Mis ultimas Palabras
Amor, hay tanto que quiero decirte, tanto que debo contarte y tan poco es mi tiempo en este mundo. ¿Por dónde empezar, amor? ¿Por dónde? ¿Por qué periodo de mi vida debo empezar para que lo entiendas todo?
¿Fue acaso tan trágico? ¿Mi amor hacia ti, mis sueños de realeza en la cúspide del mundo? ¡Quién Sabe!
A ver, ¿Cómo expresar mi vida?
Tú me decías que para que algo sea claramente mío debía empezar por el comienzo, el inicio, el origen de mí existir, la brecha entre mi nacimiento y mi deceso. Pero ¿Cómo saber qué es lo correcto contar? ¿Cómo saber si es lo que realmente quieres leer? ¡Nadie lo sabe! ¡Ni siquiera yo mismo!
En fin, iniciaré mi relato. Todo empezó hace como ¿Noventa años? Sí creo que sí, un hermoso 28 de Noviembre de 1968. ¿Cómo pude vivir tanto? ¡Ni me lo digas amor! Sólo viví para hacer sufrir, y sufrí para hacer vivir, eso es lo que me taladraba la cabeza constantemente cariño.
A ver, a ver, debo dejar de irme por las ramas, empecemos de nuevo, nací ese hermoso día, pues bien no sé si era hermoso, sólo sé qué cuatro días antes fue el momento en que la luz del sol brilló más intensamente y que apenas quedaban unos mínimos rallitos para cubrirme a mi, nada que ver con tu grandeza.
Era un hospital común, una familia tipo, tenía una hermana mayor y dos padres maravillosos, tenía una familia constituida y una planificación para el futuro ya hecha antes de abrir mis ojos, me habían llamado "Ken Kitamura", ese nombre fue el que me dieron aquellas personas que hoy aun sigo amando pero ¿Acaso ellos me aman? Tú siempre decías que a un hijo no se lo deja de amar, aun así mi dolor.......mejor no me adelanto y dejo todo a su debido tiempo.
Crecí en una casa bastante particular, con extensos jardines delanteros, poco común en Japón. Mi familia era muy hermosa y armoniosa, mi hermana iba a un instituto para niñas al este de la ciudad mientras yo iba a jardín de niños, siempre mis maestros me decían que era muy activo y bastante inquieto, pero ¡Es que amaba divertirme! ¡No podía estar simplemente sentado haciendo muñecos de plastilina, y tú lo sabes!
Suelo recordar escasas veces como corría por todo el lugar, jugaba fútbol, tomaba mi leche con galletitas y molestaba a las niñas, jajaja, es gracioso recordar todo aquello ¿Ne? Todo aquello que me hacía tan feliz, pero tú no habías llegado a mi lado.
A la dulce edad de 8 años conocí a Tetsu, el vivía cerca de mi casa y al tener prácticamente la misma edad estábamos en el mismo instituto y aula. Yo era bastante mayor que él, ¡Casi un año! Aun así por la época en que se iniciaban las clases pudimos entrar en el mismo año. ¡Hacíamos todo juntos! Del colegio íbamos a una cafetería cercana donde nos comíamos nuestras buenas porciones de pastel de chocolate, para volver a casa con todo y dolor de estómago, mamá nos regañaba pero ¡Qué tiempos aquellos! Me hubiera gustado tanto compartirlos contigo amor.
Poco tiempo después me picó el bichito de la música, le pedí casi arrastrándome a mi papá que me comprase una guitarra, pero aunque mi papá no estaba de acuerdo con mi vicio musical asedió a comprarme una ya que debería aprender a tocar variados instrumentos o tener algo que hacer en mis tiempos libres, Tetsu por su parte le pidió a su mamá un bajo y ambos empezábamos a tocar, éramos como un dúo, un dúo de idiotas pero dúo al fin. Todas las tardes después del colegio nos reuníamos en la azotea de mi casa y empezábamos a tocar, recuerdo que trabajábamos limpiando coches para ganar dinero extra y comprarnos un amplificador aunque también, acorde a esto, recuerdo que mamá me regaño diciéndome que no usara el amplificador en casa o el aparato y yo nos íbamos derechito a la calle.
Al poco tiempo, ya en la adolescencia, Tetsu había tenido la idea de formar una banda, pero los estudios sobrepasaban mis límites, por lo cual tuve que dejar, y a pesar de que veía los fracasos de Te-chan para formar una banda, no podía ayudarlo, no aún, debía terminar el colegio y adentrarme al infartarte mundo de la universidad.
No te mentiré, tuve mis ligues, mis novias, mis noches de sexo, era un adolescente con mucha adrenalina dentro, y debía descargar tanta emoción. No te mentiré porque aunque destruí tu dulce corazón en muchos momentos nunca quise engañarte, pero, mejor dejemos eso para después.
Entré a la universidad de Nagoya para estudiar arquitectura, muy contra mi voluntad ya que no era algo que me apasionara realmente, lo mío era la música y sabía que si les decía eso a mis viejos me darían una patada en mi maldito trasero. Estudiaba casi sin ganas, aprobando, nunca fui mal estudiante y aunque era bastante travieso eso no significa que bajaran mis promedios.
Había pasado varios años en esa universidad hasta que recibí aquel llamado, Tetsu estaba desesperado, tenía una banda recientemente constituida y su guitarrista les había abandonado por diferencias con él con respecto al estilo de música que le quería dar a la banda, por lo cual necesitaba urgente un guitarra.
Yo había conocido a la banda hacía meses atrás, vi su destreza en el escenario y los admiré. Hyde era tan buen cantante y tenía una voz privilegiada y puesto a que era amigo de Te-chan, me vieron tocando en reiteradas ocasiones la guitarra y creo que les guste. No sé que me impulsó a aceptar, tal vez esa falta de adrenalina por probar algo nuevo, o el hecho del exceso de cafeína en mi cuerpo, quién sabe, sólo se que me tomé tres días, analizando todo, paso por paso y terminé aceptando cordialmente la oferta, pero la parte difícil era comunicárselo a mis padres, los cuales cuando les informé casi le dan un ataque de histeria a los dos, pude ver sus rostros y no eran nada lindos, estaban decepcionados, yo lo sabía, pero no quise ver la realidad, y tras dejarlos llorando por la mala ventura, me fui, me fui porque sabía que no querían verme nunca más y me hirió, me hirió que mis papás prefirieran un título que mi felicidad, ¡Si me tenía que morir de hambre con mi banda, qué me muera! Eran cosas que debía aprender por mi mismo, y a pesar de que era un adulto, aun me veían como aquel inmaduro que jamás razona y todo mi corazón estaba con Tetsu y su banda.
L'arc~en~ciel
¿Qué fue para mí esa banda? Fue tantas cosas, fue mi hogar, mi familia, mi vida, mis lágrimas, mis sonrisas, mi estima. Siempre me dijeron que mi defecto era hablar y que mi virtud era hablar, yo era él que más hablaba, pero también, era el que más escuchaba y por ello todos me venían a mí con sus problemas, sus inquietudes, sus preocupaciones.
Aún recuerdo cuando Pero me dijo que se quería ir, tal vez hice mal en dejarle que su corazón decidiera todo, ya que éste le dijo que se vaya, pero ¡Era lo único que se me ocurrió para ayudarlo! Aún así, la incorporación de Sakura le hizo mucho bien a mi vida, alguien que me escuchaba a mí y que hacía tan bien al grupo, que se acomplejaba perfectamente con nuestros perfiles y que daba todo de sí con la batería para ayudarnos.
¡Benditas las drogas qué lo sacaron!
Yo adoraba a Sakura, pero si él seguía en la banda jamás hubiera conocido el amor, el llanto y el dolor. Aún siguiendo con lo que decía y para no irme de las ramas de nuevo, Sakura llegó para imponer felicidad por lo cual cada uno tomó un rol en el grupo, Hyde era aquel seductor nato, con cara de niña e intenciones de hombre, Sakura era más el rebelde, el dark, el que se imponía a todo, Tetsu tomó más por el lado visual, luciendo extravagantes disfraces que para él eran moda, y yo ¿Yo? Pues como tú dices, pasé a ser "Ken-Hentai", el pervertido pero que le agregaba humor a todo.
Ya con nuestros roles definidos empezamos con la grabación de nuestro primer álbum, Dune. Todo parecía ir sobre rueda, en realidad sentí que tocaba el cielo, las bebidas, el cigarro y las mujeres nos llovía del techo como el dinero, la fama y las fans, pero todo acaba, todo tiene un final, todo termina, perdimos a Sakura.
Nunca lo vi, nunca supe que en realidad tenía problemas, nunca quise saberlo o estaba cegado por todo, no se que me pasó pero cuando menos lo espere, la noticia de Sakura había casi dominado el mundo, L'arc~en~ciel había desaparecido y junto a ello, Sakura se llevó nuestro nombre y ensució nuestro orgullo.
¿Los comercios? ¡Ya no querían vender nada de nosotros! Y es que ¿Cómo vender un muñeco de una banda dispuestas a las drogas? Y me dirás, ¿Qué banda no se droga? Al menos no queríamos dar esa imagen. El mundo se nos derrumbó, junto a la fama y el éxito, y ese tiempo inactivo estuvimos sin consuelo. Pensé que nadie nos haría salir del hoyo de la vergüenza, cuando apareciste.
¿Estabas iluminado o era yo que no quería ver que eras un simple mortal? ¡Ma' sí, si eras mortal o no! Para mi tus ojos tenían un brillo único, y aunque tu físico demostraba lo demacrado de los años, tu espíritu estaba intacto y tus ganas de ayudarnos me cautivo. Sacamos Niji con tu ayuda y ganamos un premio el cual no recibiste junto a nosotros, eras baterista de apoyo nada más.
En 1998 decidimos que era el momento de nombrate miembro oficial, sí amor, tú, el dueño de mi alma y mi corazón. Yukihiro Awaji, ese era tú nombre, ese era el nombre del ser con tanta luz que me hizo tan feliz. Eras tan callado, tan cerrado, tus ojos dejaban ver tristeza y desolación, sólo eso, y yo, siendo tan divertido como era, sólo con verte inundabas todo mi ser con tu encanto natural, con esa sonrisa pocas veces dada. No sabía del sufrimiento que probablemente padecías, nunca me quisiste decir que ocurría en tu mente cuando estabas triste tus primeros años de L'arc.
Poco a poco nos volvimos colegas y ¿Por qué no? Amigos, eras como aquel hermano mayor, y también como aquel hermano menor. Siempre tan callado y promiscuo, siempre tan atareado y sensato, siempre tan tú. Me cautivaste el alma, el espíritu con tu simple presencia, lograste ver en mí a través de aquella apariencia de chico hentai para sujetarte del verdadero Ken, un chico dulce y solitario que sólo busca el amor.
¿Nunca te conté de mi relación con la elevadorista? Jajaja que raro, pensé que sí. Ella era como tú, una persona bastante solitaria con ojos tristes y eso me cautivo de ella, pero a medida que fue pasando la relación y con el casamiento, la esencia se fue perdiendo, cosa que no me pasó contigo.
Empezamos a salir a comienzos del 99, tus ojos, tus manos, tu cuerpo, todo lo toqué, me sentía tan lleno, tan vivaz, tan completo cuando estaba contigo. Recuerdo como besabas este lunar en mi cuello después de que te hacía el amor, después de aquellos interminables roses. Tus gemidos eran únicos como el contoneo de tu cuerpo bajo el mío, besaba y acariciaba tu piel todas las noches, a veces pedía hacerte dos veces el amor en una misma noche y es que eras como los cigarros, eras adictivo.
¿Qué ironía, eh? Los cigarros terminaron matándote a ti más que a mí.
Fue entonces cuando sucedió. No recuerdo la fecha pero ella apareció en mi vida y todo volvió a ser luz, aunque, ya de por si mi vida lo era a tu lado, pero no podía ver lo nuestro como un verdadero amor, lo veía como una aventura, aunque en el placer del momento te decía "Te amo" tú sabías que era una expresión de placer y nada formal.
Mientras hacía el amor con ella pensaba en ti, ¿raro no? Y Aunque para mi eras una aventura, siempre estaba presente tu cuerpo en mi piel, tu aroma que era más dulce que cualquier otro, pero no me daba cuenta.
Te hice sufrir, y me arrepiento tanto amor, tanto de ver aquellos ojos tan dulces derramando lágrimas por mi estupidez. ¡Lo siento tanto! Cómo pude ser tan cruel con un ángel tan hermoso, cómo pude engañar a ese dios, a ese ser repleto de luz, jamás me lo perdonaré ¡Jamás!
Nos sacaron fotos, lo sé, y fueron vistas por ti, ¿Aun recuerdas todo lo que me gritaste? No tienes que pedirme perdón ¡Nunca! Yo soy el que debe disculparse por mi estupidez, porque fui yo quien ha roto tu corazón.
La separación de la banda hizo que recapacitemos sobre nosotros, en realidad te necesitaba ¡No a ella! Sino a ti, ¡A ti!
¿Alguna vez lloraste por amor? ¡Yo sé que si! ¡Por mi maldita culpa! Pero también debes saber que todas las noches sin ti lloré, lloré de lo estúpido que fui con todo esto, lloré por lo incompetente que soy, por lo inútil, lo idiota que he sido en los cincuenta años que estuvimos juntos.
¡MIERDA! Y ¡LA RECONDRA MIERDA! Cómo desearía que todo volviera atrás, y nunca dejarme caer por sus encantos asesinos, nunca te habría hecho sufrir y todo ese tiempo separados no lo hubiéramos desperdiciado, estaríamos juntos, amándonos de más de una manera.
¡No eras sólo sexo! ¡Nunca lo fuiste! Sí piensas lo contrario te golpearé, aunque, estés ya muerto.
¡MIERDA DE DESTINO! Lo llevaste antes para hacerme sufrir ¿No? Lo merezco, lo sé, aun así me hubiera gustado decirle tantas cosas, pero, si existiera el hubiera o hubieses, no sería simplemente eso, sería algo más. ¡MIERDA DE VIDA! ¿Por qué te lo llevaste? ¿Por qué no me dejaste decirle un TE AMO sincero? ¿Querías verme sufrir? Pues aquí lo tienes, estoy sufriendo, estoy llorando, soy un viejo triste y amargado sufriendo mi desventura. ¡Cincuenta años tuve! ¡Cincuenta años me dio el señor de arriba! Y los desperdicié por idiota.
Hace años te me fuiste, tanto tiempo juntos, tanto tiempo que pasó tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos, ¿Recuerdas, amor, cuándo íbamos al parque? Teníamos cuarenta y muchos años pero seguíamos jugando como niños de primaria. ¿Recuerdas cuándo compramos esta casa? ¿Cuándo te pedí vivir juntos? Eras tan feliz, se notaba en tu rostro, perdonabas todo lo que te hiciera, si te dañaba en el sexo, si te engañaba o si en una borrachera te abofeteaba, siempre me perdonabas, con una sonrisa, y yo al día siguiente te imploraba perdón sincero, y tu perdón siempre fue sincero.
Sabes Yukki, me estoy muriendo, me muero lentamente, en cuerpo y en alma, pero quiero que tu me lleves, no importa si voy al infierno y tu al cielo, yo te iré a buscar, estaremos juntos mi ángel, mi angelito, mi dios, mi corazón, mi alma. Yukki, amor, te estoy viendo, veo una luz hermosa, eres tú, amor, en mi maquina de escribir y con los anteojos puestos te veo, estas joven, estas hermoso, cómo siempre amor, cómo siempre, te extrañé tanto, te extraño tanto, quiero que me lleves contigo.
Quiero regalarte mis últimas palabras, mis últimos pensamientos, mis últimas memorias. Quiero que todo sea tuyo Yukki, cómo todo lo tuyo fue mío.
Hyde, Tetsu, Sakura, Ein, tanto amigos he tenido, pero Yukki, a pesar de todo esto que viví, que vivimos juntos, quiero decirte mis últimas palabras, mis palabras más sinceras Yukki.
Te amo.......Te amo con locura amor, nadie es en este mundo más importante que tú, que tus recuerdos, te amo amor, te amo muchísimo, te amo demasiado, y este amor me esta matando, me mata Yukki, me mata porque no estas conmigo.
Estoy viejo Yukki, y ya no doy para pelear por un nuevo amor, y tampoco quiero, porque mi día especial es el día que te conocí, que mis ojos se iluminaron por tu presencia.
Te amo Yukki, y quiero que todos lo sepan, quiero que todos lo sepan siempre y que graven a fuego vivo que eres mi único amor, que siempre lo serás y que aunque mi cuerpo muera mi alma no parará hasta tenerte de nuevo, hacerte el amor millones de años más, y decirte lo que nunca pude decirte Yukki, y aunque me dieran una eternidad no podría expresar todo lo que siento por ti.
Te amo amor, Te amo Yukki, te amo Yukihiro Awaji, te amo...
Ken Kitamura.
Ken cerró los ojos, con el escrito aun en la maquina de escribir, a pesar de que existían las computadoras quería hacerlo como un verdadero artista, allí, se quedó dormido para siempre, allí concluyó su vida, allí entregó todo al destino.
Al día siguiente Tetsu y Hyde dieron a publicar aquella nota y la muerte de Ken.
Fin.