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Una cuestión de pelos por Orseth

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            Por fin el día de la tercera prueba llegó y el colegio parecía un nido de hormigas con todos los chicos emocionados por la competencia; pero había cuatro alumnos en especial que lejos de estar emocionados, estaban nerviosos.

            -Qué angustia, lo bueno de esto es que ya es la última prueba –dijo Harry a Cédric, quien junto a los otros dos participantes esperaba en una tienda el inicio de la prueba.

            -Sí, pero también es electrizante toda esta energía ¿no crees?

            -Qué electrizante ni que mis bolas.

            Cédric comenzó a reír mientras le palmeaba la espalda.

 

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            -¿Crees que sea buena idea el que vayas a verlo Draco?

            -Es que quiero desearle buena suerte Blaise –respondio cerca de la tienda, a la espera de cualquier descuido de los profesores para entrar a ver a Harry- pero con ese imbécil de Ojo Loco se está haciendo muy complicado.

            -Pero está acompañado por los demás participantes.

            -¿Y qué? no haré nada malo.

            -Malo no, raro si… ¿desde cuándo Draco Malfoy va a desearle suerte a Harry Potter?... más bien pensaran que vas a hacerle algo y capaz que el profesor te vuelve a convertir en hurón.

            -Cállate Blaise que de solo recordar eso me da escalofríos, mejor vigila bien cuando los profesores se descuiden un poco.

 

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            -Listo, creo que es hora –dijo Cédric al ver que Fleur y Víctor Krum se dirigían a la salida- vamos.

            -Espera… -exclamó Harry deteniéndolo por un hombro- antes de empezar con esta última prueba quiero desearte la mejor de las suertes.

            Cédric sonrió ante las sinceras palabras de Harry.

            -Gracias Harry, yo también te deseo lo mejor, sé que a pesar de ser de cuarto año has respondido muy bien a este torneo y por eso te digo que a pesar de que tienes catorce años voy a poner todo mi empeño en ganarte -Harry sonrió complacido al ver el reconocimiento de Cédric- Además… -añadió éste- no por ser lindo y tener un buen culo te voy  dejar ganar.

            Harry rio con más ganas y atrayéndolo con una mano en su nuca lo beso.

            -Suerte –dijo entonces juntando sus frentes.

            -Suerte.

            Y sin más salieron de ahí a enfrentar la tercera y última prueba del torneo de los tres magos.

 

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            -¿Lo hiciste? –pregunto Blaise cuando vio a Draco regresar.

            -No, no pude –respondio serio mientras se dirigía a las gradas a tomar el lugar que les habían guardado sus amigos.

 

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            Todos en el colegio esperaban llenos de emoción al ganador de la copa sin saber que Harry libraba una batalla con un recién renacido Voldemort, quien después de asesinar a Cédric por medio de Colagusano, ahora intentaba asesinarlo a él en un duelo que daba por hecho ganado.

            Nunca espero que las almas de las personas que había asesinado salieran de su varita a defender a Harry, quien en el último momento y aprovechando la ayuda y contención de éstas lanzara un “Avada Kedavra” justo en el pecho de Voldemort acabando con su vida y con los sueños de grandeza de los mortífagos que ahí le acompañaban, solo el estupor de estos al ver a su señor muerto de nueva cuenta le permitieron escapar llevándose consigo el cuerpo de Cédric.

            Cuando todos vieron aparecer a Harry en medio del estadio rompieron en vítores pensando que el chico de Hogwarts había ganado, les costó unos instantes en darse cuenta de que algo no andaba bien y que el cuerpo que yacía inerte en el piso era Cédric.

            -¿Qué pasa? –pregunto Blaise estirando el cuello para poder ver algo.

            -Ni idea.

            -¿Es Diggory el que está tirado? –pregunto Pansy intentando ver algo desde su lugar.

            -Parece como muerto ¿no? –exclamó Crabbe.

            Fue todo lo que pudieron ver pues Harry desapareció y alguien más se llevo el cuerpo de Cédric de ahí, los demás maestros se encargaron de dispersar a  los alumnos y conducirlos a sus respectivas casas para evitar el caos.

 

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            -Entonces Cédric Diggory está muerto –dijo Draco en su habitación junto a sus cuatro amigos pues su sala común estaba atestada y no quería estar en el barullo.

            -Pobre señor Diggory –exclamó Pansy sentada en la cama de Goyle junto a éste.

            -¿Qué habrá sucedido? –Pregunto Crabbe- nadie ha dicho nada.

            -Yo creo que ni ellos saben que pasa –añadió Blaise desde su cama.

            -Potter estaba histérico –dijo Goyle- seguro pasó algo con el que no debe ser nombrado.

            -¿Por qué dices eso? –pregunto Draco.

            -Porque mi papá ha estado muy inquieto desde el mundial de Quidditch, me ha dicho que esté atento a cualquier cosa fuera de lo común y que muy pronto las cosas mejorarían para los magos leales a la sangre pura.

            -Mi papá no me ha dicho nada –respondio Draco desde su cama.

            -Ha estado muy ocupado, tal vez no ha podido –dijo Blaise- ¿a alguien más sus padres les han dicho algo?

            Los demás a excepción de Goyle negaron con la cabeza; entonces Draco se giro y se acostó dándoles la espalda, el posible regreso del que no debía ser nombrado era solo una de las cosas que ocupaban su mente.

 

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            Después de ser salvado de Barty Crouch quien había suplantado a Ojo loco Moody, Harry narro lo que había sucedido cuando llego a un cementerio en donde vio el nombre de Tom Riddle en una tumba, la muerte de Cédric, su captura por medio de Colagusano, el renacimiento de Voldemort y la llegada de muchos mortífagos… contó como de la varita de aquel mago oscuro comenzaron a salir las almas de las últimas personas asesinadas por el comenzando con Cédric quien le había pedido llevarse su cuerpo con él, narró como gracias a todos esos espíritus incluidos sus padres, no solo pudo escapar, sino que pudo lanzar un Avada Kedavra a Voldemort sin esperanzas de darle pero que increíblemente había dado en el blanco dejándose oír un terrible grito que le ensordeció e incluso aturdió al momento de correr a tocar el cuerpo de Cédric y la copa al mismo tiempo llevándolo de regreso al colegio.

            Todos estaban impactados con esas revelaciones, no solo con la aparición de Voldemort sino con la aparente muerte de éste.

            -Debes descansar Harry –dijo entonces Dumbledore.

            -¿¡Y cómo quiere que haga eso si Cédric está muerto?!... ¡y muerto por mi culpa, de no ser por mi él estaría vivo!

            -No te hagas esto, sabes que eso no es cierto, fue Voldemort quien lo mató, no tú.

            -¡Usted no entiende!... usted no entiende… -balbuceó sintiendo que ya no podía más.

            Harry fue llevado a su casa en donde sus amigos los recibieron y no dejaron que los demás compañeros lo atosigaran con preguntas.

 

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            Los días fueron pasando y Harry no se dejó ver en un par de ellos, estaba en su casa, metido en su cama sin hablar siquiera con Ron y Hermione, quienes decidieron darle su espacio y estar ahí para él cuando él mismo lo decidiera.

            La noticia del regreso y muerte de Voldemort fue todo un acontecimiento que la comunidad mágica ya no pudo negar, por lo que los diarios luchaban por obtener una entrevista del “Niño que vivió” y que al parecer de nueva cuenta era el niño que había acabado con Voldemort por segunda vez.

            Esa mañana, siendo casi medio día y habiendo pasado cuatro desde aquel acontecimiento fatídico, se levantó y abrió la ventana dejando que el aire refrescara su cara; se sentía como muerto, sintiendo que las lagrimas llenaban de nuevo sus ojos al recordar a Cédric, hipó suavemente sabiendo que nada de lo que hiciera traería de regreso a su amigo tan querido, también sabía que no podía quedarse encerrado en ese cuarto toda la vida, que un mundo agresivo y deseoso de noticias lo esperaba afuera incluidos los mismo alumnos del colegio; afortunadamente los colegios de Beauxbatons y Durmstrang se habían ido dos días después disminuyendo en algo el alboroto en la escuela; y aunque estaba muy dolido por la muerte de Cédric, no podía evitar sentirse también aliviado de que Voldemort estuviera acabado de una vez por todas, que ese ser malévolo ya no estuviera pendiendo sobre su cabeza como la espada de Damocles.

            Así que sin más remedio y con las lágrimas aun cayendo por sus mejillas fue al baño a darse una ducha y a presentarse en el comedor a la hora de la comida.

 

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            Draco había estado muy preocupado por Harry, tanto así que ni la muerte del que no debía ser nombrado le importo gran cosa, algo sorprendente para su pequeño círculo de amigos pues sabían del lugar de su padre en la orden oscura y que estaba siendo investigado debido a las declaraciones de Harry Potter sobre su presencia en el cementerio.

            -No es eso Blaise –dijo a solas en su habitación mientras Crabbe y Goyle se adelantaban al comedor- no es que no me importe, es más bien que lo único que me importa es la situación de mi padre frente al ministerio, la muerte del señor Tenebroso es terrible sí, pero más terrible será que condenen a mi papá por haber estado ahí, además…

            -¿Además? –repitió Blaise al verlo quedarse callado.

            -Nada.

            -Es Potter ¿no?... te preocupa el como este.

            -Pues sí, la verdad es que si, ya lo sabes.

            -Estará bien, solo mataron a ese Hufflepuff frente  a sus ojos, es normal que haya quedado impactado.

            -No es solo eso Blaise –dijo sentándose en la cama con actitud derrotada.

            -¿Y entonces?

            Draco exhalo un suspiro y miró sus manos mientras comenzaba a hablar.

            -Ese día, cuando fui a desearle suerte, la verdad es que no lo hice.

            -Sí, eso me dijiste.

            -Pero no fue porque no haya podido entrar a verlo… de hecho si pude.

            -¿Y luego?

            -Cuándo entré él estaba besando a Diggory.

            -¿Qué? –exclamó sorprendido.

            Draco no respondio solo se alzó de hombros mientras hacia una mueca.

            -Vaya… así que había algo entre esos dos –continuó Blaise- quien lo diría de Diggory, se lo tenían bien escondido.

            -Pues si –respondio exhalando un suspiro mientras se ponía de pie.

            Blaise miró a Draco y solo pudo palmearle un hombro diciendo:

            -Vamos Draco, tú ya sabias que no iba a haber nada entre ustedes.

            -Sí, lo sé.

            -Pues pareciera que no.

            -No soy de palo ¿sabes?... puedo tener la certeza de algo pero aun así puedo llegar a esperar lo imposible, eso paso y me he dado de frente en la pared, pero no me critiques ni me digas “te lo dije”… era algo que  yo mismo quise evitar y no pude.

            Blaise asintió en silencio y solo le hizo una seña para que se levantara y fueran al comedor pues ya era hora de la comida.

 

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            Cuando llegó al comedor sintió de inmediato todas las miradas en él, pero eso era algo que ya sabía que pasaría y sabía que tendría que enfrentarlo tarde o temprano, así que armándose de valor alzó los hombros y camino sin mirar a nadie hasta su lugar en donde se sentó con Ron  a un lado y a Hermione en frente, los cuchicheos no se hicieron esperar mientras Ron y Hermione comenzaban a hablar de quien sabe que cosas; luego llego el profesor Dumbledore y la comida dio inicio.

            -Ahí está Blaise, pero tiene tremendas ojeras… seguro no ha dormido nada.

            -Ni cuando murió el penúltimo marido de mi mamá estuviste tan al tanto de mi –respondio Blaise sirviéndose jugo de calabaza helado.

            -Tú seguiste durmiendo como un oso cuando eso pasó, no me hagas dramas.

            -¿Ya vieron a Potter? –dijo Pansy volteando hacia atrás pues en el lugar en el que ella estaba le daba la espalda.

            -No Pansy, pensé que ese era su espectro.

            -Qué graciosito Draco.

            La conversación continuó sobre las noticias de “El profeta” y quien sabe que cosas más pues Draco realmente no les prestó atención, su atención estaba en la mesa de los Griffindor recibiendo por eso un codazo en las costillas.

            -Sé más discreto ¿no?

            Haciendo una mueca continuó comiendo.

 

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            Aunque ese día Harry asistió a la comida, no asistió a clases quedándose en su habitación, tampoco asistió a la cena.

            -No fue a cenar –dijo Draco mientras paseaba con Blaise por uno de los pasillos después de cenar.

            -Oye Draco ¿crees que después de esto cumpla su palabra de hacerte el favor?

            -No se… realmente no tengo idea y tampoco soy tan obtuso de ir a preguntarle, seguro me manda  a la mierda si le pregunto eso cuando su novio estiró la pata.

            -Pues si –exclamó rascándose una oreja- ¿tu padre no te ha escrito?

            -No, solo mi mamá, dice que todo está muy difícil ahora, pero que papá esta ocupándose de todo.

            -El puede venir a verte en cualquier momento.

            -Sí, lo he pensado ¿pero qué puedo hacer?

            -Tal vez no se niegue.

            -Va a mandarme a la mierda Blaise, lo sabes… y mas con eso de que mi padre estaba presente cuando fue capturado por el señor Tenebroso.

            -Pero tú no tienes la culpa.

            -¿Y eso qué? siempre demostramos estar a favor de la sangre pura.

            Suspirando desalentados regresaron a su casa.

 

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            Al día siguiente durante el desayuno, llegó el correo y Harry vio que una lechuza depositaba a “El profeta” en las manos de Hermione mientras muchos otros recibían su correo.

            Draco recibió una carta de una lechuza de Malfoy Manor y su corazón dio un vuelco al reconocer la letra de su padre y sin poderlo evitar la abrió ahí mismo.

            “Querido Draco”

            Como ya te habrás enterado las cosas están muy complicadas aquí afuera, por eso no había podido comunicarme contigo, ya tendremos tiempo de hablar, solo quiero decirte que las cosas van por buen camino, así que no te preocupes, pronto iré a verte y podremos hablar de todo lo que sea necesario, por lo pronto cuídate las espaldas que uno nunca sabe de que es capaz la gente resentida.

            Tu padre que te ama, Lucius.

            Cuando acabó de leer, un suspiro de alivio escapo de su boca, entonces el ruido de un golpe en la mesa le hizo voltear a la mesa de Griffindor.

            -¿¡Libre?! –Exclamó Harry de pie, con “El profeta” en la mano- ¿¡El muy infeliz hijo de puta esta libre?!

            Draco lo miró y le arrebato el diario a Crabbe, quien también lo recibía por unos cupones de golosinas de colección, y ahí en primera plana estaba Lucius Malfoy junto a un grupo de abogados con los que sonreía muy ufano y un gran titular que decía:

            “Lucius Malfoy sale libre”

            Con avidez leyó el artículo en donde se decía que Lucius Malfoy estaba libre ya que había servido al que no debía ser nombrado bajo los efectos del hechizo “Imperius” y por lo tanto no era responsable de sus actos.

            -Mira el lado positivo –dijo Ron a Harry- también Sirius fue declarado inocente, se comprobó que Peter Pettigrew fue quien traiciono a tus padres.

            Pero Harry no escuchó y aventó el diario.

            -¡Vaya, esta denso el asunto! –dijo Blaise mirando el diario, en tanto Draco miró hacia Harry de nueva cuenta pero éste ya había desparecido.

            -Felicidades Draco –dijo Goyle y varios de sus compañeros de casa; el solo atinó a sonreír mientras miraba a Blaise.

 

 


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