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Degel De Acuario por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del fanfic:

Hola mis terrones de azúcar, kiaaaaa les debo decir algo y saben que significa que estoy aquí. 

Uno, cumpleaños de Degel el acuario de varios siglos pasados. Así que felicitenlo y denle mucho amor, pero cuidado que un bichito les puede causar daño. 

Dos... Contenido lemon, así que ya saben... Si no son mayores de edad, lean bajo su propio riesgo. No me hago responsable por tramas. 

Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, kiaaaaa les debo decir algo y saben que significa que estoy aquí. 

Uno, cumpleaños de Degel el acuario de varios siglos pasados. Así que felicitenlo y denle mucho amor, pero cuidado que un bichito les puede causar daño. 

Dos... Contenido lemon, así que ya saben... Si no son mayores de edad, lean bajo su propio riesgo. No me hago responsable por tramas. 

Para Degel de Acuario su cumpleaños es bastante tranquilo, y no es que lo ignore o lo tenga sin cuidado.

Si no que pasa como una fecha normal, salvo por algunas felicitaciones o detalles que sus compañeros tienen con él.

Prefiere la soledad ante todo, pero este día por lo menos se deja abrazar algo.

Obviamente fue obligado por todos a pasar por los templos previos al propio, para recibir sus regalos.

Entre sonrisas, halagos, chistes y algunas bromitas que luego se vengara, paso así su cumpleaños.

Y si bien al estar en el octavo templo, le pareció raro que Kardia no estuviera, pero si una cesta de manzanas de un color bastante peculiar, pues en vez de su tonalidad rojiza, son verdes.

Bastante similar a sus cabellos, y creyó que esto debe ser una broma… Pues siempre el escorpión dorado decía.

“Las manzanas rojas son superiores a las verdes”

Pero en fin… Se acercó a este regalo, y leyó la pequeña notita que descansa al pie de la cesta.

-Espero que disfrutes las manzanas, mi témpano de hielo-

Le pareció raro estas palabras, pues usualmente le llama “Cubito”, mas no hizo preguntas, prefirió así irse, ya que le faltan algunos templos más para llegar a su destino.

Cuando por fin llego, y en una de esas termino con confeti en su cabello, algo que salió de improvisto por parte de Sagitario, de repente se le ocurren cosas raras, pero fue con una excelente intención.

Sin más, entra a su templo, pero sintió un cosmos intruso, específicamente en su habitación.

Ya se maginaba quien estaría allí, para hacerle alguna broma o dedicarle palabras indecorosas, que ese es la intención ya que su novio para él es un libro abierto.

En cambio el Acuariano le gusta mantenerse en uno cerrado, que se deja hojear por las manos del escorpio.

Sus pasos dirigiéndose hacia aquella habitación en donde siempre descansa o por lo menos trata cuando ese bichito revoltoso se encuentra en Acuario.

Se sentía bastante nervioso, es lógico, con Kardia nunca se sabe que se le ocurrirá.

Abrió su puerta y sintió que debió haberla cerrado de inmediato.

Sintió como si la capacidad del habla se le hubiera ido.

-Hola, ¿Cómo está mi hermoso cubito? ¿Te gusta lo que ves?- Esto el escorpión dorado lo dijo canturreando, y sonrió al ver como el acuariano se sonrojó por completo, hasta las orejas.

-¡¡¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!!!- Le grito, contrayendo sus pupilas, y manteniendo ese rojizo en sus mejillas.

-Ja, ja, ja, ja, ¿No es obvio?- Se levantó de la cama, dirigiendo sus pasos hacia el dueño del lugar –Vengo a darte tu regalo- Sonrió socarronamente.

-Pero… ¡¡¡¿POR QUÉ ESTAS DESNUDO?!!!- Le volvió a lanzar un grito, pero esta vez dio unos pasos hacia atrás, por la amenaza del contario.

-Tengo calor- Le sonrío, relamiendo sus labios –Se supone que tú debes enfriar mi cuerpo, cuando esta tan caliente que puede matarme- Acorralo al onceavo guardián contra la pared, colocando su brazo para evitar que huyera.

-Kar… Dia… Aléjate… Por favor- Se sentía algo tímido al tenerlo enfrente sin ninguna prenda que lo cubra, salvo por un listón del mismo tono que los ojos asustados del Acuariano.

-¿Por qué?- Su mano libre, comenzó a acariciar los mechones largos de su amado –Te gusta cuando esta así de grande-

-¡¡¡PARA DE DECIR COSAS OBSCENAS!!!- Intento alejarse, se sentía tan avergonzado por la estúpida broma que el escorpión está dando.

Pero aun así sus palabras de protesta, no negaría que vio algo atento el pene erguido de su pareja.

-Vamos Degel, es tu cumpleaños, sé que te gustaría… Pero…- Tomo la mejilla del Acuario, para darle unas caricias. –Si no quieres… Que este calor desaparezca de mi cuerpo…- Suspiro, fingiendo un poco de dolor –Esperare a que me consuma-

-Eres un idiota- Lo miro fríamente, se cansó de este estúpido juego, y lo aventó para un lado.

-Ja, ja, ja, vamos Degel, me porto sexy y románico, y te haces del rogar- Le daba algo de risa aquel comportamiento tímido de su compañero, cuando han tenido varias noches apasionadas, en donde el calor y el hielo se funden completamente.

-No me hago del rogar, es que…- Bajo su mirada, no sabía que decir… Además sentía que ha arruinado un buen momento.

-Entonces…- Se fue acercando lentamente, sonriendo como es su forma burlona de disfrutar cada momento -¿Si me ayudaras con el calor que siento?-

Esto sin duda se trata de un regalo combinado con un juego previo que a ambos disfrutan, pero en la vida Degel sería capaz de reconocerlo.

No creyó que en su cumpleaños estaría haciendo algo así, pero tener a Kardia de pareja en una fecha así, no es una excelente idea, cuando de antemano se sabe que los escorpiones tiene un gusto muy acérrimo por los encuentros carnales, sobre todo con sus parejas idealizadas.

-Esta… bien…- Dijo esto, bajando su mirada, sonrojándose por la cercanía del contrario.

-Así me gusta…- Sonrió, acariciando de nuevamente la mejilla de Acuario, y atrayéndolo a un beso.

Uno donde de inmediato se profundizo, metiendo la lengua en la boca del peliverde, sin ningún permiso ni decoro.

Necesita tenerlo de manera rápida, se supone que es un regalo para Degel, pero Kardia parecer ser el que más está ganando.

El beso fue demandante, jugando con la lengua ajena, un hilo de saliva saliendo de la comisura del acuariano, sus ojos violetas se cierran, por el placer de esa apasionada acción.

Mientras que Kardia seguía devorando esa helada boca que a su sentir es lo más delicioso del mundo.

Sus manos se atrevieron a bajar, se las ingenió para por debajo de la armadura, tocar el firme trasero de Degel, pero esos toques no siendo delicados, si no apretando un poco, disfrutando de la suavidad de ellos.

-Aaaaah…- Los gemidos del Acuariano se ahogan en los labios toscos del Escorpión.

Música para sus oídos sin duda, significa que disfruta los movimientos sin cuidado.

Teniendo que separarse por la falta de aire, algo que detesta por completo Kardia pero no puede hacer nada.

Adora ver ese rostro rojizo y jadeante del contrario, más cuando una pequeña mordida en el labio inferior deja, la sangre y saliva combinándose, es algo que en su mente le exista.

Usualmente están acostumbrados a un tipo de sexo rudo y tosco, pero solo por ser el cumpleaños del Peliverde, sería lo más delicado posible.

Aparto esos lentes que no dejan ver los ojos del onceavo, esas lagrimas que se escapan por el delicioso placer de un beso tan intenso.

Sonrió, se siente afortunado ser el único capaz de apreciar esa desastrosa imagen del intelectual hombre que representa.

-Me gusta verte así cubito- Tomando su mentón, para acercarlo más, y depositar un beso tranquilo, para proseguir.

-Deberías desenvolver tu regalo- Señalo con los ojos hacia abajo, pues su miembro se encuentra demasiado erguido y ese listón que decora esa zona, está bastante humedecido, por el líquido pre seminal.

Desvió su mirada, avergonzado por que entiende a que se refiere, pero siempre es un motivo de sonrojo, suspiro… Pero primero se despojó de su armadura, tenía una sola regla y es que…

No haría nada de ese tipo de cosas con las armaduras puestas, se supone que son sagradas, hacerlo con ellas es completamente impensable.

-Me gusta que trates de ser tan correcto- Sus maneras tan burlescas de ser, solo el onceavo es capaz de soportar.

-Sabes lo que pienso al respecto- Solo llevando la ropa civil, estaba a punto de hincarse para hacer lo que coloquialmente se conoce como una “Mamada”, pero Kardia tiene otros planes.

Lo detuvo bruscamente, antes de que hiciera esta acción, no es su estilo esperar tanto, pero debe calmar sus instintos para que se algo inolvidable.

-Siéntate en la cama, no siempre debes estar tan urgido por mí- Cruzado de brazos, sonriendo de manera seductora, indico aquello.

-Siempre pides que lo haga así…- No podía creer que digiera esto, pero no puede callar que no es la primera vez.

-Por hoy, tu solo relájate y me ocupare de todo, te hare sentir bien, así como tú lo haces por mí siempre- Empujo a Degel con algo de brusquedad a la cama, solo necesario para que se sentara.

Aun estando de pie, se acercó justamente quedando su pene en el rostro del Acuariano, listo para que la boca de este haga lo debido.

Las manos del peliverde, se sentían tan torpes, no importa las veces que vea ese trozo de carne, es impresionante el pensar que ha entrado en él.

Deshizo el moño, sus manos temblorosas, al tocarlo se sentía tan caliente, contrastando con su piel fría, dando una sensación tan agradable.

-Puedes tomarte tu tiempo para admirarlo, es tuyo por esta noche- Las palabras algo sucias de Kardia, pero es su manera de ser.

No contestó y prosiguió hacer esa labor.

Abrió su boca, introduciendo despacio el miembro del peli azul, sus mejillas se tornaron carmesí como la aguja de a quien está dándole ese placer oral.

La boca del onceavo siempre será la única que pueda tenerlo así, es húmedo en su interior, puede ir mas adentro, pero lo que más adora ver Kardia, es como los ojos violetas dejan escapar algunas lágrimas, las mejillas rojizas.

Notar que está engullendo su pene, que a veces no logra meterlo todo, esa imagen es la que logra ponerlo más duro.

Degel siguió dándole aquella mamada, en esta ocasión sentía que no podía introducirlo por completó en su boca.

Estaba ardiendo en fuego, pero se sentía tan agradable, que no le importo, decidió meterlo y sacarlo un poco más rápido, sentía bien el calor de Kardia en su boca.

-Aaarggg… Lo haces muy bien- El escorpión tomo la cabeza del peliverde, para empujarla más y que su pene llegue hasta la garganta.

Esa acción no deja de sorprender al acuariano, significa que hace disfrutar a su pareja y que este no tardará mucho en correrse.

Si lo hace en su boca está bien, podría sonar asqueroso, pero… Es un sabor que no puede ignorar.

Unos empujones mas, hasta que los labios de Degel llegaron a la base del miembro y sintiendo como se contraía pues se está viniendo en su boca.

-Me gusta… Venirme en tu deliciosa boca de arriba- El devorador de manzanas dijo esto en seña de cumplido, mientras la corrida aún seguía.

Las mejillas del peliverde, parecían no lograr contener el semen que se ha depositado.

-Solo por hoy, puedes decidir si tragártelo o escupirlo- Aun con estas palabras, siente que está siendo cariñoso.

Dejo por fin respirar al Acuariano, sacando su pene, algo manchado de su propia esperma.

Escurriendo de las comisuras de esos labios que ha tomado.

No se esperaría que Degel fuera capaz de tragar esa gran venida, creyendo que el hecho de que lo haga casi siempre es porque él se lo pide.

Esto sin duda encendió más al Escorpión.

Jadeo un poco más fuerte al sentirse libre de ese líquido -¿No puedes avisarme… Aaaaah… Cuando estas por terminar?- Limpiando con su mano esas manchas que ha dejado en su rostro.

-Pero si hoy es tu cumpleaños, debe estar lleno de sorpresas- Volvió a sonreír, solo ver ese caballero es suficiente para que su miembro de a poco vuelva a sentirse caliente y con ello el resto su cuerpo.

Sus toscas manos, no pudieron resistir más.

Empujo con fuerza al acuariano a su propia cama, y acto seguido se posicionó encima, impidiéndole que se pueda escapar pero sabe que no lo intentará.

-¿Kardia?- Lo llamo, bastante confundido, pues se supone que sus palabras indicaron que sería diferente hoy.

-Lo siento… Pero… Te necesito urgentemente- Sonrió con un destello gigante de lujuria, que no puede ocultar.

Rápidamente le sujeto la camiseta que porta Degel y la rasgo, para dejar ver el pecho desnudo, ese pálido que tiene marcas de mordidas previas.

Relamiendo sus labios, solo deseaba comer esa piel fría –Después te compenso por la ropa, pero no puedo detenerme más-

-Kadria… Espe… Aaaaaah… No…- Quiso detenerlo, pero Degel entiende que sus fuerzas son inútiles cuando el placer lo inunda como en esta ocasión.

La boca del peli azul, no podía quedarse quieta por ningún motivo, rápidamente comenzó a lamer y chupar esos pezones rosados, y dejar nuevas mordidas.

Mientras que una de sus manos, masajeaba el duro pene del peliverde, aun por la ropa podía notarlo y es una delicia que Degel produzca esa clase de calor.

Pero debemos recordar que este escorpión, sabe los puntos débiles de su pareja.

Pude que el peliverde sea más sencillo de complacer, pero esos tactos logran domarlo sin duda, las oleadas de placer son grandes con solo jugar con sus pezones y pene.

-Degel… No lo meteré dentro… Hasta que tú me lo pidas- Entre besos y mordidas le decía esto, mientras su pecho es maltratado.

Sabe de antemano que es algo que el peliverde dudaría en hacer, es demasiado vergonzoso en esos temas, pero se controlaría solo por él.

Además que lo está provocando un poco, tentaría su suerte, resistiría si el peliverde negara a tenerlo dentro.

Paso unos minutos entre caricias y manoseos por parte del contrario, solo escuchando los gemidos dulces del Acuariano.

Pero al final todos tenemos un límite y Degel no es la excepción.

-Kar…Dia… Por… Favor…- La voz entrecortada del peliverde, apenas audible por el placer de esos labios.

-¿Qué quieres?- Levanto su mirada, sin dejar de masajear aquella zona privada, disfruta que le esté rogando.

-Ya… Sabes…- Sus mejillas ruborizadas fue lo único que vio, pues el mismo peliverde oculto su vista con el dorso del brazo.

-No, no se…- Sonrió por molestarlo, quería que le dijera exactamente lo que gustara –Tienes que decirlo apropiadamente, o si no… No sabré que hacer- Miro detenidamente, pero no desaprovecharía la oportunidad, introdujo su mano en las prendas del Acuario para poder alcanzar su miembro erguido y masturbarlo con mayor fiereza.

Un pequeño truco que conocía para hacer delirar.

-Aaaaah… Kardia… Por favor… Te quiero dentro… De mi…- Esa sensación de ser tocado así, fue suficiente para dejar la capa de hielo derretirse, y que el otro hiciera lo que gustara con su cuerpo.

Pero seguía siendo el regalo que más ha deseado.

Su manera de hacer el amor siempre han sido más tosca y demandante, pero el sentimiento se encuentra entre esas caricias.

Además que Kardia podía ser rudo con estos juegos, pero no sería capaz de herir a Degel, después de todo lo ama y se lo demuestra cada que puede con tonterías.

-Tus deseos son órdenes, cubito- Canturreó esto último, su sonrisa no se pudo ocultar.

Ya no puede seguir deteniéndose, también necesita ese gélido cuerpo, que en este momento ha logrado subir su temperatura.

De un tirón quito esos pantalones y la ropa interior.

Abrió las piernas blancas del peliverde, lamio sus propios dedos, tenía que ser rápido para prepararlo, aunque lo hacen muy seguido, aun teme dañarlo.

Sin previo aviso introdujo dos dedos de un solo tajo y rápidamente moverlos como tijeras, abriendo y cerrando, estimulando la entrada.

-Aaaaaaah… Kardia… Aaaaaah…- Solo esto basto para provocar un fuerte gemido, que le recurrió la espalda, no pudo negar que si seguía así, en el momento en que lo penetre, podría soltar una gran venida.

Degel se sentía avergonzado si eso pasara, pero la estimulación previa lo está llevándolo al límite.

-Sé que estas desesperado, pero… No quiero que te duele tanto, ya que toda la noche tus caderas sufrirán- Había prometido estar con su cubito todo lo que resta del día, así que debía ser tan placentero para ambos como se pudiera.

-Solo mételo… De una vez, maldito bicho- Su voz que antes no podía articular palabra, ahora logro casi decir una oración correctamente. Queriendo cubrir los gemidos con sus manos.

-Ja, como quieras, si te duele será tu problema- Kardia tampoco podía negarse a ese pedido.

Saco sus dedos, acomodo su miembro, para introducirlo en el ano que ha explorado anteriormente, y de solo una estocada lo metió, algo brusco, pero suficientemente placentero, para que Degel perdiera esa muestra de control.

Se logró correr en el abdomen del peli azul, lanzando un gemido sonoro, su cabeza hacia atrás, sujetando con fuerza las sabanas que terminaran manchadas del sudor y semen de ambos.

-Aaaaaah… Aaaaah…- Las lágrimas saliendo de sus ojos, con ese fuerte jadeo que deja escapar.

-No pudiste aguantar más- Sonrió satisfecho, por fin estar dentro del Acuariano es su mayor placer que solo el puede tener –Tranquilo, hare que te vengas nuevamente- Su sonrisa socarrona sitiándose triunfante de su capacidad sexual.

Pero Degel tiene otros planes, un poco más tiernos.

Quito sus manos del rostro y dejo ver sus ojos, extendiendo sus brazos hacia Kardia.

-Por favor… Abrázame- Le suplico con ese dulce tono que adquiría solo al estar haciendo el amor con la persona que ha logrado entrar en su sólida capa de hielo y derrite con solo su presencia.

Kardia, se impresiono, incluso sintió un poco de pena, sus mejillas se tornaron rojizas por esta petición, pero debía cumplir cualquier capricho del peliverde, después de todo es su día especial.

-Como gustes- Sin dejar de embestirlo algo brusco, se inclinó sin perder el ritmo de cada estocada, para lograr abrazar a su amado Acuariano.

Las piernas de Degel envolviéndose en la cintura de Kardia, para ayudarlo a ir más dentro.

Ese abrazo no se podía solo quedar en eso, el peli azul robado besos de esos labios que tanto goza.

Un beso largo por una estocada profunda, uno corto al sacarlo un poco.

Su propio ritmo marco.

-Aarrrghh… No importa… Cuanto lo haga… Amo lo estrecho que es tu cuerpo, que es solo para mí- Lograba decir esta palabras, entre la recuperación de aire, y poder apreciar el desastre que Degel se volvió por su culpa, disfruta esa vista tan hermosa –Te amo Cubito- Puede no parecer tierno o considerado, pero lo es solo con ese hombre debajo.

-Aaaaaaah… También… Te amo Bicho...- Sonrió, sus ojos cristalizados, sus mejillas sonrojadas, dejando un poco que la cordura vuelva a su ser.

Están llegando al límite de ambos, las penetraciones se vuelven constantes y más rápidas, aquellos gemidos del onceavo no podían ocultarse, ni siquiera lo intenta, los besos de Kardia no pueden aparecer ahora, quiere que sus oídos se llenen de esos melodiosos sonidos.

Hasta que al final, el clímax ambos alcanzaron, escorpio corriéndose dentro de acuario y este en ambos abdómenes, aunque el de su compañero ya estaba previamente manchado.

Aun corriéndose, Kardia no podía apartarse más de los labios ajenos volviéndolos a capturar con tanta necesidad, que podría vivir de ellos, más que de las manzanas y eso ya estamos hablando de mucho.

Duraron aun conectados por uno momento, hasta que el peli azul salió del interior, recostándose a un lado, atrayendo al peliverde a su pecho.

-Creo que logro hacerlo muy bien siempre- De nuevo abandono la faceta dulce, para volver a su manera sínica de ser.

-Fue un hermosos regalo- Sonrió tímidamente, acurrucándose en el pecho del otro –Me gusta que seas a veces así de lindo- Palabras que jamás volvería a pronunciar, pero podría hacerlo solo hoy.

-Entonces, cuando sea mi cumpleaños ¿Te veré vestido de manzana?- Debía preguntar, pues esa es una de sus mayores ilusiones.

Suspiro, la atmosfera romántica e intensa se ha evaporado solo para dejar paso a una de las tantas tonterías del escorpión.

-Siempre debes arruinar estos momentos- Recordó la cesta de aquellas manzanas del color que Kardia jamás comería y tenía dudas de aquello -¿Por qué me diste ese regalo?-

El escorpión, miro atento al peliverde, tratando de recordar a que se refería, y pronto tuvo un clic, lanzando una potente carcajada.

-Ja, ja, ja, eso era solo para despistarte, además no son reales, son falsas- Seguía riendo tanto que una lagrima se salió de sus ojos.

-¿Por qué me darías algo tan tonto?- Ya sentía ganas de encerrar a su pareja en un ataúd de hielo, después de esa pasión derramada.

-Es que quería ver tu cara al descubrir que no son comestibles, pero… Como aun necesito darte más regalos por tu cumpleaños, mejor decirte la verdad-

Con estas palabras y acto seguido, Kardia de nuevo se posición sobre el peliverde, ahora atrapándolo por las muñecas, sonriendo.

-No te dejare ir en todo el día aunque sea tu cumpleaños eres solo mío-

-¿Kardia?- Cada movimiento del peli azul, solo logra sorprender al contrario.

Una sesión de besos entre ambos dorados se dio paso.

Seamos honestos estos dos, siempre tendrán su manera tan peculiar de darse amor, entre bromas, mordidas, besos y caricias.

El fuego y el hielo se logran fundir entre ambos.

Se dice que es algo que Escorpio y Acuario comparte en cada generación, una pasión tan intensa que no se puede ocultar.

No se sabe aún en próximas generaciones, pero en la del siglo XVIII así es.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Aquí trayéndole un regalo a Degel de Acuario, por que oye cumple... Etto... Dejen saco la calculadora... Así... Que según mis cálculos... Y basándome en ellos, que obviamente tiene un margen de error de unos dos años mas o dos menos. 

Serian 300 años... Ha mira... Que poquitos, jajajjja XD 

Saben que esto es solo de juego, para entreteneros e imaginarnos como serian con esa edad. jajajajaj neta que me quedo impactada.

Ahora si a cantar la hermosa canción de la familia terrón de azúcar.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Degel tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Degel tu cumpleaños si que si. 

Espero que les guste este fic... Kiaaaaaa... Ahora tienen algo de lemon... Jijijijiji. 

¿Recuerda que les quede a deber un lemon de esta pareja? Jajajjajajja

ajajajajjaja así que en ese no lo pude poner. 

"El Significado De Una Manzana" jajaja asi que disfruten mucho. 

No me hago responsable por traumas a los menores de edad. 

Sigan cuidándose, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan.

Manténgase a salvo.

Los mega quiero.

Ammu se va. 


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