Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El ángel de Severus por Valethsnape

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Hola Queridos lectores!

Aquí tiene el final de la segunda parte de esta serie, yo espero que la tercera pueda estar para la fecha que tengo pensada, pero no puedo asegurarlo admito que estoy en una baja de inspiracion y no tengo deseos de escribir nada. Para diciembre volveran a saber de mí, no con esta serie, pero sí con otra historia corta llamada: Atados por una promesa. Debo confesar que ese fic me trae tanta satisfacción como Lágrima de ángel, espero que a ustedes también les guste en su momento. Disfruten el último capi de esta segunda parte. Gracias por ser tan fieles lectores y siempre animarme con un RR.
El Ángel de Severus
Capítulo 2
Un Hasta luego


Yo esperaré que llegues, si acaso vuelves,
apoyado de codos a la ventana,
con las pupilas fijas en el camino
y los anhelos puestos en la distancia.
Tendré para la fiesta de tu retorno,
bendita taumaturgia de mi llamada,
un palpitar de besos entre los labios,
y un vibrar de canciones en la garganta,
y un temblor de caricias a flor de manos,
y un "que Dios te lo pague", dentro del alma.
Yo esperaré que vuelvas, y si es que llegas,
verás con cuanta angustia ya te esperaba,
y en esa fiesta excelsa de tu retorno,
realización piadosa de mi plegaria,
haré callar las voces de mis angustias,
y de mis pobres ojos, secar las lágrimas,
para que mis caricias y mis canciones
y mis besos, rompiéndose en mi garganta,
en un coro de voces jamás oídas,
bendigan tu retorno y te den las gracias.




::_::_::_::_::_::_::_::_::_::_::_::



Esa noche a Harry le costó dormirse, en su mente pasaban muchas cosas, lo más relevante es que no recordaba nada de su vida. El accidente que había sufrido esas vacaciones junto a sus padres, no sólo le había arrebatado la vida a ellos, si no que le había borrado todas sus memorias, estos al ser sus únicos familiares, lo habían dejado abandonado, por eso tuvo que optar por cambiar su escuela de magia y venir a Hogwarts, donde el director le aceptó dándole una beca y, por supuesto, donde estaría a salvo.

Ese hombre de repente aparecía y trastocaba todo, él era un adolescente pero aun así es como si le conociera, como si a pesar de su corta edad y de sus nulos recuerdos ”amara a ese hombre “ desde siempre.

Pero eso no podía ser porque él… pues era imposible que conociera a un hombre que había estado a kilómetro de distancia de su antiguo país natal, España. Además que sintiera amarlo, cuando dudaba mucho que alguna vez hubiera besado a alguien. Pero aun así, esa extraña sensación de pertenencia no se quería marchar. Deseaba creer que el hombre tuviera razón, así no se sentiría tan solo y perdido en este gran mundo.

Se acurrucó entre las sábanas, mañana sería la selección y sólo esperaba que sus compañeros de Casa fueran buenos amigos. Cursaba su último año por lo cual, el siguiente, estaría buscando cupo en la universidad mágica, medimagia , ayudar a las personas, eso era lo que deseaba hacer.

Lo más importante eran sus sueños, porque era lo único que nadie podría arrebatarle fácilmente, así que se centraría en ellos y dejaría de soñar con un hombre que verdaderamente no conocía.

Cerró los ojos y sintió la fresca brisa entrar a la habitación, era como si los ángeles le estuvieran dando las buenas noches. Sus compañeros huérfanos como él, que también habían sido aceptados por el prestigioso colegio, estaban muy lejanos a esta realidad. Cada quien entretenido con sus sueños, pero él sabía que esta noche no tendría ningún sueño, su mente estaba ocupada en sus nervios por este nuevo comienzo y en la incertidumbre de estar enamorado de un completo y total desconocido.



_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_





El desayuno nunca se le había hecho tan largo a Severus; necesitaba hablar con Albus, quería irse de allí, pero antes necesitaba aclararle las cosas al viejo, siempre era correcto y decidido con sus acciones, y lo justo era que mientras Dumbledore consiguiera su reemplazo él debía estar allí, pero el primer paso era notificarle su renuncia.

Cuando logró pasar el último pedazo de tarta con el cotidiano café, levantó la vista para encontrar que unos ojitos verdes brillantes que le habían estado observando abstraídamente, sin querer prestar más atención apartó la vista y le dijo al director, que se encontraba a su lado:

— ¿Podríamos hablar después de la comida en su despacho? –propuso seriamente, después de todo sabía que al director su decisión poco iba a gustarle.

—Claro, amigo mío, ¿algo grave? –fue la preocupada pregunta del anciano.

—No desde mi punto de vista –sin querer dar más detalles, era mejor esperar a estar solos y sin ningún curioso escuchando.

El anciano pareció entenderle porque miró a sus colegas y vio cómo estos tenían centrada su atención en ellos y sonriéndoles volvió a su pastel de chocolate.

Severus se limpió los labios con la servilleta y se levantó, debía llevar las pociones de este primer semestre a la enfermería, seguramente ya le hacían falta a la talentosa enfermera.

Aun cuando pensaba renunciar, también quería cumplir sus obligaciones fielmente, sabía que su motivo de marcha era poco fuerte, después de todo estaba huyendo de un niño, que por más que fuera el hombre con el cual había tenido una muy profunda relación, física y sentimental, un hombre más maduro que él afrontaría este reto sin dudarlo, pero como bien había concluido anoche, ya estaba bastante cansado de luchar. Y como Dumbledore también había comentado: “cuando las cosas son para sí siempre consiguen una manera de volver, aunque no siempre como uno lo espera”, era cierto que Harry había vuelto y si el ángel estaba destinado a ser suyo pues seguramente algún día se volvería a reencontrar, o eso sinceramente era su más anhelado sueño. Que Harry le amara tanto en la mortalidad como le había amado siendo inmortal.

Buscó en su despacho las preciadas pociones que estuvo elaborando esas vacaciones para distraer sus pensamientos, después de todo, Harry parecía querer adueñarse de su ser completo, su corazón, alma y pensamiento últimamente estaban dedicados a él, no le asustaba la sensación de sentirse enamorado, de hecho, era bastante gratificante, era mejor sentir algo que no sentir nada.

Caminó hasta llegar a la enfermería, fue su sorpresa al ver que el angelito del demonio estaba allí y por la bata de médico que tenía puesto seguramente era el nuevo ayudante de la señora Pomfrey, qué extraño era el destino que se empeñaba en juntarlos.

Severus fue hasta donde estaba la mujer sin mirar al muchacho, no quería verse atrapado por esas preciosas esmeraldas que eran los ojos de su amado ángel.

—Mi dama querida, aquí esta su lote de pociones del semestre, hice las que siempre me pides y algunas más que creí conveniente –informó sintiéndose satisfecho de su trabajo.

—Eres un ángel, Severus –fue la gracia de la mujer hacia su persona, quien sonriente y claramente agradecida recibía las pociones.

—No, pero tampoco me gustaría serlo –admitió, pensando como solía hacerlo Harry, ese lugar hermoso que era el limbo, no era más que una cárcel disfrazada de perfección, y él deseaba más que eso. No era la inmortalidad lo que deseaba. Deseaba a su amado inmortal.

— ¡Qué cosas dices! Gracias, Severus, eres una maravillosa persona –confesó la mujer poniendo una de sus ya arrugadas manos en las del hombre.- En esta guerra demostraste tener más corazón que cualquier otro ser humano de este castillo, gracias por darnos la oportunidad de tener un poco felicidad –agradeció la mujer siendo sincera, ya que sabía que su familia estaría muerta de no ser porque Severus logró vencer quién sabe cómo al señor oscuro.

—Supongo que debo serlo, después de todo me regalaron lo más preciado de un ángel. Pero no hay que hablar de eso –mirando de reojo cómo Harry estaba bastante más concentrado en la conversación de ellos que en su labor.

—Lo eres y estoy segura que pronto aparecerá esa mujer que merece tu corazón –le dijo la mujer sonando segura.

Severus dio una sonrisa muy Slytherin, y aseguró a la enfermera:

—Ese hombre ya apareció, sólo nos toca Volvernos a encontrar -dijo caminando hacia la salida; le dirigió una mirada a Harry quien le observaba extrañado, ”esos ojos” , no pudo más que devolverle la mirada con amor, retiró la vista y siguió su camino, después de todo, ya no había porqué retrasar su marcha, la decisión estaba tomada y sólo quedaba ver qué le decía Dumbledore.



Cuando llegó al despacho del hombre, éste le esperaba, sabía que era así porque tenía su frasco de caramelos de limón abierto instándolo a probarlos, cosa que Severus nunca hacía, pero claro, hoy iba a ser diferente.


Agarró unos cuantos, pero no se los llevó a la boca, sólo los guardó en su túnica, bajo la alegre y expectante mirada del anciano, que era otra de las manías que albergaba, le hacían dar a notar a la gente que Albus ya tenía sus cientos de años encima.

—Por como te escuché en el comedor, no es algo bueno lo que vienes a decirme –fue lo que el director de una vez quiso dejar en claro.

—Lo es para mí. Viejo, sabes mejor que nadie que enseñar es algo que me llena hacer y que estar en este castillo es como estar en mi casa… Pero llegó la hora de marcharme -fue la súbita declaración del ojinegro hacia el mayor.

—Si es tu última palabra, no puedo hacer más que aceptarla y esperar que te vaya muy bien –sencillamente comunicó el otro.

—No esperaba menos de ti, viejo. Te voy a extrañar, tú y tus estúpidos e inservibles caramelos de limón y que bebas conmigo para hacerme pasar las penas –confesó Severus, sintiéndose triste de saber que pronto se marcharía.

—Eso siempre estará a la orden cuando decidas darme una visita. Por tus clases no te preocupes, vete tranquilo, creo saber quién puede reemplazarte por un tiempo –comentó el anciano dándole una sonrisa.

—Entonces estaré tranquilo, partiré mañana al amanecer, no quiero estar aquí por mucho tiempo –dijo sintiéndose miserable al alejarse de gente que siempre había sido incondicional, un apoyo, unos buenos amigos.

—Lo haces por Harry, sé que te afectó verlo en su boda, porque te recuerda a tu ángel, pero… ¿No sería mejor superarlo junto a tu gente? –refiriéndose a sus colegas.

—No tiene que ver con ese Harry pero sí se trata de mi ángel. Sólo quiero esperar que vuelva a mí, como bien dijiste, si es para mí, volverá, si no, igual voy a estar disfrutando la vida –sólo pudo afirmar sin saber si de verdad iba a disfrutar la vida, si en verdad podría lograr sacarse de la mente a Harry.

—Buena suerte, muchacho, sabes que cuentas siempre con este hombro para lo que sea –dijo el anciano levantándose y estrechándolo en un caluroso y afectuoso abrazo.

Severus le correspondió con la misma efusividad, después de todo ese hombre había sido su amigo, su colega y casi un padre y mentor para él. Le tenía mucho aprecio.

Al salir del despacho no pudo más que sentirse solo una vez más en su vida, era difícil de explicar pero… era como si después de todo… junto con la guerra, vinieron cosas buenas como sus amistades en la Orden del Fénix.

Fue hasta su mazmorra a dar sus clases de hoy, las primeras y seguramente las únicas que daría ese año.

Las clases no fueron gran cosa, pero Severus estaba seguro que las extrañaría. Después de todo, llevaba media vida enseñando.



Esa noche, cuando todos disfrutaban en silencio de su majestuosa cena, Albus se levantó y pidió (dándole ligeros toques a su copa con la varita) la atención de los presentes hacia su persona, cuando los rostros de todos los estudiantes de Hogwarts estuvieron centrados en él, el hombre anunció:

—Este año se despide otro profesor de esta noble escuela, quiero que todos alcen la copa para decirle un Hasta luego al que hasta hoy ha sido su profesor de pociones, Severus Snape –aclamó el anciano lanzando su copa; fue imitado por todos los alumnos aunque algunos se notaban claramente contentos con la nueva noticia.

Severus no se sintió mal por eso, siempre había sido un profesor estricto y muchos alcornoques no estaban acostumbrados a eso.

Esa noche, cuando se levantó de la mesa no todas las miradas eran de miedo, algunos solamente le miraban como con ”¿tristeza?”. Lo cierto era que parecía que unos cuantos lamentaban su partida.


Llegó a su despacho con cierta melancolía, ese castillo era su vida, y dejarlo, aunque era duro, ahora era la mejor decisión.

Se sentó en su sillón favorito y suspiró: “¿Qué iba hacer ahora?” Pensaba irse a su casa en Madrid y estar allí hasta que la soledad se le hiciera muy grande o buscar una nueva oportunidad y olvidarse de Harry, lo cual aunque era doloroso fue algo que el mismo ángel había propuesto, aunque este era mortal, no recordaba nada, así que lo mejor sería seguir adelante.

La noche estaba clara, lo cual le hacía pensar que mañana sería un día prometedor; sin pensarlo más se fue a dormir, lo que tendría que ser, sería y nadie iba a poder cambiarlo.



_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_




Esa mañana estaba más seguro que nunca de lo que iba a hacer. Miró el lugar y se dio cuenta que ya había recogido todas sus pertenencias. Así que abriendo la puerta iba a despedirse de Albus para luego marcharse.

Al salir, vio cómo Harry se le acercaba, pudo darse cuenta que el joven usaba las túnicas de Gryffindor, ” Que distinto era su ángel a él “. …ste traía algo en la mano.

Severus esperó que el joven hablara, lo que en efecto sucedió enseguida:

—Hola, profesor Snape, yo quería que supiera que lamento que se vaya este año, sé que debe creer que me asusté cuando conversamos en el lago, pero no fue así, solo que… no recuerdo mucho de mi vida, antes de ese accidente que sufrí este verano junto a mis padres –comentó algo triste el ojiverde-, y podría creerle a cualquiera del mundo si viniera y me lo dijera.

>>—No sé porqué aun prefiero pensar que hay algo en este Pasado que lo vincula, porque no puedo dejar de pensar en usted. Pero a la vez, señor, este pensamiento me da mucho miedo –confesó Harry sonrojado y algo temeroso.

Severus emitió una tuene sonrisa y terminando de cerrar su despacho le aseguró caminando lentamente hasta donde Albus le esperaba en la entrada de Hogwarts.

—No hay nada en ese pasado que debas ahora saber, no hay nada en ese pasado que en este momento evite que me vaya, sólo ten por seguro que ese pasado es real y que volverá a tu mente cuando sea el momento apropiado. Y si no es en esta existencia, será en la próxima, después de todo Será hasta después de la muerte y hasta más allá de ella, que sigamos ocupando la mente del otro. -sseguró Severus siguiendo su marcha sin mirar atrás.

Harry se agachó y dejó soltar un gemido de dolor, dolía verlo irse y no saber por qué dolía.

Severus estaba decidido, no iba a dar ni un paso atrás. Se marchó aun viendo en ese estado a su ángel.

Los abrazos calurosos y las lágrimas de sus colegas estuvieron a la orden del momento, pero no se dejó abatir y mirando el castillo por última vez y sobre todo al hermoso joven que parecía venir hacía él diciendo algo, pero ya había esperado mucho para marcharse y aunque quisiera escuchar por última vez a su niño, lo mejor era decir adiós… desapareció dejando allí lo que más amaba. Su ángel, Harry.



_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_



…l no necesitaba el miedo de Harry, porque su ángel jamás le tendría miedo como muy bien había dicho el mismo joven una vez.

—Yo no soy de tu mundo mortal, jamás he sentido la vida; no puedo timarte, no sé lo que es el engaño, soy incapaz de mentirte o siquiera traicionarte, no me temas, témele al mundo, témele a este lugar, asómbrate con irreal realidad, pero jamás me dirijas miedo en tus ojos, porque a quien estás observando es a tu ángel; antes muerto que dañarte. Cree en mí, por favor –fue la petición hecha por el perfecto muchacho de ojos verdes.”

Pero ya Harry no era un inmortal, ya no era ese ser perfecto que le conocía como nadie más podía hacerlo. Su ángel había muerto.

Caminaba por las calles de su casa en Londres, donde hace poco había aparecido, iría a buscar sus pertenecías y se marcharía del país.

Aun sabiendo que sobraban las razones para marcharse era insufrible pensar que no vería a su ángel. Era como si le estuviera perdiendo al dejarlo ir, como si esa prueba no estuviera superada.

Tenía que volver aunque fuera a despedirse de él. Porque…

No era Madrid el lugar donde deseaba estar, ni la soledad la persona a quien necesitaba en ese momento, esa persona y ”lo único que le hacía feliz era su ángel, Harry”.

No pudiendo con el pensamiento de estar lejos de Harry, volvió a aparecerse, era preferible estar en Hogwarts y verle de lejos pero VERLE.

Era todo lo que necesitaba para sentirse bien.

Cuando volvió a donde había partido se encontró con un Harry destrozado que lloraba en brazos de Dumbledore, este gimoteaba con verdadero sufrimiento:

—Mi mortal, no te vayas, yo te amo, ya te recuerdo, no te vayas –era increíble que estuviera escuchando esas palabras. Porque pensó que nunca iba a recuperar a su ángel.

Sin pensarlo, arrancó a Harry de los brazos del anciano y le abrazó consolando:

—Aquí estoy, mi ángel, ya volví para estar contigo, no llores más, mi precioso ángel, no llores, tus lágrimas valen mucho para que las malgastes en mi –fueron las palabras de consuelo que el hombre le brindaba mientras sobaba lentamente su espalda.

Harry se incorporó ya más calmado y le atrapó en un beso. Era increíble la pasión que demostraba el ángel en algo tan sencillo como lo era un beso.

—Si en alguien gastaría mis lágrimas es en ti, porque a nadie amo más que a mi Severus. Ya volví, mi amor, ya volví para que podamos estar juntos y vivir nuestro amor –con una mirada que daba a reflejar lo mucho que le había extrañado.

>>—Sé que pensaste que te había olvidado para siempre pero no es así, cuando vi que te marchabas y me dejabas a mí, al igual que en el limbo, sólo sé que todos los recuerdos volvieron. Perdóname, amor, perdóname por hacerte pensar que mi sentimiento era sólo palabras, porque no es así, porque eres la razón para querer sentir y eso es demasiado, pero poco comparado contigo.

Dumbledore y McGonagall, que eran los que se habían quedado consolando a Harry, tomaron el equipaje de Severus y emprendieron la marcha al castillo, dejándoles solos, una privacidad necesaria.

—Tranquilo, mi ángel, de tu amor no he dudado nunca, porque pude sentirlo, porque pude vivirlo y aun deseo seguir viviéndolo ¿Me amarás siendo mortal?

—Ya muero por vivirlo, profesor Snape –comentó algo travieso, la verdad, empezaba a recordar lo mucho que extrañaba al hombre y sus cualidades.

—Sería bueno empezar a vivirlo ahora –tomando en brazos al joven y mostrándole una seductora sonrisa.

Harry sonrió enamorado, pero de pronto volvió a la realidad y dijo:

— ¡Gracias por hacerme mortal, Severus! Era mi sueño más preciado –exclamó besando al hombre con pasión contenida.

— ¿Y yo qué hice? –preguntó un impactado Severus que caminaba rumbo a su despacho para amar a su ángel.

—Amarme y dejar un pedazo de vida en mí ¡Estoy embarazado! –confesó Harry escondiendo su cabeza en el cuello, continuó:

>>—Me sacaron del limbo por ser un ángel libertino. ¿Puedes creerlo? –comentó sonrojado.

—Puedes ser libertino, pero eres mí ángel y te amo así, Harry -fue la afirmación de Severus, que en ese momento pensaba que era el hombre más feliz del mundo.

Harry sonrió y sacando un caramelo de limón de la túnica de Severus, supo que su vida sería perfecta.

Fin


Te digo adiós y acaso te quiero todavía
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
Este cariño triste, apasionado y loco
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No se si te ame mucho, no sé si te ame poco,
pero si sé que nunca volveré a amar así...
Me queda tu sonrisa dormida en tu recuerdo
y el corazón me dice que nunca te olvidaré
pero al quedarme solo sabiendo que te pierdo
talvez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso con esta despedida
mi mas hermoso sueño muera dentro de mi
pero te digo adiós para toda la vida
aunque toda la vida siga pensando en ti.
Notas finales: Notas de autora

Este fic fue dedicado a mis dos grandes y súper especiales amigas Milagros y Verónica, mis clones slasheras y las mejores betas que pude desear. Todo suyo, mis niñas.

Terminar esta parte de la pequeña serie me llenó de satisfacción porque era una idea que hace mucho tenía en mente y verla plasmado es ver una meta hecha realidad. Aunque fuera una meta sencilla y bastante posible. Gracias por leer y apoyarme, los quiero y sobre todo a ustedes amigas mías y a Paola, que tuvo la gracia de betearme este fic para mis dos leales betas.

Valethsnape

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).