Ahí estaba de nuevo...
El cabello revuelto le caía por su rostro cubriendo sus orbes olivas... So torso estaba cubierto por una sudadera negra, con adornos en color plata... Era guapísimo, que va, guapísimo no alcanzaba, era tan… Era tan irresistible.Yo solo alcanzaba a ver tal perfectura de hombre desde la ventana del viejo consultorio de la doctora Manilow, en el quinto piso del Central Hospital, en la avenida 15, del Wallstreet... La doctora era una buena persona, sabía secretamente de mi afición y sin embargo, a pesar de tener mucho trabajo y pacientes, me dejaba aunque sea unos momentos, contemplar a aquel chico a la misma hora cada día… Y se lo agradecía grandemente, aquello era ya casi una rutina por así decirlo...
Mi cabello rubio caía por los bordes de mi rostro, mis delgados brazos se dejaban descansar en el marco inferior de la ventana, mientras mi mentón se apoyaba en éstos, dejándome así en mi muy repetida posición, aquella que me dejaba mirar claramente por el cristal.
Eran ya las 4:15, el llegaba recientemente, y yo... Y mi corazón... Estábamos agitados a la par...Era él... Estaba allí como cada tarde... Era... Era como si fuera una cita, solo que una calle y varios autos nos separaban... Al igual de que... Nos separaba el hecho de que... No nos conocíamos... De hecho, solo yo le conocía a él... Sabía que le gustaba la literatura… Sabía que estudiaba lenguas modernas… Su bebida favorita era el capuchino con chispas de chocolate y poca espuma… También sabía, que le gustaba estar solo cuando leía, en especial cuando se encontraba profundizado en aquel viejo libro de mitología, porque si, otra de las cosas que sabía de él es que aspiraba conocer las diversas mitologías del mundo… Yo… Sabía tanto con tan solo observarle… Había aprendido mucho de él…
Y como les decía…Yacía en la misma mesa de aquel Café, en la acera siguiente a la calle donde se encontraba mi trabajo... Cabe decir que ya llevaba yo unos 4 meses de practicante en el hospital, y me encargaba de asistir en el área de pediatría... Aunque frecuentemente me colaba por otros dominios, queriendo aprender más... Ser un gran médico... Sí, esa era mi meta... Y bueno…
Aquel chico, aquel chico que me volvía loco, si, había sido una tarde que, me había tocado cubrir el turno del asistente de la doctora Manilow... Y, tras dejar a mi hermano en el colegio, lo cual no acostumbro hacer a menudo, llegué con un elegante retraso de casi media hora, lo cual sabía que me iba a costar caro... No solo por llegar tarde... Si no, por la cantidad de pacientes sin atender... Heché un largo sus piro mientras caminaba por la acera, a dos edificios de llegar al trabajo... Y entonces, oí una risa familiar, y luego, escuché mi nombre, debía suponerlo, era Danneh...
-"¡Hey Joel!"-Llamó la voz, y en eso volteé y me topé con ella, Danneh, mi compañera de trabajo, ella estaba en el dominio de Neurología, cuanto le envidiaba…
Llevaba su rojizo cabello en dos tiernas colitas, una a cada lado de su rostro, posadas sobre sus hombros, sus ojos castaños siempre tan vivos, y esa sonrisa adornada por sus mejillas llenas de pecas...Debía de admitirlo, Danneh era una niña linda.. Lástima que yo no era de esas preferencias...
-"Que suerte encontrarte aquí Jo... En verdad pensé que debería enfrentar mi tercer retraso en esta semana sola... Gracias..."-
-"Bah, no agradezcas, es el destino..."-Sonreí.
Si el destino, el mismo que... Me llevaría a conocerle...
Caminamos un par de cuadras antes de estar a unos cuantos negocios del gran hospital, caminaba tranquilo cuando sentí que jalaban de mi remera, y claro, era la pelirroja, quien ahora se sonrojaba y veía hacia le otro lado de la banqueta..
-"Mira Joel..."-Musitó bajito como si fuera un secreto, para luego señalarme un grupo que caminaba animado, al parecer de puros chicos.. Sonreí tratando de no escapar mi risa, Danneh siempre ponía una mueca chistosa al ver a algún muchacho que le agradase... Y era muy divertida...
Pero entonces, mirando como me ordeno la chica, posé mi mirada en el castaño... En... Él...Ahí le miré por primera vez, sentía como el cuerpo se me erizaba de un solo tiro, que una sensación fría inundaba mi ser y luego.. Calidez... Sentía la calidez y el sonrojo en mis pálidas mejillas... Ese... Fue el momento mas largo y profundo que había tenido... Era... Simplemente perfecto... Era... Era... Era tan lejano a mi...
Bajé la mirada aun sonrojado y Danneh volteó para luego sonreír y buscar mi mirada.
-"¿Verdad que son lindos?"-Dijo sonriente mientras otro grupo de chicas les miraban y se acercaban tímidamente-"Mira todas esas golfas... Huh"-Reprochó haciendo un puchero-"Si supieran que ellos no les harían ni el favor..."-Concluyó cruzándose de brazos, para luego dirigir su mirada a mi y sonreír-"¿Sabes Jo? Deberías salir con más chicas... Eres muy guapo… Causarías la misma sensación…"
-"No no..."-Respondí inmediatamente mientras negaba con la cabeza-"No dejaré que el amor interfiera con mis estudios..."-
GRAN, GRAN, GRAN mentira... Lo único que se podría traducir de eso era un 'No no lo haré porque en verdad no me gustan las chicas...’ Pero claro, prefería seguir evadiendo el tema.
Ella hizo un puchero y me miro con sospecha.
-“Francamente Jo… A veces creo que eres raro…”-Finalizó riendo, a lo que conteste encogiendo mis hombros y sonriendo perspicaz.
-“Lo sé…”-Concluí mientras cruzábamos el umbral de la puerta y entrábamos al lobby del hospital… Donde pronto recibiríamos el castigo por nuestro retraso.
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