Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una cuestión de pelos por Orseth

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

            Ya en clases, Draco no estaba entendiendo ni jota de lo que el profesor Binns estaba diciendo pues su cabeza estaba en otro lado.

            -¿Qué diablos pretende? –Pensó con la mandíbula recargada en su mano mirando al profesor- se supone que ya arreglamos nuestros asuntos, no tiene porqué mandarme regalitos ni nada de eso.

            Entonces sacó el paquetito de su bolsillo desenvolviéndolo discretamente viendo que se trataba de una trufa de chocolate Hans Sloane relleno de menta y sonrió sin poderlo evitar viendo que Harry se había acordado de ese detalle; estuvo a punto de echárselo a la boca cuando Blaise dijo:

            -Por eso te pasa lo que te pasa, te zampas cada cosa que te dan.

            -Pero no creo que Potter sea capaz de hacer algo así –respondio echándoselo a la boca- mmm… es delicioso.

            -¿El chocolate o Potter? –pregunto sonriendo Blaise sin dejar de mirar al frente.

            -Obvio el chocolate, tonto… pero no entiendo ¿Qué quiere?

            -A mi me parece que está haciéndote la ronda.

            -No entiendo.

            -Quiere conquistarte.

            -No seas absurdo Blaise, es imposible.

            -¿Por qué?

            -Pues porque sí.

            -Buen razonamiento.

            -Es que no puede ser.

            -¿Pero por qué no?

            -Pues porque es Potter.

            -¿Y?

            -No creo que yo le pueda gustar.

            -Bueno ¿y si, sí?

            -Bueno, si fuera así de todos modos sería imposible.

            -¿Por qué?

            -¿Estás tonto Blaise? –Pregunto incrédulo- ¡obvio es que no puedo tener novio, mi papá me mataría! ¿Te imaginas lo que diría la gente?  Pondría en vergüenza el apellido Malfoy… en caso de que fuera cierto claro, pero como no, pues no.

            -¿Pero no te gustaría?

            Ante esa pregunta su ánimo se fue apagando antes de decir:

            -Eso no importa… no habrá nada entre nosotros, no puede…

 

__________________________

 

 

            Varios días pasaron y varios detalles llegaban por medio de lechuzas, detalles que hacían  que el corazón de Draco latiera emocionado, pero triste al mismo tiempo, pues aunque su corazón se aceleraba al mirar a Harry, sabía que nada de eso podía ser verdad, que Harry no podía estar intentando conquistarlo y él no debía emocionarse.

            -Voy al baño –dijo a Blaise camino a una clase- adelántate.

            Caminó apresurado a un baño, pero en un descuido alguien lo jaló del brazo.

            -¡¿Qué?!

            -¿Por qué me sacas la vuelta Draco, que te hice? –dijo Harry acorralándolo bajo las escaleras.

            -¡Potter!

            -No, soy Harry.

            Draco lo vio sonreír y su corazón se aceleró sintiendo de inmediato su rostro sonrojarse.

            -Me encantan tus mejillas sonrojadas.

            Draco lo aventó mientras decía:

            -¿¡Qué pretendes Potter?! ¡Yo ya no me meto contigo ni con tus amigos!

            -Ya sé, lo que yo pretendo es meterme contigo –respondio sonriendo.

            -Estás loco, definitivamente estás loco –dijo alejándose.

            -Espera… -exclamó tomándolo de una muñeca.

            -¿Qué quieres? –dijo soltándose.

            -Qué me des una oportunidad.

            -¿De qué?

            -De ser algo más que amigos.

            El corazón de Draco se detuvo… o al menos eso sintió cuando Harry dijo aquello, pues realmente se había negado a que el Griffindor pretendiera algo más que molestarlo.

            -¿Y bien?

            -¿Y bien qué?

            -¿Qué dices?

            -Que estás loco.

            -Sí y creo que tú tienes la culpa.

            Draco sentía su cara estallar de calor, por lo que solo exclamó mientras se alejaba:

            -Déjame en paz Potter, no quiero nada contigo.

            Pero lejos de desanimarse, Harry terminó de convencerse de que ese Slytherin le gustaba… y mucho.

 

_______________________

 

 

            Esa tarde, justo antes de cenar, Draco tuvo una visita.

            -Mamá… -dijo sonriendo mientras la abrazaba.

            -Por favor, no seas tan efusivo –respondio Narcisa ante el desgano de su hijo.

            -Lo siento, de verdad me da gusto verte.

            Narcisa se sentó junto a él y lo observo mientras le tomaba una mano.

            -¿Cómo estas querido?

            -Bien.

            -No, no lo estas, creo que hasta estas un poco más delgado.

            -Estoy bien… mejor dime como está papá.

            Narcisa suspiro ante la evidente ansiedad de su hijo respecto a su padre.

            -El estará bien cariño, no te preocupes.

            -Lo que significa que me odia ¿verdad?

            -Tú padre no te odia Draco –respondio sonriendo comprensiva- solo está desconcertado, desubicado… pero dale tiempo.

            -Claro… ¿y tú?... ¿tu como me ves ahora mamá?

            -¿Y cómo habría de verte?

            -Soy un anormal… me gustan los chicos –musito agachando la cabeza.

            -Ay hijo… -respondio exhalando un profundo suspiro- no deja de parecerme un tanto extraño y sé que cuando esto se sepa…

            -Mi papá no querrá eso –interrumpió mirándola- no me lo ha dicho pero querrá que mantenga esto en secreto.

            -Te lo repito Draco, dale tiempo… no es fácil para él.

            -¿Y para mi creen que si lo es?

            -Claro que no.

            -Pues no parece –añadió desanimado.

            -Escúchame hijo –respondio levantándole la barbilla para que la mirara- yo te amo, eres mi hijo y siempre contarás conmigo, tu padre te ama y con el tiempo él aceptará estos cambios, yo misma lo ayudaré, pero ya no te preocupes y alegra esa carita.

            Más de fuerza que de gana sonrió.

 

_______________________

 

 

            Las semanas fueron transcurriendo, con Harry igual de empecinado y con Draco igual de cerrado.

            -Oh vamos ¿Por qué no quieres salir conmigo? –pregunto Harry intentando ir al paso de un apresurado Draco.

            -Porque no Potter, porque no ¿acaso es muy difícil de entender?

            -Pero yo te gusto, tú me gustas, no veo cual es el problema.

            -¿Y quién ha dicho que tú me gustas? –exclamó incrédulo deteniéndose de golpe.

            -Niégalo –respondio sonriendo.

            -Estás loco –dijo rodando los ojos y retomando su camino siendo detenido por Harry.

            -De verdad Draco, acepta una cita conmigo.

            -¿Eres muy tonto para entender que no se posible? –respondio exasperado mientras se soltaba.

            -¿Por qué no?

            -¡Porque soy un Malfoy!

            -¿Y?

            Draco exhaló un suspiro mientras se mesaba los cabellos.

            -Un Malfoy y  un Potter no se mezclan ¿de acuerdo? Así que déjame en paz o harás que la gente se dé cuenta y el chisme llegue a oídos de mis padres y entonces sí que estiraré la pata sin ayuda de ninguna poción.

            Y sin más se dio la vuelta dejando a Harry ya sin aquella sonrisa traviesa, sino con un evidente desaliento dibujado en la cara.

 

___________________________

 

 

            -Draco, quiero hablar contigo después de la cena –dijo el profesor Snape acabando su clase.

            -Sí profesor.

            -¿Y ahora qué? –pregunto Blaise guardando sus cosas.

            -¿Y yo que voy a saber? Que yo sepa no he hecho nada.

            Cuando las horas pasaron y llegó el momento de la cita, Draco acudió a las habitaciones de Severus Snape.

            -Buenas noches padrino.

            -Siéntate –dijo Severus dándole el paso.

            Draco entró a la conocida y cálida estancia en donde tomó asiento en uno de los sofás que estaba frente a la chimenea.

            -¿Y bien? –Dijo Severus sentándose en el otro sofá- ¿qué sucede?

            -¿Qué sucede de qué?

            -Tus notas Draco, tus notas están bajando y no solo en mi asignatura sino en todas las demás.

            -Ah…

            -¿Ah? –Exclamó alzando ambas cejas- ¿Qué pasa?

            -Pues nada –respondio alzándose de hombros sin saber en verdad que responder.

            Severus suspiro y miró al chico sentado frente a él, sabía que los cambios que había tenido que enfrentar no habían sido nada fáciles y que su situación familiar tampoco ayudaba mucho, pero no estaba dispuesto a dejarlo hundirse.

            -Draco... ¿es Lucius?

            Draco no dijo nada, solo se encogió de hombros mientras miraba sus manos y un nudo se le hacía en la garganta.

            -He hablado con tu madre, las cosas van mejor.

            -Pero no me ha hablado en  semanas… -exclamó sintiendo la voz gangosa- ni siquiera me ha enviado una carta… además…

            -¿Además? –pregunto al verlo quedarse callado mientras sorbía la nariz.

            -Nada…

            -¿Cómo nada?

            -Nada…

            -Draco –exclamó exhalando un suspiro de impaciencia- no puedo saber qué piensas si no me lo dices.

            -¿Y qué caso tiene? –Respondio mirándolo, con las lágrimas escapando de sus ojos- de nada sirve hablar, las cosas no cambian.

            Severus lo miró, vio como Draco volvía a bajar la vista para juguetear con sus dedos.

            -Hay algo más ¿no es verdad?... Hay algo mas además de tus padres ocupando esa cabeza tuya… dime que es, porque tu cabeza es como el caldero de Longbottom cuando se te acumulan las ideas.

            Draco sorbió la nariz mientras negaba con la cabeza; Severus hizo un gesto mientras le acercaba una caja de pañuelos desechables.

            -Mírame… Draco mírame…

            Draco levantó la mirada encontrándose con los ojos negros de su profesor.

            -Sabes que puedes confiar en mi ¿verdad?... sabes que de mi no saldrá nada, que lo que me digas solo quedará entre nosotros.

            -Eso ya lo sé… -respondio con voz entrecortada al tiempo que se sonaba la nariz- pero no es nada.

            Severus suspiro de nuevo suavemente preguntándose que podría pasar en la cabeza de un chico de catorce años, hasta que imaginando que pensaba él mismo a esa edad, lo comprendió.

            -Hay alguien ¿no?... alguien que llama tu atención –dijo mirando las reacciones de Draco- y es un chico.

            Draco sorbió ruidosamente la nariz y volvió a tomar un pañuelo de la cajita, todo sin decir una sola palabra.

            -Draco…        

            -Yo… -interrumpió mirando ahora el fuego de la chimenea- puedo hacerlo.

            -¿Hacer qué?

            -Cumplir con deber… es decir… casarme algún día y tener hijos… seguir la línea Malfoy.

            Severus se cruzó de brazos mientras guardaba silencio, pensando la mejor manera de llegar a su ahijado.

            -Tus padres ya saben tus preferencias, no debería sorprenderles que te guste un chico.

            -No… es que no me gusta cualquier chico –dijo entonces arrepintiéndose al instante de hablar de más.

            Severus lo comprendió todo al instante deseando darse unas patadas mentales por no haberse dado cuenta antes de lo obvio de la situación.

            -Potter… -dijo entonces.

            Draco inclinó la cabeza sintiéndose más avergonzado que nunca.

            -Hey… -exclamo Severus al verlo- antes que nada levanta la cabeza, eres un Malfoy ¿no?... me has dicho muchas veces lo orgulloso que estas de eso.

            -Pues si… -balbuceó odiándose por no poder hablar con voz firme, sino con una especie de berrido.

            -Draco… solo tienes catorce años, tienes toda una vida por delante.

            -¿Y eso qué?

            -Que si quieres una vida feliz, debes empezar a defenderla desde ahora.

            Draco lo miró sorprendido mientras preguntaba:

            -¿Estás diciendo que ande con Potter?

            -Estoy diciendo que el carácter que te forjes ahora, será el que defina tu futuro.

            -Pero mi padre…

            -Tu padre tiene una hermosa esposa a la que ama –interrumpió- una esposa que él mismo tuvo la dicha de elegir… si tú quieres algo así, deberás  luchar por ello.

            Draco permaneció en silencio unos momentos, analizando lo que acababa de escuchar.

            -Sí –dijo entonces mirándolo- es Potter –Severus no hizo ningún gesto de sorpresa pues eso ya había quedado muy claro para él- papá lo odia, él mató al señor Tenebroso, acabó con todas sus aspiraciones de poder.

            -Lucius ya tiene el suficiente poder que merece en esta vida, por eso no te preocupes.

            -Pero si siendo raro ya me detesta… no quiero pensar que dirá de mí cuando sepa… que…

            Severus lo vio dejar su frase incompleta, con nuevas lágrimas bañando sus mejillas, entonces se recargó en su sofá viendo al chico rubio llorar con la actitud de quien le han declarado una enfermedad terrible, incurable y mortal.

            -Nunca me gustó tener amigos –dijo entonces el profesor con voz calmada- de hecho mientras más lejos estuviera la gente de mi, mejor; me la pasaba estudiando, de hecho nadie se me acercaba y yo lo agradecía… pero hubo una persona, una que fue mi amiga a pesar de todo, alguien a quien yo amé más que a mi vida –Draco lo miró sorprendido de oírlo hablar de amor por primera vez en su vida- alguien por quien yo daría lo que me resta de vida por verla una vez más.

            Para ese entonces Severus ya no lo miraba, miraba el fuego que crepitaba en la chimenea, hablando como para sí mismo, como si Draco ya no estuviera ahí.

            -Cuándo veo el pasado… -continuó Severus- a veces suelo pensar en todo lo que pude hacer y no hice… no lo hago a menudo pues duele demasiado –dijo sonriendo cansinamente- pero si pudiera vivir de nuevo… tener la oportunidad que tú tienes ahora, lucharía con todo y contra todo para poder conquistar su amor… tú piensas que la vida es terrible –dijo mirándolo de nuevo- pero yo te digo que no es así, solo basta tener valor y mucho coraje para enfrentarla… tu enfrentarás muchos desafíos, claro que sí, no eres el único, todos lo hacemos, pero no todos tienen el coraje para afrontarlos, si tú lo tienes Draco… lograrás lo que yo no pude y no, no hablo específicamente de Potter, hablo de quien sea, de quien fuere… si tu luchas por lo que quieres todo dolor que sufras valdrá la pena.

            -¿Quién era ella padrino? –preguntó con verdadera curiosidad sobre aquella que en su momento logró conquistar el corazón aparentemente impenetrable de Severus Snape.

            -No importa… no importa, solo puedo decirte que también era una insufrible Griffindor.

            -Padrino, eso hace más de veinte años –exclamó asombrado viendo el amor y nostalgia en aquellos ojos negros- ¿después de todo este tiempo?

            -Siempre… -dijo Severus.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).