Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una cuestión de pelos por Orseth

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

            El sudor ya escurría por la frente de Draco, quien sintiéndose desesperado se giró sin dejar de sostener su cola enfrente de si como si sostuviera su salvación junto a su pecho.

            -¿Y qué puedo hacer para que entre? Estoy muy nervioso y apenas empujas ya duele.

            -Por eso te digo que dilatándote un poco la molestia será menor.

            -¿Meter los dedos también duele?

            -Pues sí, pero no tanto como meter el pene así como así.

            Pero al tener enfrente a Harry, viendo sus hermosos ojos verdes atrás de los cristales de sus gafas hizo que su estomago diera un vuelco y se negara rotundamente a que el moreno hiciera algo más de lo que debía.

            -Hazlo ya, intentaré relajarme –dijo dándose la vuelta.

            Harry lo miro agachado ofreciéndole el culo y suspirando de nuevo procedió a intentar hacer lo que había estado intentando hacer los últimos cinco minutos; pero esta vez Draco apretó los puños sobre el asiento de la silla mientras cerraba los ojos con fuerza al sentir de nueva cuenta el pinchazo de dolor, pero a diferencia de la ultima respiro profundo e intentó relajarse.

            Harry miraba hacia abajo viendo su miembro entre las nalgas de Draco y suavemente comenzó a empujar sintiendo la natural resistencia del anillo de músculos, solo que esta vez la cabeza de su pene comenzó a entrar a pesar de ver como Draco encogía el cuerpo.

            -¡Diablos, como duele! –pensó Draco con los ojos apretados sintiendo esa enormidad partirle el culo siendo consciente de que apenas había entrado la punta.

            Poco a poco Harry comenzó a empujarse siendo detenido por Draco, quien sin levantarse solo alzó un brazo.

            -¡Espera…!

            Esta vez Harry no dijo nada, deseaba enterrarse en ese estrecho y caliente culo pero estaba consciente del dolor de Draco, por lo que solo se detuvo dándole su tiempo.

            -¡Duele mucho! –mascullo el rubio agachando la cabeza y apretando los puños.

            -¿Quieres que me salga?

            -No… esto tiene que hacerse… sigue.

            Harry continuó viendo su pene entrar hasta la mitad hasta que Draco volvió a alzar el brazo, solo que esta vez fue el rubio quien no dijo nada, pero no fue necesario pues al escucharlo sorber la nariz supo lo que pasaba y a pesar de que se moría por embestirlo, dijo:

            -Sí quieres me salgo.

            -N-no… mi padre vendrá por… por mí el fin de semana… no debe verme así… -respondio entre hipidos- hazlo ya… métemela de una vez…

            Ante eso Harry decidió hacerlo así, si de todos modos estaba doliéndole horrores acabaría lo más rápido posible, por lo que hundió su pene de una sola vez haciendo a Draco gritar.

            -¡Ay!... ¡oh diablos!

            Harry se quedó quieto sintiendo que se correría si se movía pues Draco era tan estrecho que tuvo que respirar profundo, tranquilizándose un poco para poder comenzar a embestirlo sin correrse a la primera quedando como un adolescente calenturiento que sufría de eyaculación precoz; sin embargo no tuvo oportunidad de nada pues Draco exclamó:

            -Listo, puedes salir…

            -¿Eh?

            -¡Sácamelo ya Potter!

            Harry obedeció y Draco se levantó al instante subiéndose los pantalones al mismo tiempo.

            -¿Qué haces?

            -La carta decía que solo tenías que metérmela para romper el hechizo, ya lo hiciste, así que ya cumpliste –respondio abrochándose el pantalón lo más rápido que podía para enseguida tocar sus orejas.

            -¿Siguen ahí?

            -Sí, siguen ahí –dijo viéndolo bajar una mano y tocar su cola peluda.

            -¡Pero no puede ser, ya deberían haber desaparecido!

            Harry no estaba para esas cosas, el pene le punzaba deseoso de acabar, por lo que molesto se subió el pantalón sintiendo mucha incomodidad al intentar meter su pene erecto en la ropa.

            -¿Qué salió mal?

            -¿Y yo que sé? –respondio enojado tomando sus cosas para salir de ahí.

            -Seguro desparecerán para mañana –masculló Draco sin dejar de tocarse las orejas- sí, eso es.

            Harry en tanto caminó hasta las escaleras para irse de ahí y acabar en algún baño, no sin antes girarse y decir:

            -No se te olvide dar las disculpas, yo ya cumplí ¿oíste?

            -Sí, si…

            -Bien –concluyó saliendo de ahí.

Aun doliéndose del culo, Draco salió de la torre de astronomía toqueteándose las orejas y la cola.

            -No puede ser, siguen ahí –pensó angustiado- ¿acaso fui engañado y lo de Potter era mentira?... no, no debo desesperarme, me dormiré y seguramente despertaré siendo normal de nuevo, si, así pasará.

            Y así, auto convenciéndose se fue a su casa en tanto Harry estaba en un baño jalándosela para acabar su asunto pendiente.

            -Maldito Malfoy… -masculló lavándose las manos.

 

_________________________

 

 

Al día siguiente en cuanto despertó se tocó la cabeza ansioso para darse cuenta para su desgracia que sus orejas gatunas seguían ahí.

-¡No puede ser! –Exclamó bajito corriendo al baño antes de que sus compañeros despertaran- ¡siguen ahí, siguen ahí! ¡¿Pero porque si ya cumplí?!

Exhaló un suspiro mientras se recargaba en el lavabo con actitud derrotada.

 

__________________________

 

 

Cuando Harry tomaba un vaso de leche en el desayuno vio a Draco Malfoy entrar al comedor acompañado como siempre de su grupo de amigos y se sorprendió no de la mirada asesina de Draco, sino de ver que sus orejas blancas seguían ahí; así que lo siguió con la vista hasta que el rubio se sentó intentando ocultar cierta molestia que pasó inadvertida para todos mas no para Harry quien estaba al tanto de su dolencia y a pesar de todo no pudo evitar sonreír al verlo intentar sentarse de lado y luego del otro sin poder acomodarse.

Después de las clases de la mañana los estudiantes tenían un receso de media hora antes de la comida, así que Harry se apuró a ir a sacar un libro de la librería para una tarea de última hora que había dejado sin hacer por desidia, pero su camino fue abruptamente interrumpido por cierto rubio orejón que lo jaló de la túnica al pasar por una escalera.

-¡¿Qué diablos…?!

-Cállate Potter, que soy yo –exclamó Draco mirando a todos lados asegurándose de no ser visto.

-¿Qué diablos quieres ahora Malfoy? –respondió acomodándose la túnica luego de soltarse.

-¡Mis orejas siguen ahí! –dijo como si el asunto no fuera para nada evidente.

-Sí, ya las vi ¿y?

-¿Cómo que “Y”?... ¡algo hiciste mal que el hechizo no se rompió!

-¿Yo? –Replicó con el ceño fruncido- hice lo que tú me dijiste, ahora no me vengas a echar el muerto a mí.

-¿Pero entonces porque siguen ahí?

-¿Y yo como  mierdas voy a saber? Ni que yo te hubiera hechizado.

-¡Pero la carta decía claramente que tu debías… que tu debías…! Bueno ya sabes qué.

-En todo caso no es mi problema, tú debes cumplir con la parte del trato y disculparte con mis amigos.

-¿Y porque he de hacerlo si no funcionó?

-¡Pues ese no es mi problema!

-¡Pero estas inmiscuido en este asunto, la carta lo dice!

-¿Aun la conservas? –pregunto sintiéndose intrigado sin querer.

-Sí.

-Muéstramela, a lo mejor no entendiste bien.

-¿Cómo no voy a entender una simple carta, Potter? –exclamó rodando los ojos.

-Entonces yo no sé –dijo dándose la vuelta dispuesto a marcharse siendo detenido por el brazo por Draco.

-Espera… te la enseñaré, pero no la traigo conmigo ¿Te parece que te la muestre hoy en la noche?

-¿Hoy en la noche?

-Sí.

-No puedo, que sea mañana.

-¿Por qué no puedes hoy? Que sea después de la hora de queda.

-No puedo.

-Oh vamos Potter, tu puedes escabuirte, nos vemos en la torre de astronomía.

-Ya te dije que no puedo.

-¿Por qué?

-¡Porque no, deja de preguntar lo que no te interesa!

-¡Pero tengo prisa! Mi padre ya pidió permiso a Dumbledore para que pase este fin de semana en casa, no puede verme así.

-Ese no es mi problema, si quieres que hablemos de esto que sea hasta mañana, hoy definitivamente no puedo.

Draco exhaló un suspiro de resignación al ver la firme y rotunda negativa de Harry, así que sin más remedio no le quedó más que aceptar.

-De acuerdo, mañana en la torre de astronomía.

 

__________________________

 

 

Esa noche, después de una sesión de atrevidas caricias y turnos alternados de sexo oral, Harry y Cédric descansaban como siempre en la caliente y burbujeante tina.

-¿Entonces ya lo pensaste?

-¿Lo de Malfoy?

-Ajá.

-No solo lo pensé, le dije que sí y me lo cogí en la torre de astronomía –respondió Harry con total tranquilidad haciendo que Cédric sonriera incrédulo y lo mirara fijamente.

-¡Estas bromeando!

-Claro que no –dijo  mirándolo, con una traviesa sonrisa bailándole en los labios.

-¡Harry tienes que contarme! -Harry empezó a reír con más ganas al ver la curiosidad de Cédric- cuéntame todo con detalle ¿de verdad se la metiste?

-Ajá.

-No te creo –exclamó riendo incrédulo y emocionado al mismo tiempo.

-Pues créelo.

-¿Y qué tal, como esta, está bueno, se dejó así como así, como se sintieron tus dedos en su culo?

-¡Calma, calma! –Dijo sin dejar de reír- no puedo contestar todo al mismo tiempo.

-De acuerdo, primero dime ¿se desnudó todo?

-Claro que no, solo de la cintura para abajo.

-¿Y qué tal?

-Mmm… bueno, no vi mucho, ni siquiera le vi el pene, pero de atrás… oh Cédric, nunca creí decir esto de Malfoy pero tiene un culo de ensueño.

-¡Lo sabía! –exclamó aplaudiendo y riendo al mismo tiempo- los pantalones de Quidditch se le ajustan muy bien.

-Te juro que cuando lo vi agachado en frente de mí ofreciéndome las nalgas me entraron unas ganas tremendas de palmear su trasero.

-Oh vaya, tu alter ego perverso comienza a emerger.

-Pues no sé si sea perverso pero tiene unas piernas largas y esbeltas, lo mismo que la curva de sus caderas…. Como para tomarlo de la cintura y sentarlo a horcajadas encima de mí.

Cédric rio con más ganas.

-Y dime ¿Qué tal tu primera vez metiéndola, que tan apretadito esta?

En esa pregunta el gesto de Harry cambio e hizo una mueca que Cédric no supo interpretar.

-Que.

-Que sobre eso me gustaría contarte más pero no puedo.

-¿Por qué?

-Porque solo me dejo metérsela una vez.

-¿Qué?

-Veras… -respondió acomodándose en la tina para mirarlo de frente- esta tan apretadito que esta me dolió un poco metérsela, así que imagínate lo que debió dolerle a él.

-Ajá, ajá…

-Era virgen de atrás, así que costó algo de trabajo porque además no me dejo prepararlo.

-Auch.

-Exacto… el pobre hasta lloró –exclamó con un pequeño gesto de lastima.

-¿Y cómo no habría de llorar Harry, si la tienes enorme?... pobrecillo.

-De hecho sangró un poco pero no le dije para no espantarlo.

-Así que te dejó todo empalmado –continuó riendo.

-No es gracioso, aquello dolía por no poder acabar, así que me fui a un baño a hacerme justicia por mi propia mano.

-Pero a todo esto, aun las tenía esta mañana cuando lo vi en el desayuno.

-Eso me extraño a mí también y sobre todo a él, me interceptó en un pasillo y me exigió una explicación como si yo tuviese la culpa de eso.

-¿Y qué pasó?

-Hablaremos de ese asunto mañana en la noche.

-¿Te lo volverías a coger? –preguntó sonriendo.

-Mmm… lo más seguro es que si –respondió como si de verdad meditara el asunto haciendo a Cédric negar divertido con la cabeza- obviamente después de hacerme el interesante claro, no soy tan fácil ¿sabes?

-Yo no diría eso.

Harry rio y le aventó agua de un manotazo.

-Pero ya veremos, nada es seguro, ya mañana sabré.

 

_______________________

 

 A la noche siguiente y queriendo relajarse un poco, Draco tomó un baño de tina mientras llegaba la hora del encuentro al tiempo que releía su carta.

-No puedo dejar que la lea toda… eso de que ya soy raro no debe leerlo.

Y una hora después  esperaba impaciente a Harry en el mismo lugar hasta que después de un buen rato llegó.

-¡Al fin! –Exclamó  al verlo llegar muy quitado de la pena- ¡Eres un impuntual! ¿Lo sabías?

-Tenía cosas que hacer –respondió alzándose de hombros- ¿la trajiste?

Draco sacó la carta de su bolsillo y se la dio, Harry la tomó y la leyó en silencio recargado en la baranda que daba hacia el patio.

-Pues si… al parecer es auténtica y es de la persona que te hechizó ¿pues qué hiciste Malfoy?

-Y dale con eso, yo no le hice nada a nadie, es pura envidia hacia mi familia.

-¿De verdad te crees ese cuento?

-Pero yo no molesto a nadie Potter… bueno, a ti un poco por ser un raro pero nada más.

-¿Y así dices que no molestas a nadie? –Exclamó exasperado- ¡Malfoy eres una asquerosidad de persona!

-No es cierto.

-Eres petulante, presumido, creído, pesado, ególatra, pedante y nadie te quiere.

-No soy nada de eso y además tampoco necesito que nadie me quiera, con que me respeten es suficiente.

-¿Y quién va a respetarte si eres odioso?

-Yo no soy odioso.

-Si lo eres, pero no lo ves ¿o acaso alguien te hizo esto solo por envidia? Despierta de tu ridículo sueño de egocentrismo y date cuenta de que has lastimado tanto a alguien de tal manera que te ha hecho esto para hacerte sufrir lo indecible… por cierto ¿Qué decía la parte de la carta que esta rayoneada?

-Nada.

-¿Cómo nada? Aquí decía algo y tú lo tachaste ¿Qué decía que no quieres que yo sepa?

-Nada que sea de tu incumbencia, pero volviendo al asunto… ahí dice que tu… bueno, lo que tú debes hacer y eso hiciste ¿entonces porque el hechizo no se rompió?

-Ni idea –respondió pensativo releyendo la carta- tal vez….

-¿Tal vez? –repitió esperanzado.

-Tal vez penetrarte no fue suficiente.

-¿Qué dices? –exclamó frunciendo el ceño.

-Tal vez deba montarte –respondió mirándolo.

Draco no entendió del todo pero intuyó muy bien lo que aquello significaba haciendo que su rostro se pusiera colorado y sintiera sus orejas casi silbar.

-¿Qué?

-Embestirte, aunque claro, eso solo es una idea –respondió mirando de nuevo la carta.

-Pero…

-Aunque la verdad no tengo idea, yo no sé de este asunto –concluyó devolviéndole el pergamino- ahora Malfoy, el asunto es así, yo cumplí mi parte del trato y tú aún no.

-¡Pero no funcionó!

-¿Y a mí qué? No es mi problema.

-¡Mi padre viene por mi mañana, no debe verme así!

-¿Y yo que tengo que ver en eso? –dijo divirtiéndose de la desesperación del rubio sin poder evitarlo.

-¡Va a matarme, tiene un negocio súper importante y yo debo estar presentable!

-No seas dramático Malfoy, tu padre no va a matarte.

-Pero lo decepcionaré… yo no puedo ni debo decepcionarlo.

Justo ahí la diversión de Harry comenzó a menguar pues a pesar de la hilaridad de la situación, nunca había pensado en la relación de Draco y Lucius más allá de insultarlo juntos cada vez que podían.

-Ayúdame Potter… te juro que me disculpare con Weasley y Granger pero ayúdame.

-¿Y qué quieres que haga? Ya hice lo que me dijiste, no sé qué más hacer.

Draco se quedó callado unos momentos pues lo que decía Harry era cierto, el Griffindor había hecho justo lo que él le había pedido… tal vez fuera cierto que necesitaba cogérselo tal cual.

-Por Merlín… -susurró con desconsuelo- ¿En qué momento esto acabó así?

-Pues yo no sé Malfoy, pero decídete pronto porque la verdad debo dormir temprano para practicar Quidditch mañana.

-Tal vez tienes razón.

-¿En qué?

-En que tal vez debes hacer algo más que solo… que solo…

-¿Metértela? –completo gozando humillarlo.

-¡No tienes que ser tan especifico! –exclamó con el rostro colorado.

-Bueno, como sea ¿entonces?

-Si es así, está bien… eso claro si tu aceptas de nuevo.

Sintiendo que merecía un Oscar por su actuación desinteresada, Harry se paseó con una mano en  la barbilla y otra en la cintura.

-No se Malfoy, que tal sino funciona y me culpas a mí.

-Pero debe funcionar, eso dice la carta ¿no?

-Pues sí.

-Entonces hagámoslo… hoy.

-¿Hoy, estás seguro? Ayer hasta lloraste.

-No tienes que entrar en detalles –respondió muy digno- aunque la verdad… la verdad aún estoy muy adolorido –completo un tanto avergonzado y preocupado- ¿Cómo aguantare hoy? Duele demasiado.

-Ese es el detalle, ya estas rasgado y aun no has cicatrizado, si lo hacemos hoy te dolerá peor.

-¿Aun si haces eso que dijiste con los dedos? –pregunto deseando que se lo tragara la tierra.

-¿Aceptarías que te metiera los dedos? –pregunto sorprendido.

-Obvio es que no quiero Potter, es vergonzoso y humillante… pero por Merlín, no creo soportar de nuevo el dolor de ayer.

-Eres un llorón Malfoy.

-No lo soy Potter, además seguro ya tú lo hiciste ¿dime, no te dolió nadita?

-Lo que he hecho o no, no es de tu incumbencia.

-De acuerdo, pero entonces ¿me harás este favor? –pidió odiándose por parecer un típico rogón.

-Mmm… no sé.

-Potter…

-De acuerdo, pero no traje mis preservativos, como comprenderás no los ando cargando todo el tiempo, voy  por ellos y regreso.

-De acuerdo.

Quince minutos después Harry estaba de regreso en la torre de astronomía con un muy nervioso Draco Malfoy esperándolo.

-¿Seguro que haciendo eso con los dedos duele menos? –pregunto mientras veía a Harry sacar un par de condones de su bolsillo.

-Eso hubiera sido ayer Malfoy, hoy ya estas jodido… bueno, aun no –añadió sonriendo.

Draco torció la boca viendo la clara burla de Harry, pero sin nada que hacer, solo dijo:

-¿Y ahora?... es decir… ¿de nuevo pongo las manos en la silla?

-Mira, yo creo que para tu comodidad pongamos una manta en el piso y te pongas en cuatro.

-¿En cuatro? –repitió como tonto.

-Si Malfoy, de a perrito.

Draco cerró los ojos sintiéndose el ser más desdichado del universo y deseo con todas sus ganas que la tierra se lo tragara y lo escupiera en Hawái; Harry en tanto sacó una manta miniaturizada que también había llevado y la colocó en el suelo.

-Cuando quieras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).