Momoshiro se había quedado una semana a dormir en casa del príncipe del tenis pues desde que se hicieron novios prometieron que cada vez que los padres de alguno de ellos se fuesen de viaje o sencillamente no durmiesen en sus casa, el otro se quedaría a dormir eso días para hacerle compañía.
Había sido una semana interesante para estos dos. Entre jueguitos y risitas terminaban en la cama sin algún tipo de ropita.
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Era la última noche que momo pasaba con su kouhai y habían salido juntos al super a compra comida pues el apetito voraz de takeshi había arrasado con lo que había en la cocina.
Ryoma sabía perfectamente que comprar, cereal y leche a gran cantidad. Cuando entraron, el peliverde no tardo en divisar las cosas y fue directo a ellas dejando al otro embelesado observando algo.
El ver esas cosas tan pequeñas y rojas que contenía sabores exquisitos hacían que momo perdiera la cordura y recordara con melancolía el día que su madre había hecho una locura.
---- Flash back ----
- MOMOSHIRO TAKESHI!!! Jamás volverás a comer eso en esta casa – sentenció su madre, aquel trágico día cuando él apenas tenía 8 años.
- Oka-san!! pero que tiene de malo comerlas – decía el pequeño momo-chan con un puchero
- NADA, no tiene nada de malo comer de vez en cuando pero TÚ te has vuelto adicto a ellas!!!! , lo siento pero es por tu bien hijo.
---- Fin del flash back ----
Y ahora después de tanto tiempo las volvía a encontrar, se veían tan apacibles, sumisas y deliciosas como la última vez. Pero la voz de su madre no permitía que takeshi agarrara aquellas tentadoras fresas ( uno de los manjares del mundo terrenal DIOS!!!! ) y el deseo por volverlas a tener en su boca impedía que se moviera de allí.De un momento a otro un brazo lo jalo de allí agarrando también un pote de los que había estado observando.
Cajera: 500 yenes por favor… gracias por su compra.
Después de pagar ryo caminaba en dirección a su casa jalando a un momo que no había salido del sueño en el que se encontraba. . . Al llegar al cuarto dejo el cuerpo sin mente del oji violeta en la cama junto a la caja de fresas (eso era lo que tanto miraba MI niño).
Ryoma: Mmmm no sé que son >.< pero mejor no toco hasta que el baka ese vuelva en si y echando un ultimo vistazo a la caja y a su koi se dispuso a bajar para prepara el cereal.
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DONDE?! °-° - decía mientras se paraba de un salto – Ah! Me quede sin las … - Urusei no pudo terminar la frase pues al bajar la mirada consiguio sus tan adoradas fresas; con una sonrisa y dirigiéndose a la ventana se dispuso a abrir el paquete para comenzar a comerse la fruta como solo un amante lo sabe hacer, es decir, agarrarla por el palito y comenzar con el rabo de la misma saboreando ese 1er mordisco como si fuese el ultimo; un segundo mordico solo que esta vez se puede ver la sensualidad en la boca de momo (quien fuese fresa xD) y llega el tercer mordico ese que hace que sus sentidos se disparen haciéndolo llegar al paraíso al tiempo que cierra sus ojos de forma sensual.
Ryoma va subiendo las escaleras para avisarle a su acompañante que la comida estaba lista, llegando a la puerta justo para observar como su sempai se como el ultimo pedacito de aquella fruta y sin poder evitarlo su pequeño cuerpo se excita al ver suspira de manera sensual y ver estremecer de placer el cuerpo del mayor antes de agarrar otra fresa.
-Qu … Que haces?!! momo sempai- pregunta ryoma sin impedir que el nerviosismo se le note
Sus miradas se cruzan
-Como fresas por qué? Quieres? – responde un take despreocupado y nada sensual (pero igual de hermoso xP)
-Fre… fresas pero que es eso??
No sabes que es una fresa, entonces te has perdido de la vida!!! – y sin más ni más la da de probar una fresa previamente mordida por él.
Echizen come la fresa como cualquier principiante (tangándosela) pero aun así no se escapa de la magnífica sensación que le produce esta divina fruta. Sensación que recorre todo su bello cuerpo.
Cuando sale de ese pequeño transe se encuentra con su amante que lo interroga con la mirada.