Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

In The Silence Infinity por SoTtoMarU

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, ya lo habìa subido antes aki peor lo kite pro la flojera de kontinuarlo xD a dos kapitulso dle final xD

Hoy doy gracias a Kyou-chan por reabrir este archivo en mi vida xd kuaz kuaz kuaz

 

rekuerden ke tiene màs o menos el mismo espacio y tiempo de Bocken Heaven xD

Notas del capitulo:

bueno, està reeditado xD ia no tene faltas de ortografìa xD y un poko de korreccion de estilo xD

Ke lo disfruten!!!

La espesa bruma  cubría como siempre los bosques de pino y oyamel en las montañas del norte. Un ambiente frío y sereno se cernía en los alrededores de un templo colosal, un profundo olor a fresco resonaba, y muy de vez en cuando se podían apreciar figuras borrosas en la soledad de la neblina...

 

+ Akatsuki’s Chronicles: In The Silence Infinity +

By +SoTtoMarU+

 

Capitulo 1.- “Soledad”

 

Ante la majestuosidad del templo, la humildad de los monjes que ahí habitaban se opacaba casi al instante. Las finas maderas resplandecían por el constante aseo y cuidado que se empeñaban en ellas, un sutil aroma de pino se desprendía de éstas mientras que las hermosas paredes aumentaban la suntuosidad del recinto.

 

La vida dentro del templo no pasaba de las colosales paredes que resguardaban  el lugar, solo algunos monjes podían salir de vez en cuando a misiones religiosas o a bajar a un pequeño poblado a cinco kilómetros para abastecer al templo. Las puertas siempre estaban abiertas a todo mundo aunque no hubiese muchos extraños que se apareciesen por ahí a menos que fuese una emergencia o se tratase de una fiesta importante de la religión que ahí se profetizaba.

 

En el interior, se podía ver a hombres de todas las edades, desde niños hasta ancianos pasando por los jóvenes y hombres maduros que realizaban labores de limpieza, cuidado o restauración, muchos otros simplemente se dedicaban a rezar y ofrendar al Dios del Fuego, deidad venerada en el lugar. Hoy, no era la excepción....

 

Unos jóvenes monjes caminaban a sus habitaciones después de haber terminado de limpiar los pisos, caminaban alegremente mientras parloteaban sobre algunas cosas que últimamente habían sucedido en los alrededores. Un kimono simple de color rojo, muy sencillo,  era cubierto por una estola naranja, ambos se conjuntaban para cubrir el cuerpo y evitar así estragos del frío en las montañas, y sus pies andaban descalzos sintiendo el tacto suave de la madera.

 

Ambos caminaban sin alguna preocupación más que lo que atendía a su charla expectante...

 

- no me gustaría ser el próximo al que Chiriku-sama mande al pueblo- decía un moreno a otro castaño que iba a su lado

- si, creo que yo también querría ser el último en ser enviado- decía el otro

- el único que tiene esa suerte será el idiota de Hidan- el moreno no parecía muy contento- a ese nunca le mandan a nada....

- y todo por que siempre está rezando, joder! Para que reza tanto? Para ser privilegiado o qué?

- jajaja- rió el otro - muy buena idea...

- rezo para satisfacer a Dios- las palabras del susodicho rasgaron el aire, había aparecido por detrás de ambos monjes.

- ah! Hidan!- ambos se voltearon

 

Un joven atractivo, de piel clara y cabello plateado, los miraba atentamente y con una sonrisita sarcástica, sus pupilas violáceas no dejaban de verlos divertidas. También llevaba unos ropajes idénticos a los de sus compañeros.

 

- parece que el ambiente ha estado muy tenso, ah?- preguntaba el peliplata- parece que las sabandijas que en vez de hacer oración y se la pasan ansiando bienes terrenales, tienen mucha cola que les pisen, eh?

- que cosas dices?- el moreno se puso nervioso

- cómo coño sabes que...?

- shhh!- Hidan los calló- que las paredes escuchan...no quiero que se metan en problemas... Dios no me lo perdonaría!- dijo mientras se pasaba por en medio de ellos hasta quedar a sus espaldas otra vez- nos vemos.... - el peliplata se perdió en la inmensidad del pasillo- o tal vez no?- alcanzaron a escuchar al voz divertida de Hidan al desaparecer.

- maldito Hidan!- decía el castaño

- no puedo creer que se las de importante! Es un engreído!- el moreno casi gritaba, parecía que iba a explotar

- pero que cojones quiso decir con “o tal vez no”? será que Chiriku-sama nos enviará a....- otro monje llegó

- hey! ustedes dos!- les hablaba un rubio- Chiriku-sama necesita que vayan al pueblo!

- qué?!- ambos se miraron- HIDAN!

 

-------------------------------------------

 

El joven peliplata entraba a su habitación, perfectamente ordenada. Un leve suspiro se le escapó de sus finos labios, era algo miserable y melancólico ese lugar o, al menos eso pensaba de vez en cuando, cuando escuchaba los alardes de los demás... pero tanta debilidad no la iba a mostrar a nadie con tanta facilidad.

 

Avanzó hasta llegar a un pequeño closet en el que solía guardar sus ropajes y las mantas limpias. Removió sus cosas un poco y sacó una lanza con uno de sus extremos en forma de punta, el objeto medía casi lo mismo que él; volvió a remover sus ropas y sacó una guadaña de tres cuchillas con forma...una más pequeña  que la otra.

 

- Mi Dios Jashin los maldecirá..- dijo pensando en esos dos que antes se había topado- estúpidos....

 

Rápidamente sacó unas ropas igualmente a las que ya traía puestas, el único cambio que tenían era el color, pues mientras que el kimono era negro, la estola era blanca.  Una vez listo, tomó su guadaña y la lanza y salió furtivamente de su habitación...

 

----------------------------

 

Un hombre alto con capa negra, de bordados rojos en formas de nubes, entraba a un pequeño restaurante con un portafolio en manos. Una capucha blanca le cubría el cabello oscuro, su rostro era cubierto por una tela negra y sus ojos verdes destellaban con gran fuerza ante su nuevo objetivo. Pareció que buscaba a alguien y una vez divisado aun hombre calvo, sentado al fondo del lugar, entró y fue a sentarse a su lado.

 

- hola, Kakuzu- exclamó aquel hombre por lo bajo- que es lo que deseas de mi esta vez?- una horrenda sonrisa forzada no se quitaba de su rostro

- quiero que me digas la cabeza más cara que buscas- su voz ronca parecía rasgar el aire ante cada palabra

- Kakuzu, Kakuzu....tu avaricia me fascina- exclamó el otro sin dejar se sonreír

- habla ya...

- el monje Chiriku, uno de los 12 guardianes...su cabeza es alta....- susurró- el templo donde se alberga no está muy lejos de aquí...

- bien...

- pero lo harás tu solo?...dónde está tu último compañero?- preguntó intrigado

- tres metros bajo tierra, basuras como ese sólo estorban mi camino...

- jajaja...a veces me pregunto como un sastre tan magnifico como tú, que lo tenía todo, se convirtió en un perfecto asesino, cazador de recompensas… Akatsuki te ha llevado demasiado lejos...

- Akatsuki cumplirá mi deseo- sus ojos se iluminaron- cuanto es por Chiriku?

- son 300 000 ryos por su cabeza- hizo un pequeño ademán con su mano – si necesitas más, entonces ve por otro guardia... de 350 000 000 de ryos!

- suena interesante- Kakuzu meditó un rato- pero a lo mientras iré por lo más cercano... unos idiotas me han estado siguiendo el paso, será mejor que mate dos pájaros de un solo tiro...

- jujuju... camina por la vereda del bosque, es el único lugar para llegar al Templo del Fuego...aunque os recomiendo que vayáis con cuidado, últimamente un asesino se las merodea por ahí...

- un asesino, eh?- sonrió.

----------------------------------

 

- joder! Joder! JODER!- gritaba aquél moreno mientras que él y su compañero caminaban por en medio del bosque sombrío y aterrador...

 

La bruma estaba ya por despejarse, sus pasos eran lentos y temerosos ante lo inminente que podría ser con encontrarse a aquél asesino que merodeaba. Un profundo escalofrío les recorría toda la espinilla, llevándoles  a lo más profundo de su ser un temor inimaginable.

 

Chiriku los había mandado al pueblo a traer unas cuantas plantas medicinales y algo de víveres, incienso y velas para las ofrendas que se ofrecerían en los próximos días. Caminaban uno junto al otro sin separarse mucho, el miedo los embargaba y un profundo silencio,  acompañado de una extraña sensación de soledad, les ponía más nerviosos aún. Sin quererlo el castaño se tropezó con una piedra, jalando a su compañero del kimono y ocasionándole un gran susto.

 

- ah!- cayó

- que cojones crees que haces?! Me has metido un susto tremendo!!- gritó enfadado desde lo alto.

- lo siento, me he tropezado con algo...- miró con lo que se había tropezado – ah...ah! AH!!!!

- un brazo?!- gritó el moreno, un brazo ensangrentado estaba tirado en medio de las hojas secas y húmedas del bosque, era un brazo...al que le faltaba el cuerpo.

- si que ambos sois un escándalo- una voz suave se escuchó de entre los árboles.

- eh?!- ambos comenzaron a voltear a todos lados sin ver quien era el que les hablaba- sal!!! no tenemos miedo!!!- gritó el moreno nervioso.

- que coño haces?...nos va a matar!- el otro apenas y podía articular palabra a causa del temor que lo invadía

- es una buena idea- la voz se escuchó a sus espaldas- deberías aprender a escuchar a los demás...idiota-de un solo tajo, unas cuchillas habían salido de la nada y le habían cortado al cabeza al moreno

- WAAAAAH!!!- el otro volvió a caer al suelo por el susto- ah?...

 

La sombra que tanto los perseguía salió por fin de entre los árboles, el castaño se sorprendió al ver a su asesino; una capa negra cubría todo su cuerpo, en su mano llevaba una lanza terminada en punta mientras que a la otra sujetaba el extremo un lazo en donde al otro lado yacía la guadaña triple.

 

- n-no...m-me mates...TE LO SUPLICO!- se incorporó y comenzó a pedir clemencia por su vida de rodillas...

 

--------------------------------------

 

Kakuzu subía la ladera por donde aquél hombre le había dicho, traía aun consigo el portafolios en su mano. Parecía demasiado importante como para andarlo dejando al alcance de cualquiera, sus ojos verdes se centraban en su futuro...

 

-...- un leve jadeo se dejaba escuchar desde su boca- kh..!- se detuvo un momento y logró ver una mancha en su capa negra- sangre otra vez...

 

Levantó la manga un poco. Una piel clara cubierta casi en su totalidad de cicatrices, sangraba abundantemente de una herida que parecía provocada por una espada. Unos hilitos de sangre corrían hasta sus dedos para terminar muriendo en la tierra. Kakuzu limpio un poco la herida con la tela del kimono negro que llevaba debajo de la capa y suspiró mirando al cielo, invisible gracias a los árboles del bosque.

 

- parece que tendré que esconderte un tiempo- dijo volviendo a mirara su portafolio

 

Miró un buen lugar donde pudiese acordarse bien en donde lo había dejado, observó las raíces visibles de un árbol cercano. Andó hasta ese lugar tranquilo y cortó un poco para que el portafolio pudiera entrar, lo dejó bien asegurado y más tarde tapó el hoyo con piedras y ramas… por ultimo hizo una marca en forma de flecha anunciando el lugar, pasó una cortada por en medio de esta… esa era su señal.

 

- listo...- musitó- n?

 

Una alarido de terror se escuchó entre el bosque, muy cerca de donde estaba él.

 

- parece que tengo más compañía...

 

Comenzó a andar hacía la dirección en donde unos murmullos comenzaban a hacerse audibles, sea quien estuviese ahí, fuera o no un asesino; él mismo se encargaría de matarle para resguardar su botín...

 

-------------------

 

- Dios es quien juzga tus actos...no yo..- decían esos finos labios que se curvaban al decir cada palabra- pecador... Dios te castigará!

- eh?...- alzó un poco el rostro para ver quien era el que le hablaba, esa voz se le hacía conocida...- H-Hidan?

- y con más razón ahora que has descubierto quien soy yo- el peliplata se quitó al capucha de la cara, dejándose ver así finalmente- muere...

 

El joven empuñó su guadaña triple en el aire, al mismo tiempo que con su lanza apuntaba amenazadoramente el cráneo del que una vez fue su compañero.

 

- sentirás la ira del gran Dios Jashin!

- wah!!!!- un golpe sordo se escuchó, un pequeño río de sangre se formo y fue a dar hasta los pies del ojilila quien se sonreía grandiosamente.

- oh Dios Jashin, acepta esta ofrenda de tu humilde servidor y...n?- un ruido, miró por el rabillo del ojo y volvió a empuñar su guadaña y pico- parece que hay más ofrendas...- se subió la capucha y se alejó del lugar

 

Una cabeza se asomaba entre algunos árboles para espiar a quien tendría próximamente como oponente si era necesario. No pudo verle el rostro, pero era seguro que sería quien aun tuviese su vida consigo. No era más de uno, por los murmullos que había escuchado sabía que habían sido dos quienes estaban hablando pero uno ya estaba en otro lado.

 

Salió de su escondite y siguió tranquilamente, cuando una cuchilla le acarició el rostro levemente haciéndole una leve cortadita que sangró un poco.

 

- parece que has dado conmigo!- Kakuzu no parecía muy preocupado

- parece que tu has dado con tu muerte- respondió Hidan bajo las capas negras que lo cubrían

- parece que no eres más que un hablador

- jajaja y tu un idiota por subestimarme

 

Hidan movió lo más rápido que pudo su guadaña, pero aquél desconocido lo había logrado esquivar sin mucho problema. Ambos quedaron frente a frente, las pupilas verdes se toparon con las violáceas. Una emoción extraña invadió a ambos y unos movimientos rápidos por parte de Kakuzu hicieron tambalear a Hidan un par de veces, le era muy difícil esquivarlos a tal rapidez. Sabía que cualquier falla podría costarle incluso al vida pero si no descansaba un poco, también sería muy arriesgado. Sin saber cuando o en que momento sucedió, el otro tipo ya lo tenía sometido de los brazos por detrás.

 

- eres un poco lento, no?

- maldito!

- como es que un idiota como tú ha matado a tantos?- preguntó intrigado

- kh- Kakuzu lo estaba apretando fuertemente contra si para tenerlo mejor sometido, sintió como una mano le arrancaba la capucha que lo cubría y los ojos verdes nuevamente le miraban

- vaya, vaya, vaya...solo eres un mocoso- exclamó el otro, el peliplata intentó safársele pero eso ocasionaba que el otro simplemente lo apretara más- ah...- un leve gemido se le escapó de la boca al sentir el cuerpo del otro muy pegado al suyo...- suéltame...

- no lo creo

 

Pero qué le sucedía? Era la primera vez en mucho tiempo que alguien lo había podido detener de esa forma, someterlo y prácticamente tratarlo como una muñeca de trapo. Se sentía un poco frustrado, conmocionado y extraño. Por una parte de sentía humillado por no poder contra aquél tipo, otra parte se sentía extrañamente bien por alguna razón que aún no terminaba de entender él mismo, pero si no hacía algo el otro le iba a matar...

 

- enserio?!- Hidan sonrió

- kh!!!- la lanza de Hidan logró clavársele al otro en el pecho, Kakuzu soltó al peliplata quién tomó nuevamente su guadaña y apunto al cuello del otro

- decías?!- esa cínica sonrisa en su rostro, Kakuzu la apreció a la perfección...un rostro bello y casi celestial con la mente de un enfermo religioso- ahora tendrás el honor de ser una ofrenda para Jashin-sama, pagano!

- kh...- Kakuzu tomó con ambas manos la lanza que aun traía en su pecho y la sacó con fuerza, un chorro de sangre le dio en la cara a Hidan que había quedado estupefacto

- no es posible...

- Eh!! Quien anda ahí!!!?- unas voces se acercaban, tal parecía que alguien más estaba ahí.

- chih! Parece que el estúpido de Chiriku ha mandado a alguien a capturarme- se quejó Hidan- Jashin-sama estará contento con dos ofrendas... o tres si es que tú mueres...jejeje- río mirando al otro que ya se desvanecía- nos vemos!- se fue corriendo por ahí entre los árboles...

-...

 

El cuerpo de Kakuzu quedó tirado entre la tierra húmeda, a acusa del ambiente, y las hojas que caían de los árboles cercanos. Unos monjes del templo del fuego llegaron corriendo, encontrándoselo... casi muerto...

 

Kontinuará....

Notas finales: Bueno, ya està xD espeor unos revs si le sgusta xD y ya saben! xD os amo!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).