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Una cuestión de pelos por Orseth

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-¡Blaise!... que sorpresa, ven siéntate –dijo ella afuera de la habitación de Draco.

 

-¿Cómo sigue?

 

-Los medimagos han detectado rastros de un filtro de amor, es una poción de sangre de magia oscura... no sé quien pudo haber hecho una cosa tan grave pero Severus acaba de irse a Hogwarts para averiguar sobre eso.

 

-Es cuestión de tiempo –pensó Harry oculto junto a Blaise, escuchando todo.

 

-Blaise...

 

-¿Sí?

 

Narcisa le tomó la mano al tiempo que lo miraba a los ojos.

 

-Draco acaba de decirle algo a Lucius y yo... bueno, yo nunca lo esperé -Blaise la miró sintiendo que su corazón comenzaba a latir acelerado- Draco le dijo que le gustan los chicos.

 

-Ah...

 

-Yo nunca espere ese comportamiento en mi hijo, no lo educamos así y es más que obvio que esa confesión nos impacto... pero Lucius me dijo que Draco está muy angustiado con eso, que mi hijo está sufriendo porque piensa que con eso pierde nuestro amor... tu ya lo sabías ¿verdad?

 

-Pues... algo así.

 

-El que yo no esté de acuerdo con esas cosas no significa que deje de amar a mi hijo... créeme Blaise que si mi hijo se recupera, lo apoyaré en todo aunque yo no apoye esas preferencias... es mi hijo y lo amo con todo mi corazón.

 

-¿Y qué piensa el señor Malfoy?

 

-Lucius no me ha comentado nada al respecto, ya sabes cómo es... pero creo que ahora eso es lo de menos, lo que importa es la salud de Draco, habrá que esperar.

 

-Todo saldrá bien, ya lo verá.

 

-Eso espero hijo, eso espero.

 

-¿Puedo pasar a verlo?

 

-Sí, aunque esta adormilado por los medicamentos.

 

-¿Y el señor Malfoy donde esta?

 

-Fue a comer.

 

-Bien.

 

Blaise se levanto y entro a la habitación de Draco consciente de que Harry iba tras él; vio a Draco en la cama con una manguerita conectada en su brazo.

 

-Draco... Draco... -dijo suavemente sentándose en la silla que estaba ahí.

 

-Mmm...

 

-Abre los ojos, no seas flojo.

 

-No... jodas... Blaise.

 

Blaise sonrió al ver los ojos grises abrirse con trabajos.

 

-Hola amigo ¿Cómo vas?

 

-Creo que me voy a morir.

 

-Tan reina del drama como siempre, obvio es que no te vas a morir.

 

-Pero me siento muy mal... muy mal... todo me duele... es horrible, estoy tan lleno de medicamentos que aunque estoy despierto no me puedo mover.

 

-Draco, me puse investigar y descubrí que la zorra de Chloe te dio un filtro de amor y que fue ella quien te dio la primera poción de sangre.

 

-¿Qué? –Exclamó atontado por los medicamentos- no entiendo...

 

-Fue Chloe quien te puso las orejas de gato.

 

-No... ella me quiere... y yo quiero verla...

 

-¿De verdad quieres verla?

 

Draco frunció el ceño, realmente no deseaba verla, pero sentía que necesitaba hacerlo, como si fuera un pendiente muy urgente e importante.

 

-No, no quiero... Blaise...

 

-¿Sí?

 

Draco se paso la lengua por los labios resecos haciendo un evidente esfuerzo por hablar.

 

-Yo también descubrí algo.

 

-Dime amigo.

 

-El dolor... el dolor me sobreviene... cada que... cada que pienso en él... ¡ah! Como ahora –gimió apretando los puños y cerrando los ojos con fuerza- no es tan fuerte en este momento por todos los medicamentos pero... pero aun así duele...

 

-¿Cada qué piensas en el tarado de Potter?

 

-Sí... ¿Por qué Blaise?

 

-No sé, pero creo que deberemos decírselo a los medimagos.

 

-¡No!... no, no lo hagas...

 

-Pero solo así podrán ayudarte.

 

-Pero... pero mi papá odia a Harry... si se entera que... que él era el antídoto lo... lo lastimará.

 

-Claro que no, Dumbledore no lo permitirá.

 

-Ya conoces a mi papá... Oh Blaise, duele tanto... el cuerpo me duele tanto... ¿será porque este filtro de amor me obliga a pensar en alguien más cuando mi corazón ya está ocupado?... ¿por eso este dolor?

 

-Y tal vez provoca esas reacciones justamente porque utilizaron pociones muy poderosas que se contraponen entre sí.

 

-No lo sé... pero tenía que confesárselo a mi papá... no todo obviamente pero... pero...

 

Blaise miro a su amigo y vio sus ojos anegados de lágrimas.

 

-Calma Draco.

 

-Mi papá me detesta... lo... lo decepcioné...

 

-Tú papá no te detesta.

 

-Imagina ahora si supiera lo demás... ¡Ah!... ¡mierda, como duele!

 

-Tranquilo amigo.

 

-No creo que encuentren un antídoto... yo creo que me voy a morir...

 

-Blaise... -dijo alguien entrando a la habitación.

 

-Señor Malfoy.

 

-Tú visita alegra a mi hijo, estoy seguro.

 

-Eso espero, además quería verlo, los demás le mandan sus saludos, ya quieren que regrese.

 

Lucius tenía unas profundas ojeras pero con un vaso de café ya estaba listo para seguir cuidando a su hijo.

 

-Papá... -musitó Draco con las lágrimas escurriendo por sus sienes.

 

-Hijo, no te fatigues –respondio caminando presuroso hasta él.

 

-¿Me sigues queriendo, papá?

 

-No seas absurdo ¿Por qué no habría de hacerlo?

 

-Es que yo...

 

-No hables mas Draco, descansa.

 

-Me voy señor Malfoy, pero estaré afuera, el profesor Dumbledore me dio permiso de estar fuera todo el día para estar aquí.

 

-Gracias Blaise.

 

Blaise salió de la habitación, pero en esta ocasión salió solo.

 

-Papá... -balbuceó Draco apretándole la mano- lo siento...

 

-Un Malfoy no se disculpa.

 

-Pero yo... yo te fallé... te he decepcionado... lo siento.

 

Lucius miro los enrojecidos ojos grises y sonriéndole tiernamente le limpio las lágrimas de su rostro con su pañuelo.

 

-Es verdad que yo no esperaba eso de ti –dijo sin soltarle la mano- pero si crees que eso es motivo para dejar de quererte, es que entonces no conoces tan bien a tu padre, Draco... me amas, pero es evidente que también te doy miedo... tranquilo mi pequeño, que hagas lo que hagas tu padre siempre estará para ti, apoyándote y respaldándote en todo, además todavía puedo hacerte un lavado de cerebro... -Draco sonrió a pesar de su malestar- pero no hablemos de eso ahora hijo, debes dormir.

 

-No podía... no podía al pensar en el dolor que te he causado...

 

-Ya habrá tiempo de hablar de eso, tranquilo.

 

Draco asintió en silencio mientras cerraba los ojos sin soltar la mano de Lucius.

 

-Siento interrumpir –dijo una enfermera entrando a la habitación a cambiar el medicamento de su suero.

 

 

 

___________________

 

 

 

-Señora Malfoy ¿desea un vaso de té? Puedo ir por uno.

 

Narcisa sonrió ante el gesto amable de Blaise y aunque realmente no deseaba nada, asintió por amabilidad.

 

-Sí, muchas gracias.

 

Blaise se alejo de ahí rumbo a la cafetería, pero antes de llegar ahí fue jalado de un brazo por Harry, quien se quitó la capa para hablar con él.

 

-¡Blaise! ¿Y si de nuevo solo yo puedo ayudar a Malfoy?

 

-¿De qué hablas?

 

-Sí, mira no sé nada de pociones, pero ¿no crees que ayude en algo si yo... bueno, si yo de nuevo...?

 

-Te lo coges –completo Blaise.

 

-Pues... pues sí.

 

Blaise iba a comenzar a gritarle, pero de repente la idea no le pareció tan descabellada.

 

-¿Será?

 

-Pues no se ¿Qué piensas tú?

 

-Que Draco ya es un coctel de pociones, no sé si eso pueda ayudarle o no.

 

-Es como si los remanentes de la primera poción lucharan con la otra... tal vez si le damos una mano a la primera.

 

-Dirás un pito.

 

-Bueno, lo que sea –respondio rodando los ojos.

 

Blaise no dijo nada, la idea era descabellada y coherente al mismo tiempo, algo que a los adultos podría resultarles absurdo y que sin embargo podría no serlo tanto.

 

-No dudo que los medimagos estén poniendo todo su empeño, pero esta información no la tienen.

 

-Además no creo que Lucius Malfoy deje que me acerque a su hijo si llega a enterarse de lo que ya aporté.

 

Blaise se dejo caer en una silla de una de las mesas de la cafetería.

 

-Esto es muy aventurado, Potter.

 

-Pero incluso tú estás considerándolo.

 

-¿Y si no funciona?

 

-¿Y si, sí?

 

-Bueno... tampoco creo que agrave más la situación ¿o sí?

 

-No creo.

 

-Mierda Potter... no sé...

 

-Pues piénsalo porque esto es cuestión de tiempo, el profesor Snape va a averiguar todo con solo encontrar a Chloe.

 

-De acuerdo –dijo entonces sorprendiendo a Harry.

 

-¿De verdad?

 

-Sí, si hay que hacerlo, hagámoslo ya... bueno, yo no, tú.

 

-¿Pero cómo, ahí en la habitación?

 

-Sí quieres los llevo a un hotel cinco estrellas y les contrato un violinista.

 

-¡Me refiero a su padre, tonto! ¿Cómo nos desharemos de él? ¿Y las enfermeras?

 

-Bueno, tampoco es como que vas a tardarte un día completo ¿no?

 

-Pues no, pero... no sé, unos quince minutos al menos, recuerda que Malfoy está demasiado sensible, no es como que dejará que se lo haga y ya y tampoco puedo obligarlo.

 

-Sí, es cierto... -respondio pensativo- oh mierda, creo que hay un modo pero... rayos, me temo que será muy, pero muy incómodo, y al decir incómodo, me refiero a toooodos.

 

-¿Quieres decir...? –dijo Harry comprendiendo a lo que se refería Blaise.

 

-Sí, me temo que sí.

 

 

 

_____________________

 

 

 

-¿Necesitas algo más? –pregunto Blaise caminando hacia la habitación junto a Harry.

 

-No, con el lubricante basta.

 

-Por Merlín, yo hablando de estas cosas –masculló apenado.

 

Llegó hasta la habitación y entró después de tocar encontrando al matrimonio Malfoy sentados junto a la cama de Draco.

 

-Ya regrese con su té señora Malfoy, disculpe mi tardanza.

 

-No te preocupes querido.

 

Blaise le dio el vaso desechable y se quedó ahí parado sintiéndose un tonto.

 

-Bueno... -dijo intentando no parecer tan ansioso- yo... me gustaría ayudar en algo.

 

-No hace falta –respondio Narcisa- tu visita es más que suficiente.

 

-Pero me gustaría hacer algo más... ¿Por qué no van a tomar un poco de aire en lo que yo me quedo con Draco?

 

-Estamos bien Blaise, no te preocupes.

 

-Mierda ¿Por qué no se van?-pensó Harry bajo su capa de invisibilidad en una esquina del cuarto.

 

-No, de verdad, yo quiero sentirme útil, yo sé que Draco haría lo mismo por mí, quiero cuidarlo un rato, al menos una media hora en lo que ustedes salen a tomar un poco de aire, les caería muy bien.

 

Narcisa miró a Lucius, realmente ninguno quería salir de ahí pero al ver la disponibilidad de Blaise no quisieron hacerlo sentir mal, así que Lucius dejó el diario que hojeaba sin leerlo realmente y se levantó siendo imitado por su esposa.

 

-De acuerdo –dijo entonces- saldremos una media hora, cualquier cosa oprime ese botón y la enfermera vendrá.

 

-Bien.

 

Sonriéndoles a los dos, los vio salir de la habitación.

 

-¡Al fin! –exclamó Harry quitándose la capa de encima.

 

-Cállate Potter y haz lo tuyo –respondio alejándose de la cama y haciéndole gestos de asco- por Merlín, no puedo creer que estaré presente.

 

-Date vuelta y no mires hasta que te avise, además así vigilas que no entre nadie.

 

-Ya sé, ya sé, tampoco es que me muera por ver, Dios me libre...

 

Harry aplicó un hechizo silenciador para evitar que Blaise escuchara y para que ningún ruido saliera al exterior alertando a las enfermeras, después dejó su capa en una silla y se acercó a la cama.

 

Draco dormía pero a pesar de eso tenía unas profundas ojeras y estaba muy pálido, nada que ver con aquel chico dicharachero que bailaba en la taberna del callejón Knockturn al ritmo de los "Troles babeantes"

 

-¿De verdad tú me quieres a mi? –pensó sentándose en la cama.

 

Quitó un mechón de cabello que le cubría los ojos y luego le toco los labios con un dedo encontrándolos suaves y tibios.

 

-Eres un Malfoy –pensó quitando su mano- pero creo que debo reconocer que eres más que un simple apellido... quién lo diría.

 

-Mmm...

 

-Malfoy... Draco... -dijo entonces llamándolo por primera vez con su nombre de pila.

 

Draco frunció el ceño sin abrir los ojos al sentir una oleada de dolor recorrerle el cuerpo a pesar de estar casi anestesiado por tanto medicamento.

 

-Ah...

 

-Despierta.

 

Ante tanta insistencia abrió los ojos encontrándose con algo que creyó parte de sus alucines.

 

-Draco, soy Harry.

 

-Ay...

 

-Despierta, debes despertar... anda, abre bien los ojos.

 

-¿Potter?

 

-No, soy Harry ¿recuerdas que ya me llamabas así?

 

Draco no respondio, el dolor acudió a su adormecido cuerpo, por lo que solo estrujó las sabanas sin entender que pasaba.

 

-Anda, abre los ojitos –dijo tocándole el cabello.

 

-¿Qué... que haces aquí? –dijo al fin con voz queda.

 

-Vine a verte.

 

-Pero... p-pero tú... tú me odias...

 

-Claro que no.

 

-Mi... mi papá mató a tu novio... lo siento... de-de verdad lo siento...

 

-Shhh no hables de eso.

 

-Lo siento...

 

-Escúchame Draco, Cédric no era mi novio.

 

-¿Cómo?

 

Harry le tocó la sudorosa frente arrancándole un gemido al puro contacto.

 

-Me duele... tu contacto me duele... ¿Por qué... porqué con mis padres no... pasa eso?

 

-Mierda... -pensó preocupado- ¿Cómo tendré sexo con él si no soporta ningún toque de mi parte?

 

-¿Por qué estás aquí?

 

-Para ayudarte.

 

-Pero... soy un Malfoy...

 

-No solo eres eso, eres mi amigo.

 

Por alguna razón esas palabras no alentaron ni alegraron a Draco, antes bien lo pusieron más triste.

 

-¿Qué pasa?

 

-Nada... -musito tan bajo que Harry tuvo que acercarse para escuchar mejor.

 

-Anda, dime.

 

-No... no pasa nada... mejor vete, el dolor es muy fuerte y... y me falta poco para no ponerme a gritar.

 

-Escúchame con atención –dijo viéndolo fijo- Blaise y yo creemos que de nuevo puedo ayudarte con este hechizo.

 

-¿Tú y Blaise? –pregunto sin entender.

 

-Sí... mira, creemos que tal vez si vuelvo a depositar mi semen dentro de ti, el hechizo se revierta de algún modo.

 

Draco cerró los ojos, estaba tan drogado que su mente estaba atolondrada y de todo lo que le decían entendía la mitad.

 

-Draco...

 

-Mmm...

 

-¡Despierta! –exclamó sacudiéndolo un poco fuerte de los hombros.

 

-¡Ay!

 

-Lo siento pero debes ponerme atención.

 

-Por favor... ya vete... tu... tu presencia me lastima...

 

-No, no me iré sin antes haber intentado ayudarte.

 

-¿Y cómo?

 

-Tendremos sexo Draco, tú y yo, ahora.

 

-¿Qué?

 

-Mírame bien y pon atención –exclamó con voz enérgica- seré rápido y solo te penetraré lo suficiente para eyacular ¿me entiendes?

 

Draco asintió, lo había escuchado pero no lo había entendido, solo hasta que Harry comenzó a bajar las sábanas preguntó:

 

-¿Qué vas a hacer?

 

Harry exhalo un suspiro exasperado mientras volvía a tomarlo de los hombros.

 

-Escucha...

 

-¡Oh!... –gimió al solo contacto.

 

Harry lo sintió estremecerse y aunque Draco era más alto pudo sentirlo tan frágil que un enojo feroz le invadió al pensar en la causante de todo aquello.

 

-Draco, mírame... ¡mírame! -Draco lo miró intentando poner toda su atención- el antídoto Draco, el antídoto puedo ser yo... de nuevo yo puedo ayudarte...

 

Las palabras entraron lentas en su cabeza, como abriéndose paso a través de la corriente y después de unos largos segundo, pareció entender al fin.

 

-No... -dijo entonces.

 

-¿Qué?

 

-El dolor... el dolor es horrible... soy un cobarde ¿recuerdas?... siento que tus manos me queman a través de la ropa... no podría... soportar...

 

-Lo soportarás porque eres valiente.

 

-No, no lo soy...

 

-Sí lo eres Draco y los chicos que me gustan, son valientes -Draco lo miró sorprendido al escuchar esas palabras- si, descubrí muchas cosas maravillosas en ti ¿pero como podre descubrir mas si estas dándote por vencido?

 

-Pero tu novio Cédric...

 

-Qué Cédric no era mi novio –respondio con paciencia- anda Draco, el tiempo apremia... déjame intentarlo y se fuerte, solo serán unos minutos -Draco lo miró fijo mientras Harry le sonreía- ¿confías en mi?

 

-Sí...

 

-¿Entonces me dejarás ayudarte?

 

-Soy muy... muy llorón ¿recuerdas?

 

-Sí, pero seré muy paciente contigo ¿vale?

 

-Vale...

 

De nuevo Harry comenzó a bajar las sabanas mientras Draco solo cerraba los ojos intentando soportar la terrible jaqueca que le hacía sentir que la cabeza le estallaría.

 

-Ah... -jadeó cuando Harry comenzó a subirle la bata de hospital.

 

Afortunadamente no había ropa interior, por lo que procedió a bajarse el pantalón y a friccionar su pene para ponerlo erecto; no era para nada erótico el cogerse a un enfermo que no podía ni moverse, de hecho no lo deseaba en absoluto pues estando Draco como estaba, ni siquiera podría prepararlo pues sería sufrimiento adicional, así que tardo un poco más de lo normal en ponerse erecto.

 

-Creo que ya... -musitó al ver su pene erecto, así que se untó lubricante y tomando con cuidado las piernas de Draco las doblo y separó.

 

-¡Ah!... ¡tus manos me queman!

 

-Tranquilo... -dijo subiéndose a la cama preguntándose cómo demonios lo llevaría a cabo con Draco así, sin embargo estaba decidido, así que unto lubricante entre las nalgas de Draco y se posiciono entre sus rodillas abiertas.

 

-Harry...

 

-Respira profundo e intenta relajarte.

 

Tomó su pene y lo apunto entre las nalgas de Draco buscando su entrada mientras el rubio lo tomaba de los antebrazos muriendo de miedo y dolor a partes iguales.

 

-¡Hazlo ya! –apuró Blaise, quien dándoles la espalda no tenía idea en que iban pues tampoco podía escuchar nada.

 

Harry comenzó a hacer presión sintiendo de inmediato como Draco se tensaba, pero no podía andarse con delicadezas con las enfermeras y los Malfoy a punto de llegar, así que comenzó a hundirse lento pero firme.

 

-¡Ay!... ¡no, de-detente!

 

Pero Harry le tomó las manos y las presiono en la cama, mientras Draco se estremecía y comenzaba a gritar.

 

-¡No Harry!... ¡sácalo!

 

-No quiero lastimarte pero es necesario, ya después me perdonarás...

 

Así que lo penetró totalmente y comenzó a embestirlo sin detenerse a pensar más en el dolor que estaba provocándole; apretó los labios cuando vio los ojos grises llenarse de lagrimas y la voz enronquecerse de tantos gritos, pero no detenía su cadera, la cual seguía ondulándose penetrándolo con fuerza, haciéndole temblar las nalgas con cada embestida.

 

-Por favor, por favor... -gimió ya sin voz y sin fuerzas.

 

Harry no se detenía pues para su mala fortuna el orgasmo tardaba en llegar, la situación no ayudaba en nada y ver las lagrimas de Malfoy hacía peor el asunto; así que cerró los ojos concentrándose solamente en la sensación de su pene siendo tragado por aquel culo caliente y apretado, visualizando las carnosas nalgas mientras se metía entre ellas, solo así comenzó a sentir el orgasmo cosquillear en su bajo vientre y después de unas penetraciones mas por fin se corrió eyaculando dentro de Draco.

 

-¡Ah! –jadeó clavándose lo más que pudo y quedándose así para que todo su semen quedara dentro.

 

Abrió los ojos y vio a Draco mirarlo con ojos enrojecidos e hinchados de tanto llorar.

 

-Tranquilo –dijo saliendo con cuidado y cerrándole las piernas- ya todo acabó.

 

Se vistió y lo cobijo de nuevo y le acomodó un mechón de cabello mientras Draco lo miraba sin decir nada, solo con los sollozos escapando de su garganta.

 

-¿Ya Potter?

 

Harry sacó su varita y deshizo el hechizo silenciador, por lo que Blaise pudo oír cuando dijo:

 

-Ya.

 

El Slytherin se volvió y camino presuroso a la cama.

 

-¿Resulto?

 

-Apenas acabe Zabini, no podemos saber.

 

-¿Draco como te sientes?

 

Pero Draco estaba tan débil que solo cerró los ojos mientras las lágrimas no dejaban de fluir.

 

-¿Cuándo podremos saber? –pregunto Blaise comenzando a ponerse muy nervioso.

 

-Hay que dejarlo descansar Zabini y esperar, de otro modo no sabremos.

 

-Por Merlín, que hice –exclamó poniéndose una mano en la frente.

 

-No fuiste tú, fui yo.

 

-¡Pero yo lo permití!

 

-Cállate Zabini, no te pongas histérico.

 

-Perdóname Draco, no era mi intención hacerte daño –dijo tomándole una mano.

 

-Hey, suficiente, estas alterándolo más.

 

Ante eso Blaise pareció recomponerse, por lo que se sentó a su lado dispuesto a esperar.

 

-Me sentare en el rincón cubierto con la capa por si alguien llega ¿de acuerdo?

 

-Sí.

 

Al cabo de unos quince minutos, el matrimonio Malfoy regreso encontrando a Blaise sentado a un lado de la cama.

 

-Blaise ¿Cómo va todo? –pregunto Narcisa.

 

-Bien señora Malfoy, ha dormido todo este rato.

 

Y era cierto pues después de su encuentro con Harry, simplemente se había dormido agotado.

 

-¿Ya comiste? –Pregunto Lucius al tiempo que le entregaba una bolsa de papel- toma, puedes comerlo en la mesita que esta allá.

 

-Gracias.

 

Blaise agarró la bolsa y se dirigió a una mesa en donde se sentó para sacar una hamburguesa con patatas fritas y una soda.

 

-¡Huele delicioso! –murmuró Harry a un lado de él.

 

-Lastima Potter.

 

-¿No me darás ni un pedacito?

 

-No.

 

-No seas malo.

 

-Shhh

 

 


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