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Sin rumbo por amante_de_kanon

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Notas del fanfic:

Tengan piedad de mi, es el 1º fic que publico acá.

Espero que lo disfruten y dejen reviews

Notas del capitulo:

Tengan piedad de mi, es el 1º fic que publico acá.

Espero que lo disfruten


Después de la batalla contra Hades, todos fueron resucitados, y cada uno había seguido caminos diferentes: Mu y Shaka compartían una casita en Salamanca, Kiki viva con ellos. Cerca de allí, en Madrid, Shura y Aioros habían formado su hogar. Camus y Milo se mudaron a Niza, donde pusieron una librería; y él… él seguía dando vueltas por el mundo, intentando escapar de sus fantasmas, tratando de alejarse de lo que mas temor le producía, que, ironías del destino, era también lo que mas amaba.

Caminando sin rumbo fijo por la ciudad, dando vueltas en esa bella tarde de otoño, sintió que algo lo empujaba, que algo dirigía su camino. Al levantar la vista se encontró frente a la casa de Kanon.

Se preguntó si él estaría.  Decidió que nunca lo averiguaría si no llamaba a la puerta  Así que haciendo a un lado sus temores golpeó. El peliazul  abrió  y se encontró de frente con esos ojos verdes que llenaban todo el espacio, Saga se perdió en las pupilas gemelas que lo miraban con adoración
 

Mírame amor a los ojos
que mi alma sedienta de tu claridad
viene del fondo del tiempo
siguiendo la estrella que en ellos está.

Tanto  tiempo separados no había bastado para acallar sus sentimientos. Sin darle tiempo a nada acercó su rostro y besó sus labios suaves. Kanon lo mira ruborizado y susurra su nombre. Vuelve a besarlo y esta vez el gemelo menor separa los labios. Saga introduce su lengua saboreando las sensaciones que le provoca; sus manos en el rostro de su hermano y las del otro sobre las de él. No hay palabras, solo hechos. El beso es cada vez más intenso.

-Te extrañé tanto… tenerte lejos es demasiado doloroso. Ya no me importa lo que digan los demás. Quiero que seas mío. Quiero hacerte el amor- susurra el mayor en su oído.

Kanon siente que se le acaba el aire, que la tierra cede bajo sus pies, él se lo está pidiendo. Es lo que siempre soñó: tener a ese hombre que ocupa todos y cada uno de sus pensamientos desde hace tanto tiempo, desde siempre y que por fin ha decidido abandonar sus temores

Muere anhelando la hondura
serena y madura de tu intimidad.

Se lame lentamente los labios y lo deja pasar. Saga vuelve a besarlo y lo acorrala contra una pared. Sus manos expertas le acarician por debajo de la ropa y Kanon siente que pierde el control. Le desprende la camisa  y sus labios recorren el ancho pecho, dejando besos  de fuego entre los pectorales. El gemelo mayor lo toma de las muñecas y lo hace detenerse,  para quitarle la camiseta y dejar al descubierto su torso firme, que lame con delicadeza, saboreando lentamente los pezones oscuros, disfrutando de los gemidos que le provoca a su compañero.

Toda el alma mía te quiero entregar
en una mirada profunda y astral.

Lo toma entre sus brazos y lo deposita en el sillón de la sala. Se coloca sobre Kanon y vuelve a acariciarlo con suavidad. Le besa el cuello, los hombros, el pecho. El gemelo menor lame cada trozo de piel que Saga deja al descubierto. ¿Cómo no hacerlo? Su sabor era adictivo; y comprendió que nunca se cansaría de beber de esa piel, de esos labios. Las manos del Dragón Marino se posan sobre la musculosa espalda de su  gemelo, cubierta por las cicatrices de entrenamientos y batallas, y lentamente lo acarician, haciendo pequeños círculos con las yemas de los dedos, arañándolo muy suavemente.

Quemarme en la hoguera de tu corazón
y, de sangre en sangre,
fecundar la muerte.
Fecundar la muerte con nuestra canción.

Saga, entre suspiros, le pide que no se detenga. Y le quita las pocas prendas que aun lleva puestas. Kanon le desprende el pantalón dejándolo caer al suelo. Ahora se acarician sin la molesta barrera de la ropa, y pueden sentir sus miembros erguidos. Se observan detenidamente, son tan iguales, y a la vez tan diferentes…

-Ahhh, Saga – susurra el ex Marina al sentir los dedos de su hermano acariciando su sexo.

-Shhhh, sólo disfruta.

Kanon se deja llevar por las caricias que su amante le proporciona de manera tan dulce. Sin dudarlo estimula el miembro del otro con las manos, que gime de placer al sentir que en menor no se olvida de él. Saga lleva dos de sus dedos a la boca de su gemelo, quien los lame con gusto y lascivia, conociendo cuales son las intenciones del hombre que está sobre su cuerpo. Cuando el mayor considera que es suficiente retira los dedos y los dirige al trasero de Kanon, Acariciando suavemente su intimidad, dejando que uno de los dedos se deslice en el apretado interior. Comienza a moverlo en círculos, buscando dilatar esa pequeña cavidad. Luego logra introducir el segundo dedo, continuando con el suave movimiento. Cuando considera que ya es suficiente, se detiene, y mirándolo a los ojos y lo penetra lentamente.

Cuando te miro a los ojos
me ofrece tu boca la entrega total,
siento que un río de tigres
me cimbra las venas, oscuro y sensual,
seca tu piel indefensa
igual que la tierra tendida se va.

-Ahhh, Saga, más rápido, por favor… 

Eso fue todo lo que necesitó él para perder el control. Kanon le suplicaba  y él iba a complacerlo en todo lo que pidiera.

Toda el alma mía te quiero entregar
en una mirada profunda y astral.


Las embestidas se volvieron casi desesperadas, y con ellas el ambiente se llenó de gritos y gemidos de ambos amantes. Con una estocada profunda alcanzó el punto del placer, y sintiendo el gemido profundo que provocó en el Dragón Marino no dudó en intentarlo una y otra vez. Estaba a punto de terminar, podía sentirlo y el modo en que el interior  de Kanon se iba estrechado le decía que él también estaba cerca. Sólo unas embestidas más bastaron para que ambos gritaran ante la fuerza del orgasmo. Kanon cayó rendido entre los brazos de Saga.

-Te amo tanto…- le dijo el gemelo mayor entre besos dulces.

 -Yo también.

-No sé por qué tardé tanto tiempo en buscarte, siempre estuviste conmigo. Ahora sé que me amas.

Se durmieron abrazados, soñando con un futuro juntos, lejos de guerras y dioses caprichosos.

Quemarme en la hoguera de tu corazón
y, de sangre en sangre,
fecundar la muerte.
Fecundar la muerte con una canción.

Notas finales:

La cancion se llama Rio de Tigres y es de Eduardo Falú, la canta Luciano Pereyra

 

Los personajes de Saint Seiya pertenecen a Kurumada Sama, etc, etc, etc.


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