Abrió lentamente los ojos, sus fuerzas habían regresado por la siesta que tuvieron y se dio cuenta de que la calidez del rubio seguía inundándole el cuerpo sonrío de medio lado, ¿cómo era posible que nunca notará la calidez de Naruto?, ni él mismo lo sabía, el ojiazul seguía durmiendo, y no iba a levantarlo, se intento acomodar un poco, grave error, el cuerpo de Naruto aun dormido resbalo de su hombro y callo entre sus piernas, el sonrojo en su cara se hizo presente, Naruto se acomodaba rozando partes que el Uchiha no podía controlar en esa posición, no le incomodaba, pero se sentía extraño.
Sakura comenzó a moverse insinuando que su cuerpo ya se encontraba mejor y que podía regresar a casa, sus ojos fueron restregados por el dorso de sus manos, intentando despertarse de una vez, sin mucho éxito, miraba aturdida a todos lados, intentando reconocer en donde se encontraban, observó detrás suyo y el rostro de Sasuke apareció, sonrió nuevamente, sus ojos viajaron buscando a su otro compañero, lo observó en las piernas del Uchiha, sonrió de lado aun medio dormida y se recostó nuevamente.
“1… 2… 3…” contó mentalmente el pelinegro y al llegar al tres la pelirrosa se levanta de golpe y da un fuerte grito que despierta al rubio, levantándolo con el ruido de su voz. Naruto se sentó muy adormilado para su gusto, miraba a Sakura que le apuntaba amenazante con un dedo, el mientras tanto bostezaba, abriendo la boca lo más grande que ésta le permitía, en tanto sus manos restregaban sus ojos, buscando captar mejor las imágenes que le ofrecía el paisaje.
- ¿Qué pasa Sakura-chan?... – pregunto comenzando a cerrar nuevamente los ojos con cansancio.
- ¿Qué que pasa?... te diré lo que pasa… estabas dormido encima de mi Sasuke-kun… - dijo a modo de reproche.
El moreno no se inmuto pero bufó molesto, no por el hecho de que Naruto se haya acercado tanto a él a modo de tocarlo, ese contacto le agrado, el problema era que la boca de Sakura era demasiado grande y no sabía cuando mantenerla cerrada, ese comentario seguramente haría que el rubio intentara apartarse lo más posible de él.
- Ahh… eso es cierto… gomen… creo que me quede profundamente dormido dattebayo… - comentó el rubio con una mano en la nuca y sonriendo como de costumbre, Sasuke al ver esa sonrisa, oculto sus verdaderos sentimientos y puso una sonrisa de lado, prepotente y autosuficiente cabe decir.
- Me lo imagine… Dobe… - flexiono las piernas para colocar sus codos sobre las rodillas, entrelazar los dedos y colocar su barbilla en ellos, mientras miraba de reojo al portador del kyuubi.
La mirada de Kakashi se reflejaba una gran sonrisa por lo visto desde hace rato, más no dijo nada, se levanto de su cómodo lugar de descanso, se sacudió un poco el polvo que le había quedado en las ropas y se encaminó hacía sus alumnos.
- Al parecer ya están muy descansados… bien… vayan a casa, que mañana también tenemos entrenamiento… no lleguen tarde… - advirtió mirando severo a sus alumnos.
- Pero es usted el que siempre llega tarde tebayo… - inquirió el rubio levantándose de golpe y cruzándose de brazos.
- Naruto… te recuerdo que hasta que llegue Iruka-sensei llegarás tan tarde como yo… - replico divertido al ver como el ojiazul se descuadraba al instante, riendo nervioso con una mano detrás de su nuca.
- Es cierto… dattebayo… - dijo con una risita nerviosa, la mirada del Uchiha expresaba claramente un poco de enojo y al mismo tiempo desconcierto que solo el mayor presente pudo notar.
- Muy bien… regresemos… - se adelanto en su camino a Konoha, mientras sus alumnos le seguían a una distancia apropiada, hasta que Naruto con una gran sonrisa en los labios, corrió ha tomarle paso, Sasuke bufó un poco molesto al ver que el calor que el cuerpo del Uzumaki desprendía aun sin tocarlo se alejaba.
- Ne, ne… Kakashi-sensei… ¿vamos a comer ramen en el ichiraku? Tengo hambre tebayo… - mencionó el menor llevando sus manos a su estomago, el cual gruño con hambre en ese momento, haciendo que el pequeño se sonrojara y una de sus manos de desviara nuevamente a su nuca en un gesto de pena por lo ocurrido, el peliplateado sonrió bajo la mascara, ese gesto era muy encantador para venir de un niño de 13 años, como Naruto, aunque por la falta de orientación hacia muchas cosas, era normal el comportamiento infantil del pequeño.
- Claro… yo también tengo hambre… - respondió recibiendo un “Yataa…” junto con un pequeño brinco de emoción del mas joven de sus alumnos, todos los movimientos de este eran observados por el último del clan Uchiha.
Al llegar a Konoha, todos tomaron rumbo diferente, Sasuke se fue rápidamente a su mansión quería tomar un relajante baño y sobre todo descansar y analizar todo lo ocurrido en el día, Sakura intento seguirle pero le perdió el rastro enseguida, Kakashi y Naruto se encaminaron felices hacía el Ichiraku, donde el menor comenzó su monólogo de lo sucedido en el entrenamiento.
- Demo Kakashi-sensei… no logre vencerlo en ninguno de los combates… aunque si le deje muy claro que yo también estaba a su nivel… - mencionaba con ademanes de manos, a la vez que los gestos de su cara cambiaban según las emociones que sentía al recordarlo, entristeciendo y sonriendo de un instante a otro.
- Eso es porque aun te falta mucho por practicar Naruto… Sasuke desde niño fue instruido para ser un gran ninja como su hermano… así que no es de esperarse que te gane con tanta facilidad… - respondía Kakashi mientras su rostro era cubierto por la portada de Icha Icha Paradise, mientras los últimos fideos se deslizaban del tazón a su boca.
- Yo también he entrenado duro dattebayo… - refunfuño Naruto con el ceño fruncido.
- Si pero a diferencia tuya Sasuke de pequeño tuvo un gran maestro, su hermano, además de que su padre le enseño técnicas de alto nivel a muy temprana edad… la diferencia radica en la manera de entrenarse, mientras tú te entrenaste solo, el tuvo quien le ayudará… Naruto eres fuerte… solo falta que practiques con más ahínco te aseguro que serás un gran Hokage… - decía mientras la máscara era colocada nuevamente en su lugar, para después dejar a un lado icha icha paradise y dedicarle una sonrisa sincera al pequeño que se alegro bastante.
- ¿De verdad lo cree?... Kakashi-sensei… - la mirada del rubio se iluminaba de una manera enternecedora a los ojos del mayor.
- Claro… - sentía la necesidad de darle ánimos al pequeño, la sonrisa que siempre ponía para evitar que los demás fueran testigos de su sufrimiento y tristeza fue sustituida por una de alegría sincera y pura.
En un descuido, Naruto se había colgado de su cuello, restregando mimosamente su mejilla en la mejilla del mayor.
- Gracias. Gracias Kakashi-sensei… entrenare muy duro y crearé nuevas técnicas para que Sasuke-teme no sepa que lo golpeo tebayo… - estaba feliz, por fin alguien aparte de Iruka le estaba apoyando y dando palabras que le reconfortaban para seguir entrenando duramente.
- Bien vamonos… no querrás que mañana nos griten de nuevo… ¿ne?... – como respuesta obtuvo una efusivo “Hai”, por parte de Naruto.
Se dirigieron con pasos lentos a la vivienda del mayor, donde tomaron una ducha de agua caliente, el rubio agradecía que a Kakashi todos le respetaran pues, gracias a eso podía disfrutar de un baño caliente, ya que en su casa, el agua siempre era fría o inexistente, por lo cual tenía que ir al río a ducharse, en invierno Iruka era quien prestaba su baño para que el pequeño no se resfriara, el castaño siempre cuidaba de Naruto como un hijo o un hermano pequeño, cuando lo duchaba le tallaba con cariño el cabello rubio, para transmitirle que ya no estaba solo y que los aldeanos se podían ir a hervir espárragos si le decían algo, él estaba ahí para el ojiazul.
Kakashi veía el cuerpo dormido de su alumno sobre su cama, el rostro de paz que reflejaba y las risitas que escapaban anunciando que ya se encontraba profundamente dormido, hicieron aparecer en su rostro una sonrisa, era impresionante que alguien a quien la gente trato tan mal pudiera sonreír con tanta naturalidad y de forma tan sincera, cuando no le prestaban a tención o al menos cuando no le insultaban, definitivamente un niño al cual admirar por su valentía.
En la mansión Uchiha, Sasuke estaba de muy mal humor, ya se había duchado, por lo tanto estaba relajado, según él, ceno, se metió en la cama tratando de conciliar el sueño, pero no pudo.
Pensó quizás que era la almohada, la golpeo varias veces, volviéndose a acostar, bufó molesto no era la almohada, la tiro al suelo intentando nuevamente dormir, pero nada, se cambio boca abajo, intentando dormir usando como almohada sus brazos pero tampoco funcionó, cambio de postura, ladeándose, encorvándose colocando una de sus manos bajo la mejilla, pero tampoco, se ladeo hacia el otro lado pero obtuvo el mismo resultado, se sentó en la cama molesto, intentando calmarse y ver que diablos era lo que le hacía falta, en la tarde durmió muy bien.
Repasó que hizo en la tarde, el entrenamiento fue lo primero que llego a su mente, así que comenzó a hacer ejercicios para poder cansarse, media hora después de ejercicios de alto nivel, estaba sumamente agotado, se tendió nuevamente en el colchón intentando dormir, se sentía cansado cierto era, pero en cuanto cerro los ojos, intento dormir, no pasaron menos de 10 minutos cuando sus ojos se abrieron nuevamente.
Debía haber algo más, pensó en la posición se sentó en el respaldo de la cama, sentándose de la misma forma en la que estaba en el claro cuando durmió placidamente, teniendo el mismo resultado que con el ejercicio.
Que faltaba, no tenía frío, no exteriormente, entonces lo recordó, aquel olor a frutilla y el calor inigualable que le proporcionaba su cuerpo, la suavidad de la piel tan tersa y bronceada, aquellos labios cerca de los suyos con esa tonalidad rosada estando un poco entreabiertos, incitando a ser besados, sus cabellos rubios y sedosos haciéndole cosquillas agradables en la barbilla mientras eran mecidos por la suave brisa, su rostro en una paz total, tranquilidad que le transmitía a su acompañante.
Al darse cuenta de a donde le llevaban sus pensamientos enrojeció de sobremanera, había pensado en besar a Naruto, eso eran palabras mayores, debía ser un error, si eso debería ser, sacudió con fuerza su cabeza, eso no le podía estar sucediendo a él, el gran Uchiha Sasuke, teniendo a mas de la mitad, por ser un poco modesto, de la población femenina bajo sus pies, cayó bajo el calor que le proporcionaba su compañero de equipo, amigo y rival.
No tenía ni idea de lo que estaba haciendo en esos momentos, cuando ya se había percatado que se encontraba vestido saltando de tejado en tejado a las 2am corriendo rumbo al departamento del rubio donde le encontraría completamente dormido, siendo acariciado por los rayos de la luna a través de la ventana, con sus manos a cada lado de su cabeza, con los labios entreabiertos, dejando escapar el inconfundible olor a ramen que le invadía, con las piernas entreabiertas por su costumbre de dormir a pierna suelta, esperando a ser tomado por sorpresa pidiendo a gritos silenciosos que alguien le hiciera suyo, sabía que su ventana siempre se encontraba abierta, por lo cual no sería problema mayor entrar en sigilo y hacerse de ese cuerpo.
Sacudió la cabeza en forma frenética, la idea había tomado un camino bastante alejado al inicial, el principio solo sería un reconocimiento, es decir, saber si realmente los sueños placenteros eran causados por la cercanía, el calor y olor del Uzumaki y ahora quería entrar a ¿violarlo?, no eso no debía ser posible, quizás la cercanía y los consejos que a veces salían de la boca del Hakate habían perturbado su mente de esa manera tan vulgar.
Se detuvo un momento a meditar, ¿Qué haría? No podía entrar solamente porque sí o llegar con el rubio con los pensamientos mas insanos que le llegaron por influencia puramente de Kakashi de eso no había duda, una persona como él no podía pensar de ese modo, no era posible que su mente formulara todos esos pensamientos de eso estaba seguro.
Lo decidió después de unos momentos de pensarlo, llegaría a casa de Naruto, él se encontraría durmiendo, con mucho sigilo entraría por la venta que siempre esta abierta, se colaría a la cama y dormiría un poco con ese calor que tanta paz le trae, antes de que el rubio se despierte, saldría nuevamente por la ventana y llegaría a su casa antes de que alguien se diera cuenta, después llegaría a verlos en el entrenamiento y ni quien se de cuenta.
Llegó a la casa del rubio, la ventana estaba abierta como supuso, sonrió para sí por ser el rubio tan predecible, con agilidad felina y gran sigilo entró, la ventana era la de su habitación, observó el desorden de la habitación pero lo paso por alto, había un bulto bajo las sabanas de la cama que le llamaba la atención, perecía dormir muy tranquilo, cubierto por las sabanas hasta el pelo, pero su respiración rítmica le delataba.
Se acercó a la cama con mucho cuidado, casi no se podía ver nada por la oscuridad que reino algunos momentos en el que la luna se oculto bajo las nubes, fue en ese momento en que levanto las sabanas y se introdujo, bajo estas, sintiéndose embargado por el calor de esas telas precalentadas por su habitante aun durmiendo, sonrió por no ser descubierto al introducirse a su lado, se acercó despacio, intentando que con los movimientos no le descubrieran.
El habitante de la cama parecía estar ajeno a todo, su respiración seguía tan tranquila como en un principio, aun presa del sueño se volteo cambiando de posición y su aliento golpeo de lleno en la cara del moreno que no pudo evitar poner una cara de asco por el olor que le llegaron a las narices.
“¿Qué rayos comiste? Usuratonkachi…” pensaba Sasuke mientras se ponía una mano en la nariz para evitar seguir oliendo aquello eso no olía para nada a ramen, era un olor muy parecido al aliento de las mascotas cuando les das carne con croquetas, de pronto sintió algo calido en su mejilla, demasiado pequeño para ser una mano y demasiado grande para ser un dedo, además podía sentir algo que lastimaba, ¿uñas? Se pregunto, también podía sentir algo suave, tal vez pelos.
Las nubes dieron paso a la luna llena y Sasuke salio como de rayo en las sabanas, apuntando con su dedo índice al habitante de la cama de su compañero rubio, su cerebro le pedía no gritar pero fue demasiado tarde las palabras ya habían salido en un potente grito.
- ¡¡¡Pa… Pakkun!!!… ¿Qué rayos haces en la cama del usuratonkachi?… - pregunto tan fuerte como sus pulmones le permitieron, el perro se removía, levantándose de mala gana por aquel estruendoso grito.
- Duermo… - fue la respuesta del canino.
- ¿Y Naruto?... – logró articular después de salir de la impresión, ahora podía entender que era ese olor que le dio en la cara momentos antes.
- Durmiendo en casa de Kakashi… me dijeron que vigilara la vivienda de ladrones… ¿Qué haces aquí?... – pregunto el canino al ver que esa persona no debería de estar aquí.
- Eso no te incumbe… - mencionó con la voz tan fría que pudo conseguir, el hecho de saber donde estaba Naruto le tranquilizaba un poco pero también le llenaba de preguntas la cabeza.
- Kakashi me dijo que vendrías… dice que si quieres ir a visitar a Naruto el no se opone, pero que anticipes tu visita, no quiere que le encuentres en un momento de diversión… - esas palabras definitivamente no lo agradaron al Uchiha y sin despedirse se marcho saltó nuevamente pero está vez hacia la casa del sensei pervertido que sabe que le estará haciendo a su fuente de calor y paz, necesario para dormir placenteramente.
Cuando llegó, observó por la ventana algo que no le agrado, Kakashi estaba encima de Naruto, quien tenía las manos en los costados de la cabeza siendo sostenido por los brazos del mayor, quien se acercaba peligrosamente al rubio.
Abrió de sobremanera, acaso estaría, no eso no podía ser así, Naruto no lo permitiría ¿o si?, además, Kakashi solo llevaba los pantalones el pijama puestos y el rubio, el rubio solo los boxers, sin poderse contener entro por la ventana a gran velocidad, Kakashi que estaba de lo más entretenido haciéndole algo a Naruto, quien se retorcía bajo sus manos, por lo cual no vio el golpe que le propino el Uchiha apartándolo del ojiazul, quien no entendió que paso.
- ¿Qué te pasa? Sasuke-teme… - grito molesto Naruto levantándose tan rápido como podía y amenazándolo con el puño.
El rubio observó a su sensei en el suelo, tratando de levantarse con dificultad, las patadas de su alumno eran potentes, el ojiazul corrió a ayudarle, dejando sorprendido al moreno.
- Kakashi-sensei, ¿se encuentra bien? Dattebayo… - decía preocupado ayudando a ponerse de pie a su sensei.
- Si Naruto no te preocupes, te parece que continuemos después… - propuso Hakate, el menor de sus alumnos asintió y se marcho a otra habitación dejando al moreno y al peliplateado en la misma, retándose con las miradas.
- ¿Qué le estaba haciendo al Dobe?... – fue la pregunta cargada de odio por parte del menor de los Uchiha.
- Se despertó hace rato… y lo que estábamos haciendo no te incumbe Sasuke… - contesto sereno el ninja copia, estas palabras debían ser una broma, se quedo un momento en shock, procesando lo que había dicho se maestro.
- La pregunta es… ¿Qué haces en mi casa a estas horas? Que yo sepa no te invite… - Kakashi sabía la respuesta a esa pregunta, hace rato que había captado la presencia de Sasuke pero quería ver que haría, la expresión en la cara de su alumno casi hacen que en ese momento comenzara a reír pero se controlo, esto sería digno de ver.