La orilla de la playa era bastante linda por la tarde.
Caminaba lentamente y miraba con una sonrisa en los labios a su amante, el que corría y saltaba como loco cada vez que el agua le tocaba los pies.
Se metió la mano en el bolsillo de la camisa y sacó un cigarrillo. Lo prendió con el encendedor y comenzó a fumar.
- Lye – se acercó corriendo y le quitó el cigarrillo de las manos -, no sigas fumando – rogó – no quiero que nada malo te pase y… ¡TU FUMAS COMO CHIMENEA!
- No moriré – intenta recuperar su cigarrillo.
- ¡Ea! Eso si que no – lo lanza al mar.
Lye miró con ojos atónitos lo que su preciado amante había acabado de hacer. Lo miró con rabia y comenzó a besarlo con desesperación.
- Esto te costará caro Thae – lo agarra por los hombros y desliza sus manos para afirmarlo sensualmente de la cintura.
Thae se rió en el beso y con sus manos le soltó el largo pelo negro a su amante, el que no se comparaba con su corta melena hasta los hombros de color gris oscuro.
- Adelante, pagaré el precio – se separa un poco y luego lo abraza -. ¿Vamos al hotel?
- No – lo agarra de una mano y lo obliga a correr hasta el muelle. Se metieron debajo y se ocultaron tras los pilares.
Lye sentó al peligris y los apoyó en un poste.
- Mala idea amor, la marea subirá y terminaremos todos mojados.
- Entonces – sonríe de manera maliciosa -, tendremos que apurarnos.
- Tengo miedo – lo mira con indiferencia.
Le abrió el pantalón y metió la mano bajo la ropa interior. Agarró el, aún dormido, miembro de su amante y lo masturbó hasta sentirlo duro.
- ¿Se quitó el miedo? – sonríe divertido.
Thae jadeó y sonrió. Asintió y agarró los hombros del moreno para acercarlo y besarlo apasionadamente.
Le abrió el pantalón y repitió la misma operación que su amante había realizado antes con él.
- ¿Lo hice bien?
Cierra un ojo y continúa masturbándolo. Sin querer los jadeos de su amor también lo estaban encendiendo más.
- Si – jadea -, muy bien – vuelve a agarrarle la erección al peligris y lo besa apasionadamente.
Lye obligó al otro a soltarlo y le agarró las piernas.
- Lye…
- No pienso prepararte – comenzó a entrar en su cuerpo lentamente.
Thae gritó un poco y comenzó a gemir, le enterró las uñas en la cintura y lo miró con un poco de odio. Pronto el dolor se fue y empezó a mover las caderas un poco para invitar a su amante a moverse.
Salió despacio para luego volver a entrar con fuerza en el cuerpo del peligris, este solo gemía y gritaba pidiendo más.
Al cabo de unos minutos las embestidas eran realmente violentas y bruscas. Lye se detuvo en seco y miró al otro pidiendo autorización para correrse dentro, cosa que fue respondida con un amplio jadeo. Lo agarró de la cintura y lo abrazó, le dio un beso en el cuello y sonrió un poco al sentir como Thae lo abrazaba y estallaba en el pecho de ambos. A los pocos segundos el también se vino, llenando toda la entrada de su amante.
Jadeaban mucho, se miraron a los ojos por unos segundos para luego besarse y empezar una pequeña batalla con sus lenguas.
- ¿Te gustó? – le acaricia la cabeza.
- Si, solo…no seas tan brusco y…
Una ola los cubrió a ambos. Se abrazaron con fuerza hasta que el agua se fue por completo.
- Eso fue tan…
- Te dije que la marea iba a subir – se levanta y deja salir el miembro de Lye de su interior.
- Por lo menos se llevó las manchas – sonríe, se levanta y lo rodea con los brazos.
Se arreglaron la mojada ropa y se besaron nuevamente, por lo menos ahora las personas que andaban por la playa no sospecharían tanto.
- Te quiero – murmuró Thae para luego continuar corriendo por la playa.
El moreno buscó su cajetilla de cigarros en su camisa y lanzó un grito al notar que el mar se la había llevado.
- Ni modo, tendré que hacerlo feliz y dejarlo – suspira y mete sus manos en los bolsillos del pantalón.
Continuó caminando y sonriendo al ver al peligris tan feliz corriendo y saltando.
- ¿No es lindo? – gritó sin dejar de saltar – Mira el atardecer.
- Si – se acerca corriendo y lo abraza – lo es.