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Raikorisu no hata (El campo de las Lycoris) por shanakamiya

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Notas del capitulo:

Despues de mucho tiempo por fin puedo entregarles una continuacion.

sobra decir que en ultimos tiempos  ocupada. Incluso tuve que cabiare de casa por diversos asuntos. aun no e acostumbro a mi nuevo hogar. Es la primera vez que me siento tan lejos de todo y aun hay muchas cosas que no logro tolerar del nuevo lugar en donde estoy.

Pero bueno ya estoy alli y sera cosa de que me acostumbre como me acostumbre al antiguo lugar en donde vivia.

aparte de ello el rabajo me mata y desespera. ¿Les a pasado que les gusta en lo que trabajan pero que las personas a su alrededor se los hace insoportable en algunos sentidos por su falta de coperacion? Espero que si porque creanme que es peor cuando hacen ago que no les gusta co personas que no les agrada se los digo por experiencia.

en fin los dejo con el capitu ue espero que les guste.  

 Capitulo VII

La segunda experiencia sexual de Tsubaki vendría solo unos días después.

La única actividad de hacheo que hacían los cinco niños juntos era en el baño es decir de su ofuro. La enorme tina de madera que usaban para bañarse todos, tallar los pisos y paredes así mismo de apilar la leña que se empleaba ese día para calentar el agua. Aun que lo ultimo lo hacían las sirvientas de la casa. La limpieza la hacían con las ventanas cerradas a oscuras con lámparas de aceite encendidas, estas no habían sido retiras desde que los recién llegados tomaron su primer baño por el contrario ahora eran llenadas  todos los días para ser usadas.

Así pues Yuri se encontraba hincado en el piso al lado de Tsubaki que le enseñaba a tallar el mismo. El segundo niño estaba inquieto como Himawari les había enseñado a recogerse el kimono para no mojárselo puede ver como las rodillas, manos, y codos de  Yuri se ponen  rojos con facilidad. El tampoco estaba acostumbrado a hacer ese tipo de labor pero sus manos y rodillas no se ponían de ese color. Igualmente no tiene mucho que Yuri le confeso que había aprendido a caminar hace poco haciendo que eso solo le preocupe mas. Se llega a preguntar que tan frágil es el cuerpo de Yuri.

―Si te duele no lo hagas con tanta fuerza ―dice mientras intenta quitarle el cepillo de las manos.

― ¿Ah? ¿También vas a hacer eso por él? ―Ran espeta cargado un cubo de agua enorme. Esta enojado y tiene un enorme marca roja en su mejilla derecha.

―Ran, déjalos. Solo hagamos nuestra parte y vámonos de aquí ―Suikazura lo llama. Como siempre el parece ocultar su mirada en el largo fleco de su cabello.

― ¿Por qué? Es culpa de “ese” que tengamos que hacer esto a oscura.  

― ¡No es culpa de Yuri que no pueda estar en la luz del sol! ―defiende Tsubaki―. Además el no esta acostumbrado a hacer nada de esto.

― ¿Y eso que?

El de kimono amarillo deja la cubeta en el suelo y se adelanta un paso. No esta de humor para  soportar que le conteste un mocoso conformista. De igual manera Tsubaki se levanta y se pone delante Yuri.

―Ustedes dos no  piensan en pelear aquí  ¿verdad? Si los encuentran peleando se meterán en muchos problemas y tu Ran ya sabes como son los castigos ―Himawari asoma su cabeza por arriba de la tina la cual el estaba lavando―. Además ase un momento vi como tu estabas ayudando a Suikazura, tallaste el piso por el y cargas el agua. Al menos la Yuki-onna lo esta intentando hacer por si mismo.

Ran truena la boca. Eso es cierto pero es que Suikazura no debería maltraer sus manos así.

― ¿Ran? ―el niño de kimono café lo llama se quedan mirando un instante.

―Hagan lo quieran. Ya casi terminamos nuestra parte  de todos modos.

Himawari sale de la tina y se acerca a Yuri y a Tsubaki:

― ¿Que ocurre con esa actitud? Por eso los superiores siempre le esta pegando.

―Pero creo que  ya no se ha metido en tantos problemas como antes. Hoy no lo amararon a la piedra de allá fuera.

―Bueno si. Desde que empezó a juntarse con Suikazura se calmo mucho pero siguen pegándole los superiores  por contestón.

Ambos voltean en dirección de los otros dos que hincados en el piso secan con trapos. Para su sorpresa ven como Ran los observa con odio mientras habla con el niño de kimono café. Ambos podrían jurar ver un aura aterradora envolverlo. Yuri por su lado se levanta lentamente no esta del todo seguro de lo que acaba de pasar pero sabe que se debe por el.

―Lo… sie... ento.

―No hiciste nada ―le aclara Tsubaki.

―Si yuki-onna tu sigue con lo tuyo ―Himawari cruza los brazos detrás de su cabeza y cerrando un ojo le da un vistazo largo y nada discreto al de kimono rojo deteniéndose especialmente en sus piernas. De la manera en la que le recogió el kimono puede verlas por completo, suaves, bancas, lisas solo un poco mas y podría ver lo que oculta entre sus piernas. Se ruboriza un poco.

― ¿Qué tanto le mires a Yuri? –pregunta Tsubaki algo molesto.

― ¡¿Qué?! ¡No! ¡Nada!

― ¿Heee?

―Solo me preguntaba…  ¿Que tan chiquito es el pene de la yuki-onna? ¡A ver!―se agacha levemente y trata de levantarle el borde del kimono de Yuri que apenas y lo cubre.

―Déjalo en paz ―Tsubaki le suelta un manotazo antes de que el mayor logre alzar la tela tan siquiera un poco ― ¿Para que quieres ver eso?

― ¡Hay! ―Himawari sacude su mano adolorido―. ¡No tenias por que hacer eso!

― Ya nos hemos bañado muchas veces juntos, no es como si no lo hubieras visto antes.

―No es igual. En ese momento hay mucho vapor en el baño y somos muchos. Además a que cuando viste a la Yuki-onna la primera vez pensantes en que era niña. Apuesto que su pene es muy chiquitito ―hace un gesto con sus dedos para dar énfasis al tamaño.

― ¿<<Chi…chito>>? ―Yuri se queda preguntando mientras alza el kimono y mira curioso debajo de su cintura. ¿Se refieren a la cosita que cuelga entre sus piernas?

― ¡¿Por qué no tienes el fundoshi puesto?! ―Tsubaki grita bastante sorprendido por las acciones del más pequeño.

― ¿<<Fudo… chi>>? ¿Qué… es? ―Yuri pregunta ingenuo sin bajar en ningún momento el kimono.

―Ja ja se refiere a esto ―Himawari se ríe mientras alza su kimono y muestra la pieza de ropa interior.― Ja ja como pensé la tienes bien chiquitita ―dice divertido.

―Baja eso― inmediatamente Tsubaki le baja el kimono a Yuri―. Y tú ―refriéndose a Himawari―. No te burles de él.

―No pues si yo no me burlo ―Himawari suelta su kimono que se queda abierto y cruza los brazos detrás de la cabeza―. Hay clientes a los que les gusta eso ¿sabes? Apuesto el mío es mas grande que el tuyo.

― ¿Y eso que? ―Tsubaki exclama.

―Haber enséñamelo.

Himawari luce entusiasmado más de lo que Tsubaki quisiera. Yuri por su lado ladea la cabeza de un lado al otro curioso, se alza el kimono de nuevo y habla lento:

―Tuyo… ver… <<Hima…ri…>>

― ¡Claro! ― Himawari se sonríe amplio mete las manos debajo de su kimono malabarea un poco y jala su fundoshi fuera―Tu si que me entiendes yuki-onna.

―Bajete el kimono no deberías de hacerle caso a Himawari ―Tsubaki avergonzado intenta aclararle las cosas al albino.

 ― ¡Que demonios están haciendo!― Ran les regaña inmediatamente en cuanto se percata de lo que hacen sus compañeros― ¿Qué les pasa a ustedes? ¿Porque están asiendo esas cosas raras?

― ¿Qué cosas raras?  ¡Ah! ¿Tú también quieres comparar? A que el mío es mas grande―reta el de kimono verde.

Ran tuerce la boca:

― ¡Claro que no! ¡No hare eso! ¡No seas estúpido!

― ¡Ah! ¿A quien llamas estúpido, amargado? ―contesta Himawari bastante molesto.

―Ran déjalos ya―Suikazura se pone de pie y jala al otro de la manga de su kimono―. Vámonos. ¿No fuiste tu el que dijo que los dejáramos hacer lo que ellos querían? No tenemos porque seguirles el juego.

― ¿Cuál juego? Dejen de ser tan mojigatos ―Espeto Himawari―.  A estas alturas ya debieron de haber tenido su primera práctica amorosa con sus Onii-san.  Así que esa actitud ya no les queda.

― ¿Ah? ―Ran tuerce la cara fastidiado― ¿Quien iba a dejarse hacer eso tan fácilmente?

Tsubaki ruboriza inmediatamente  agacha la cabeza… y no fue el único. Suikazura de igual manera agacha la cabeza, afloja el agarre de su mano y se oculta en su largo flequillo.

― ¡O-oye! ¿Enserio? ―Ran al percatarse se sorprende.

― ¡Vámonos ya! ―el de kimono café lo jala de la muñeca y lo obliga a salir de ese lugar.

―Igual nosotros nos vamos. Tenemos que arreglar los cuarto de arriba―Tsubaki toma de la mano a Yuri y se salen de cuarto de baño.

― ¿Ahhh? ¿Pero que les pasa a todos?― el niño de kimono verde no entiende porque todos so tan penosos aun.

.

A pesar de haberle dicho a Himawari que irían a seguir con sus labores domesticas. Tsubaki se llevo a Yuri a la habitación de Kiku nii-san tan rápido como pudo procurando siempre de abrir y cerrar las puertas corredizas para asegurase de no dejar entrar la luz. Entraron por la puerta de la habitación secundaria. Donde el mayor tenia sus libros, no donde atendía a sus clientes.

― ¿Kiku Nii-san? ―pregunta Tsubaki sin dejar de jalar a Yuri. Tiene cuidado de dejarlo muy lejos de la segunda puerta  antes de deslizarla solo un poco para poder pasar evitando lo mas que podía que pasara la luz. Sin embargo no ve al mayor por ninguna parte―. Creo que no esta. No se a donde fue― aprovecha para cerrar la vetona por donde entra mucho la luz, enciende un par de lámparas y hace pasar al segundo niño y pregunta preocupado― Dime, ¿Por qué no tiene nada debajo del kimono?

El niño alvino ladea su rostro preguntando. No entiende porque es tan importante llevar ese trozo de tela enredado alrededor entre las piernas. Tanto la buscona como Nadeshiko no se molestaron en ponerle uno en lo mas mínimo. Aun que si recuerda que su hermano hizo una mueca la primera vez que le quito la ropa para bañarse. El pequeño aun tiene la idea que tiene algo mal en su cuerpo. Pregunta:

―Es malo… ―se abre la parte de abajo del kimono―<<Chichito>> malo.

― ¿Qué? ¿Q-que?  ¿No?...  ¡No!... Estoy seguro…

Tsubaki no sabe contestar a esa pregunta trata de no parecer avergonzado al ver como el menor se abre el kimono frente a cualquiera. Todo esto es culpa de Himawari. Desvía la mirada mientras siente las mejillas calientes.

― ¿Feo… yo? ―Pregunta Yuri con sus grandes ojos llenos de ingenuidad.

― ¡¿Que?! ¡No! ¿Por qué piensa eso?

Yuri por su lado se acerca lentamente a Tsubaki buscando su mirada. ¿Por qué no quiere mirarlo? ¿Su cuerpo es tan feo como piensa? ¿Le faltara algo? ¿Por qué no es como aquel niño que tanto alabo su buscona?

― ¿Por… que… no miras? ¿Algo malo… mi… malo algo?

―No. No. Te digo que no. Al contrario… ―confiesa Tsubaki con el corazón acelerado. De repente se magina haciendo aquello que Himawari llamo practica amorosa con Yuri al igual como Kiku la había hecho con el. Pero ¿Qué era mejor? Si él apenas comprende lo que sucedía a su alrededor  Yuri mucho menos. El albino es la primera persona con la que a habado tanto sin sentir que hace algo malo o que tenga miedo de que se burle de el, le miente, le engañe o le regañe. Yuri es su primer amigo. No quiere hacer algo que haga que se aleje de el―. M-mira Kiku nii-san tiene un espejo ahí en donde guarda sus pinturas y cosas para el pelo. ¿Te haz visto en uno alguna vez? ―Yuri niego con la cabeza. Distraído con esa nueva idea suelta las orillas de su kimono mas este queda completamente abierto de abajo―. Si te miras veras que no tienes nada.

Tsubaki tímidamente lo tomo de la mano y lo guía hasta el buro donde su hermano mayor guarda el espejo. Se arrodillan y el mayor abre la puerta corrediza del pequeño mueble tratado de no mirar el pequeño miembro de Yuri que se asomaba libre entre las telas. Es más pequeño que el suyo y no puede evitar que le llame la atención. Ahora era él que estaba actuando como Himawari.

―Mira es este. Si te miras en el espejo veras que no tienes nada malo ―lo desenvuelve con cuidado de la tela donde solía guardarlo Kiku y con las manos temblorosas lo coloca en el regazo del albino como si intentara cubrir el motivo de toda esa vergüenza.

Lo primero que hace Yuri al agachar la cabeza y mirarse en el espejo es sorprenderse. Parpadea, se toca la cara, el cabello. Mira a Tsubaki de inmediato y lo mira fijo como si lo inspeccionara, no mejor dicho como si se estuviera comparando.

― ¿Vez? Somos muy parecidos. No tienes nada de malo.

Yuri sin embargo no piensa eso. Ahora que ha visto el color de sus ojos y cabello piensa en lo contrario. En lo que siempre le dicen todos respecto a que jamás habían visto algo como el.

Deja el espejo aun lado y sin decir palabra alguna comienza a desvestirse.

― ¿Qué haces? ―Tsubaki pregunta avergonzado ruborizando aun más de lo que estaba ya.

―Tu… ver…  ―Yuri se toca lo brazos y el cuerpo para tratar de darse a entender

― ¿Q-quiere que me quite la ropa? ―Yuri asienta con la cabeza ya completamente desnudo―Pero…

― <<Hima…ri>> me… dejo ver… suyo…

―Te dije que no le hagas caso.

― ¿Malo?

―No, pero…  ―Tsubaki no sabe como explicarle eso al pequeño y eso es porque no ven la situación de la misma manera―Yo… ―duda pero recuerda lo que le dijo su hermano. “Puedes decir que es un tipo de amistad particular. Los que no lo hacen suelen quedarse solos y sin amigos” si lo piensa así… ―B-bueno somos amigos después de todo. Solo será un vistazo nada más.

Suspira. No sabe porque se siente tan ansioso las manos le tiemblan mientras se desata el obi con cierta rapidez. Lo deja caer al piso al igual que la primer y segunda capa del kimono solo quedándose en fundoshi. Yuri se acerca a él y se coloca a su espalda lo primero que hace es deslizar su mano a lo largo de su espalda, siente un cosquilleo agradable los dedos de Yuri son tan finos y delicados lo tocan con gentileza y curiosidad. A continuación las manos de Yuri se trasladan a sus brazos compara el largo, escucha las expresiones del menor, suspiros y quejidos. Parase tan fascinado con su persona y Tsubaki solo puede ruborizarse y quedarse quieto. Hay mariposas en su estomago y no sabe si hacer algo respecto a ello. Yuri por su parte se abrazaba a su espalda es cálida y esta tan derecha, huele su piel, es un aroma delicado casi imperceptible pero que lo hace sentirse cómodo.

― ¿Y-yuri que haces?

― ¿Mal?

―No. De hecho me gusta. Pero hacerlo desnudos es un poco… ¡Ah! ―Tsubaki no puede evitar soltar un quejido en cuando Yuri desliza sus manos por el largo de su pecho y su vientre―. Espera… me haces cosquillas… mmhhh… ―y volvió a subir las manos― ¡Ahhh!

El mas pequeño frota su rostro en su espalda y siente la respiración agitada ¿será acaso que Yuri también se  estaba excitando con estos toques tan simples?  Las piernas de Tsubaki comienza a temblar y un hormigueo en su parte baja comienza a inquietarlo. Tiene el sucio pensamiento de querer que el albino lo toque más. Al mismo tiempo Yuri experimenta algo nuevo el estar cerca de una persona sin que le llame repugnante hace que ansié mas de ese calor, sus manos se muevan inquietas queriendo explorar cada rincón que pueda. Ambos son tan diferentes pero no lo siente mal, al contario quiere ver que tan diferentes pueden llegar a ser. Sus manos viajan hasta el final tocando la tela de fundoshi de Tsubaki y notando rápidamente algo duro debajo.  

―E-espera ―Tsubaki ruega en voz baja en un intento vano de detener la manera en la que  Yuri comienza a frotarlo con la palma de su mano suave pero constante. Se siente bien. Tiembla y su cuerpo se calienta. Sin querer se hace hacia atrás y siente algo picarle entre las nalgas haciendo que suelte un gemido.

―¿Duele…?

Yuri lo suelta. Piensa que esta lastimando al otro. Tiene que ser así por que es un youkai y nadie quiere a los youkai porque son peligrosos. Mira al otro encogerse en si mismo y se preocupa. ¿Hizo algo malo?

Tsubaki respira hondo. Kiku nii-san le dijo que su cuerpo era sensible pero el no pensó que tanto. Hecha la mirada hacia atrás donde esta Yuri y lo ve temeroso. Culpable le dice:

―No. No me duele.

―Pero…

―No quise decirlo así ―aclara el mayor tratando de tranquilizarse, aun que fue solo un rose  inocente había sido demasiado para el―Y-Yuri ¿Cómo te sientes? ―pregunta sin darle la cara. Sabe que la suya esta muy roja por la vergüenza y no quiere que le mire así aun―. Dime ¿Cómo te sientes?

― ¿Cómo…?

― ¿Tu corazón no late mas rápido? ¿Cómo si se te fuer a salir de tu pecho?

―Si…  aquí… raro…  ¿malo?

― ¿Qué? No. Es solo que…  ―Tsubaki toma una pausa y se da la vuelta aun cerrado los ojos fuertemente―Es que yo…

Detuvo sus palabras en cuanto siente las manos de Yuri sobre su rostro provocando que abriera los ojos de golpe encontrándose con el rostro de otro muy cercas del suyo.

―Cara… roja… <<calien… te…>>

Tsubaki lo mira a los ojos, brillantes, tierno. Imita al menor y lo toma delicadamente del rostro. Las mejillas de Yuri son tan suaves y se tiñen de carmín:

―La tuya también esta roja. Es lindo. Me gusta ―Tsubaki agacha la mirada avergonzado y es cuando nota algo mas en el cuerpo de Yuri―. T-tu… ― se separan y señala apenado la pequeña erección de Yuri― ¿D-desde cuando?

Yuri ladea su cabeza preguntando se mira abajo y toca su pene con cuidado:

―Mu…cho…

― ¿Es la primera vez que se pone así?

Yuri niega con la cabeza:

―Cuando veo…  al… líder con… mujeres… pasa… cuando… veo a <<Nachiko>> nii-san… pasa…

― ¿Nadeshiko nii-san no te a explicado nada de eso? ―Yuri niega lentamente― Ya veo…

Mira a Yuri curioso de aprender mas sobre lo que esta pasando. Después de un silencio corto pregunta sin estar del todo seguro de cómo debe de iniciar― ¿Q-quieres ver el mío? ―el menor asienta con la cabeza más curioso―. Siéntate en el futon.

Yuri lo hace sin perder tiempo, se sienta sobre el futon con las rodillas arriba  esperando como cuadro estaba dentro de su celda. Tsubaki procede entonces a desamarrarse el fundoshi esta mas torpe que hace unos minutos pero no ve a Yuri desesperado al contrario se nota paciente. Cuando por fin logra quitarse el trozo de tela se sienta al lado de Yuri.

―<<Gande>> … <<Baki>> ―le llama Yuri señalando el miembro del contrario mientras toca el suyo propio con su mamo libre. El mayor suelta un suspiro apenado― ¿duele?

―No. El tuyo esta igual― Tsubaki  acerca lentamente su mano hasta tomar el pene  de Yuri. Es tan pequeño, aun esta totalmente cubierto a comparación del suyo en el que ya se comienza  a asomar la punta rosada de su glande. Es como si tocara un capullito de mariposa delicado y blanco ceda. Ejerce un poco de presión antes de frotarlo. Ahora teme lastimarlo―. No te duele ¿verdad?

―No ―Yuri niega recargando su cabeza en el hombro de Tsubaki a la vez que entrecierra los ojos. Algo cálido lo envuelve y a la vez emerge desde el fondo de su interior.

― ¿Quieres hacer las mismas cosas que he aprendido con Kiku nii-san? Quisiera intentar hacerlo contigo ―las palabras de Tsubaki se muestran tímidas pero su mano ya comenzaba a jugar mas segura con la intimidad del niño albino―. Te prometo que será divertido.

―Siento… algo… calien… te…

―Eso es que te gusta. ¿No te habías tocado antes? ―Yuri hace un sonidito negando  mientras se acomoda bajando las rodillas y recargándose hacia atrás ligeramente sosteniéndose con su mano, dejando a Tsubaki  manobrera libremente. El mayor suelta una risita traviesa―. La verdad yo tampoco antes de Kiku nii-san. Si no sabes lo que es… te lo enseñare todo―fricciona lentamente poniendo en práctica lo aprendido  hasta ese momento. Yuri comienza a reaccionar. Su respiración se acelera, sus mejillas enrojecen, comienza a sudar encantadoramente y a gemir levemente. Esto emociona al mayor que se da el valor  de besar a Yuri en los labios  de manera dulce, suave, sus respiraciones tiemblan y enseguida se dejan caer en el futon. Quedan de lado mirándose frente a frente hace que el menor entrelace sus dedos  en su sexo caliente incitándolo a imitarlo ―Tienes que frotarlo de la misma manera para que nos sintamos bien juntos.  Nii-san dice que debes de darle cariño y calor... ¡ahhh!

Vuelve a besarlo menos torpe y mas seguro presiona sus labios de tal manera que ambos sienten una corriente recórrelos haciendo que ambos suelten un fuerte gemido al mismo tiempo.  Tsubaki guía a Yuri en el descubrimiento de su cuerpo. Lo hace de la misma manera que su Nii-san tratando de hacerlo lo mas amable posible para no asustar a su acompañante. Si embargo Yuri tiene otro pensamiento. Lo que están haciendo es placentero algo que jamás había experimentado, están tan cercas, jamás pensó que podría estar así con otra persona. El recibir un abrazo, el ser tocado, besado. Esta sometido gozosamente a todo ello. La emoción es tal que nunca jamás había imaginado que se esforzarían por darle placer, ni que el deseara con mayor fuerza obtenerlo.

Estando aun de lado juntaron sus cuerpos enredando sus piernas en el del otro. Yuri rodeo la espalda  del  Tsubaki con ambas manos mientras este lo acariciaba moviéndose de un lado al otro inquieto y agitado. El roce de sus miembros les despertaba deseo. Queriendo aventurarse un poco mas fue bajando su cuerpo lentamente hasta que su rostro quedo a la altura del pecho blanco. Los pequeños pezones erguidos y rosados de Yuri fueron una tentación para sus labios y prosiguió a lamerlos esperado que le gustara de la misma manera que el lo había disfrutado de boca de Kiku. El pequeño por su parte sufre un espasmo y gime  preciosamente con toda la boca abierta.

Es cuando  Yuri logra emparejar  las cosas  que el líder de su caravana solía hacer con as mujeres, así mismo lo que Nadeshiko hace con los hombres que venían a verlo. Y comprende que  ellos estaban haciendo lo mismo. Yuri abraza la cabeza de Tsubaki tratando de tener mas contacto, pero es inútil, el segundo despega de el tratando de respirar después de quedarse sin aire por el improvisado abrazo. El albino no sabe como expresar aquello que siente y que es nuevo así que decide actuar  dando la vuelta a la situación, ahora es él quien se encuentra sobre Tsubaki  que no termina de entender lo que quiere el otro. Yuri sin embargo, comienza a frotar sus caderas contra su pubis  con movimientos lentos y sexuales que encendían cada célula de su cuerpo chispas de algo que no sabe nombrar.

―Espera… no debemos…  ―Tsubaki intenta detener a Yuri. Se supone que no tenían que llegar tan lejos. Pero las sacudidas  de placer son más fuertes que su voluntad―. Se siente bien…. Ahhh… otra vez… Ahhh…  va a pasar… se sentirá bien como la ultima vez… Ahhh

Finalmente la onda de sensación se expandió llegando a su cumbre. Tsubaki  gime fuerte mientras estira totalmente su cuerpo, se estremece y queda tendido sobre el futon agotado trataba de detener a Yuri inútilmente de continuar. Si siguen así sabe que terminara rompiendo las reglas. Pero el albino aun no había terminado de calmar sus inquietudes, de apagar el calor, quería seguía hasta el final tal cual lo había observado antes con los mayores.  Pego su boca sobre la del mayor tratando de hacerlo ceder, de hacerlo temblar, avanzando a empujones, abriendo sus piernas hasta que Tsubaki pudo sentir el miembro de Yuri golpearlo en el pirineo tocándolo ansiosamente como si intentara meterlo en algún sitio.

―No…  hay… ―Yuri susurra―Dónde…

―Ahhh… espera… espera… Ahhh…

Yuri mira  el enrojecido rostro de Tsubaki y su corazón se acelera mete la mano entre las piernas de Tsubaki y comienza a buscar con el tacto. No sabe por donde meterlo. Quiere seguir sitiándose bien  quiere seguir teniendo ese sentimiento feliz al lado de Tsubaki. Mas el albino tendría que esperar para poder experimentar lo que quería culminar. Por que  en ese mismo momento Kiku entro a la habitación.

― ¿Por qué esta todo a oscuras?

Pregunto antes de ver a los dos niños desnudos sobre el futon.

Hubo un instante en que ninguno dijo nada. Yuri se detuvo y se quedo mirando fijamente  al mayor  todo el deseo aculado se desvaneció mientras Tsubaki lo alejaba lentamente de él. Tsubaki estaba tan avergonzado que se cubrió con su kimono que estaba cerca. Kiku por su lado entro, cerro la puerta y pregunto calmadamente―. ¿Qué es lo que están haciendo?

―Es… tam… mos…  follando.

Afirmo Yuri naturalmente porque era la única forma en la que sabia que se llamaba aquello.

― ¿Qué…. Que es eso?  ―Tsubaki pregunta confundido. Observa como Kiku Nii-san abre los ojos sorprendidos.  Niega  de inmediato ― ¡No! ¡No es cierto! solo nos estábamos fro… tan…do ―su voz se va apagando a cada silaba abochornado.

Al ver la reacción de ambos Kiku se rio para si mismo:

―Ya veo. Vamos vístanse ambos, por favor.

Tsubaki no sabe como reaccionar pensó que lo iban a regañar severamente pero en su lugar Kiku se acerca al albino y lo ayuda a vestirse mientras le pregunta sonriendo apaciblemente:

― ¿Pero de donde sabe una palabra tan grande un niño tan bonito como tu?

―Líder…

― ¿Ummh?

―Se refieres al líder de la caravana en la que estaba antes―le aclara Tsubaki mientras se coloca el kimono azul. Aun no quiere ver a los ojos al mayor.

―Ya veo. No debes de decir esa palabra  frente a los demás. De un niño tan lindo como tu es algo desconcertante.

―<< ¿des… co… ce… tante?>>

―Yuri no puede hablar bien aun. No es su culpa ―Tsubaki trata de justificar al albino mientras termina de vestirse. El poco tiempo que llevan en la casa a notado como algunos de los mayores al escuchar a hablar al albino suelen burlarse de él y molestarlo.

 ― ¿Y tu fundoshi? ―Kiku pregunta al albino que niega con la cabeza.

―Él no usa. Nadeshiko ni siquiera le pone uno ―Tsubaki responde una vez mas por Yuri esta vez molesto. No le gusta que ese chico sea el encargado de cuidar al niño de ojos carmín.

―Bueno eso es decisión de Nadeshiko. ¿A ti te molesta, Yuri? ―el niño niega con la cabeza―. Entonces no hay ningún problema. No eres el único que hace eso  ¿sabes?  ―le da unas palmadas cariñosas en el la cabeza en cuanto termina de vestirlo―Bien. Es mejor que vallan a terminar sus deberes porque seguramente no los han hecho ¿verdad?

― ¡Si. Enseguida vamos! ―Tsubaki toma a Yuri de la mano para salir de la habitación. Sin embargo Kiku lo detiene:

―Quédate un momento Tsubaki ―al escuchar eso el niño de kimono azul tiembla en su lugar soltado al niño albino― Yuri puede esperarte afuera.

 El pequeño obedece y sale de la habitación cerrando la puerta  sin percatarse si quiera de la preocupación de su amigo.

Hay otro silencio. Tsubaki esta nervioso se sienta en el suelo completamente tenso mirando el futon. El y Yuri dejaron las sabanas  completamente arrugadas. Siente como si se ahogara.

―Tranquilízate no voy a hacerte nada. Te lo dije mientras estés a mi lado nadie te hará daño de nuevo ―Kiku se adelanta a decirle mientras abre la venta dejando entrar la luz ―. Aun que admito que no esperaba que fueras a hacer eso tan rápido con otra persona que no fuera yo ―sigue sonriendo como si fuera tan graciosa la situación y de un soplido tras otro va apaga las lámparas encendidas en la habitación―. Entonces… ¿Qué fue lo que hicieron exactamente?

―De verdad. Solo nos frotamos… como me enseñaste…  es que Yuri quería saber como era y… y ¡Todo es culpa de Nadeshiko! Porque él… no le enseña nada a Yuri… y el no sabe… y… y…

―Quieres mucho a Yuri ¿verdad?

―Si. Es mi amigo… ―ruboriza y agacha la cabeza. No sabe porque el hacer eso lo hace sentir tan avergonzado cuanto se supone que todos lo hacen en ese lugar. Aun así se siente muy feliz cuando esta al lado de Yuri. El solo quería hacer feliz a Yuri igualmente.

 ―Se que te dije que era normal hacer eso con un amigo dentro de la casa pero trata de ser mas cuidadoso la próxima vez. Puedo ver que Yuri es… digamos, bastante especial. No me refiero solo a su condición física si no también a su interior. Es tan puro como su nombre indica. No creo que tenga mucha noción de él mismo o del peligro… Cuídalo bien ¿Si?

― ¡Si! ―Tsubaki afirma aun tensó por la situación. Nervioso le pregunta al mayor― ¿estas enojado?

― ¿Por que? De cierta manera mirarlos a ambos me recuerda mucho al pasado.

― ¿He? ―Se quedo peguntando el niño de kimono azul ¿acaso será que su hermano mayor también tenia un amigo especial?

―Anda ve con Yuri te estará esperando afuera. No se distraigan de nuevo y hagan sus quehaceres debidamente. Tienes clases mas en la tarde y después del baño te toca ir con Himawari a buscar clientes así que debes de estar listo.

―Si ―afirmo el menor  poniéndose de pie para marcharse. Sin embargo hay algo importante que le gustaría pedirle a su hermano mayor―. Hey, Kiku nii-san…  ―se escucha tembloroso  e inseguro.

―Dime.

Tsubaki toma aire y trata de alejar la incomodidad de su ser. Detesta que su cuerpo tiemble de esa manera cuando esta nervioso. A él nunca le ha gustado que le regañen por las cosas que quiere o piensa. Aun así toma aire y junta valor para pedir:

― ¡¿Podrías ser el hermano mayor de Yuri también?! El no te causara problemas. Incluso comeré menos y no te pediré nada con tal de que lo aceptes también. Por favor deja a Yuri ser tu hermano también.

―Lo siento. Eso no podrá ser ―Kiku contesta de inmediato serio y con esa mirada inalterable que siempre parece tranquila―. Nadeshiko ya es el hermano mayor de Yuri.  Él tiene que encargarse del pequeño.

―Pero ¿por que? ―el niño se abalanza al mayor sujetándose de las mangas del kimono de este como para llamar su atención. No lo entiende su hermano es bueno ¿Por qué no quiere ayudar al albino? ― ¿Por qué? ¿Por qué? Nadeshiko es malo.

― ¿Yuri te ha dicho que Nadeshiko es malo? ¿Te ha dicho que lo ha golpeado? ¿O le hace daño?

―No, pero…

―Entonces no hay razón para…

―No. no es cierto ―interrumpe el niño negando insistentemente con la cabeza ―. Es malo con él. Nunca le enseña nada. No le habla. Lo ha dejado afuera de su habitación de pie todo el día. Siempre le dice que es una molestia.

―Aun así yo no puedo hacerme cargo de él.

―P-pero…

―Cada uno de nosotros tratamos de diferente manera a su hermano pequeño. Para algunos es un cabio muy grande. Tienes que respetar la manera en la que hacen las cosas los mayores de la casa aun que no te guste como estos actúen.

―P-pero…

Tsubaki no sabe que objetar. Lentamente suelta a Kiku sin entender como es que el mayor le dice esto ahora cuando hace un instante le dijo que cuidara del albino. Hay cosas que no entiende del mayor y eso le desagrada.

Kiku por su parte observa como el niño lo mira desconcertado, decepcionado. Para tranquilizarlo le asegura:

―Si yo veo que la situación empeora hablare con Nadeshiko. Pero no puedo prometerte nada.

 Sin poder decir nada mas Tsubaki  solo asentó con la cabeza y salió de la habitación cabizbajo.

―<<Baki>> ― lo llama Yuri en seguida―. ¿Bien?

―Humm…Si.  Yuri dime. Si Nadeshiko te hiciera algo me lo dirías ¿verdad?

― ¿Ha… cer? ¿Cómo?

―Si te pega o algo así ―el niño de kimono rojo asienta con la cabeza y enseguida toma de la mano al Tsubaki y se pego a su brazo cariñosamente. El mayor ruborizo por la acción, continuo―. Pero deberás hazlo. Me lo prometes.

Nuevamente Yuri asienta con la cabeza. Tsubaki sonríe y se van caminando para continuar con sus deberes.

.

Como le había indicado Kiku, Tsubaki fue en compañía de Himawari a conseguir los primeros clientes de la noche. En cuanto atardeció el niño de kimono azul fue interceptado por Himawari que con sus alegre sonrisa observaba como la yuki-onna y el estaban muy juntos.

―Vamos ―dijo el de kimono verde.

―Quiero… ir… contigo ―Yuri aprieta aun mas el brazo de Tsubaki para impedir que se fuera.

―No puedes yuki-onna. Solo puedo ir Tsubaki ―aclaro Himawari un poco molesto. No dejaba de observar como Yuri se afianzaba a un mas al cuerpo de Tsubaki.

El niño de azul dijo separándose lo más gentilmente que puede de su amigo:

―Esta bien. Tienes que ir con Nadeshiko nii-san o te regañara. No creo que tarde mucho. ¿Vamos a tardar mucho?

Termina preguntándole a Himawari el cual se cruza de brazos tras la cabeza y se da media vuelta para no mirar lo melosos de los otros dos.

―No se. Depende de la gente. Pero si no salimos ya nos van a regañar a los tres.

Contesta Himawari comenzando a impacientarse.

―Ya lo escuchaste. Intentare no tardarme mucho.

― ¡Vamos de una vez! ―el de kimono verde grita para llamar la atención.

―Espérame ¿si? ―Tsubaki le sonríe al menor y este por fin lo suelta lentamente.

―Si no te apuras te dejo. ―amenazo Himawari comenzando a caminar.

―Ya voy.

Tsubaki se fue tras él.

Bajaron al primer piso. Himawari parecía bastante apurado ya que no le dijo nada mientras bajan las escaleras y se adelantaba. Esquiva a los mayores, se despedía de una de las sirvientas de la casa que hacia esa noche la guardia en el vestíbulo y se colocaba las sandalias de paja para salir casi corriendo del lugar. Tsubaki casi se cae al piso al colocarse las sandalias tratando de seguirle el paso al más alto.

― ¡Más te vale traer buenos clientes esta noche!

― ¡No traigas a puros viejos!

Escucha que gritan algunos chicos bromeando desde detrás de la reja del exhibidor.

― ¡Eso ya lo sé! ―grita el niño de kimono verde sin ni siquiera voltear a verlos ― ¡Ustedes nada mas estén listos cuando yo traiga los clientes!  ―acelero el paso como si le hubieran encargado lo más importante.

Tsubaki desorientado por el comportamiento de Himawari solo se limito a seguirle. No logra entenderlo. No cree que hizo algo para molestarlo sin embargo no le habla y cuando voltea a verlo -quizás para asegurarse que lo estaba siguiendo-  inflaba las mejillas conteniendo las quejas que quería decirle.  Por otra parte el niño de kimono azul se distraía a la par con todo el movimiento que se estaba llevando acabo en el barrio. Los faroleros iban de casa en casa corriendo encendiendo las amparas rojas; mujer envueltas en kimono llamativos y caras blancas se encontraban con hombres en las esquinas hablando, jugando y riendo como si de niños se tratasen; ve vendedores callejeros ir y venir ofreciendo sus productos, collares, dulces, flores , pinturas y muchas otras cosas. Ve casa con ventanas enrejadas donde mujeres invitaban a pasar a los clientes alegremente con señas y voces seductoras.  Entre mas se acercan a la calle principal había cada vez mas y mas gente alegre, sonriente, divertida. Llego hubo un punto en que se quedo quieto entre la multitud fascinado por todo la aparente felicidad que todos los adultos a sus alrededor irradiaban. Incrédulo de la diferente atmosfera que había en el lugar a comparación de cualquier otra que haya visto.

―Es increíble… 

Murmuro en lo bajo. De repente alguien lo empujo entre la multitud y otra más y otras mas toda la gente comenzaba a reunirse en un solo lugar. ¿Qué era lo que pasaba que todos que lucían de repente aun mas alborotados?  Tsubaki de repente se sintió angustiado al percatarse que no veía a Himawari por ningún lado.  No hay ruido alguno en toda la calle, la gente sigue amontonándose  detrás de el. Escucha el sonido de una flauta y de un shamisen  que comienza a tocar una melodía alegre. Alguien lo jala de la espalada de su kimono pero antes de que pudiera quejarse o gritar se da cuenta que se trata de Himawari que le dice serio:

―No te separes. Me van a regañar si te pierdes de repente.  

 ― ¿A dónde vamos? ―pregunta el de kimono azul que trata de caminar sin caerse por la manera en que Himawari lo jala.

―Te quiero enseñar algo.

Himawari por fin sonríe tan característico en él. Suelta a Tsubaki y opta por tomarlo de la muñeca para poder ir mas rápido. Logran meterse  entre el muro de la multitud quedando hasta en frente en el mejor lugar.

En la calle principal desfilan los músicos acompañados de bailarines  que dan vueltas extendiendo abanicos dorados o con banderas rojas alegres con mascaras de zorros sobre sus rostros seguidos por otra persona disfrazada de Shi shi (león) que se sacudía curioso observando a todos los presentes. De repente comienza a llover lo que Tsubaki en un principio cree que son papeles de colores. Al voltearse se da cuanta que son las mismas personas del público quienes las avientan. Voltea a ver a Himawari que busca de entre su obi una de ellas dándose cuenta que se trataba de una moneda envuelta en papel de colores. El de kimono verde la arroja hacia donde esta el león y ase un sonido de emoción cuando uno de los bailarines la toma del suelo y se la da de comer al león que hace resonar los cascabeles de su cuello.

Se escucha entonces el sonido de metales resonando y el grito anunciante del espectáculo principal:

― ¡La Tayu va a pasar!  ¡Bonta-tayu!  ¡Oreeeriii!

― ¡Oreeeriii!

Era los Kanabo Hiki (guardianes nocturnos) vestidos con sus kimonos azules, acercándose sonando sus Shakujou. Tocando el extremo de sus bastones de metal llenas de anillos contra el suelo para llamar la atención.

― ¡La Tayu va a pasar!  ¡Bonta-tayu!  ¡Oreeeriii!

― ¡Oreeeriii!

Provocando que la atmosfera cambie por completo a una solemne avanzando lentamente paso a paso. Detrás de ellos vienen los  Chochin Mochi  hombres que llevan farolas enormes rojas con letras negras donde se pueden leer el nombre de la Oiran, la Tayu Botan que se acerca lentamente. Un par de niñas de la edad de Tsubaki desfilan detrás de los faroleros con sus elegantes kimonos rojos de mangas largas que casi llegan al suelo con cajas negras en sus manos, su cabello suelto les da una apariencia de muñecas.

― ¡La Tayu va a pasar!  ¡Bonta-tayu!  ¡Oreeeriii!

― ¡Oreeeriii!

Tsubaki queda boquiabierto, sin aliento, asombrado cuando ve a la hermosa  Oiran pasar sonriendo enigmática con una presencia llena de orgullo majestuoso, campante, triunfante. Su bello kimono rojo con capas tras capa de seda multicolor una encima de otras, el gigantesco obi amarillo atado por delante con un fénix bordado en plata; su elaborado peinado lleno de kanzashi de oro, flores y otros detalles; su rostro pintado de blanco inmaculado y parpados rojos. Envuelta en un aura de misticismo y glamor.

La Oiran apoya su mano izquierda en el hombro de un sirviente, el Katakashi no Otokoshu  que le brinda a poyo. Detrás de ella esta el Kasamochi no Otokoshu que carga una enorme sombrilla sobre su espada cubriendo a la Oiran  y detrás algunas otras Oiran de un rango mas bajo balanceándose de atrás hacia enfrente siguiendo en respeto a la Tayu.

―Que alta.

Dice completamente anonadado. Himawari entonces lo codea haciendo que salga de su ensoñación. Voltea a verlo e inmediatamente Himawari le hace una seña para que mire abajo a los pies de la Oiran los cuales descubiertos calzan geta de laca negra parecidas a torres de treinta centímetros de alto y si eso no fuera todo, el peculiar e inconfundible andar de la Oiran, con un pie por delante de otro al avanzar desliza el pie hacia afuera en forma de ocho el llamado “Soo-hachi-moji”.

Mira a Himawari quien con una mirada de autentica admiración y rubor en sus mejillas imita el movimiento de la Oiran con su pie.

En el Yukaku todos los días una casa distinta desfilaba sus mejores prostitutas y a su mejor Oiran cuatrocientos metros por las calles de Yoshiwara. Mostrando a la mas importante, la belleza que se tenía para ofrecer a los clientes. A esta procesión se le llamaba Oiran Dochu.     

―Ese es mi sueño ―dice Himawari. Ser quien protagonizara el Oiran Dochu para su casa era el más grande honor que se podía tener―. Pero como soy hombre eso es imposible ―baja la mirada entristecido.

― ¿Porque?

Pregunta Tsubaki ingenuo.

Himawari se sobresalta ¿abra dicho eso en voz alta sin querer? Esquiva la mirada, se rasca la mejilla:

―Porque se supone que nosotros no existimos ―toma de la muñeca a Tsubaki y se dan la vuelta saliendo de entre la multitud―. Ni a los mayores de los mayores los dejan hacerlo así que no tiene caso. No le digas a nadie lo que dije ¿quieres?

― ¿He? Bueno.

Tsubaki ve a Himawari avergonzado y eso es raro. No pensó que decirle su sueño lo apenaría más que todas las vulgaridades que lo ha escuchado decir.

―Me gustaría enseñarle esto mañana a la yuki-onna –lo suelta de la mano―. Pero como le gusta estar solo contigo será difícil. Dime ¿desde cuando tú y la yuki-onna son tan cercanos?

― ¿Porque lo dices?

―Cuando fui por ti… estaban  de la mano… y siempre esta contigo ―no se lo dice con desagrado, al contario parecía envidiar la situación. Su voz es apagada como si estuviera acongojado―. Él no hace eso con nadie más, ni conmigo.

―Eso es porque lo sigues molestando.

―No. No es cierto ―Himawari niega de inmediato. Él no cree que los comentarios que le hace al albino sean malos―. Yo solo… yo solo quiero ser un amigo más cercano de la yuki-onna. En su lugar solo cosijo que se esconda detrás de ti y me diga Himari. Ni siquiera me llama por mi nombre ―luce deprimido. Deja caer sus hombros y agacha la cabeza exageradamente.

―No es su culpa. El no puede hablar bien y a ti no es el único que le hace eso a mi me dice Baki y a Nadeshiko, Nachiko. Y si lo molestas. Como en la mañana cuando le… le preguntaste eso. Tus comentarios ―ruboriza un poco no sabe si es por la incomodidad de la pregunta o por que fue eso mismo los que provoco la primera experiencia que había tenido con Yuri.

― ¿Cuáles comentarios? No le pregunte la gran cosa –se defiende el de cola de samurái―. Eso no es molestarlo. ¿Qué a ti no te llama la atención?

― ¿Llamar la atención?

―Si. No se explicarlo… como que quieres estar a su lado todo el tiempo… que te mire solo a ti.

― ¿Qué te dan ganas de cuidarlo? ―pregunta Tsubaki.  Quizás Por fin encuentro algo en lo que coincide con el mayor―. ¿Qué no le pase nada?

― ¡Si!  ¡Eso!

―Si. Si sé a lo que te refieres.

― ¿Verdad que si? ―a Himawari le brillan los ojos―. No soy al único a que le pasa eso ¿verdad? ¡Oye! Yo pensaba considerarte como mi rival pero… si me ayudas a caerle mejor a la yuki-onna te ayudo con los estudios o con lo que quieras. Y bueno sabes que es lo que hago  con Sakamichi-sensei si tu también quieres podemos hacerlo.

― ¡No! ¡Eso no! ―niega inmediatamente con las manos Tsubaki ruborizado―. Eso no es necesario. A eso es a lo que me refiero con lo de tus comentarios. ¿Siempre as sido así? ¿Qué no te regañaban tus papas cuando estabas afuera?

― ¿Qué? Bueno Okaa-san a veces si me regaña.

―No, a ella no. si no cuando estabas afuera, antes de que llegaras aquí.

Himawari le sonríe ingenuo y se señala así mismo:

―Pero yo nunca he estado afuera.  ¿Por qué sabes? Yo naci aquí.

 

Continuara...


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