Sasuke se encontraba sumergido en su labor, ignorando las manos del rubio que intentaban quitarse de encima aquel cuerpo que le lamía y le besaba con sumo cuidado, aun así, mostrando torpeza en sus movimientos.
“Si… así venía en el icha… ¿Qué más?… ah… si… esto…” recordaba aquella lectura que hacía varias semanas el pervertido del sensei peliplateado le había dado para leer por motivos de estar aburrido, tocaba puntos clave que la lectura marcaba como los más sensibles, logrando que no solo la respiración del ojiazul se agitara, sino que su cuerpo comenzará a reaccionar de manera positiva a dichos estímulos.
Podía ver el rostro sonrojado de Naruto y en sus labios gemiditos le bañaban los oídos haciendo que su cuerpo comenzará a temblar desesperado por aquel contacto, quería sentirse dentro ahora.
Cierto era que era la primera vez para ambos y en la mente del Uchiha estaba claro, si iba a ser el primero en el cuerpo del rubio y esperaba que el único tenía que hacerle llegar al cielo para que no le dejara y a cambio le pidiera más.
- Sasuke… ¿Qué…haces?... tebayo… - preguntaba Naruto mientras alzaba un poco la cabeza, uno de sus ojos costaba abrirse debido a las sensaciones tan nuevas y tan extrañas que sentía por el cuerpo, curiosamente no le molestaban en absoluto, al contrario estaba disfrutando de aquellas caricias… ¿Por qué?... se suponían que las relaciones entre hombres no eran lo suyo, entonces… ¿Por qué sentía las ansias de sentir un poco más de contacto?
- Shhh… solo… siente… - murmuro en un sensual ronroneo, intentando que el nerviosismo de no saber que hacer se apoderara de su cuerpo, el era Sasuke Uchiha el que todo lo sabe… y lo que no… pues se las arregla para saberlo.
Las manos vagaron por las ropas del Uzumaki y con mucho cuidado y algo de temblor, comenzó a quitar prenda por prenda, siendo… ¿ayudado por Naruto?... aunque no lo crean queridas y queridos lectores que leen esto… Uzumaki Naruto, el ninja más revoltoso de toda Konoha estaba alzando los brazos cuando le quitaban la chamarra y las camisas que llevaba en su pecho y alzando las caderas cuando le desabrocharon los pantalones, acto seguido y para estar equivalentes, le quito de la misma forma a Sasuke sus prendas, sin saber el porqué, cuando estuvieron desnudos, por pura inercia, ¬_¬ cual inercia… se llaman hormonas…
Con ambos cuerpos desnudos en la cama del azabache, Sasuke tomo con cuidado ambas mejillas del rubio para besarle como tantas veces había visto en la aldea a las parejas, con los labios abiertos y las lenguas juntas, cosa que Naruto por mera imitación continúo.
“¿Qué es esta sensación?... de no pertenecer a nadie más…” se preguntaba el rubio mientras que los labios de su compañero le daban una lamida a sus labios, limpiando las salivas que escapaban de los labios contrarios.
“Esto es confuso…” la hambrienta lengua de Sasuke bajo por su rostro hasta lamer el cuello expuesto del Naruto quien se estremecía por las caricias en esa sensible zona de su cuerpo.
“Ahora que por fin he comprendido mis sentimientos… haré que lo entiendas…” el último de los Uchiha había decidido la manera de hacerle entender a la persona más importante de su vida lo que realmente significaba para él, si las palabras no funcionaron, lo haría con acciones y que mejor manera que el contacto intimo.
- ¿Qué planeas hacer Sasuke dattebayo?... – pregunto algo confundido al sentir que de nueva cuenta lo habían acostado en la cama, mientras que el contacto de las pieles un poco sudadas por el calor que comenzaba a invadir la habitación ante sus caricias.
- Tu cuerpo entero, Naruto… no voy a parar hasta dejarte exhausto… y aun así… no pararé… - comentó con una sonrisa prepotente para ocultar su inexperiencia, acariciando los labios de un sonrojado rubio de ojos azules que intentaba comprender lo que sucedía.
- ¿Qué quieres decir con eso tebayo?... – pregunto un poco alarmado por las palabras, además de las acciones del moreno que con su lengua juguetona volvió a pasarla por el cuello repartiendo besos y pequeñas mordidas en la superficie hasta llegar a las tetillas y morderlas un poco logrando sacar pequeños gemiditos de protesta a los que ignoro por completo.
Siguió por el cuerpo del Uzumaki, regalando un húmedo camino de saliva desde su rostro hasta sus caderas, donde comenzó a la labor de lamer, besar y dar pequeñas mordidas en el miembro ya despierto del rubio, cuando lo vio necesario, en realidad cuando se armo de valor ¬_¬, engulló por completo comenzando con ese sutil movimiento de su cabeza arriba y abajo dando placer a su compañero.
- Me voy a correr en ti… tanto que estarás ansioso porque continúe… - murmuro el moreno cuando se separó unos momentos después de que el líquido pre-seminal comenzará a brotar por la punta del miembro de Naruto quien gimió en protesta.
Tomó un poco de aquella sustancia que emanaba del contrario y la untó en sus dedos, paso seguido, besó los labios del rubio para evitar el gemidito de molestia al colar uno de sus dedos en aquella cavidad tan estrecha.
Le dio la vuelta, dejando a Naruto cara al colchón, en el icha decía que por ser la primera vez, para que fuese menos doloroso para el uke o “atacado” y más placentero para el seme o “atacante”.
- Sasu… sasuke… detente… esto… es vergonzoso… tebayo… - se quejaba sin siquiera poder controlar libremente su cuerpo, demasiado extasiado con aquellas caricias que el moreno seguía ejerciendo en su miembro mientras que su lengua jugaba en los glúteos y la entrada del rubio.
- Oh… mira… te has corrido de la excitación, ¿ne, Naruto?… - comento sosteniendo entre sus dedos aquella sustancia blanquecina, la llevo hasta sus labios, curioso por probar la esencia del rubio, quizás sabía a ramen.
- Mmm… caramelo… - murmuro en ese momento todo Naruto sabía mejor que cualquier cosa que hubiera probado.
- No… te rías… de mí… teme… - rezongó un poco molesto el rubio con la respiración agitada aun con las caderas levantadas en el aire y las piernas un tanto separadas por donde Sasuke había colado su mano para seguirle masturbando.
Se colocó entre sus piernas y tomó las caderas del rubio, no podía soportar más, desde hace tiempo estaba teniendo un dolor horrible en su miembro al no recibir atención, guió su virilidad a la entrada previamente dilatada como decía el libro que con memoria casi fotográfica aprendió, sabía que esas palabras y esas imágenes le ayudarían alguna vez y quien diría que sería justamente con la persona que le quito el sueño por las noches y con quien gracias a una mentira piadosa podía encontrarse cuerpo a cuerpo en su cama con esa persona entre los brazos, simplemente perfecto, se dijo mentalmente.
La sensación más gloriosa le recorrió el cuerpo desde la nuca, pasando por su cuello, aglomerándose en un gemido desde su pecho que salió disparado por sus labios al mismo tiempo que los del rubio exclamaban un fuerte jadeo por aquella intrusión, las manos del moreno se afirmaron a esas caderas, logrando hacer un roce con ellas por esa superficie, sus manos temblaban por todas aquellas sensaciones, placenteras y un tanto dolorosas pero excitantes al momento en que se introdujo de lleno en ese cuerpo que ahora le pertenecía.
Movió sus propias caderas hacía atrás y después lentamente y aun temblando se introdujo de nueva cuenta en ese cuerpo, repitió esos movimientos varias veces, sin embargo, el cuerpo del rubio resistió la gama tan grande se sensaciones y sin poderlo evitar sus piernas no le soportaron y cayó entre jadeos y gemidos a las sabanas del colchón, recostándose en ellas por completo, Sasuke sonrió complacido, tenía miedo que fuera él mismo el que no soportara el desvanecerse.
- ¿Es tan grande que te tiemblan las piernas, usuratonkachi?... – pregunto divertido virando al rubio, quería ver todas las expresiones corporales y faciales que hacía al momento en que él estaba dentro de su cuerpo.
- No seas tan presuntuoso… - le regaño el rubio cerrando los ojos y abrazando con firmeza las hebras negras como la noche al momento de sentir que nuevamente sus piernas eran separadas y entre ellas un moreno se acomodaba, se estremeció al sentir el glande en su trasero nuevamente, y abrazo con fuerza la cabeza entre sus manos cuando de nueva cuenta, el moreno se introdujo en su cuerpo.
Las sensaciones tan varias de dolor, miedo, angustia, placer, pero sobre todo la confusión de no saber el porque el moreno se comportabas de esa manera con él, nunca se había imaginado que su primera vez sería con un hombre, y mucho menos que fuera con su amigo y rival de por vida, una lágrima broto de sus ojos azules.
- Lo… lo siento… ¿te lastime?... – pregunto un poco asustado el ojinegro al ver la lagrima que limpio amablemente con la lengua, como respuesta una negación de cabeza, una sonrisa sincera que mostraba algo de tristeza y un abrazo.
“Quiero… quiero mucho a Sasuke… pero… si esto es solo por el jutsu… si… eso debe ser… el efecto secundario del jutsu de sueños compartidos… cuando esto termine… ¿lo que estamos haciendo no significara nada?... tendré que… actuar como si esto no hubiera pasado… por el bien de Sasuke… y por mi propio bien… no quiero ser rechazado… no por Sasuke…” aquellos pensamientos le dolían, el saber que un acto que estaba destinado a dos personas que se aman, solo era producto de un mal jutsu le estabas destrozando algo en su interior, más no podía decirle nada, por ese momento solo estaban ellos dos, ahogando sus orgullos en un vaivén de caderas que ambos querían.
Aquel rostro sonrojado, esos ojos brillantes que le miraban embelezado sus expresiones, sus manos acariciando la espalda del moreno, mientras que sus piernas rodeaban la cadera del azabache para profundizar aquel mágico contacto, besó sus labios, murmurando varias veces en un tono casi inaudible “Sasuke” una y otra vez, llegando a los oídos del moreno que repetía el mismo mantra con el nombre contrario “Naruto”.
- Sasuke… sasuke… no… para… ya… no puedo… - intentaba resistir, Sasuke había tomado de nueva cuenta su miembro desde el momento en que le giro para verle el rostro y comenzó a masturbarlo nuevamente al ritmo de las embestidas.
Aun no podía terminar, tenían que correrse al mismo tiempo, pero era difícil corresponder a esa mirada, a esas sensaciones a todo aquello que el moreno le estaba haciendo sentir.
- Sasuke… ai… sh… - más no pudo terminar la frase, separo las manos de la espalda del azabache para tomar las sabanas y apretarlas con fuerza, mientras que su semilla era esparcida por su vientre al escaparse de los dedos diestros que le masajeaban intensamente, perdido en las sensaciones de haber tenido por primera vez dos orgasmos seguidos, su cuerpo sucumbió a un estado de relajación tal, que perdió la conciencia cayendo dormido, sin que el moreno siquiera hubiera a su primer orgasmo por esperar a que fuese especial.
- Hey… eso no es justo “teníamos venirnos juntos”… - sonrió con melancolía, beso su frente y después sus labios, ahora le quedaba su problema entre las piernas, bueno en realidad en el trasero del rubio, suspiro cansado, eso no sería igual sin escuchar gemir al rubio.
Continúo con el movimiento de caderas dentro y fuera del rubio, quien entre sueños y esbozando una sonrisa, abrazó con dulzura mientras el moreno terminaba su labor.
- Sasuke… - murmuraba cuando sintió el cuerpo contrario estremecerse ante el final de su excitación, más el moreno no pensaba detenerse allí, quería hacerle entender que eso no solo era un acto simplemente porque estaba fogoso, sino porque él era quien despertaba esos sentimientos.
- Naruto… - besó nuevamente sus labios, salió con cuidado de ese cuerpo que ahora estaba marcado con el nombre de Uchiha Sasuke y con una advertencia que decía “si me tocas… te mueres y no en mis manos… sino en las de mi dueño…”
Sabía que el rubio no le contestaría estaba claro por su rostro de lado y su cuerpo relajado que se encontraba dormido ya, observó por unos momentos su rostro, ahora sabía porque le gustaba, no era solo el hecho de ese calor tan maravilloso que sentía al tenerlo cercan, era completamente Naruto el que le había cautivado.
Cada frase, cada movimiento, cada suspiro que emanaba de sus labios, el color de su piel, de sus ojos, de su cabello, la textura de cada poro que le cubría, ahora que recordaba la suavidad de sus palabras cuando acariciaban su tímpano, se le hacía la misma música de los ángeles, ¿Cómo pudo haber vivido tanto tiempo sin Naruto?... no lo sabía, pero comprendía que sería un completo estúpido si hacía algo para herirlo, de ahora en adelante, serían solo él y el rubio, la demás gente puede irse a comen bolas de arroz por la sierra cercana a la aldea, pero ahora quedaba solo lo más importante… ¿Qué hacer para evitar que Sakura desollé vivo a Naruto por ser la primera experiencia sexual de Sasuke?... definitivamente tenía que pensar en algo, pero quizás mañana, ahora que eran cerca de las 3 am tenían que descansar, tener una declaración tan fogosa como aquella no era algo tan simple como se hacía ver en aquellos pervertidos libros que leía su sensei, pero daba gracias a ellos por es fantástica noche de pasión conjunta.
El rubio se movió de su sitió, murmurando cosas inaudibles para cualquier ser humano, pero Sasuke supo interpretar aquellos balbuceos sin sentido, le besó las hebras doradas una vez más, y fue en el preciso momento en que alzaba las sabanas para poder dormir unas cuantas horas que el rubio se dio la vuelta de cara a Sasuke y le pesco por la cintura, restregando su rostro cual gato a su amo en el pecho del azabache.
- Yo también te amo dobe… - le murmuro mientras que los tapaba a ambos, abrazando al rubio por delante por primera vez en quien sabe cuanto tiempo, ignorando el hecho de que aun se encontraban bañados de sudor y del producto de su propia excitación.
- Espero que esta vez… lo hayas entendido bien… usuratonkachi… - comentó bajito mientras su cuerpo sucumbía ante el bostezo del cansancio, restregó un poco sus ojos y se acomodo un poco más en el cuerpo de Naruto.
- Sasuke… - murmuro escondiendo su rostro en el pecho del moreno aspirando su aroma, un perfume que solo el moreno producía y que desde hace tiempo se había vuelto adicto a percibirlo, se había vuelto sin quererlo tan esencial en su vida como un tazón de caliente ramen.
Ahora las cosas parecen ir mejores entre la pareja, nadie se espera lo que la mañana les tiene preparada, o mejor dicho, la loca gata que escribe estas letras para que ustedes las lean… mientras dos cuerpo descansan en la comodidad de una cama, las estrellas brillan en lo alto y ustedes mis queridos lectores terminan las ultimas letras de este capitulo… nah :P aun falta un poco para que termine ^-* continuemos…
La mañana llegó tranquila para todos, los rayos del sol se colaron por la ventana despertando a cierto azabache desnudo en la cama, algo estaba raro, la respiración se le hacía difícil, sus pulmones no alcanzaban a llenarse del vital oxigeno, quito la mano que cubría sus ojos de los rayos solares y alzó un poco la vista para toparse con un bosque de rubios cabellos que le hicieron cosquillas en la nariz, sin poder evitarlo estornudó sonoramente logrando un refunfuño por parte del rubio quien se aferro más a su cintura.
Naruto estaba en iguales condiciones que el moreno, desnudo, por decisión propia o por locuras de la noche en su modo de dormir, había decidido que el cuerpo del moreno era mucho más cómodo que el colchón por lo cual se trepó en él y comenzó a soñar nuevamente con tazones de ramen y aunque suene extraño un moreno compañero de equipo con quien los compartía alegremente, pasándole gustoso los fino fideos por los palillos hasta llegar a su boca, donde el ojinegro los recibía gustoso, un sueño tan delicioso que no pudo evitar que de su boca un hilo de saliva escurriera provocando el escalofrío del azabache que le despertó.
- Oe dobe… no me llenes de saliva… es asqueroso… - con estas dulces palabras un adormilado Naruto abrió los ojos con mucha dificultad, percatándose después de unos segundos de mirarse y mirar el cuerpo de Sasuke, ambos desnudos, enrojeció, recordó imágenes de la noche anterior, tomo en sus manos una almohada y de un salto salió de la cama bajo la mirada atónita del moreno que no entendía las reacciones.
- Voy… voy al baño tebayo… - dijo pasando de largo al moreno, caminando con gran velocidad por la habitación hasta encontrar la puerta del baño que se encontraba en la habitación del ojinegro que por azares del destino no había visto en la ocasión anterior, se encerró en cuando entró en aquel pequeño cuarto, se deslizó por la puerta cuando la cerró.
- Por Kami… ¿Qué hice ayer?... tebayo… - pronunciaba aterrado al recordar el vaivén de caderas y un cuerpo dentro de otro, específicamente Sasuke dentro de su trasero, enrojeció a más no poder y corrió a la ducha, abriendo el grifo del agua fría, tenía que despejar esas ideas de su cabeza.
- Después de todo… esto es por culpa del jutsu… - dijo en un lamento mientras esparcía el shampoo sobre su cabello y daba leves masajes en el, su mirada se entristeció, en su cuerpo aquellas caricias aun se sentían, quería sentirlas de nuevo, pero algo en su cabeza le gritaba “esto es solo el efecto del jutsu… si no fuera por él… no te hubiera tocado…” extrañamente esas crueles palabras eran acompañadas por la imagen de Sakura que se reía de él por ser tan ingenuo.
- Dobe… también tengo que bañarme… - le dijo tocando la puerta del cuarto, termino su labor de aseo lo más rápido que pudo, limpiando con abundante agua las lágrimas que habían comenzado a descender por sus mejillas al percatarse que efectivamente para Sasuke… no significo nada.
- Ya voy… teme… - y sin más salio dejando el cuerpo oliendo al jabón y shampoo que Sasuke siempre usaba, ocultando su mirada entre la ropa que había recogido del suelo antes de entrar al cuarto.
- Actúa extraño esta mañana… - murmuro encogiéndose de hombros restándole importancia, entró por fin a tomar un merecido baño, son una sonrisa en los labios, porque ahora, Naruto era totalmente suyo.