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Beauty por Sh1m1

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—Necesito otro beso—le pidió Harry a Draco, salvo que llevaba diciendo lo mismo más de una hora—. Necesito más suerte.

Los besos de Draco le hacían sentirse fuerte, capaz de cualquier cosa, y aunque pensaba que Slughorn se había cerrado en banda, aquella fiesta podía ser la ocasión. Había sido invitado como una auténtica celebridad a la que su profesor se esforzaba en explotar. Pero el muy cretino no quería soltar sus secretitos.

La comida había sido excelente, la comida de Hogwarts era muy buena, pero no aquello. Aquello sería lo que comerían los reyes si es que los hubiera entre los magos. Se había comido su postre y el de Draco.

—¿Para qué necesitas tanta suerte?—Draco estaba colgado de su cuello sin mucho problema por seguir besándolo hasta que llegara el alba.

Quizás Harry no quería solo suerte, es que era tan agradable estar así, tenerle cerca, besarle, notando cada pedacito de su cuerpo pegado al suyo.

Draco había dicho que lo que pasaba debajo de la ropa era asunto solo de ellos. Y Harry no sabía si era por lo de sus alas ocultas, o porque Harry se ponía duro como una piedra y Draco se frotaba contra él.

En cualquier caso, las dos cosas eran asuntos de ellos dos, solo de ellos dos.

Otros no lo dejaban solo para ellos, se habían tenido que ir de uno de los coquetos balconcitos de Slughorn cuando habían visto cosas que uno no quiere ver de sus dos mejores amigos.

—Necesito una cosa de Slughorn pero no quiere compartirla.

—¿Qué cosa?—preguntó Draco mordisqueando su cuello. El cuello nooo, era su punto débil.

—Un recuerdo.

Draco se separó, y le miró con sus bonitos ojos dilatados, Harry no era el único afectado por los besos.

—Es importante—dijo Harry, no es que no confiara en Draco, pero era un secreto más grande que ellos dos. 
Y el padre de Draco no dejaba de ser un seguidor de la otra persona que aparecía en el recuerdo.

—Vamos.—Le dio la mano Draco tirando de él. Harry tenía problemas en sus pantalones, pero si Draco decía vamos, Harry iba.

La mesa de los comensales estaba desértica a excepción del profesor que se veía triste y solo.

Draco lo hizo, comenzó a soltar encanto veela y Harry estuvo a punto de reprenderlo. Pero Slughorn sonrió como un tonto.

—Oh, señor Malfoy, es usted tan encantador como lo fue su padre.

Draco se mostró incómodo con el comentario, y Harry pensó por primera vez que si Draco era parte veela aquello solo podía ser hereditario. ¿Lucius Malfoy podría ser también un veela?

Draco solo lo golpeó una vez más con su encanto.

—Triste muy triste como uno tiene que esconder tantos secretos por amor.—Slughorn no solo parecía encandilado por Draco sino que parecía realmente afligido. ¿Sería su momento?

—Profesor, no está bien tener que cargar uno solo con tantos secretos, es un peso enorme, ¿verdad?—intervino Harry.

El profesor asintió, pero las manos se le fueron a la cadera de Draco y Harry le dio un bofetón en ella sin pensar.

—Cierto, cierto. Antes al menos tenía a Betty.

—¿Betty?

—Mi sapo, ella siempre me hacía sonreír con su carita.

No te rías, Harry. No te rías, se pellizcaba Harry para mantener el tipo.

—Profesor, ¿qué fue lo que en realidad le contestó a Tom Riddle?

Draco se sorprendió al escuchar el verdadero nombre de Voldemort, no le extrañaba, pero estaba cerca. 

—Eres tan insistente como Albus—se quejó el profesor—No puedo, Harry.

—Profesor, por favor.

Draco le acarició el hombro a Slughorn, ni siquiera necesitó usar su encanto. 

—Si yo no se lo hubiera dicho, quizás nada malo hubiera ocurrido...—lloriqueó el hombre rellenándose la copa.

—Señor...

No hizo falta que Draco usara de nuevo su encanto, Slughorn tomó su varita y extrajo un hilo con sus recuerdos.

—Lo siento, en realidad lo siento.

Draco fue el que tomó una copa para contener el recuerdo. El profesor de pociones sonrió bucólicamente, Draco le había hecho sentir bien volviendo a acariciar su hombro.

Ambos se fueron de la fiesta.

—¿Qué es esto, Harry? ¿Qué contiene este recuerdo?

—No puedo decírtelo, ni siquiera yo lo sé, se lo tengo que dar a Dumbledore.

Los pasillos estaban llenos de parejas escondidas, pero a ellos dos no les importaban lo más mínimo. Salvo porque una de ellas no era de estudiantes, una oscurísima capa de murciélago tenía absorbida a la profesora Sinistra y no para hablar de las clases precisamente. Espeluznante, realmente espeluznante.

El espectáculo tenía tan impactado a Harry que no vio como Draco duplicaba el recuerdo.

 

Notas finales:

La historia sigue el hilo del sexto año, por si alguien no se había dado cuenta.

Hasta mañana.

Besos

Shimi


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