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Recogí un gatito... por Darkneko

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Notas del capitulo: que les puedo decir... mmm... solo que disfruten del capituoo ^u^...

     La mañana llega, de seguro ya despertaste y no me has encontrado, es natural, me encuentro en el trabajo, no tardaré mucho ya que el día de hoy es sábado y solo trabajo 6 días a la semana en especial este me gusta este día porque lo puedo pasar todo el tiempo en tu compañía, las labores este día terminan a las dos de la tarde, no puedo esperar llegar a casa y encontrarte, sabes, tu presencia me tranquiliza, no se que sea lo que tanto me gusta de ti. 

     Lastima que en estos tiempos las relaciones entre parejas del mismo sexo sean tan prohibidas, eso le da cierto toque de erotismo, pero no quiero ser el causante de algo que destruya nuestra amistad, te estimo demasiado Edward, quisiera que veas en mí, algo más que el rostro y el nombre de tu hermano, a la persona a la que estoy completamente agradecida y a la vez a la persona a la que mas detesto en estos momentos, si tan solo no fueras así, tan tierno, frágil, que puedo decir, eres todo Ed, todo. 

     Desde que te conozco, no he tenido ataques como antes, al parecer mi cuerpo no quiere preocuparte, es por esa razón que mis malestares cerca de tuyo no me afectan, pero, cuando no me encuentro a tu lado es una historia diferente, estamos en el segundo descanso porque no puedo acallar esta tos, me siento mareado y solo busco de manera impulsiva el frasco con las pastillas para calmar los malestares y hacer que por fin, esta tos cese, me acercan un vaso con agua el cual me apresuró a tomar con ansiedad calmando por un momento la tos y el horrible sabor a metal que se encierra en mi boca desaparece tras el sorbo del agua, junto con las pastillas que se deshacen en mi garganta inundándola con un sabor amargo que me eriza la piel. 

     - Con eso basta por hoy, vayan a descansar… y Heid… deberías ir al medico esa tos no suena nada bien chico… - nos comenta el jefe mientras nos dirigimos a recoger las cosas, esta tarde nos ha dejado salir mas temprano y lo agradezco, así podré ver a mi lindo minino. 

     - Ja… - contesto mientras hago un ademán con la mano en forma de saludo indicando que le he escuchado y que tomare su consejo. 

     Camino a casa repaso lo ultimo que nos ha pasado, el momento en el que te lleve a mi casa inconciente y hasta ahora, meses después sigues en ella, sin tener intenciones de escapar, no se si es por el recuerdo de su hermano o porque es su modo de agradecerme, pero me siento feliz por ello. 

     Mi mayor miedo en estos momentos no es que un ataque termine con mi vida en un instante, es el saber que no me correspondes o que posiblemente la gente no lo entienda, eso es lo que me preocupa, se que te quedarás en mi casa por el tiempo que sea necesario, hasta que encuentres la manera de llegar a tu mundo, eso me da tristeza más que nada quiero estar siempre a tu lado, contigo he encontrado la manera de sobrepasar todo lo amargo y difícil, por un instante y un momento fugaz, la idea de que te marchases de mi casa me carcome las entrañas y me hace apresurar mi paso para encontrarte como siempre, sentado en el comedor, meneando el desayuno que he preparado. 

     No te gusta levantarte temprano y seguramente ya estará frío, el porque no te gusta comer solo, no lo se, pero me da felicidad que quieras mi compañía en la casa, aunque tan solo sea para comer. 

     Abro la puerta esperanzado en verte al abrirla, pero mi sorpresa fue que no te encontrabas en ese lugar, como siempre acostumbras, la sangre se agolpa en mi pecho y mi corazón comienza a palpitar estrepitosamente, siento una presión horrible, temiendo lo peor y en silencio, es que no me gusta llamar mucho la atención, comienzo la ronda por toda la casa, abriendo puerta a diestra y siniestra, esperando encontrarte aun en casa. 

     Llegue a la ultima habitación de la casa el estudio, no se escucha ruido alguno en toda la casa y el estudio no es la excepción, abrí la puerta con cierto miedo entre mis manos, miedo que se calmo cuando al abrirla completamente, ahí estabas, absorto en tus pensamientos, sentado en aquel placido lugar lleno de paz, pensando con una pluma en la mano, cerca de ti puede distinguir una hoja de papel. 

     La luz que entraba por la ventana y el aire que se colaba de ésta abierta, dando un agradable clima en la estancia, la suave brisa menea de manera sutil tus cabellos rubios, pareces no percatarte de nada, me intriga que es lo que puedes hacer, me acerco cauteloso para no distraerte, no me gusta intrometerme en la vida de las personas, pero el solo hecho de pensar que es una carta de amor para alguien me pone realmente mal, más porque puede que se para quien va dirigida. 

     - ¿Una carta? – pregunto con voz serena intentando ver por encima de tu hombro las palabras que escribes pero. 

     - Hai… - contestas sin siquiera alzar la mirada. 

     En el escritorio aquella carta se encuentra en blanco, empiezo a pensar que estar un poco loco o a lo mejor aun no sabes que escribir, pero claramente recuerdo haber visto como la pluma en tu mano se movía haciendo las señas claras que las palabras eran plasmadas en él, al parecer me equivoque. 

     Nuevamente los movimientos de tu mano se vuelven a concentrar en el papel, mientras tus ojos se cierran, tal vez tratando de encontrar las palabras correctas para aquella carta, la pluma se encuentra sobre el papel, pero levemente levantada, mientras tu muñeca se mueve haciendo las veces de escribir, al parecer no te das cuenta d que se encuentra en blanco o tal vez, solo es la forma que tienes para hacer que las ideas fluyan solas antes de comenzar a escribir, se que no te gusta desperdiciar nada, a menos de que sea leche, mi querido minino. 

     - Pero, no has escrito palabra alguna en la hoja… - mencionó mientras mis ojos no pueden guardar la sorpresa, mil y un pensamientos pasan por mi cabeza, tratando en vano de encontrar la idea correcta al ver que has cambiado de hoja por una nueva, colocando la “escrita” a un lado boca abajo del escrito y continuas con tu escritura mientras una sonrisa surca tu rostro. 

     - Las palabras las escribo en mi cabeza… - contestas encarándome, soltando por unos momentos la pluma en tu mano, colocándola cerca de las hojas nuevas, mientras me regalas una de tus pequeñas sonrisas. 

     - Después de todo, esto es lo único que quiero decirle… o tal no puedo organizar mis ideas… - terminas diciendo estas palabras para colocar nuevamente tu atención a las hojas, escribiendo rápidamente, sonriendo de vez en cuando, pasando hoja tras hoja de tu escrito. 

     En silencio te acompaño, quisiera saber si alguna vez decidirás escribir en tinta tus pensamientos o las cosas que deseas, eres un mar de misterios, misterios en los que me quiero perder, ser uno más, ser algo más que una sombra de aquello a lo que tanto anhelas, me duele, no sabes como, saber que en tus sueños esta tu hermano pequeño, saber que aquellos besos que me das en la mejilla inconciente entre sueños son dedicados a él. 

      Puede que sea solo una estupidez mía pero quiero que me ames, así como yo te amo a ti, así como yo te deseo, no me importan las personas o los que digan, te llevaré lejos, partiremos a un mundo donde los prejuicios de la gente no lastimen, donde nadie juzgue a las personas, un mundo hecho solo para nosotros, un mundo perfecto. 

      Trago mis alucinaciones para continuar observándote, no quiero que te des cuenta de mis cavilaciones y termines huyendo por el monstruo que tengo dentro, pero de verdad, no creo poder aguantar mucho, te amo demasiado como para cohibirme por más tiempo, tus labios, tu piel, tu sonrisa, tus ojos, todo, quiero todo de ti, ahora mi atención se centra nuevamente en tus acciones. 

     Has terminado de escribir en las hojas, ves una por una, “leyendo” buscando la más adecuada para aquella persona, para estar preparada en el momento en que la encuentres, para poder confesarle todo aquello que tienes, elijes una entre muchas y las demás simplemente las dejas de lado, sonríes con satisfacción. 

     - Es esta… esto le diré cuando lo vea… se pondrá muy feliz al verme de nuevo… - susurras, al parecer te has olvidado de mi presencia, no importa, solo me queda una duda y espero la respondas, puede que mi corazón se desmorone en pedazos por la respuesta pero necesito saberla. 

      - ¿Para quién escribes?... – pregunte de nueva cuenta colocándome detrás de ti, coloco una mano en tu hombro, puedo sentir el calor de tu cuerpo, se que no es un sueño, que te encuentras a mi lado y que estarás conmigo hasta que encuentres la manera de regresar. 

     - ¿hm?... – preguntas al percatarte de que me encuentro cerca de ti. 

     - Es un secreto… - respondes con esa sonrisa tan calida que no puedo hacer nada más que separarme de ti, esto me duele. 

     - Oh, ¿si?... – ahora lo comprendo esa es especial para ti, al igual que tu lo eres para mi. 

     - 0e… ¿te gustaría ir al parque a pasar la tarde? – te pregunto, espero que no me rechaces, solo quiero estar un poco más y olvidar la pequeña herida punzante que acabas de abrir inconciente con tus palabras. 

     - Hai… me gustaría… ver el atardecer… puede que sea mas hermoso que el de amestris… - murmuras mientras te pones de pie a mi lado, dejando la dichosa carta en un sobre que guardas en el escritorio, escritorio que te he colocado al lado mio, donde guardas tus secretos.

     - Te aseguro que no hay atardecer mas hermoso en todo el planeta, una vez que lo veas, no querrás marcharte nunca… - aseguro, para mí… el ver el atardecer en tus ojos es mas que suficiente para sentirme extasiado, espero que pienses lo mismo, quiero ver tu sonrisa, solo made ese placer. 

      - Wakarimashita…  - contestas mientras salimos del apartamento. 

      - Edward… no comprendo el japonés… - aun no me acostumbro a los desplantes con aquella lengua que aun no se te olvida, te encuentras en Alemania no en Japón, aunque me asegures que ese es el idioma original del mundo donde vives. 

      - Perdón… entiendo… vamos… - salimos al parque que se encuentra cerca de unas colinas cercanas, quiero que veas el atardecer más hermoso de todos, de eso me encargo yo. 

     Ahora que recuerdo, me es impresionante que una persona tan joven entienda tantas cosas, eres muy inteligente, apenas tienes 20 años y sabes más cosas que algunos científicos famosos de la época, además de que dominas con facilidad el japonés, el alemán y el ingles, eres increíble Edward Elric, simplemente increíble. 

     - Mira… ya empezó a ocultarse el sol… - mencionas apuntando al horizonte donde el sol comienza el descenso inundando el ambiente de colores tan calidos, haciendo un ambiente fantástico para las parejas que se encuentran observando el espectáculo como nosotros. 

      No lo puedo evitar, coloco mi mano en tu hombro, me respondes recargándote en mi pecho, mientras que con una mano tomas la mía, al parecer no te has percatado de mis acciones, simplemente no pude resistirme, te abrace, no importándome las miradas inquietantes que se posaban en nosotros, necesitaba tocarte, cerraste los ojos cuando el astro mayor desapareció del cielo, dejándonos en la oscuridad minutos después. 

     En el cielo las estrellas brillaban, parecían contentas con nuestro abrazo, abrazo al que solo respondiste colocando tus manos sobre las mías, observe al cielo y note una estrella solitaria que se movía por el basto cielo oscuro, sin dudarlo presione más el agarre en el que te tenía preso y susurre un deseo mientras ocultaba mi rostro en la parte que une tu cuello con tu hombro. 

      - Deseo que siempre estás conmigo, nunca me dejes solo mi minino… - el choque de mi aliento contra tu cuello te erizo parte de la piel, a lo que contestaste con una risita nerviosa, se por tus acciones que no me has escuchado y doy gracias silenciosas. 

      - Vamos a casa Alphonse… estoy algo cansado… - me miras separándote gentilmente de mi abrazo, mientras bostezas como sueles hacerlo. 

      - Eres un dormilón… - no puedo lograr esbozar una pequeña sonrisa, sonrisa que me es devuelta gentilmente de tu parte. 

      - Está bien… vamos… - y así partimos rumbo a casa, esperando que mi susurro no escuchado por ti haya sido escuchado por el astro, esperando que de igual forma me correspondas, porque el día de hoy e tomado una decisión, solo espero que sea la correcta.

Notas finales: que les parecio? ^u^, espero les haya gustado... me es un poco dificil ponerme en el lugar de Heid, pero en fin, espero les guste... me gustaría ponerle nombre a la enfermedad de Heid para mencionarla... lamentablemente se me olvido -_-¡ si alguien recuerda como se llama les pido su ayuda... de antemano se los agradesco... por cierto... creo que en la pelicula si hacemos cuentas Ed tiene mas o menos 19 cuando regresa a shambala no?O?o (si hacemos cuentas de que cuando se fue a inglaterra al ser tragado por la puerta nuevamente, cuando recupero el cuerpo y alma de Al... tenía 15... y cuando Al era un militar y estaba buscando a su hermano ya habian pasado 4 años... eso quiere decir que tenian 18 (al) y 19 (ed) cierto...) pero me gusta mas dar numeros enteros asi que supongamos que tiene 20, ok? arigato por leer... matta ne... hasta el proximo capitulo...

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