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Silencio Se Rueda por AthenaExclamation67

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SILENCIO SE RUEDA

By AthenaExclamation67

 

“El Actor”

 

-          ¡CORTEN, ES BUENA! ¡A REVELAR!

Gritaba alguien y se daba por terminada aquella escena y el rodaje de la película.

Tanta hipocresía, tanta falta de honestidad, por que la gente se ocultaba de su forma de ser, se preguntaba. Estaba harto de las falsedades de la gente.

Dante, pensaba que él solo estaba interpretando ese papel, que su vida, la cual era realmente cómoda, un hombre normal, el cual llevaba una vida también normal, para él todo era más fácil.

Pero que entendía él por “normal”. Quizás un hombre “normal”, es aquel que sale con mujeres, las hace suyas para después desentenderse, carente de responsabilidades, el perfecto galán.

Actor, cabello precioso, ojos hermosos y cuerpo escultural. El perfecto italiano, seductor, nunca seducido, que arrebata el corazón de todas las damas sobre las que posa sus garras.

Le fastidiaba tener que interpretar a alguien tan débil, sumiso e indeciso, sin carisma ni personalidad. El cual no sabía a su parecer si le gustaba la carne o el pescado, el azul o el morado, al igual con su identidad sexual, tenía miedo de “Salir Del Armario”, no sabía como confesar su recientemente adquirida atracción por los hombres.

Eran sumamente diferentes, él siempre hacía lo que quería y cuando quería, si veía algo que le gustaba, se lanzaba a por ello o se limitaba a cogerlo, no le importaba nada ni nadie, solo se limitaba a conseguirlo y si tenia que llevarse a alguien por delante le daba igual, lo que hiciera falta para conseguir sus propósitos. Si estaba plenamente convencido, nada lo detenía.

-          ¡Dante! Le gritó el director. – Te esperan en tu camerino.

-          ¡Vamos no me jodas! Alegó. – Podríais avisar con más tiempo. De que se trata. ¿Otra entrevista estúpida, con algún mamarracho de periodista?

Una muestra más de prepotencia, no le preocupaba meterse con nadie, no iba a ser menos su propio director y mucho menos un periodista, según él, mediocre.

Se dirigió a su camerino con mucha parsimonia, sin prisa, total, no tenia ninguna gana de llegar y responder a las preguntas estúpidas y absurdas del afortunado que tuvo la suerte de conseguir la entrevista con él.

-          ¿Tienes novia?, ¿Te gusta  tu papel?, seguro que me va a hacer ese tipo de preguntas el “Paparazzi” de turno. Vaya tarde me espera. – Se repetía internamente.

“El Periodista”

Había llegado hacía ya un rato, observaba todo con sus hermosos ojos azul cielo. Los escenarios, las luces, todas aquellas cámaras, la cantidad de cables que rodeaban todo le parecían una maravilla, ante todo aquello, quién podía resistirse a soñar ser algún personaje que seguramente había corrido por aquellos sets llenos de magia y fantasía dónde cada actor podía ser lo que deseara, un fuerte guerrero, un atleta, un sabio, o quizás un amante de novela romántica.

Solo con imaginárselo podía evadir su mente y volar hacía un mundo de fantasía donde olvidar ese mundo horrible en el que lamentablemente vivían.

Así era él, Anders, fantasioso con lo que fuera, dulce y amable pero decidido a la vez, no le gustaba dañar a nadie pero tampoco se dejaba avasallar, no consentía a la gente prepotente y creída que pensaba que todo el mundo debía estar a sus pies.

Detestaba a la gente arrogante y presuntuosa, que miraba a todo el mundo por encima del hombro.

De gusto exquisito, muy atractivo, las mujeres caían a sus pies, refinado en sus gustos y de buen carácter, sabia muy bien como tratar a las personas.

-          Buenas tardes. Gracias por invitarme a venir – dijo entusiasmado. Es magnifico todo lo que tienen aquí. Mi nombre es Anders.

-          Para nada Sr. Anders. – Le dijo el director. El gusto es mío y también nos dará publicidad, vale la pena decir.

Ambos chocaron las manos y el director le acompañó hasta el camerino del actor que debía entrevistar, el hombre amablemente contestaba a todas las dudas y preguntas que tenía, los decorados, las luces, accesorios y demás que por allí habían hasta que llegaron a la puerta y el director le indicó que podía esperar en el interior del cuarto mientras terminaban de rodar la escena.

Cuando se encontró allí solo, sintió por un momento que la entrevista que iba a realizar no iba a ser para nada sencilla, no le habían hablado nada bien de ese hombre. Prepotente, arrogante, creído, esas eran algunas de las mejores palabras que podía recordar que le habían dicho algunos amigos suyos también periodistas que habían tenido la “fortuna” de entrevistarlo. La tarde no se presentaba fácil.

“La Entrevista”

Llevaba ya un rato esperando inquieto, no quería hacer caso a las habladurías de sus amigos pero definitivamente la puntualidad no era una de las virtudes del susodicho actor.

Decidió ponerse a curiosear, nadie lo vigilaba y tampoco iba a hacer nada malo, solo echar un ojito por aquí y por allá, que mal hacía… Era un cuarto precioso, muy bien decorado, no le faltaba el más mínimo detalle, como si cada actor, cada personaje que hubiera pasado por él hubiese dejado su esencia en aquel lugar.

Se sentía embriagado por las sensaciones que invadían su hermoso cuerpo. Las vibraciones que emanaban de las paredes le alcanzaban de manera sin igual, de pronto se vio interrumpido por un golpe seco que lo sacó de aquel estado.

¡BLAM!

-          Hola – Se dijeron a la vez.

Un silencio sepulcral recorrió el lugar, ninguna otra palabra salió de sus bocas por unos instantes. Así fue la presentación. Ni palabras amables, ni nada fuera de lugar, solamente una situación tensa e incomoda.

No hubo apretones de manos, ni saludos agradables, solamente un simple ¡hola! Y una fría mirada por parte de ambos para dejar claro que ninguno de los dos quería estar allí.

Anders quería terminar pronto con aquella situación sumamente incomoda, no se lo pensó dos veces y fue directo al grano. Se metió de lleno en la entrevista, no tenia pensado hacer ningún tipo de pregunta estúpida, así que la conversación sería rápida, tampoco esperaba que aquel tipo le fuera a dar las respuestas que el consideraba adecuadas.

-          Bien – dijo. ¿Puedo sentarme o tendré que permanecer que permanecer en pie toda la entrevista?

Dante suspiro enfadado, lo suficientemente fuerte para que su acompañante loo escuchara. Tomo dos sillas y las puso frente a frente, se sentó y refunfuño…

-          ¿No querías sentarte? – Dijo riendo para si mismo.

Una sonrisita maliciosa se dejo ver en su cara. Anders tomo asiento resignado y lanzó la primera pregunta sin ambages.

-          ¿Qué te llevó a aceptar este tipo de papel?

Dante quedo sorprendido por el tipo de pregunta, sin rodeos, parecía que ni iba a ser el estilo de cuestionario que el pensaba. Quedó pensativo por unos segundos y comenzó a hablar.

-          Verás – dijo. Este papel representaba un gran reto, nunca tuve que representar a alguien tan diferente a mí, por no decir que mis compañeros son todos unos grandes actores y un director como pocos hay. El guión es excelente; yo interpreto a Michael, el ayudante del gabinete de un senador que se presenta a las elecciones y se ve envuelto en un escándalo cuando sale el rumor de que el candidato a la presidencia puede estar viéndose con uno de sus empleados obligándolo a mantener la relación en secreto para no perjudicarlo en su candidatura ni en su matrimonio. Creo que es un gran argumento.

Asombrado. Así era como se sentía al ver hablar al actor, radiaba un brillo de sus ojos que nunca hubiera imaginado y sus palabras eran elocuentes y con sentido, nada superficiales.

-          ¿Como te definirías a ti mismo?

Otra pregunta sorprendente, que no tardó en contestar.

-          Decidido, apasionado en lo que hago, siempre consigo lo que quiero y a quien quiero. Sincero y siempre digo las cosas a la cara, lo cual suele molestar, ¿defecto?, quizás, pero al menos, no me dirán que no digo las cosas de frente. - ¿Y tú como te definirías a ti mismo?

Esa pregunta lo pillo por sorpresa, se había perdido en los ojos de Dante, estaba maravillado por el brillo que desprendían.

-          Creo que eres un prepotente – le dijo.

-          No te pregunté que pensabas de mí – contestó. Eso lo suponía, lo que quiero saber es como eres tú.

Todavía quedó más sorprendido, no le importaba para nada demostrarle lo arrogante que era, no podía dejar de mirarle a los ojos, tratando de adivinar lo que quería saber de él. Sin más le contestó.

-          Bien, ya que lo quieres saber – añadió, te lo diré. No soy arrogante como tú, ni creído, no me gusta dañar a la gente ni abusar de su confianza.

-          Me parece perfecto que te defiendas – interrumpió. Pero yo estoy respondiéndote con total sinceridad y creo que podías responderme, no es tan complicado.

Anders se sonrojó, tenía razón, no le estaba respondiendo directamente, así que se decidió a contestar.

-          Soy una persona de costumbres sencillas, me gusta dar consejos, ser amigo de mis amigos, amable, quizás soy demasiado bueno y la gente abusa un poco de mí a veces. Sensible, decidido, no sé…

Escuchaba atentamente la explicación, se sentía atraído por la conversación, había algo en aquella dulce voz que lo cautivaba.

Ambos se sorprendieron mirándose el uno al otro y rápidamente desviaron la mirada.

-          ¿Que opinas de la doble moral? – Preguntó para salir de aquella pequeña y embarazosa situación.

-          Creo que hay gente muy falsa – explicó. La vida sería mejor si todos fueran más sinceros, las personas deberían encarar la vida sin temor a aceptarse tal y como son o del que dirán. Al que no le guste que no mire y punto. Al final lo que debe importarnos es sentirnos bien con nosotros mismos y no lo que piensen los demás. Creo que eso es muy importante, al menos para mí.

Que directo, pensó, no tardó ni un segundo en contestar, pero en el fondo tenia razón, la sociedad seria mejor si tratáramos de ser mas sinceros en lugar de ir por la vida con dos formas de pensar o con dos caras.

-          ¿Quiere tomar algo Sr. Anders? – preguntó

-          ¿Qué? – se extrañó. Claro, un café estaría bien, solo, gracias. ¡Ah! Y llámame Dita, si quieres, es mi nombre de pila.

-          Um, que original – dijo. A mi puedes llamarme Mask, todos me llaman así.

-          ¿Puedo preguntar porque? – acotó.

-          Me dicen así – explicó. Por que toda la gente que me conoce realmente dice que llevo una mascara a modo de protección, que cuando me conoces por primera vez soy arrogante y prepotente, pero una vez me abro a la gente, y me quito la mascara y me muestro tal y como soy, parezco una persona completamente diferente, una persona mejor.

Mientras explicaba esto se levantó para preparar ambos cafés y los sirvió en una mesilla auxiliar que estaba cercana a ellos.

Dita, había quedado embobado con aquella explicación, embelesado por la facilidad de palabra y la capacidad de contestación que tenía el ser que ahora volvía a sentarse frente a él. Mask puso una mano sobre su hombro y lo agito un poco para sacarlo de su mundo.

-          ¿Dita, estas bien? – preguntó.

El joven periodista empalideció, una descarga eléctrica recorrió su cuerpo con aquel contacto.

-          Si, si – se limitó a responder, continuemos con la entrevista.

-          ¿En que te inspiras cuando tienes que rodar una escena de carácter dramático?

-          Pues lamentablemente, algo que siempre me funciona – relató, no es muy agradable de contar. Me acuerdo de mi madre y lo mal que se debió de sentir el día que mi padre la abandonó estando embarazada de mí, dejándola sola, esto me lo contó siendo yo muy joven. Y todas las dificultades que debió de pasar para criarme ella sola, o cuando sus padres, mis abuelos pensaron que volvería al hogar familiar, humillándose para pedirles limosna y siempre me trataron como un bastardo, pero ella siempre salió adelante sola y sin ayuda de nadie, luchando contra todas la adversidades, hasta que un día una enfermedad terminal la apartó de mi lado para siempre siendo yo aún todavía un poco joven. Por eso quizás soy así.

Los ojos de Mask se aguaron de forma casi imperceptible aunque Dita si lo notó y tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para contenerse y no ponerse a llorar allí mismo. Aquella historia era demasiado para una persona tan sensible como él.

-          Perdona – dijo, no debí preguntarte eso.

-          Tranquilo – musitó. No te preocupes, continua.

La situación se volvió un poco tensa, al menos a él se lo pareció. Sin más lanzó la que sería la última pregunta.

-          ¿Cuál es la escena que más te costó rodar?

-          Pregunta fácil – dijo sonriente. Verás…

<< Flashback >>

El candidato hizo que su ayudante Mike le llevara unos documentos a su despacho privado para que estos fueran revisados y firmados.

Cuando el joven llego, saludo cordialmente a su superior.

-          Buenas tardes senador Shura. Aquí tiene lo solicitado.

-          Hola Mike – le dijo guiñándole un ojo.

Shura miró al muchacho sin perder detalle de su magnifica figura, se levanto de su silla y puso sus manos sobre las caderas de su ayudante.

-          ¿Qué hace señor? – preguntó confundido.

No le contestó, se abalanzó sobre su boca y le robó un beso, el primero, al menos el primero que le daría a otro hombre.

-          ¿¡Shura?! – Dijo en tono confundido. Que hace, y su mujer, sus hijos, usted se pasa el día repitiéndolo y yo no se si…

-          ¡No sabes que! Niño asustado – respondió con firmeza, he visto como me miras, me comes con tus ojos, puedes negarlo, pero se que me deseas igual que yo a ti.

Todo lo que decía era cierto, sí, tenía dudas, pero que clase de hombre era él, realmente le gustaba o solo le estaba seduciendo, era un simple “polvo” o quería algo con él. Pero estaba seguro de que lo deseaba, ese hombre lo atraía tanto, un hermoso cuerpo, cabellos castaños, ojos pardos, muy atractivo, era difícil no dejarse envolver por el magnetismo que desprendía.

Le volvió a besar más intensamente a la vez que le desposeía de sus ropas y todas sus dudas se disiparon, se entregó a la realidad de la verdad que todos aquellos días lo estuvieron atormentando y se dejó llevar por la pasión, dejándose poseer por aquel hombre que tanto le atraía, que tanto le gustaba, que amaba ya sin ninguna duda ni pesar en su alma, por fin había abierto los ojos a su realidad, siempre que había estado con mujeres había disfrutado, pero inmediatamente después se había sentido vacío, esta vez era diferente, se sentía completamente feliz.

-          ¿Me amas? – preguntó mientras le hacían el amor salvajemente.

-          Como no amarte – contestó. Si eres perfecto.

Cuando el candidato se corrió volvió a vestirse y Mike hizo lo mismo, busco su boca para besarle pero unos golpes en la puerta los interrumpieron. Después de que el intruso se marchó, Shura, le explicó que debían mantener la relación en secreto, lo cual Mike resignado, aceptó. Si lo amaba tal y como le decía, ¿Por qué debían esconderse?

<< Fin Flashback >>

Mask  quedó mirando a su acompañante que lo observaba expectante…

-          ¿Y? ¿Qué más? ¡Dime! – preguntó.

-          ¡Vaya! Sonrió. Se te olvidó decir que eras curioso.

El muchacho reía a carcajadas.

-          En realidad – explicó, la que más me costó rodar fue la escena final, pero si te lo contara, tendría que matarte.

Esta vez los dos rieron por los descosidos, el ambiente ya no era el del inicio de la tarde, todo era relajado y normal. Ambos estaban disfrutando de la velada.

- TOC, TOC –

-          Disculpad chicos – interrumpió el director. Son más de las nueve de la noche y deberíamos de pensar en ir cerrando. Mask, aquí te dejo las llaves, cierra tú ¿vale?

El muchacho asintió y con un gesto cariñoso se despidió de su director hasta el día siguiente.

-          ¡Vaya! – Exclamó Dita. Las horas vuelan cuando se esta pasando bien. Ya es hora de irse.

-          Si es cierto – añadió Mask. Espero que tengas material suficiente, ha sido un verdadero placer conocerte.

-          Lo mismo digo, la verdad que será un reportaje excelente. Iré a ver la película para saber el final.

Los dos se levantaron a la vez y se sonrieron, la velada había sido mucho mejor de lo que ellos esperaban. Ambos se habían echo a la idea de pasar un rato desagradable y ahora se sentían contentos por haberse equivocado, los dos se dirigieron a la puerta del camerino y se estrecharon las manos y se miraron a los ojos.

Miles de escalofríos invadieron sus cuerpos, sentían mariposas en sus estómagos, Mask estiró fuertemente del brazo a Dita y lo atrajo hacia su cuerpo, lo abrazó y lo besó, un beso que fue correspondido, pero no por eso lo dejo menos confuso. Cuando pudo reaccionar y comprender lo que estaba pasando, sus ojos, estaban completamente abiertos y humedecidos por las lágrimas, su pecho agitado y su cabeza totalmente confusa. Empujó fuertemente a Mask lejos de él y le cruzó la cara con una bofetada, dejándolo solo en el camerino con la compañía del eco del portazo, el calor de la bofetada en su mejilla y con la excitación en su cuerpo.

“Encuentro”

Los días pasaron pero la angustia, la ansiedad, las dudas recorrían toda su mente, no sabía porque había correspondido aquel inesperado beso. A él no le gustaban los hombres, pero como le había gustado, todavía sentía el calor de los labios de Mask sobre los suyos, la sensación y el calor que invadió su cuerpo mientras le besaba y le atraía hacía él, cuando le abrazaba, se encontraba completamente confundido.

Caminaba cabizbajo sin rumbo fijo, en dirección a ninguna parte, buscaba algo que hacer, la filmación había terminado y ya no sabía como entretenerse. Los recuerdos de aquella tarde le atormentaban, no podía borrarlos de su mente, al estrechar la mano de Dita sintió el impulso de besarlo y sin dudarlo un segundo lo hizo, pero por qué, se preguntaba una y otra vez, toda la tarde durante la entrevista se había sentido atraído hacia él, esa preciosidad de cabellos y ojos azules, sumamente atractivo, sensible y que no le juzgó a pesar de lo que ya había oído de él.

Su conversación le atrapaba, le absorbía, ¿el habría sentido lo mismo? Que estaba pasando, nunca se había encontrado en esa situación, pero Dita le mantenía el cerebro ocupado, no podía dejar de pensar en él, en como le gusto besarlo y como le gustaría volver a verle, sin darse cuenta, tropezó con alguien y le hizo caer al suelo.

-          ¡¿Oh?! Perdón – se disculpó Mask.

Cuando se agachó para ayudar al individuo que había tirado al suelo quedó perplejo, sorprendido, sus ojos se iluminaron.

-          ¡Dita! – exclamó.

Inmediatamente ayudó al joven periodista a levantarse. La sonrisa no le cabía en la cara y sus ojos brillaban más fuertes que el sol.

-          Yo… lo siento – se explicó, no miraba por donde iba, estaba completamente distraído.

-          No te preocupes, estoy bien.

Ambos quedaron mirándose por largo rato, observándose, admirándose mutuamente hasta que Mask se decidió a hablar.

-          ¿Oye Dita, tomamos un café? Creo que deberíamos hablar.

-          Emm Mask… Yo ahora no puedo – trataba de zafarse.

Mask se sintió mal, en realidad él había sido el atrevido, él quería arreglar la situación y aclarar lo sucedido, pero también Dita estaba en todo su derecho de negarse. Se entristeció, se dio la vuelta no sin antes despedirse y emprendió su camino.

-          ¡Mask, espera! – le gritó. Conozco un café aquí cerca, preparan un “capuchino” excelente, si quieres vamos hasta ahí y hablamos.

El chico suspiró aliviado, ya lo daba todo por perdido y justo cuando se estaba por rendir se prendió la lamparita.

-          Claro, donde quieras – exclamó exaltado.

Dita señalo la dirección del lugar y ambos empezaron a caminar. Ninguno hablaba, caminaban mirando al suelo sin hablarse, mirándose de reojo cuando creían que el otro no miraba, pero nada más. Un par de veces estuvo tentado a tomarle de la mano en ese continuo vaivén cuando caminaban, pero Mask se lo pensó mejor, a situación era tan tensa que el aire podía cortarse con un cuchillo.

 

De pronto, un rayo surcó el cielo y se puso a llover, fue una tormenta corta pero intensa, ambos quedaron empapados de pies a cabeza. Dita miró a su acompañante parecía un cachorrito mojado, trataba de arreglar sus cabellos y ropas pero no lo lograba, se expulsaba el agua y aquello le causó mucha gracia. Sin poder remediarlo se puso a reír.

-          Se puede saber que te hace tanta gracia.

-          ¡Tú! – le dijo. Pareces un pollito mojado.

De la risa pasó a la carcajada.

-          No creas que tú te ves mejor. Acotó.

Al segundo también se echo a reír, parecía que el ambiente se iba relajando.

-          Oye, yo vivo aquí cerca – explicaba. Podemos subir y cambiarnos de ropa, tomamos algo y hablamos tranquilamente, ¿te parece?

-          Claro, si a ti no te importa – su corazón empezó a latir rápido y fuerte.

Cruzaron la calle y entraron en un edificio moderno con puertas de cristal, se dirigieron al ascensor y entraron en él. Subieron hasta el ático y entraron directos al apartamento, hermoso y decorado con mucho gusto, no se podía describir de otra manera, amplio, de grandes ventanas y muy bien iluminado.

-          ¡Vaya! Te ganas bien la vida para poder mantener esto – observó impresionado.

-          Sip. Soy bueno en lo que hago.

-          Ya lo sé, a mí lograste impresionarme – le dijo guiñándole un ojo.

Dita le dio ropa seca y le señalo donde estaba el baño para que pudiera cambiarse. El fue a su cuarto e hizo lo mismo.

-          Yo ya terminé, voy a la cocina a preparar café, cuando termines ve para allí, estas en tú casa.

Caminó por el pasillo y observó que Mask no había cerrado bien la puerta, inconscientemente se descubrió a si mismo mirando como Mask se cambiaba de ropa, su espalda parecía fuerte y robusta, tan sensual, un extraño calor invadió su cuerpo y sintió como el rubor se hacia presa de sus mejillas. Agitó su cabeza pensando en lo que estaba haciendo y siguió el camino que llevaba sin poder olvidar el cuerpo que acababa de ver.

Mask asomó la cabeza por el hueco de la puerta y observo atento como Dita preparaba los “capuchinos” y también algo de comer, lo acabó de preparar todo y lo coloco perfectamente en una bandejita para llevarlo a la sala.

-          Sabes – exclamó. Voy a explicarte el final de la película, quiero ver la cara que pones cuando sepas el final.

Dita se sobresaltó, no lo esperaba y casi tira todo al suelo de la cocina.

-          Si, que bien – respondió excitado. Vayamos a sentarnos y me cuentas.

<< Flashback >>

Todos en la oficina se olían algo, veían los continuos ir i venir de Mike al despacho del senador, pero un día todo cambió, algo no estaba funcionando.

-          Shura, pero, por que debemos ocultarnos, si me amas, deja a tu mujer y ven conmigo, viviremos juntos.

-          Pero que estas diciendo, que lo deje todo, mi carrera, mi mujer, mi vida, todo por lo que he luchado por que, ¿por ti?

Los ojos de Mike se llenaron de lágrimas.

-          Pero tú me amas, ¿o no es así? ¿Me has estado utilizando todo este tiempo?

-          Mike muchacho, eres hermoso, pero no pensarías en serio que lo iba a dejar todo por ti, ¿verdad? Hubiese dicho cualquier cosa con tal de poder poseerte. Eres perfecto.

-          Pero… Yo te amo, me enamoré de ti y tu solo me utilizaste, que tonto he sido. Fui un juguete para ti.

El joven ayudante salió del despacho del senador llorando desconsolado y nunca nadie más volvió a saber de él.

Unos días antes de las elecciones, en un periódico con gran tirada nacional, recibió una carta anónima donde relataba todos los vicios y secretos ocultos del senador Shura, haciéndole perder las elecciones, la credibilidad y todo lo que poseía.

<< Fin Flashback >>

-          ¡¿Oh?! Que hijo de su madre – exclamó. Pobre chico, pero se vengó de él a que si. ¿Fue él el de la carta? Y pobrecito, se había enamorado de él…

-          Si Dita, como yo de ti.

El chico se quedó sin aliento, su corazón empezó a palpitar rápidamente, sus ojos se fijaron en los de Mask, reflejaban sinceridad, pero como, había escuchado bien, ¿esta enamorado de mí?

Dita se lanzó encima de Mask y tomó sus labios en un tímido y calido beso, no sabia lo que estaba haciendo, nunca había besado a otro hombre, pero ya no tenía dudas, menos después de lo que acababa de escuchar, se separó un poco para observar el rostro de la persona a la que estaba besando y se sorprendió al ver que estaba con los ojos cerrados, cuando Mask sintió de nuevo que podía hablar los abrió y ambos se miraron.

-          Dita, no sabes cuanto he anhelado esto, desde lo mas profundo de mi ser.

-          Yo también Mask, trataba de engañarme a mi mismo pero no pude negar lo que sentía mi corazón.

El resto de las palabras y explicaciones sobraron, los dos jóvenes se entregaron a un nuevo beso más intenso, Mask se atrevió a profundizar un poco más e introdujo su lengua en la boca de Dita, aquella nueva sensación parecía gustarles y no pararon ahí, lentamente empezaron a desvestirse, se entregaron a un nuevo mundo de caricias para ellos, amándose tímidamente y sin complejos, explorándose y explorando cada uno de los rincones de sus cuerpos, sitiando y haciendo sentir que ya nunca nadie les volvería hacer experimentar todo aquello que en esa noche estaban sintiendo. Amándose hasta caer exhaustos como si fuera el último día de sus vidas y nunca pudieran volver a encontrarse juntos en ningún otro momento.

El sueño se apoderó de ellos y ambos durmieron hasta tarde. Dita despertó envuelto en unos fuertes brazos y observo como Mask dormía placidamente, recordaba todo lo que había sucedido aquella noche, como se habían besado, como le había tocado partes de su cuerpo que antes solo habían tocado mujeres, como por primera vez había sentido como entraba en su cuerpo sintiendo que le desgarraba por dentro, pero lo había disfrutado tanto también, la delicadeza con la que lo había tratado, nunca hubiera imaginado que se podía experimentar tanto placer.

Se ruborizaba con solo pensarlo y se excitaba también al pensar como después de descansar un rato, había sido él el que había poseído a Mask sintiendo el mayor de los placeres que jamás con una mujer había logrado alcanzar. Estaba sumido en sus pensamientos, tanto, que ni cuenta se dio que Mask se había despertado y observaba sonriente lo distraído que estaba acurrucadito en sus brazos.

-          Hola, buenos días, ¿tienes calor? Veo que estas muy colorado.

-          ¡Ups! Me pillaste, estaba recordando esta noche – el chico se puso aún mas colorado.

-          ¡Hay! Picarón. ¿Quieres repetir?

El joven periodista se sentó muy serio en la cama y preguntó con angustia en su voz…

-          ¿Que pasara ahora Mask, no serás Shura para mi, verdad? – su semblante había cambiado.

-          Jamás te haría eso – le dijo muy serio. Me oíste bien. JAMÁS. Buscaré un lugar para vivir por aquí y empezaremos una relación, no podría alejarme de ti.

-          Bueno… no hace falta que busques, si quieres puedes quedarte aquí.

Ambos se miraron fijamente a los ojos y sellaron el acuerdo con un apasionado beso, para después recordar y rememorar los momentos vividos aquella noche.

 

 

- Fin -


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