Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una cuestión de pelos por Orseth

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

            -Ay Malfoy…

            -Solo estoy siendo sincero, bien podría decirte lo que tus oídos quieren escuchar.

            Bien, Draco Malfoy tenía razón y ese era un punto a su favor.

            -Otra cosa ¿Por qué te ofende tanto que yo sea gay? ¿Por qué me jodes tanto con eso?

            -Ya no lo he hecho.

            -Porque no te conviene.

            -De acuerdo, de acuerdo… bueno, es que… es que eso de hombre con hombre no es normal.

            -¿Y por qué no?

            -Pues porque no, porque es antinatural.

            -Antinatural mis huevos ¿desde cuándo el amor es antinatural?

            -Pero es que mi padre dice…

            -¿Y todo lo que dice tu padre es cierto? –Interrumpió- ¿acaso no sabes pensar por ti mismo?

            -De acuerdo, no todo lo que dice mi padre es cierto, pero muchas cosas sí.

            -¿Y en todo le haces caso? ¡Piensa por ti mismo!

            -Sí tu tuvieras a tus padres, también  los escucharías –exclamó acomodando su cola.

            Harry sintió una oleada de enojo al oír eso, pero de nuevo vio que Draco continuaba como si nada, como si lo que acababa de decir fuera lo más natural del mundo.

            -Ya veo –dijo entonces.

            -¿Qué cosa? –pregunto el rubio.

            -No te das cuenta.

            -¿De qué?

            -No eres nada empático.

            -¿Y por qué habría de serlo?

            Harry miró a Draco, vio que el rubio lo observaba con verdadera curiosidad y sintió como si pretendiera hacerle un tour por la tierra a un terrícola.

            -Esto no es algo que yo debería decirte, tu deberías saberlo ya –respondio entonces.

            -Esa no es una buena respuesta Potter.

            -¿Cómo te lo diré?... –dijo como preguntándoselo a sí mismo- somos empáticos porque así creamos lazos con las demás personas, porque así hacemos amigos.

            -Pero yo no necesito más amigos, tengo los que necesito.

            -Pues yo creo que no y de hecho todo este embrollo se dio porque justamente no fuiste empático con alguien en particular o sino no te hubiera puesto este hechizo.

            Esta vez Draco se quedó sin saber que decir.

            -Bueno… -dijo entonces- pues no pensé que realmente les afectara tanto lo que digo.

            -Pues ya ves que sí.

            -Pero yo suelo decir las cosas así, sin más… no acostumbro adornar mis palabras, por más que adornes tus frases la verdad no cambia.

            -Pues si… en eso si tienes razón.

            Sin percatarse del tiempo, Harry permaneció hablando con Draco hasta casi la una de la mañana, por lo que viendo su reloj se enderezó sobresaltado del sofá.

            -¡Es tardísimo!

            -Solo un poquito.

            -Pero ya es muy tarde y mañana hay que levantarse temprano, me voy –respondio levantándose.

            -¿Podemos vernos de nuevo? –preguntó levantándose también intentando ocultar su ansiedad… algo que no logró ciertamente.

            Harry lo miró y suspiró dándose cuenta de que no se libraría de Malfoy tan sencillamente como había pensado, pero curiosamente tampoco se la había pasado tan mal… de hecho había sido refrescante platicar de otras cosas con alguien más fuera de su círculo de amigos y ni siquiera se había acordado de que nuevamente había dejado a Cédric plantado por segunda vez.

            -Bueno, no se…

            -¿Te parece bien la próxima semana a la misma hora?

            Después de pensarlo un par de segundos aceptó.

            -De acuerdo, entonces me voy.

            -Espera, toma esto –exclamó Draco sacando un paquetito de su túnica y dándoselo a Harry.

            -¿Qué esto? –pregunto mientras lo tomaba.

            -Es un chocolate Chocopologie de Knipschildt.

            -¿Qué?

            -Un Chocopologie de Knipschildt –repitió Draco como si una marca de chocolate de marca impronunciable fuera algo de lo más común.

            -¿Y qué diantres es eso?

            -Ya te dije –exclamó rodando los ojos- es un chocolate, es una marca danesa que hace chocolates de locura –añadió haciendo un gesto de exagerada delicia haciendo sonreír a Harry- su pieza más costosa es la trufa de chocolate oscuro y tiene un costo de dos galeones.

            -¿¡Tanto?!

            -Ajá.

            -¿Pues qué sabe hacer?

            -Ay Potter, se ve que no conoces de chocolates, para disfrutar de una delicia de estas hay que pedirla con días de anticipación.

            -Bueno, en todo caso es de mal gusto decir el precio de lo que regalas Malfoy, solo piensas en cifras.

            -¿Y ahora que hice mal? –pregunto contrariado.

            -Olvídalo, me voy, buenas noches.

            -Buenas noches Potter.

            Harry salió de ahí dejando a Draco con una sonrisa en los labios.

 

___________________________

 

 

            Cuando entro a la habitación, se acercó a despertar al pobre Blaise que ya se encontraba babeando en el quinto sueño.

            -¡Lo logré Blaise, lo logré! ¡Nos veremos otra vez la semana que entra!

            -Mmm… déjame dormir…

            Con la sonrisa a flor de labios, Draco dejo en paz al pobre Blaise y se preparó para dormir.

 

___________________________

 

 

            Al día siguiente y a la primera oportunidad, Harry se disculpo con Cédric.

            -Lamento mucho no haber ido anoche, se me acumulo mucha tarea.

            -Debiste avisarme –respondió algo serio mientras caminaban.

            -Sí, perdón… me fue imposible despegarme de Hermione, pero de hecho… de hecho ella planeó unas horas de estudio para mí y Ron este próximo jueves, estamos atrasados en pociones.

            -Ya veo, bueno al menos este jueves no me quedaré esperando como tonto.

            -Lo siento Cédric, sé que debí avisarte.

            -De acuerdo, no te preocupes.

 

_______________________________

 

 

            -Listo, ahora sí cuéntame –Dijo Blaise mientras se sentaban en una fuente aprovechando un descanso.

            -Oh Blaise él aceptó verme de nuevo –respondió muy sonriente.

            -Vaya, eso sí que es una sorpresa.

            -Sí, pero bueno, tampoco es como que pudiera resistirse mucho, soy un encanto de persona, solo tenía que conocerme más.

            -Sí, claro… bueno ¿y qué planeas para la segunda cita?

            -Pues no sé, debo pensarlo bien para que no descubra que es una cita.

            -No es una cita –añadió alzando una ceja.

            -Ay Blaise no empieces de aguafiestas.

 

_____________________________

 

 

            Para la segunda cita, Draco llevó a Harry a la misma habitación después del toque de queda.

            -¿En serio no te da miedo de que el profesor Snape venga aquí inesperadamente?

            -No –respondió abriendo la habitación y dejando que él pasara primero para después cerrar- él ni siquiera llega hasta aquí, sus habitaciones están antes.

            Encogiéndose de hombros fue a sentarse al sofá seguido de Draco, quien volvió a llenar la mesita con platitos de diferentes chocolates.

            -¿Por cierto, como estaba tu chocolate?

            -He de admitir Malfoy, que estaba muy bueno… de hecho me lo comí a escondidas para no convidarle a nadie.

            Draco sonrió mientras su corazón latía alocado al ver la sonrisa de Harry al tiempo que el moreno pasaba sus dedos por entre su cabello alborotado haciéndolo ver increíblemente sexy.

            -Sexy… -pensó Draco ya resignado a su peculiar gusto adquirido por cierto Gryffindor- Se ve tan lindo.

            -Malfoy…

            -¿Eh?

            -Te quedaste callado.

            -¡Oh sí!... perdón, es que estaba pensando en otras cosas.

            -¿Cómo en qué?

            -En… en… ¿Qué te parece si nos llamamos por nuestro nombre de pila? –soltó sin saber de dónde salió aquella atrevida ocurrencia mientras sentía la cara caliente.

            -¿Por nuestro nombre? –Repitió Harry sorprendido- pues no sé… eso sería raro ¿no?

            -Todo esto fue raro desde un inicio.

            -Pues sí, no niego eso pero es raro no decirte “Malfoy”

            -Bueno, en todo caso ¿yo puedo decirte por tu nombre?... si tú quieres corresponder después haciendo lo mismo está bien.

            Harry hizo un gesto sin saber que decir, no es que el hecho en sí mismo fuera algo muy relevante pero con Draco Malfoy nada era tan relevante.

            -De acuerdo –dijo entonces temiendo verse muy quisquilloso si decía lo contrario.

            Draco casi dio un saltito de emoción cuando oyó la respuesta, así que para disimular su entusiasmo tomó un chocolate y se lo dio.

            -Prueba estos, están rellenos de avellanas.

            Harry comenzó a desenvolver el chocolatito sin ser consciente del modo en que Draco lo miraba, hasta que el mismo rubio se percató de que permanecía sentado al borde del sofá, atento al menor gesto del Gryffindor, quien muy entretenido trataba de no romper el papel aluminio de color dorado de su chocolate.

            -Mierda… parezco una de esas niñas bobas de primer año que miran al cuatro ojos con adoración, yo voy en cuarto ¡en cuarto! Tengo catorce años, no puedo andar poniendo cara de tarado cada que él me ve o me habla, yo…

            -Oye Malfoy.

            -¿Sí Potter, digo Harry? –respondió casi dando un salto odiándose en ese momento y queriendo patearse a sí mismo.

            -¿Por qué le dices “sangre sucia”  a Hermione? –pregunto tomando otro chocolate, esta vez con relleno de coco.

            -Ya no le he dicho así.

            -Lo sé, pero antes.

            -Bueno… creo que ya sabes qué significa eso ¿no?

            -Sí, lo sé y también sé que detestas a los mestizos como yo.

            Quiso exclamar que no, que ya no era así, que ahora incluso consideraba que tenía los ojos verdes más bonitos de todo el colegio, pero sabiendo que eso estaría totalmente fuera de lugar, solo se quedó callado dejándolo continuar.

            -Las personas no elegimos donde nacer –continuó Harry ya mirándolo mientras se echaba a la boca el chocolate.

            -Sí, lo sé.

            -¿Y entonces?... y no me digas que es porque lo dice tu padre.

            -Bueno no, pero… mezclarse con muggles es traicionar a tu propia sangre.

            -¿Por qué?

            -Porque ellos no son como nosotros.

            -¿En qué sentido?... solo no pueden hacer magia, pero por lo demás mean y cagan como tú y como yo.

            -También los animales.

            -Y es muy cierto que los animales son mejores que muchas personas.

            Draco se quedó callado sintiendo que estaban entrando en un terreno complicado y lo que menos quería era una discusión.

            -No quiero pelear –dijo entonces Harry- solo quiero entender tu punto.

            -Claro… -respondió asintiendo para quedarse callado después unos segundos- a mí me educaron para preservar la pureza de sangre, desde que tengo uso de razón se me ha dicho lo importante que es no mezclarte con muggles, que ellos son inferiores porque no pueden hacer magia.

            -¿Y eso no te ha puesto a pensar en el gran mérito que tienen al hacer las cosas entonces?

            -No me importa lo que pueden hacer, sino lo que no pueden –respondió echándose un chocolate a la boca.

            -La dignidad de una persona es la misma sea muggle o no, sea homosexual, bisexual o no… dime algo ¿tú vales menos por el solo hecho de que has tenido sexo con otro hombre?

            La cereza que tenía en la boca se le atoró haciéndolo toser al escuchar la pregunta de Harry, quien solo lo vio toser mientras se ponía rojo y se daba golpes en el pecho.

            -Yo no… -balbuceó al fin.

            -Que… ¿tú no has tenido sexo con otro hombre?... ¿Quieres que te recuerde lo que hicimos en la torre de astronomía?

            Draco solo lo miro con ojos llorosos mientras un ardor le escocía la garganta debido al chocolate.

            -Yo no quito el mérito de tener un apellido de gran abolengo –continuo Harry tomando el vaso de leche fría que Draco también había llevado- pero creo firmemente que todas las personas somos iguales, todos tenemos sangre roja corriendo por nuestras venas y a todos el amor nos hacer latir el corazón… ya se trate de un Weasley… o un Malfoy.

            Draco se le quedó mirando sin decir nada, por lo que Harry dejo el vaso ya con la mitad de la leche en la mesita mientras decía sonriendo sin ganas:

            -Aunque entiendo que todo eso te lo han inculcado tus padres… si a mí los míos me hubiesen inculcado lo mismo, no lo pondría en duda; claro está,  hasta que pudiera cuestionar eso por mí mismo.

            Draco se quedó callado sintiendo que la conversación había tocado otro punto álgido.

            -Lamento haberme burlado de eso muchas veces –dijo entonces.

            -¿De qué?

            -De tus padres… por decirte huérfano y todas esas mierdas… lo  siento.

            Harry volvió a sonreír mientras se encogía de hombros.

            -Está bien.

            Draco se quedó callado de nuevo y luego metió su mano en su bolsillo y sacó algo que miró en silencio llamando la atención de Harry.

            -¿Qué miras?

            -Oh nada… -respondió guardándolo de nuevo.

            -No seas así, enséñame lo que estas escondiendo.

            Sin más remedio sacó lo que tenía en el bolsillo y se lo dio a Harry, quien asombrado miro el medallón esmaltado con una letra “M” en el centro.

            -¿Qué es esto?

            -Es el escudo de mi familia –respondió ahora apenado- Mierda… -pensó contrariado- ¿desde cuándo me apena el escudo de mi familia? ¡Siempre he estado orgulloso de el!

            -¿Qué significa la frase?

            Draco sonrió entonces sin poder evitarlo.

            -¿Qué pasa? –pregunto Harry intrigado.

            -“Sanctimonia vincet Semper” –respondió sin más- significa “la pureza siempre conquistará”

            Harry no pudo menos que admirarse y sorprenderse al escuchar aquello, pues hasta ahora veía hasta qué punto los Malfoy consideraban la pureza de sangre como algo imprescindible en cada mago y bruja… y también pudo ver a Draco sumergido en toda una ideología familiar de la cual sería prácticamente imposible escapar.

            -Bueno… -exclamó exhalando un suspiro mientras le regresaba  el medallón- sigo creyendo que todo eso está mal pero debe ser genial que alguien se preocupe tanto por ti, de lo que piensas y aprendes.

            Draco se quedó callado de nuevo viendo el rostro nostálgico de Harry.

            -¿Los extrañas mucho? –preguntó entonces.

            -Cada día.

            -Lo siento… de verdad lo lamento, nunca más volveré a burlarme de eso.

            Harry solo sonrió como respuesta.

 

______________________________

 

 

            Con el transcurso de los días, Harry comenzó a ver distinto a Draco, sabía que el chico seguía teniendo una mentalidad clasista a más no poder, pero había comenzado a  entender que no era simplemente porque se le diera la gana; Draco Malfoy había sido educado así y si él mismo hubiera tenido a sus padres con él, también tendría gran parte de sus ideas y cultura asimilada; pero también vio que Draco estaba dispuesto a escuchar y ¿Por qué no? Tal vez también lograra hacerle cambiar una que otra idea.       

            -¡Auch! –Gimió cuando al pasar junto a Crookshanks éste le tirara un zarpazo- ¡maldito gato!

            -Lo siento Harry –dijo Hermione apresurándose a tomar el gato  en sus brazos- no sé qué le pasa últimamente contigo, parece que te odia… ¿no le hiciste nada?

            -Ahora resulta que yo soy el culpable ¿no? –respondió ceñudo mientras se sobaba la mano.

            -Perdón Harry.

            Harry subió a su habitación a pasar el rato en lo que llegaba su encuentro de ese día con Cédric, así que el gato fue buen pretexto para alejarse del barullo.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).