Una misión que se llevó acabo en un país ajeno al santuario.
Fueron enviados a cumplirla, Aries y Virgo.
Siempre logrando hacer su meta realidad.
Por separados son fuertes, pero unidos son insuperables.
Al terminar, llegaron a donde podrían descansar, después de todo… El clima afuera no es precisamente el mejor para dormir a la intemperie.
Una habitación en un hotel de paso, obviamente tuvieron miradas sorprendidas, de que dos hombres compartieran una sola cama.
Pero no había de otra, era la única en kilómetros.
La tomaron, aun con la pena en el rostro del pelilila, que al rubio ni siquiera inmuto y lo dirigió de la mano.
Así es… Para este punto ambos se volvieron pareja, no pudieron seguir callando su sentimientos, pero los mantenían ocultos de sus demás compañeros y cualquier persona del santuario.
No porque se avergonzarán, si no que sería lo mejor por el momento, puede que alguien no aceptara su relación, pero eso no importaba ahora.
Al entrar, cerraron con llave, ya es noche y es mejor descansar, mañana tendrían que volver al santuario.
Mas uno de ellos… Tenía una idea muy diferente.
Al tenerlo en completa soledad, no lo dudo y abrazo por detrás al Ariano.
Esas muestras de afecto, siempre en la discreción de alguna habitación.
-Creí que te perdería- Le susurró al oído, rodeándolo con los brazos por la cintura, imposibilitándolo que huya.
-Shaka… El enemigo no fue tan desafiante, solo me descuido un momento- Estaba rojo por la cercanía que el rubio produjo en ambos, sus mejillas se pintaron de rojo, pero sonreía, ya que adoraba que lo abrazara así, llevo sus manos a las del Hindú.
-Te necesito y lo sabes- Una combinación rara de sentimientos y orgullo, al fin de cuenta Virgo siempre ha sido así.
No espero mucho más, y comenzó a besar el cuello de Mu.
-Aaaaaah… Espe… Raaaa… Arrrggg… Alzo su cabeza, sintiendo el calor subir por su cuerpo.
-No, no puedo… Te deseo…- Dio besos descarados en el cuello del Lemuriano, dejando chupetones impresos, y unas suaves mordías, que lo más seguro debería ocultar al día siguiente.
-Pero… Acabamos de… Déjame darme… Un baño…- Su cuerpo tembló, por como Virgo lo tocaba y besaba sin pudor alguno.
-No, así te quiero… Ahora…- Lo volteo hacía para quedar ambos de frente y beso desesperadamente.
Introdujo su lengua sin piedad a la boca del pelilila, tantas veces que la exploro y aun le parecía perfecta.
Sus manos se adentraron en la ropa del Lemuriano, tocándolo con desesperó.
Mu se dio por vencido, no podría ganarle a Virgo, sentía placer con se besó profundo.
Se dejó guiar como tantas veces antes, pero notaba que en esta ocasión Shaka se notaba con tanto deseo, que le parecía extraño, pero no le desagradaba.
-Vamos a la cama- Lo guio con torpeza hasta aquel lugar, y lo dejo caer, Aries lucia eróticamente deseable, sonrojado, con nervios aun después de tantas veces hacerlo con ese rubio.
Sus brazos a cada lado de su cuerpo para apoyarse.
Noto que la ropa del rubio, a su altura presentaba un bulto, que sabía que era.
Sus ojos se clavaron en ese punto, abrió ligeramente su boca.
-¿Lo quieres?- Su tono sonó seductor, se acercó al rostro de Mu, dándole oportunidad de tocarlo si gusta.
-Si…- Parecía hipnotizado.
Las prendas del rubio fueron quitadas de su pelvis, dejando ver el miembro erecto.
Este pelilila, trago con nervios, pero acerco su boca al pene duro de su amante, dándole un beso en la punta, acariciando un poco la piel alrededor, sin importar las veces que lo hicieran, aun se sentía cohibido.
Lo introdujo en su boca, lentamente, cuidando de que sus dientes no se interpusieran, la lengua del pelilila lamia con suavidad.
Succionándolo, la saliva sin duda sería un gran lubricante.
Shaka sentía aquello tan placentero, después de todo, la boca de Mu es algo que ama, no, todo su ser es perfecto, ese Lemuriano lo es todo para él.
Quería sentir más ese placer lascivo en su miembro.
Sin cuidado empujo la cabeza de Mu, proporcionándole una garganta profunda al mimbro en su boca.
Aguantaría lo que fuera por el rubio.
Las manos algo toscas del rubio sujetando con firmeza la cabeza y hermosa cabellera de Aries, para guiarlo en como quería aquellas mamadas.
Siguieron hasta que Virgo logro terminar en la boca del Lemuriano.
Miraba las esmeraldas, que en ese momento se perdieron por aquel semen escurriendo de su boca, cristalizados por unas lágrimas que escapan.
No negaría que gozaba verlo de esa manera.
Cuando salió de aquella boca, jadeo, la saliva del Lemuriano escurría por su comisura y pequeños rastros del semen.
Pues se lo había tragado todo, por fin lo logró hacer.
-¿Por qué eres capaz de lucir así de hermoso?- Deseo cada instante mas al pelilila, y lo beso de nueva cuenta desesperado.
Lo tumbo a la cama, posicionándose sobre Aries.
Quito las prendas que estorbaban, y admiro ese cuerpo del ariano.
Lucia siempre perfecto, aun tenía aquellas marcas de los anteriores encuentros.
Los pezones de Mu, rodeados por unos chupetones, aun algo rojos.
Su cuello presentaría nuevos después de este día y mordidas frescas.
Shaka, sí que se había excedido mucho con el cuerpo de Mu, pero este no negaría aquella atención que le gusta tanto.
Lo lamia, y sujetaba las manos del pelilila sobre su cabeza, imposibilitándolo moverse, si se negaba.
Le agradaba tener el control.
Chupo aquellos pezones sin aviso, de manera fuerte, demandante, enrojeciéndolos y provocando que se endurecieran.
Ocupado en esa labor, mientras escuchaba aquellos gemidos que lo excitaban tanto.
Levanto la pierna por la parte trasera de la rodilla de Mu, para que la entrada de este se notara.
No esperaría mas, pero tampoco quería dañarlo, después de todo lo ama con su corazón y el deseo no debía lastimarlo.
Introdujo un dedo en el ano del pelilila.
-Aaaarggghhh… Aaaaah Shaka…- Movió su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos, dejando escapar algunas lágrimas.
Sintió que podría venirse por solo ese intruso.
-¿Te gusta Mu?-Se inclinó para susurrarle al oído –Quiero probar un poco esta posición- Mordió el lóbulo izquierdo, con algo de fiereza, sin importarle que la sangre saliera de aquella acción.
Y de la misma forma un segundo dedo invadió a Mu.
Arque la espalda, gimiendo muy fuerte, quería liberarse del fuerte agarre de su amado Virgo, pero es inútil, su fuerza se había desvanecido y se dejó guiar.
Estimulándolo con movimientos de tijeras, gozando ver el placer que le proporcionaba a su querido Aries.
-Soportas mi pene todo los días… ¿Mis dedo te hacen sentir así de bien?- Como quería torturarlo, más y más… Pero su límite estaba al momento del quiebre.
Saco aquellos dedos, y sujetando esa hermosa pierna blanca, que llevaba algunas mordidas ya cicatrizadas.
Y empujo con fiereza su mimbro al interior del Lemuriano.
Gozando la estreches que poseía su pareja, no importaba las veces que lo hicieran antes, solo deseaba seguir así siempre con Mu.
-Sha… Aaaaaah… Espera… Estas…- Tembló, mientras sus ojos abiertos buscaban el rostro del rubio, esa estocada se sintió muy profunda, que pensaba que lo partiría en dos.
-Arggghh… No puedo… Mu… Me gustas mucho…- Sonrió como un depredador ante su presa indefensa.
Moviéndose rápidamente en el interior del pelilila.
El vaivén, se intensificaba, el frio de afuera, no podía penetrar a la habitación, cuando el calor se intensifico en este lugar, podía notar el sudor en ambos cuerpos, pero no importaba.
Cada penetración, acompañado con sonidos tan obscenos.
La pierna del Lemuriano levantada flexionada, provocaba un gran apoyo al rubio.
Sin dejar de sujetar las muñecas de su pareja, siguió de esa manera.
Escuchando esos suaves gemidos, que intensificaban la penetración.
Durando de esa forma por un buen rato.
Hasta que Aries dejo escapara su venida, manchando el bien formado abdomen de ambos, con su propio semen.
Estaban cansado, la batalla anterior lo dejo agotado y ahora… Shaka no lo deja descansar.
Gozando de esta atención.
No sabía de donde su rubio había sacado esa idea, pero le gusto la nueva posición que había descubierto y deseaba probar alguna otra.
Unas embestidas mas y tuvo su orgasmo en el interior del Lemuriano, Gimió bastante fuerte, ahogando aquello en un jadeo que dejo ver su aliento por la temperatura aumentada.
-Mu… ¿Que te pareció?- Salió con cuidado del pelilila, bajando la pierna del otro, dándole besos como si fueran suaves caricias.
-Aaaaah… Shaka… ¿De dónde… Aprendiste…?- Estaba curioso y más cuando se sintió liberado del agarre.
-No te diré…- Sonrió de una forma pervertida y picara, nadie creía que esa es una faceta del hombre más cercano a Dios, pero solo la demostraba y demostraría siempre con Aries con su amado Mu.
Se recostó a su lado, abrazándolo, cubriéndolo del frio con su cuerpo, que logro agitarlo más de lo que pensaba.
-Dime…- Lo miro a los ojos, exigiéndole una explicación, de cómo se volvió un atrevido de repente.
Fascinado con ese rubro, esa dulce mirada que aún tenía la inocencia plasmada, después de robársela tantas veces.
Le dio un beso en los labios.
-Mejor duerme Mu… Mañana regresaremos al santuario- Ahora se mostraba delicado y compasivo, dándole suaves caricias a la larga cabellera y espalda del Lemuriano.
-Te amo Shaka- Le dio un beso profundo, para acurrucarse en su pecho y abrazarlo para descansar.
-Te amo Mu...- Poso su cabeza sobre la del Lemuriano –Quiero experimentar todo lo que leí contigo- Y así cerro sus ojos, para acompañar a su pareja al momento de