Era imposible. Absoluta y completamente imposible. Miró nuevamente el dispositivo, con la esperanza de que hubiera sido un error, que había visto mal. No. El pequeño signo “más” seguía ahí, sin desaparecer, como si alguna persona invisible se lo estuviera restregando en la cara. Elle suspiró y se apoyó contra la pared, en una clara señal de derrota. ¿Cómo se lo diría a Light? , y más importante, ¿qué diría el castaño? Por primera vez, el mejor detective del mundo no tenía una respuesta. Trató de hacer un esfuerzo por sacar algo, lo que fuera, pero en su mente sólo oía el canto de unos grillitos. Ya había sido bastante difícil que los demás aceptaran su matrimonio con Light… ¿Y ahora esto? “Carajo”, se dijo el moreno, “creo que conmigo cerca no hace falta una Death Note para que se mueran de un infarto…” Sonrió con amargura y se dirigió a la cocina, donde bebió un poco de agua (con mucha azúcar) para tratar de calmar sus nervios. Ya un poco menos tenso, se dijo a sí mismo que primero era lo primero: contarle a Light. Esperar hasta que éste llegara era una locura, seguro que antes de la noche terminaba en un rincón de la casa, peinándole el cabello a una muñeca con expresión autista y balanceándose de adelante hacia atrás. Elle se dirigió a la sala, levantó el auricular del teléfono, marcó el celular de su koi y esperó.
-¿Diga?
-Light…
-Elle, ¿pasó algo? Se te oye extraño.
El moreno tragó saliva y tomó aire.
-De hecho, pasó algo.
-¿Qué, qué? Dime.
-Es que…Es difícil de explicar por teléfono, y tampoco puede esperar, para ser sincero…
-Muy bien, voy para allá.
-¿Yagami-san no se molestará si te vas así como así?
-No te preocupes, lo importante es que tú estés bien. Llegaré pronto.
-Muy bien. Nos vemos entonces.
-Te quiero.
-Yo también, Light. Te espero.
Elle colgó el teléfono y se tiró al sofá. Dio un suspiro largo y nuevamente tomó el fono, esta vez marcando otro número.
Light, por su parte, corrió a la velocidad del rayo hacia su casa, temiendo que a su detective le hubiera pasado algo grave. Por primera vez en su vida, todos los transportes, e incluso los transeúntes le parecían demasiado lentos, de modo que, al llegar a su casa, se encontraba respirando entrecortadamente. Abrió la puerta lentamente, como si esperara ver algo horrible tras ésta. Pero no, todo se veía normal…Excepto por un detalle: Elle estaba sentado en el sofá como cualquier hijo del vecino, sin las piernas encogidas. Tomando esto como una mala señal, el castaño se acercó al detective y lo sujetó por los hombros.
-¿Qué sucedió? ¿Elle?
Elle miró a Light con cara de funeral.
-¡Elle, contéstame, me estás asustando! ¡Dime algo, lo que sea!
-Creo que deberías sentarte, Yagami-kun.
Mala señal. Elle solo lo llamaba por su apellido o cuando estaba muy molesto o muy triste, de modo que se sentó a su lado.
-Muy bien. Ahora dime qué pasó.
Elle tomó aire, listo para soltar la bomba.
-Estoy embarazado.
Light no pudo evitar dar un respingo y retroceder un poco.
-Es extraño, lo sé. Pero estuve leyendo y el hecho en sí mismo es improbable, pero posible.
-¿Cómo lo…?
-Hoy, poco antes de llamarte. Ya hace varios días me sentía extraño al despertar, y cuando empecé a tener náuseas hasta cuando subía las escaleras, tuve un presentimiento y fui a la farmacia a comprar un test. Y el resultado…Supongo que lo habrás adivinado-concluyó el detective.
Light no atinaba a decir nada, el shock era demasiado fuerte. Elle lo miró con ojos suplicantes y, temeroso, acercó lentamente su mano a la del castaño, quien seguía mirando a todos lados, como si de un momento a otro esperara que alguien apareciera diciéndole: “Che, esto es una joda para Videomatch”, “You’ve got PUNK’D”, o algo por el estilo. Pero como no ocurrió (obviamente), dirigió su mirada a Elle y tomó su mano entre las suyas, mientras lo abrazaba. El moreno, estupefacto, lo observó.
-Light… ¿No estás enojado conmigo?
El menor besó la frente de su koi.
-No seas ridículo. Es sólo que me sorprendiste, nada más.
Elle se abrazó al castaño.
-¿Y qué haremos?-sus ojos dejaban ver preocupación.
-Una cosa a la vez, Elle. Lo que tenga que venir, vendrá, y ya veremos qué hacer. Uno no nace siendo padre.
-Sí…Supongo que tienes razón.
-¿Has pensado en cómo te gustaría que se llame?
-Todo a su tiempo, Light, todo a su tiempo.