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Una cuestión de pelos por Orseth

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            -Bien, si ese es el caso… -respondio sonriendo mientras le rodeaba el cuello y le daba un beso.

            -Oigan, después cogen –dijo Blaise apareciendo de repente- la profesora Sprout los está esperando.

            Riendo se apartaron y salieron de ahí.

 

_______________________

           

            Ese sábado en Hogsmeade, después de visitar una que otra tienda, terminaron escondidos en una esquina dándose vuelo uno con el otro… aunque más uno que el otro.

            -Espera… -dijo quitando la mano de Harry de su trasero.

            -Oh vamos Draco, ya dime que sí.

            -Ya deja de insistir en eso pigmeo -respondio separándose y alisándose la ropa mientras constataba con pesar la aparición de sus orejas.

            -¿Por qué me dices así? Ni que estuviera tan enano.

            -No, solo tengo que inclinarme para besarte –respondio liberando su cola y saliendo de la esquina sin importarle que lo vieran con sus orejas, total ya todo el mundo lo había visto así aunque ignoraran la verdadera causa de las apariciones ocasionales; para todos quedo como un simple efecto colateral e inoportuno que aparecía cada que se le daba la gana.

            -¿Por qué no quieres? –dijo siguiéndolo y tomándolo de la mano.

            -Ya te dije porqué.

            -Pero esta vez sería cuidadoso.

            -No se Harry, me da repelús.

            -Recuerda lo que hicimos en clase de la profesora Sprout pero sin ropa.

            Draco sonrió mientras se mordía el labio inferior.

            -No lo sé, déjame pensarlo, por lo pronto vamos por un helado.

            Harry sonrió al verle la expresión y las mejillas arreboladas.

 

_____________________________

 

 

            -¿Y entonces? –Preguntó Harry sentado en el alfeizar de una ventana con Draco de pie en medio de sus piernas abiertas abrazándolo por la cintura- ¿Cuándo tumbamos esas orejitas?

            Draco, quien estaba recargado en sus muslos alzó el rostro para verlo y también para recibir un beso en los labios.

            -¿Quieres cogerme Harry?

            -Quiero hacerte el amor –respondio dándole besitos por toda la cara.

            -Quieres cogerme –concluyó de forma simple.

            -Dime ¿tú no quieres que lleguemos más lejos?

            -Pues… pues sí, pero… ¿Por qué he de ser yo quien este abajo, porque no al revés?

            -Podemos hacerlo así.

            -¿En serio?

            -Sí, pero primero quiero hacértelo yo a ti.

            -¿Lo ves? No das tu brazo a torcer.

            -Es que quiero demostrarte que no es tan terrible como tú dices.

            -Pero lo fue ¿acaso no te acuerdas?... hasta me hiciste sangrar, casi me muero cuando fui al baño.

            -De acuerdo, lo fue… pero no siempre es así, déjame demostrártelo.

            -Mmm no sé Harry.

            -Piénsalo corazón, ahora te trataría con todo el cuidado que mereces; ahora vámonos que nos toca clase separada.

 

_________________________

 

            Una semana después, holgazaneando a la orilla del lago negro un día sábado a la sombra de un árbol, recostados en el pasto, Draco dijo:

            -Sí Harry.

            ¿Sí que?

            -Pues eso.

            -¿Qué cosa? –pregunto sin siquiera abrir los ojos, disfrutando del fresco del medio día.

            -Eso… lo de las orejas.

            Tardo tan solo un segundo en captar lo que significaban esas palabras, así que se enderezó para mirarlo.

            -¿Lo dices en serio?

            Draco abrió los ojos y sintiendo la cara caliente dijo:

            -Sí.

            -Oh Draco, será genial –respondio inclinándose para besarlo, pero Draco lo detuvo poniéndole las manos en el pecho.

            -Pero no quiero que sea en el baño de prefectos.

            -De acuerdo.

            -Ni en la torre de astronomía.

            -Bien ¿entonces donde quieres?

            -No se… ¿Qué te parece la habitación de las mazmorras?

            -Ya veremos, déjamelo a mí –respondio inclinándose para besarlo.

 

________________________

 

 

            -No sé Harry, eso de “una cita romántica” que te lo crea quien no te conozca –dijo Sirius a Harry.

            -Es para platicar sin interrupciones Sirius  –respondio Harry sentado frente a la chimenea de su sala común a media noche.

            -Ajá, platicar…

            Aun a través de las llamas verdes que desdibujaban el rostro de Sirius en la chimenea, Harry pudo ver su expresión escéptica.

            -¿Acaso no confías en mi?

            -¿Confiar en dos adolescentes calenturientos en una habitación sin que nadie los moleste?

            -Sí mi padre estuviera seguro que me diría que sí.

            -No lo creo, seguro ya hubiese muerto de algún infarto provocado por ti -Harry comenzó a reír, pues ciertamente estaba resultando un adolescente nada convencional- aunque ciertamente ya no hay “virtud” alguna que cuidarle al hijo de Lucius, tú también ya te encargaste de eso.

            -Eso fue pura necesidad.

            -¿Y ahora no?

            -¡Vamos Sirius, no seas así! –gimoteó lastimeramente.

            -De acuerdo –dijo sin más remedio- usa la casa de los gritos.

            -¿La casa de los gritos?... ¡pero esta horrible, no puedo llevar a Draco ahí!

            -¿Y qué esperabas, que te pagara un hotel de cinco estrellas para echarte al plato al hijo de Lucius?

            -Pues no pero…

            -Solo tienen catorce años por todos los cielos, deberían estar pensando en estudiar o qué sé yo, pero no en “eso”

            -Me dirás que tú a esa edad te la pasabas rezando.

            -Claro que no, yo me la pasaba haciendo bromas con los merodeadores, no planchándome a cuanta chica veía.

            -Porque no quisiste.

            Sirius abrió la boca sorprendido de aquel extraño debate, por lo que exhalando un suspiro resignado dijo:

            -De acuerdo, la limpiaré y la restauraré, pero nada más… solo faltaría que me dijeras que te consiguiera los condones y la cama.

            -No, de eso me encargo yo -Y de nueva cuenta Sirius quedó sin palabras preguntándose si en su época de colegio realmente fue tan atrevido como siempre pensó- bueno Sirius me voy, ya es tarde y tengo sueño.

            -Sí… buenas noches –respondio aun sin aterrizar del todo en esa fase tan nueva de ser responsable de un adolescente precoz y nada convencional.

 

_________________________

           

                        Al día siguiente y aun sin creer lo que estaba haciendo, Sirius miró la desvencijada casa de los gritos y levantando su varita puso manos a la obra.

 

____________________________

 

 

            Después de una semana…

 

            -¿Buenas noticias? –preguntó Ron a Harry después de verlo sonreír al recibir correo matutino.

            -Sí, Sirius me dio una buena noticia.

            -¿Y qué es?

            -Qué… logró restaurar algo viejo que tenía.

            -Ah… oye Harry, desde que andas con Malfoy no salimos a Hogsmeade juntos.

            -Es cierto –dijo Hermione- hace tres meses.

            -¿Vamos este sábado?

            -No lo sé Ron, es que tengo cosas que hacer.

            -Con Malfoy claro –exclamo con un suspiro mirando su cereal.

            El desayuno terminó y las clases comenzaron, pero Harry tenía esa espina de culpabilidad en el pecho, por lo que a la primera oportunidad de hablar solo con Ron, lo hizo.

            -Oye Ron, quiero platicar contigo –dijo mientras iban a dejar sus cosas a su habitación para disfrutar media hora libre hasta la siguiente clase.

            -¿Qué pasa?

            -Sé que ya no hemos convivido como antes, yo tengo a Draco y tú a Hermione.

            -Bueno si… -concedió reconociendo que también buscaba ratos a solas con su novia- es verdad, no solo tú tienes tus cosas, yo también.

            -Y la verdad también extraño esos momentos juntos.

            -Sí, yo también.

            -Quiero ser sincero contigo… y siento que aun no me perdonas el que esté con Draco.

            -No es que tenga algo que perdonarte Harry, es tu vida.

            -Eso lo sé pero ¿Y entonces?

            -Bueno… es que no deja de serme incómodo estar con él, es decir… no puedo platicar con él.

            -Pues no lo hagas.

            -Es que ese es el punto, siento que nos divide, no en el sentido de que tú dejes de hablarnos, más bien en que no podemos estar los cuatro juntos.

            -Yo lo entiendo pero créeme que Draco no es como aparenta ser.

            -¿No es un pedante snob?

            -Bueno… eso si… pero tiene otras cosas que me encantan, el asunto es que quiero que tú y yo compartamos como antes, no con él pero que no te incomode que yo hable de él contigo.

            -¿Sabes? Creo que puedo hacer el esfuerzo… después de todo él te sacó de esos días terribles por los que pasaste y aunque no sea de mi agrado, nadie más que él pudo regresarte la sonrisa en la cara.

            -Así es.

            -Bueno amigo ¿entonces como antes?

            -Claro –respondio feliz- y para poder reafirmar eso, quiero contarte algo –dijo Harry saliendo de la casa Griffindor y caminando por el pasillo desierto.

            -¿Qué cosa? –respondio sonriendo.

            -Yo… voy  a llegar a tercera base con Draco.

            -¡Oh!... ¿¡en serio Harry?!

            -Sí.

            -¡Vaya!... yo con Hermione no paso de besos.

            -Pues te diré que Draco no quería pero creo que soy muy fastidioso.

            -¿Sera que si me pongo así con Hermione me diga que si?

            -No lo sé, ella es rara.

            -Pues sí, es una chica –respondio desalentado metiendo sus manos en sus bolsillos- creo que es más fácil lidiar con chicos.

            -No te creas.

            -Pero y entonces ¿Dónde piensan hacerlo? –pregunto emocionado de nuevo.

            -En la casa de los gritos.

            -¿Qué? –Dijo borrándosele la sonrisa- ¿vas a llevar a Malfoy a ese muladar?... no es que pretenda que lo lleves a un hotel de lujo pero no creo que  sea del tipo que le guste tener las nalgas en el frio y terroso piso de una casa abandonada.

            -Sé que no, por eso Sirius la arregló para mí –respondio muy ufano.

            -¡Ah! ¿Era eso lo que te decía en la nota?

            -Sí.

            -Qué suerte tienes Harry, yo no tengo un padrino tan alcahuete.

            -Pues déjame decirte que al principio no quería.

            -¿Y cuando lo harán?

            -Ya está la casa pero me falta lo de adentro.

            -¿La cama? –pregunto Ron fascinado.

            -Sí ¿crees que puedas acompañarme a comprar esas cosas?

            -¡Claro! Tú dime cuando.

            -Este sábado.

-           -¿Pero y Hermione?

            -Digámosle que haremos cosas de chicos y ya.

            -Bueno, pero le dices tú.

            -Ok –respondio rodando los ojos.

 

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            -¿Cosas de chicos? –Repitió Hermione viendo a aquellos dos- de acuerdo –añadió encogiéndose de hombros.           

            -¿Así nada más? –pregunto Ron.

            -Pues si ¿Qué querías que te dijera? además yo también quiero hacer cosas con mis amigas.

            -Ah… bueno, entonces ¿mañana tú te quedas?

            -Claro que no, desde hace mucho Padma, Parvati y yo queremos irnos a tomar un té en la tienda de Madame Tudipié e ir a darnos una vuelta a la casa de las plumas.

            Así que sin más al día siguiente, Harry y Ron pasaron parte de la mañana comprando cosas para decorar la casa de los gritos y parte del domingo acomodando las cosas.

            -¡Listo! –Dijo Ron muy satisfecho consigo mismo viendo el resultado final- Quedó perfecto… oye Harry, si no la hacemos en ninguna carrera bien podríamos dedicarnos a decorar interiores ¿no lo crees?

            -Definitivamente Ron, todo quedó genial.

            -Oye amigo… ¿y algún día podrías prestármela por si…? Ya sabes, Hermione y yo…

            -Claro –respondio viendo a su amigo quedarse a media frase.

            -Gracias.

            -Solo traigan sus propias sábanas.

            -¡Por supuesto! –dijo escandalizado.

            -Es broma Ron –exclamó riendo para luego añadir- aunque si, traigan sus propias sabanas.

 

_________________________

 

 

 

            Una semana después, siendo viernes en la tarde al finalizar las clases, Harry esperaba a Draco en un pasillo en el que el rubio pasaba para ir a su casa.

            -Lo siento, me tarde porque Pansy se puso mal cuando Crabbe le lanzo un hechizo por error… la profesora McGonagall tuvo que tranquilizarla después de hacerle desaparecer la nariz de cerdo que le apareció, fue épico –concluyó riendo.

            -Me hubiera gustado verla –respondio riendo para darle después un beso y comenzar a caminar rumbo a Slytherin- oye, ya está listo.

            -¿Qué cosa?

            -El lugar.

            -¿Qué lugar?

            -¡Ay Draco, pues el lugar!

            -¿Pero de que me…? Ah… ese lugar –respondio entendiendo.

            Harry vio su semblante y su expresión no fue de entusiasmo precisamente.

            -Creí que te daría gusto.

            -Pues sí, me da gusto.

            -Pues me abrumas con tanto entusiasmo.

            -Oye, esto fue tu idea no mía, así que no me abrumes.

            -De acuerdo, de acuerdo.

            -Bueno… ¿y donde será?

            Después de unos momentos de tensión, Harry sonrió y le tomó la mano diciendo:

            -Es una sorpresa.

            -Bien… -concedió como no queriendo la cosa- ¿y cuándo será?

            -¿Qué te parece hoy?

            -¿Hoy? –repitió deteniéndose.

            -Sí, es viernes, es perfecto para desvelarnos ¿no te parece? –respondio sonriendo.

            -Claro –respondio después de un suspiro y comenzar a caminar, solo que Harry se detuvo y le hizo darse vuelta jalándolo suavemente de la mano.

            -Oye, tampoco estoy obligándote a nada, si no te sientes seguro podemos esperar, no pienses que me enojaré por ello.

            Draco se quedó callado  mientras torcía la boca y hacia muecas mirando al piso.

            -Draco…

            -No, está bien, que sea hoy en la noche.

            -Pero no quiero hacer nada si vas a estar así, el chiste de esto es que disfrutemos los dos, si estas incómodo y no quieres hacerlo, de acuerdo; yo puedo esperar, no pretendo presionarte en lo absoluto.

            -No me estas presionando –dijo sonriendo mientras ponía sus brazos en sus hombros- bueno si, estos días estuviste insoportable.

            Harry sonrió al oírlo y sabía que era cierto, pero tampoco deseaba que Draco tuviera una impresión equivocada.

            -Sí, estuve insoportable… pero también quiero que sepas que si no estás listo, no hay problema.

            -No hagas dramas Harry –respondio dándole un rápido beso para después soltarlo y comenzar a caminar- claro que estoy listo.

 

___________________________

 

 

            Después de cenar, Draco se encerró en el baño de su habitación para sumergirse en un baño de burbujas.

            -Draco va a salir ¿verdad? –pregunto Crabbe acostado en su cama con una caja de bombones a su lado mientras Goyle le pasaba unas tarjetas de jugadores de Quidditch.

            -Seguramente –respondio Blaise buscando que música oír en el reproductor de música que tenia- se emperifolla más que Pansy cuando va a salir con Potter.

            -Esa es buena  -dijo Goyle riendo.

            Pero dentro del baño las cosas no eran tan tranquilas para Draco, pues si era sincero consigo mismo no podía negar que se moría de nervios; aun así terminó por arreglarse y salir de su casa vestido con un pantalón de vestir color gris oscuro y un suéter negro de cuello alto para encontrarse con Harry en el pequeño estudio acostumbrado.

            -Ya llegaste –dijo cuando entró y vio a Harry sentado en el brazo de un sofá.

            -Hola.

            Draco sonrió mientras se acercaba pero aun así sus nervios no desaparecían.

            -¿Y bien, a donde vamos? –pregunto después de saludar a Harry con un beso.

            -Es una sorpresa ¿nos vamos ya? –pregunto poniéndose de pie.

            -¿Ya?

            -Pues sí ¿Qué esperamos?

            -Claro, vamos.

            Salieron y caminaron sigilosamente hasta salir del territorio Slytherin, luego Harry sacó un pergamino y mirándolo atentamente caminaba seguido por Draco.

            -¿Qué es eso?

            -Es un mapa.

            -¿Un mapa?... pero conocemos esta parte del castillo ¿para qué un mapa?

            -¡Shhh! ¡ahí viene Peeves! –exclamó jalándolo de la mano hacia un salón vacío en donde esperaron en silencio hasta que el poltergeist pasó.

            -¿Cómo supiste que ahí venía?

            -Ese maldito poltergeist ha estado más atento a los pasillos desde que Dumbledore le encomendó vigilar más para que no volvieran a ocurrir cosas como las que pasaron.

            -¿Qué cosas?

            -Chicos teniendo sexo por ahí –respondio abriendo la puerta y asomándose para luego salir.

            -Ah… pero eso no responde mi pregunta ¿Cómo sabías que venía sin haberlo visto antes?

            -Por esto –dijo mostrándole el mapa- es un mapa del castillo y aquí aparecen los nombres de quienes lo habitan y su ubicación exacta.

            -¡Lo sabía! ¡Sabia que te valías de algún truco para hacer tus correrías por el castillo!

            -¿Y? ¿Me vas a delatar con el director? –pregunto sin dejar de ver el mapa.

            -Ganas no me faltan.

            Harry solo sonrió y siguió caminando evadiendo con éxito la vigilancia de prefectos y fantasmas hasta llegar a las afueras del colegio.

 

 

 


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