida de él o de Yuri de lo que resta del mes, sin olvidar los próximos gastos que aria para la presentación del albino. Es un idiota, no sabe que estaba pensado en el momento en que tomo a Yuri a su cuidado. ¡Ah! ¡Esperen! ¿Ese niño sigue de pie detrás de él observándolo?

Efectivamente allí esta.

― ¡Te dije que te fueras al otro cuarto y te quedaras allí! ―grita desesperado

El pequeño albino brinca en su lugar y después de un momento de duda correr a la habitación contigua mientras Nadeshiko se acerca a la puerta para salir. Estando en el umbral se queda quieto un segundo esperando escuchar como Yuri cierra la puerta pero no oye nada. Echa la mirada de soslayo y observa al niño sentado con la mirada agachada. Aún no ha cerrado la puerta. El mayor truena la boca y tomándose su tiempo, pregunta:

―Lo que ocurrió esta mañana…. ¿aun te duele?

Yuri niega con la cabeza inmediatamente por impulso y aun que Nadeshiko lo observa hacerlo Pregunta más severamente ― ¡¿Te pregunte que si te había dolido?!

―N… n-no…

Contesta apenas audible.

―Así está mejor… es un alivio ―Nadeshiko modera la voz aún que se escucha disgustado―.  Ahora cierra la puerta y no salgas.

Dijo y se fue.

El resto de la noche no había sido diferente a lo que ya se había estado acostumbrado Nadeshiko, solo un cliente lo solicito a comparación de los cinco o siete que tiene  los demás en su posición. Soportando las miradas burlonas de los demás, las risitas taimadas de Kiku y la mirada amenazante del mocoso de Tsubaki. Todo por haber perdido los estribos en la tarde.

Terminan el turno de ese noche para su desdicha con un desaire por demás por demás amargo, habían escogido a alguien más joven antes que a él. Y por si no fuera poco observo a aquella sirvienta de la mañana hablar con Okaa-san, probablemente a acusarlo por el alboroto que causo.

Con el sentimiento de que todo se le está viniendo encima escapa a su habitación. Sube cansado, solo quiere echarse a dormir y ya no pensar en absolutamente en nada. No quiere despertar al día siguiente.

―Maldita sea.

Se dice así mismo tocándose la frente y frotándose la cien. No debería pensar en eso. ¡No debe de pensar en nada!

Entra a su cuarto, cierra la puerta y comienza a desvestirse capa por capa de ropa dejándola caer en el suelo mientras camina hacia su futon hasta quedar solo con el fondo blanco; se pasa la manga de este por el rostro queriendo quitar rápidamente el maquillaje que Okaa-san los obliga a usar y se quita las cinco kanzashi que llevaba en el pelo dejándolas caer en el suelo sin cuidado. Su cabello queda suelto pero rizado de las puntas por el recogido que se había hecho, se pasa la mano por detrás de este rápidamente para desenredarlo sin mucho éxito. Ni siquiera se molesta en apagar las lámparas de aceite que dejo encendidas antes de salir. Se dispuso a tumbarse en el colchón y caer rendido cuando se da cuenta que la puerta de la habitación contigua esta levemente abierta. Se queda mirándola unos segundos hasta que esta se cierra de repente del otro lado.

Suspira, camina hacia ella y la abre de par en par observando al pequeño Yuri gatera de espalda hacia su cama improvisada.

―El turno de la noche ya término. ¿Estabas esperándome?   ―Pregunta el mayor pero el niño no contesta quedándose quieto. Nadeshiko lo intenta de nuevo―. Hace un rato cuando subí con aquel tipo estas observándonos ¿cierto?

Se recarga en el marco de la puerta esperando a que el niño responda. Lo ve asentar con la cabeza pero eso no es suficiente para él.

― ¡Contéstame! ―golpea el piso con su pie fuerte mente.

― ¡A-aja!

Yuri contesta fuertemente asustado.

―Bien. Así está mejor ―el mayor modera sus voz e indica―. Ven. Quiero que hagas algo.

El pequeño se voltea lentamente y se sienta en el piso observando a su hermano sentarse con las piernas cruzadas en el futon de cobijas rojas. ―dije que vengas. No te quedes mirándome.

Yuri gatea hasta él. Era más rápido moverse de esta forma que estando de pie.   Se sube en el futon y se torna más cauteloso al acercarse cada vez más al mayor.

―Ven, acércate.

Lo llama Nadeshiko lentamente con su mano derecha mientras que con la izquierda busca algo detrás de él.

 Yuri se acerca lentamente quedando entre las piernas de Nadeshiko. Sube su mirada inocente y espera alguna indicación del mayor el cual solo se le queda mirando fijamente unos segundos para a continuación poner su mano derecha sobre los cabellos blanco. El albino cierra los ojos por impulso pensando que el mayor lo jalaría de nuevo pero en su lugar siente algo fino deslizarse entre sus cabellos, al abrir los ojos lentamente se da cuenta que Nadeshiko le estaba cepillando el cabello con su peineta de carey.

―Parece que no lo hice suficientemente fuerte como para arrancarte un mechón de cabello― menciona el chico―. Al parecer no eres tan delicado como pensé.

Termina de decir y suelta un quejido. Nadeshiko había pensado en disculparse en ese momento con el albino por lo que le hiso esa mañana, sin embargo no pudo, su mecanismo de defensa mostrándose superior y mezquino gano de nuevo. Continúo su trabajo cepillando el delgado y sedoso cabello del albino. Tiene una costumbre de cepillárselo una vez al día y cuando lo hace se llena de una sensación de calma, incluso de melancolía. Durante ese periodo suelen quedarse en absoluto silencio sin hacer otra cosa. Pero esta vez hay algo diferente. Nadeshiko se toma su tiempo, no sabe cuándo fue que bajo la peineta y comenzó a acariciar el cabello directamente con su mano mientras que con la otra repasaba el costado del rostro del menor el cual en absoluta obediencia se queda quieto recibiendo lo que parecen carias, las primeras carisias que su hermano le ofrecía.

Yuri cierra los ojos sintiendo algo cálido inundarlo. Nadeshiko aprovecha esto y pasa su pulgar por las blancas y tupidas pestanas del niño.

―En verdad son muy suaves. Suaves como plumas.

Se pregunta cómo es que alguien como Yuri logro sobrevivir durante tanto tiempo  siendo arrastrado en una carreta. Es tan frágil y pequeño. Tan inocente.

“Lo dejas andar libre por aquí y por allá ingenuamente sin querer mancharlo de todo lo que significaría una profesión como esta para un niño como él”

Recuerda las palabras de Kiku y deja caer sus brazos a sus lados. Yuri abre sus enormes ojos rojos y parece quedar preguntando qué es lo que pasara ahora entre ellos.

Nadeshiko lo mira y su expresión se endurece de nuevo. Le entrega la peineta a Yuri en sus pequeñas manos y da la espalda.

―Es tu turno. Ahora si te estoy mandando a que hagas algo, así que hazlo bien y no me vallas a jalar o la próxima vez me asegurare de devolvértelo.

A pesar de la amenaza Yuri sonríe. Era la primera vez que su hermano le permitía estar tan cercas suyo y hacer algo que considera su verdadero primer encargo. Toma aire, entusiasmado toma la peineta con sus mano derecha y desde arriba la desliza con cuidado por el largo cabello de su hermano hasta el final de su cintura deshaciendo el rizado. Nadeshiko no dice nada, ni se queja, lo que toma el pequeño como una señal de que lo está haciendo bien repitiendo el proceso con más confianza. Con cada cepillada el pequeño huele un aroma delicioso que no sabe nombrar, a canela y menta. Después se enteraría que lo que olfateaba era el aroma de la esencia de shiso que solía usar el mayor como marca personal.  Atraído por ello deja su labor y pega su rostro a la espalda de su hermano para poder olerlo profundamente.

― ¿Qué haces?

Pregunta Nadeshiko que no esperaba eso, así  mismo como que el albino le contestara. Pero por el contrario Yuri responde mientras caricia el cabello y huele profundamente:

―Gus… ta…

―Con que te gusta mi cabello. ―se ríe sarcástico alejándose de Yuri quien se separa preguntando. Nadeshiko comienza a trenzarse el cabello confesando abiertamente―.  La verdad es que yo siempre he detestado tenerlo así de largo. Ya terminamos. Es hora de ir a dormir.

El niño deja la peineta sobre la cobija y baja del futon gateando para ir a la habitación contigua. Antes de que avance mucho, Nadeshiko lo llama de nuevo:

―Sabes, ya comienza a hacer frio por la entrada del invierno. Ven aquí. Dormirás conmigo hoy. No quiero que digan que te dejo morir de frio. Ven, no te quedes allí mirándome. No hagas que me arrepienta.

Se mete debajo de la cobija y deja un espacio para que el pequeño se acuesta. Por su parte Yuri no oculta su emoción se regresa gateando contento y muy sonriente por el ofrecimiento de su hermano mayor.

―Antes de meterte en el futon quítate el kimono. Debe de ser muy incómodo dormir así.

Yuri se queda en la orilla del futon y agacha la mirada. No sabe cómo decirle a su hermano que no quiere hacer eso ya que no sabe cómo ponérselo de nuevo en la mañana. Ya parece mucha molestia para el mayor hacerlo cada vez que terminaban de bañarse para que lo haga también cada mañana.

― ¿Qué ocurre? Ah! Es cierto aun te sabes vestir solo… ―suspira― mañana te enseño para que no estés molestándome. Así que rápido, me entra el frio con las cobijas así.

Yuri asienta con la cabeza mientras su pequeña sonrisa se formaba de nuevo. Se desato el obi y dejo caer el kimono dejándose solo el fondo blanco se acuesta al lado de Nadeshiko que inmediatamente  lo tapa con  la cobija roja, lo arropa y le da la espalda. Yuri se siente tan calientito y cómodo, nunca se imaginó que hubiera algo más cómodo que sus cojines en el suelo. Esta sonriente, contento tan lleno de emoción que inmediatamente se da la vuelta abrazando por la espalda a Nadeshiko quien no puede evitar saltar en su lugar sorprendido. Ese niño no comprende los límites del espacio personal, así mismo como el hecho de que no debería tomar confianza de cualquier persona.

Nadeshiko suspira tratando de no mostrarse agresivo, aprieta las sabanas controlándose lo más que puede y decide que lo mejor que puede hacer es decir lo que realmente piensa si no puede disculparse con ese niño:

― Cuando te hable o te pregunte algo quiero que me contestes las cosas ―gira lentamente su cuerpo hasta quedar frente a Yuri―.   No me gusta que solo me muevas la cabeza. Quiero escuchar tu voz. Y si no sabes hablar entonces, que remedio yo te enseñare a hacerlo. Pero quiero que entiendas esto. Es por tu bien. Si no aprendes a defenderte solo y dejas que te arrastren a todas partes sin oponer resistencia te ira muy mal. En especial en un lugar como este. ―agacha la mirada lamentándose―. La verdad es que no soy nada paciente o amable, ni siquiera bueno. Por eso no esperes que yo cuide de ti. Puedo enseñarte… eso es todo…

―S-si… Nachiko Nii… enseñar… si…

Yuri le contesta colocando sus pequeñas manos en su pecho. El niño no tiene el concepto de lo que hace a una persona buena o mala. Pero sabe que fue su hermano mayor quien lo escogió, quien le puso nombre, quien le cepilla todos los días el cabello, quien le deja comer comida abundante y deliciosa; y quien ahora lo deja dormir en el lugar más como del mundo. Yuri lo único que sabe es que quiere que ese chico con aroma a menta y canela le diga que es bueno el querer estar a su lado.

El mayor coloca su mano en el rostro del albino y acaricia sutilmente pero sin dejar de mostrarse serio en su mirada y en sus palabras:

―En ese caso tienes que prometerme dos cosas. La primera es que tendrás que hacerme caso en todo lo que te diga, no importa lo difícil o cansado que sea. Tienes que hacerlo. Porque los demás van a ser muy crueles contigo si no puedes igualarlos y en segundo… no quiero que te acerques a Kiku por ninguna circunstancia.

― ¡Ah! ¡Baki…! ¡Baki…!

El niño luce preocupado al entender que si no se le permitía estar cerca de Kiku eso también significaría estar lejos de Tsubaki. No podría con algo así.

― ¿Baki? Es ese Tsubaki ¿cierto?

―S-si...

―Mañana tengo algo planeado con ese niño. Depende de lo que pase te diré si te permito acercarte a él o no.

El albino se abraza fuertemente a su hermano esperando que este lo deje estar con su amiguito Tsubaki.

Nadeshiko por su parte esta renuente a corresponder el abrazo. No quiere que el albino tenga tanto apego hacia él. Dice nada agradable esperando que Yuri se enfade y le dé la espalda:

―Supongo  que ahora que has probado un futon, estás enojado conmigo por hacerte dormir en el suelo todo este tiempo.

―N-no… no…

Contesta Yuri negando con la cabeza. Para él, ese montón de cojines en el suelo eran mucho más cómodo que la pila de paja con olor a orina y tierra que tenía en el interior de su celda. Por eso el estar ahora acostado al lado de su hermano mayor en ese lugar tan mullido y cálido es algo tan grandioso para el que  no sabe describirlo

Al contrario de lo que pensó Nadeshiko Yuri se pegó aún mucho más a su cuerpo frota sus rostro en el pecho del chico y sus piecitos fríos contra las piernas cálidas del muchacho.

“Adivina que fue lo que los encontré haciendo la vez pasada”

¡¿Por qué recuerda eso justo ahora?! Nadeshiko no sabe si moverse bruscamente para deshacer el abrazo y dormirse ya o por el otro lado aprovechar ese momento para hacer algo más. Después de todo a estas alturas los demás ya debieron de haber hecho aquello con sus respectivos hermanos menores.

Se relame los labios tratando de encontrar las palabras correctas. Quizás lo piensa mucho, es decir ese niño ya tiene “experiencia” de cierta forma.

―Kiku me dijo que te encontró tocándote con Tsubaki la vez pasada ―comenta. A lo que el niño lo mira confundido sin entender a lo que se refiera exactamente su hermano por ende lo toma de la mano por debajo de la cobija, al  igual que hace con Tsubaki casi todo el tiempo cuando no están haciendo las labores de la casa. A Nadeshiko le toma un par de segundos entender las acciones de su hermanito― .No me refiero a tomarse de las manos. Me refiero a que… ustedes hicieron algo más íntimo.

<<¿I…ti… mo…?>>

Pregunta el niño con ojos inocentes.

―Me refiero a eso que veías que hacia el líder de tu caravana con aquellas mujeres―lentamente rodea el cuerpo de Yuri con sus brazos para sorpresa de este último―. Qué tal si me muestras lo hicieron tú y Tsubaki.

Logrando subirlo sobre el con mucha facilidad. El cuerpo pequeño y liviano de Yuri es muy cálido. Ya no recuerda la última vez que abrazo a alguien así.

Yuri por su parte se acomoda sentándose sobre las caderas del mayor. La cobija cae tras su espalda pero no tiene frio. En su lugar una sensación cálida comienza a apoderarse de él desde la punta de los pies hasta sus mejillas las cuales se colorean de un encantador carmesí.

Los ojos de ambos se quedan incrustados en el otro.

―Así que puedes tener algo de color en esa piel tan blanca.

Nadeshiko alza su mano y pellizca sutilmente la mejilla del niño que cierra el ojo del lado en el que lo estaban tocando. Los gestos de su hermano son rudos pero gentiles a su vez.

―Anda ―llamo el mayor con voz suave casi cariñosa―. Muéstrame lo que hiciste esa vez con Tsubaki.

Provocado por las palabras, Yuri se inclina rápidamente depositando un suave beso en los labios de su hermano quien se tensa ruborizándose de inmediato. Eso jamás lo hubiera esperado bajo ningún motivo por la manera en la que lo ha tratado. Nadeshiko se queda en blanco y no era para menos porque no importaba lo ridículo que se escuchara por el tipo de profesión que tenía y las circunstancias en las que vivía. A él jamás nadie lo había besado en los labios. Ni siquiera el que había sido su hermano mayor.

Este era el regalo más puro que jamás recibiría de alguien. Un beso honesto lleno de verdadero cariño.

El menor se separa lentamente saboreando una castidad que jamás sobria que había robado. Sonríe dulcemente y se queda recostado en el pecho de Nadeshiko que no esperaba quedar tan turbado por ese acto.

Lo único que alcanza a decir avergonzado es:

―Espero que no vallas por allí besuqueándote con todos.

― ¿Uhmm?

―Claro, es obvio que no sepas eso ―el chico parece aliviado. Coloca sus mano en el cabello de Yuri y juega con el mientras le explica un poco inseguro―. Un beso… un beso en los labios  no es algo que le puedas dar a cualquiera… Es de las pocas cosas  que puedes guardar para ti. Algo que jamás debes de venderle a otro. Solo se lo puedes dar a una persona especial para ti. Es un vínculo que te une con una persona más allá de tu cuerpo. Cuando empieces a trabajar quizás jamás recuerdes la cara de todos aquello con los que te acostaras pero siempre recordaras a aquel al que le des un beso.

Repite las mismas palabras que alguna vez le dijo su hermano mayor la primera vez que hicieron este tipo de cosas pero no se atrevió a besarlo. “Guárdalo para alguien a quien realmente ames” Recuerda que le dijo.

Nadeshiko se ríe para sí mismo ahora que aquello que estuvo guardando inconscientemente fue arrebatado por un niño extraño que apenas conoce. Quizás no debería contarlo como un beso de verdad. Aunque ya sabe de ante mano que será muy difícil que pueda olvidar a Yuri alguna vez.

―Nachiko Nii… gusta…  <<epecial>> ―Yuri habla lento―caliente… aquí… ― toca los labios Nadeshiko― aquí… ―toca su pecho― gusta… mucho… mucho…

―Que tonto eres… o quizás el tonto soy yo… no lo sé. En verdad que estás haciéndome esto muy difícil. ―palmea su frente―. Está bien. Ya fue mucho de palabrería y sentimentalismos mejor hago algo de una vez antes de arrepentirme de cualquier cosa.

Terminando de decir esto el mayor voltea al niño dejándolo boca arriba debajo de él.

―Así está mejor. Ahora se bueno y quédate quietecito mientras asemos un poco de esto. Ya no debe de ser algo nuevo para ti así que no iré lento.

Abre el fondo blanco del niño deslizando la tela hacia los lados observando por completo a Yuri. Y se da el tiempo de analizarlo con detenimiento. Hombros pequeños, caídos y delgados, pecho plano y pezones pequeñito rosa cerezo, delgado pero con óvalos en sus caderas y por debajo de estas un pubis pequeño y estrecho con un lindo y pequeño pene. Nota también como los codos y rodillas tienen un peculiar y sutil tono rosado  al igual que las uñas de los pies del niño. Era un cuerpo frágil, blanco y completamente infantil. Todo eso a su merced.

El pequeño tiembla de emoción. Sabe lo que van a hacer y no  puede evitar sentirse ansioso. Su hermano no lo está repudiando al contrario lo deja estar a su lado y  lo hará sentir bien. ¡Ah! ¿Que esa sensación? ¿Está nervioso de repente? ¿Porque? Sube sus manos hechas puño a su pecho cubriéndose. De repente ve a Nadeshiko muy grande sobre su cuerpo.  

 El mayor por su lado duda un momento, él ve con mucha fragilidad e inocencia a ese niño albino. Se detiene en seco antes de que pueda tocarlo. Tiene miedo. No, no es exactamente eso. Es de nuevo ese sentimiento de inquietud que le provoca y de saber que ya no abra vuelta atrás. Agita levemente su cabeza tratando de deshacerse de eso. Desliza sutilmente su mano por el rostro y los hombros del niño, mira sus ojos y su mente no puede evitar evocar una imagen de su pasado que lo hace pensar:

“Es como los lirios bañados en sangre”

―Nachiko Nii…

Llama el niño con un ligero rubor en sus mejillas.  Saca a Nadeshiko de sus pensamientos que le dice un poco más serio:

―Cuando estés con un cliente solo debes de permitirle besarte en el cuerpo, en la cara. Nunca en la boca ¿entiendes? Así, de esta manera.

Acerca sus labios al rostro del niño y besa su mejilla. El beso es cálido y húmedo. Nadeshiko nota como Yuri se relaja por esa acción bastándole para saber que debe de continuar sin mucho miramiento. Baja sus besos pausadamente por los hombros y clavícula provocando que el  niño se retuerza entre risas al sentir cosquillas en primera instancia.

― ¡Quieto! Estoy tratando de enseñarte algo útil.

Regaña el mayor pero sin despegar mucho su boca de aquel cuerpo perfectamente blanco. Sin embargo Yuri no deja de moverse inevitablemente por el hormigueo, nadie jamás se había detenido a hacerle algo así, su cuerpo es demasiado honesto. Nadeshiko sin embargo tratando de controlar la situación sujetando una de las manos del pequeño por arriba de su cabeza y pegando sus labios a uno de los pezones haciendo que Yuri suelte un gemido repentino que lo hace quedarse quieto con una sensación electrizante que baja por todo su cuerpo. Nadeshiko se entretuvo con esa pequeña y rocita cereza en sus labios succionando y soltando cada tan tanto para disfrute del otro haciéndolo sentir una especie de febril excitación que no acaba de entender. Ya entrando en proceso Yuri suspira agitados con gemidos leves, sensaciones exquisitas lo envolvían haciéndole temblar los muslos. No supo cuando su hermano lo soltó, él se quedó con la mano elevada dejando que lo tocaran en todas partes, las grandes manos de su hermano mayor tocaban sus costados delineando su figura con la palma de sus mano, revoloteando sus dedos en las hendiduras entre sus costillas a la vez que besa y lame su pecho, vientre, cuello y hombros.

El albino balbucea cosas que Nadeshiko no entiende. El niño no luce incomodo al revés tiene la mirada intoxicada de pasión disfrutando de la sensación de su lengua  hambrienta en todas partes. Pero Yuri no es paciente con lo que ya había aprendido de Tsubaki sabía lo que quería experimentar ahora y si no podía pedirlo, él mismo se procuraría su propio placer. Bajo su manita por debajo de sus caderas y comenzó a masturbarse apresuradamente.

―Pero mira nada más. Eso es lo que te enseño Tsubaki a hacer ¡he!  ―dijo el mayor al percatarse de las acciones del otro― pero qué manera más descuidada de hacerlo. Aun ere un novato.

Yuri se detiene al sentirse regañado y balbucea de nuevo.

 ―No me mal entiendas. No está mal que busques tu propio placer. Muchas veces  tendrás que hacerlo solo porque la mayoría de los clientes son unos ineptos que solo quieren meterla. Pero déjame que te muestre como debes de hacerlo correctamente.

El chico se levanta del futon y busca en su buro.

Yuri se sienta despacio temblando por la oleada de calor que aún está presente en su cuerpo. Curioso observa a su hermano traer un frasco pequeño. Se sienta con las piernas cruzadas sobre el futon.

―Vamos, ven aquí.

Le dice  dando una palmada en sus piernas descubiertas. El fondo blanco que su kimono también está abierto de par en par por arriba y por abajo. Yuri observa el pecho amplio de Nadeshiko. El cuerpo del mayor es muy diferente al suyo, ya es del todo un muchacho. Mas su mirada curiosa se queda fija en el bulto escondido en el fundoshi del otro. Y de nueva cuenta el calor lo abraza haciéndolo moverse inquieto.

― ¿Qué ocurre contigo? ¿Ya no quieres hacerlo?

― Si… ¡Si quiero! …quero…

El niño gatea hasta su hermano y se sienta sobre el regazo de este. Les toma un poco de tiempo acomodarse. Yuri es tan pequeño que puede recargarse perfectamente en el pecho del mayor. Es cálido y envolvente.

―Mira nada mas― Nadeshiko le habla abriendo el frasco―. Ese pene tuyo es tan pequeño y ya están tan travieso poniéndose a sí de duro solo porque te acariciaron un poco. Ni siquiera esta descubierto y te estas tocando con tanta imprudencia ¿es que acaso tratas de lastimarte? Tienes que usar un poco de esto si vas a estar tocándolo.

Vierte el líquido del frasco sobre el pequeño miembro haciendo que el niño se estremezca y haga una mueca al sentir lo resbaladizo y frio sobre sí.

―Cálmate solo es un poco de lubricante. Esto te hará sentir mejor. Es muy dulce sabes.

Se vierte un poco en los dedos y los acerca a la boca del pequeño quien sin pensarlo lame los dedos. Ladea la cabeza y se ríe, para Yuri tiene el mismo sabor a la sopa de batata que a veces le daban en la caravana.

―Sopa…

Murmura el niño y Nadeshiko no puede evitar reírse para sus adentro. Le recuerda lo ingenuo que él también era. Cuando le dijo lo mismo a su hermano y este le respondió que eso era debido a  que estaban hecho de lo mismo. Aun que se siente un poco avergonzado de que el suyo sea por ende el más barato que se pueda conseguir al estar hecho de batata.

―Cállate y solo disfrútalo quieres. Esta vez lo are por ti así que solo estate quieto y pon mucha atención. Cuando te estés tocando hazlo despacio ―toma el pequeño miembro del niño con el pulgar, el índice y el medio frotando delicadamente. Yuri suelta un gemido sonoro con toda  la boca abierta―. Ves que bien se siente con esto.

Yuri asienta con la cabeza inundada de calor. Nadeshiko logra deslizar su brazo por el pecho del niño y enderezarlo ya que este no tardo en encorvarse por el placer abrumador, aprovecha para frotar su pecho con su mano, sus pezones están tan duros y sensitivos. Son sumamente eróticos.

Yuri balbucea de nuevo apretando las piernas. La sensación es mucho mejor que la que tuvo en compañía de Tsubaki. Su hermano se estaba dando el tiempo de tocarlo con sus experimentadas manos. Suelta otro gemido fuerte en cuanto la gran mano de Nadeshiko envuelve su pene por completo y acelera sus movimientos. Escucha un chapoteo que lo emociona aún más  mientras atacan sus hombros con besos intensos. Siente que algo explotara dentro de su pequeño e inexperto cuerpo, ansiando el precioso momento.

― ¿No me digas que es muy pronto para hacer las dos cosas al mismo tiempo? Si solo estamos haciendo lo básico ―la voz de Nadeshiko resuena en su cabeza cuya mente ya está nublada por todo el deseo acumulado. Siente el momento en el que el mayor lo vuelve a acomodar abriéndole las piernas ―Sabes. Cuando lo hagas no solo frotes tu pene también debes de tocarte más abajo es estas cosas redonditas que tienes por debajo ―usa la mano izquierda para frotar toda la zona con la punta de los dedos aprieta levemente y siente como se encogen por el tacto. No deja de mover su mano derecha la cual ahora hace movimientos circulares sumamente estimulantes la vez que sigue subiendo y bajando.

Los gritos de Yuri se hacen más sonoros acompañados de balbuceas inteligibles comunicando un estremecimiento de éxtasis  que estaba por liberarse, envarándose al llegar el momento.

Su cuerpo cae rendido entre los brazos de su hermano mayor que alcanza a sujetarlo. Suspira y siente una especie de satisfacción que jamás había tenido.

―Vez, si comienzas a hacerlo despacio y vas aumentando.  Si lo haces así la sensación del final será más prolongada, eso también aplica para los clientes. No lo olvides. ―el pequeño solo le balbucea con una expresión de placer en la cara demasiado pervertida para alguien de su joven edad. El chico suspira y continúa diciéndole―. Supongo que eso es suficiente por ahora.

Pero Yuri niega con la cabeza

― ¿No? ¿Porque?

Pregunta el mayor sorprendido de que el niño siguiera despierto después de semejante explosión de placer.

Yuri por su parte se gira despacio se frota con el pecho de Nadeshiko. Está demasiado encantado con toda la experiencia que desea hacer más. Hunde sus manos por debajo palpando el fundoshi del mayor. Desde hace un buen rato que podía sentir algo grande picándolo atrás.

―Eres un pequeño pervertido. ―Nadeshiko se recarga por completo hacia atrás apoyándose en sus brazos dejando que el menor se frote contra su cuerpo―supongo que no me dejaras en paz hasta que te deje jugar conmigo un poco. Está bien. Sería un mentiroso si te digiera que verte retorcerte de esa manera siendo yo el que llevara el control, no me éxito un poco. Déjame quitarme esto que está estorbándome.

Apenas logra alejar un poco a Yuri de si para poder despojarse del fondo del kimono blanco. El menor luce de verdad impaciente tocándolo cada vez que puede sobre el fundoshi o besándole el pecho o donde su boquita alcanzara a tocar. Entre el ajetreo el menor logra meter la mano dentro este y sacar por un lado el hinchado miembro de su hermano mayor.

― ¡Maldición! Que ansioso eres. ¿Qué es esa expresión deprava en tu cara? No es la primera vez que vez el de alguien mayor ¿o sí? Apuesto que muchas veces se la viste al jefe de tu caravana.

Yuri niega con la cabeza:

―Ver… no ver… noche… <<rejos… >>

―Ya veo. Al menos tenían la decencia no hacerlo a cinco centímetros de ti. Así que esta es la primera vez que ves el de alguien mayor tan cercas.

Yuri le asienta con la cabeza sin despegar su mirada del miembro erguido de su hermano que parecía apuntarle directamente a él con esa punta tan enrojecida.

Nadeshiko se logra desamarrar el fundoshi mostrándose completamente desnudo. Y por un ínstate nota como el niño da un pequeño sobresalto y se queda mirándolo curioso―. ¿Qué ocurre donde quedaron  todos eso ánimos? ―se burla un poco.

Pero Yuri solo se acerca y toca los mechones del pubis del otro con su mano para después tocarse el cabello en su cabeza comparando y mirarse debajo propio.

― ¿Qué ocurre? ¡Ha! Es cierto, está volviendo a crecerme el pelo aquí abajo. No te sorprendas. Cuando crezcas también te saldrá pero lo más recomendable es que te lo quites cuando comienza a salir. Por eso no me lo habías visto antes aun que nos bañáramos justos. Aun que como están las cosas debería dejármelo, ya a nadie le importa. ¿Qué ocurre? ¿No me digas que eso te da miedo?

Pero por el contario Yuri no dudo un segundo en lanzarse contra su hermano. Abrazando sus caderas y pegando su rostro en pubis de su hermano restregándolo y olfateando. Cada cosa nueva que descubría le emocionaba, mucho más en este ámbito que le habían dicho jamás disfrutarían con alguien como él. Inhala profundamente, huele delicioso y están cómodo. Siente como esa cosita en cuerpo se vuelve a parar de solo estar así.

El mayor aprovecha ese momento para verterse una cantidad generosa de lubricante sobre él, para a continuación  dejara que el niño tomara  su pene y comenzara a jugar. Yuri nada perezoso no desaprovechó la oportunidad rodeo con su mano, es algo grande para una sola de ellas pero el calor que despide sobre esta es demasiado atrayente para darse por vencido además que la sensación que le daba el lubricante era bastante curiosa. Quiere sentirse bien y hacer sentir bien al mayor.

―Recuerda hazlo como te acabo de enseñar si lo haces bien… no sé, te daré un premio o te contare algo que me preguntes. Lo que quieras…. ¡Ah!

Nadeshiko se sorprende de lo aventajado que resulto ese niño que no conocía de vergüenza o pudores que lo reprimieran. Hace mucho que su cuerpo no se sentía bien por decisión propia. Justo decir que los toques de su hermanito eran bastante buenos y satisfactorios tanto que no le importaría correré en esa linda carita. Gime fuerte. Por solo tener esa idea. Acaricia al niño en el cabello y lo escucha reír felizmente. Con el cuerpo lleno de placer lentamente se tumba sobre el futon sin que el niño dejara de atenderlo.

―Nachiko… ni

Llama Yuri con voz suave. Está tan entretenido puede sentir el pene de su hermano palpitar en su mano. Asiendo que su boca se llene de saliva antojado de hacer algo más que no sabe que es exactamente.

El mayor gime fuertemente de nuevo al sentir el aliento del niño cerca de su miembro. Yuri se había puesto muy cómodo acostándose entre sus piernas abiertas recargando su cabeza en su pubis.

― ¿Qué ocurre? Ah… lo haces bien… ah… sigue…

El niño no detiene su mano tratando de imitar ese movimiento circular de vaivén.

Yuri no sabe hablar bien y se la había pasado balbuceando mucho durante todo este tiempo. Pero él no es tonto al contrario es muy curioso.

―Nachiko Nii… donde…

― ¡Ahh! ¿Dónde qué?

―donde… metes… no  boca… abajo…

―Je jeje ¿Qué? ¿Qué dices?

―Mujer... boca abajo…  líder ponerlo allí…

― ¡Ha! Claro. Sabes que hay que meterlo dentro para tener sexo…. Umhhh… ah…. Jajaja supongo que lo que tiene las mujeres entre las piernas parece una boca. Pero nosotros somos chicos tenemos otro lugar igual de bueno por dónde meterlo.

― ¡¿Dónde?!

Pregunta el niño deteniéndose por completo, levantando la cabeza y observando a su hermano que le respondió sin mucho tapujo.

―En el agujero que tienes atrás en el culo.

El mayor se la libertad a  subir sus rodillas y abrir las piernas mostrándole el lugar.

― ¡Haa!

El pequeño expresa con curiosidad como si le hubieran resuelto uno de los más grandes secreto que siempre quiso saber.

― ¡Hey! ¡Espera! ¡¿Q-qué haces?!

Nadeshiko se vio de repente con Yuri encima suyo, con la cabeza hacia los pies. Con el rostro enterrado hasta el fondo entre sus muslos. No se puede mover mucho, él también puede ver todo el precioso trasero de durazno del niño y aquel agujerito rosado y virgen.

― ¿Aquí? ―Yuri le pregunta con dudas mientras abre las nalgas de sus hermano mayor de par en par para observar bien el agujero rosa―… pero… aquí…

―Si te digo que puedes meterlo por allí. Es porque puedes ―contesta el muchacho sonrojado sin mucha paciencia, en realidad la posición le estaba excitando mucho. Puede sentir el pequeño miembro despierto del niño contra su pecho, los pezones erguido contra su vientre y el aliento cerca de su parte baja. Sin embargo advierte―. Pero no vayas a dejar que nadie te mete nada por allí aun. Entiendes. Ni siquiera a tus amiguitos. Al menos no hasta tu Mizuage. Cuando seas grande como yo ya no tendrás que preocuparte de eso y podrás jugar con ese lugar.

Se lo dijo sin mucha seriedad y aprendería de la mala forma que eso no era lo más indicado con su curioso hermanito; el cual no tardo en tomarle la palabra. Curioso de comprobar las palabras de sus Onii-san introdujo uno de sus delgados dedos por el agujero de este lo cual fue increíblemente fácil gracias al lubricante usado.

― ¡Ahhhh!  ―Nadeshiko suelta un gritito mezcla de sorpresa y excitación al sentirse invadido por algo pequeño y delgado que supo en seguida que era― ¡Es-espera! ―ruega.

Yuri incitado por esa sensación de calor y estreches comenzó a mover sus dedo, lo pasaba deliciosamente a lo largo hasta lo más hondo que podía alcanzar, entrando y saliendo fascinado por los encantos de aquel lugar secreto. Escuchaba al mayor gemir fuertemente y le gusta su voz llena de placer. Ni cuando esta con aquellos hombres que vienen a verlo lo escucha de esa manera tan atrayente. Nadeshiko por su parte no puede creer lo excitado que esta por esa situación tan extraña.

“¿Dónde diablos está tocando ese niño?” piensa el mayor entre gemidos comenzarlo a gozarlo “No debería de sentirse así bien. Debería detenerlo pero… esto es bueno”

Yuri siente como su hermano mayor se retuerce debajo y que comienza a mover las caderas hacia él. Se percata que aquel lugar se abre y por puro instinto mete otro dedo.

― ¡Ahhh! Ahh… ahhh… maldición… ah…

“Ah este paso me volveré loco”

Escucha a Nadeshiko es como si se quejara pero se sigue moviendo contra sus dedos. Y por ello Yuri no se detiene dándose a complacer al otro. Es húmedo y curioso. Le gusta. Se sonríe resulta muy excitante y voluptuosos palpar, explorar y jugar entre tan lindas nalgas, que a cada momento se sentía más excitado y sin darse cuenta comenzó a frotarse contra el cuerpo de su hermano.

“este niño de nuevo se está masturbando contra mi…” Nadeshiko jadea:

―Usa tu mano… ah… frótame…ahhh… frótame.

Pide en su delirio.

Yuri es un buen niño y obedece usando su mano libre para maniobrar la erección de su hermano sin olvidar de mover sus dedos frenéticamente.

Nadeshiko no guarda los ruidos lascivos de su boca. Hacia tanto que no disfrutaba de un encuentro que no le importa que alguien más los escuchara o que sea un niño inocente el que este explorando sus profundidades.

“Está tocando en un buen lugar… “

 ― ¡Maldición! ¡Me voy a venir!

― ¿Qué es… veni… se?

Murmura Yuri alzando un poco su rostro solo para ser salpicado por una abundante sustancia caliente, espesa y viscosa. Al mismo tiempo que deslumbra en el rostro de su hermano una expresión que jamás había observado en el con una sonrisa llena de éxtasis.

Nadeshiko queda exhausto respirando fuertemente mientras Yuri saca sus dedos sin mucho cuido puede sentir como el cuerpo del mayor lo succionara como diciendo que no quiere que los retire a comparación de las palabras temblorosas del otro:

―Es suficiente… bájate…

Obedece sentándose a un lado. No puede evitar llamarle la atención todo ese líquido blanco sobre su rostro y manos, juega con el notando el intenso aroma. Huele increíble. Se relame los dedos comprobando el sabor fuerte y se pregunta si todos los adultos pueden hacer lo mismo.

―No se te ocurra decirle a los demás lo que me hiciste al final ―Nadeshiko habla agitado y un poco molesto por las licencias que se había dado el otro. Suspira y mira al niño. Sus enormes ojos rojos llenos de alegría mirándolo inocente―. Maldición contigo… ven acuéstate aquí conmigo. Tengo que limpiarte y después a dormir.

―Si.

Nadeshiko le enseño esa noche como debía de asearse después de cada encuentro. También quiso darse el tiempo de explicarle como ponerse el fundoshi pero Yuri no quiso, negó con la cabeza y le expreso que le gustaba estar más de esa manera. Nadeshiko no le dijo nada sabía que se enfadaría mucho si le daba el mínimo de importancia así que lo dejo ser. Se acostaron de nuevo en el futon. Mientras el mayor arropaba de nuevo al niño este le miraba felizmente.

― ¿Qué pasa? Duérmete ya.

―Nachiko nii…

―Ummmh… si quieres hablarme primero debes de aprender a decir bien mi nombre… me molesta que estés diciéndome así.

Le dijo el mayor aunque eso no era cierto del todo. Sin embargo ya se había decidido a que le enseñaría a hablar y tenía que empezar por alguna parte.

―Repite después de mi Na-de-shi-ko.

―Na… e… chi… ko

―No. No, fíjate bien. Na-de-shi-ko.

―Na… e… shi-ko.

―Na-de-shi-ko.

―Nade… shi… ko…

―Eso. Ahora dilo todo junto.

―Nade… chiko…

―Tienes que practicar más. Duérmete. Mañana será un día largo. Tengo que pensar que hare contigo de ahora en adelante.

El niño se acomodó en el futon y lentamente cerro sus ojos hasta quedarse dormido.

Esa noche Yuri durmió tan cómodamente como jamás lo había hecho en su vida hasta ese entonces. Sintiendo el calor de su hermano mayor después de haber compartido aquel momento especial que nunca olvidaría sin importar el tiempo. Nadeshiko sin embargo tardo en dormir más de lo que le hubiera gustado. Siempre que mira los ojos de Yuri no puede evitar pensar en tantas cosas que lo llevan a sentir desesperación.

“Es como los lirio bañados en sangre”

Se dice de nuevo a sus adentros mientras gira el rostro y mira al otro dormir apaciblemente a su lado.

 

Continuara...


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