No sabe como ha dejado que le convencieran, más bien le han obligado a hacerlo. Entre su madre y David lo decidieron. Tras ese desmayo que sufrió en pleno concierto, decidieron que un poco de aire libre le sentaría bien.
Todavía no sabe muy bien como sucedió. Estaba en mitad del escenario cantando y de repente la vista se le nubló. Por más que pestañeaba no lograba enfocarla, viendo solo ante él unas manchas de colore que representaba al público.
Se frotó los ojos con una mano perdiendo el ritmo de la canción, desvió la cara hacia donde suponía que estaba su hermano, guiándose por el sonar de su guitarra. Siempre se situaba a su derecha, y hacia allí caminaba con paso errante, tropezando y recuperando el equilibrio para no caer.
Estaba llegando a su lado cuando la oscuridad surgió ante él y le atrapó como una gran sombra negra de la que no podía escapar. Dejó caer el micrófono al suelo, oyendo en sus propios oídos el gran estruendo que resonó y medio sordo le dejó.
Cerró los ojos con fuerza y separando los labios dejó escapar un débil gemido que su hermano escuchó alto y claro, dejando en el suelo su guitarra y echando a correr a su lado, llegando a tiempo de sostenerle entre sus brazos cuando las fuerzas le abandonaron.
Cuando volvió a abrir los ojos estaba tumbado en el sofá del backstage, con la cabeza recostada sobre el regazo de su hermano. Levantó una mano y se frotó la dolorida cabeza mientras con la mirada peguntaba que diablos había pasado.
-Te desmayaste-le contesta su hermano con una débil sonrisa.
Se fija más en su cara. Está muy pálido, debido al susto que le había dado. Intenta devolverle la sonrisa, pero en un intento se queda. Intenta hablar pero le cuesta mover los labios. Se siente muy cansado, los párpados se le cierran.
-Descansa un poco, el médico enseguida llega-le dice su hermano acariciando su mejilla.
Solo asiente con la cabeza y deja que la oscuridad de nuevo le envuelva.
Otra vez despierta y de nuevo está recostado sobre su hermano. Siente que hay alguien más cerca, levanta los pesados párpados y ve a un médico sobre él inclinado. Le pasa una luz hiriente ante los ojos que le hace cerrarlos de nuevo y gemir por lo bajo.
-Ya despertó-anuncia el médico.
Levanta el pulgar para darle a entender que está bien, pero eso no cuela y enseguida la manga de su chaqueta es subida hasta el codo, notando en su antebrazo una tira de tela fuertemente atada. Le están tomando la tensión, sabiendo que le dirán que la tiene por los suelos, el mismo lugar al que se precipitaba hacía unos momentos.
Tras confirmar sus dudas, le ayudan a incorporarse y le preguntan si se siente mareado. Se apoya en el respaldo del sofá y cerrando los ojos les avisa que está un poco.
-Que descanse media hora y luego se podrá ir. No es nada grave, una bajada de tensión por el estrés. Nada de conciertos en una semana. Mucho reposo y algo de vida sana.
Bill asiente gruñendo. Sabe que se refiere a que coma algo más sano que hamburguesas y perritos calientes, pero estando de gira es lo único que apetece cuando los nervios te dejan comer algo.
-Yo me encargo de eso-le promete su hermano al médico.
David hace salir a los demás de la sala para que tenga más tranquilidad. Se concentra en respirar cuando algo húmedo en su frente le hace gemir, pero esta vez no es de dolor.
-¿Mejor?-le pregunta su hermano pasando la toalla húmeda por su cara.
-Si-contesta con sus resecos labios.
Se acomoda mejor contra el sofá y tras varios segundos abre lentamente los ojos y ve que su vista es cada vez más clara. Se gira lo que puede y la fija en su hermano.
-¿Cómo legué hasta aquí? Estaba en mitad del escenario-le pregunta avergonzado.
-Te traje yo mismo. Te vi caer hacia el suelo y corrí a tu lado. Te desmayaste en mis brazos y te cogí entre ellos. Crucé el escenario mientras las fans gritaban y lloraban, pero ni así despertabas. Me senté en el sofá con tu cabeza en mis rodillas a esperar que tus ojos se abrieran por si solos.
-Siento haberte asustado.
Tom le sonríe como respuesta y pasa su mano por su frente. La siente algo caliente, pero ni rastro de fiebre en ella.
Tras la media hora indicada, se levanta y le tiende una mano que acepta encantado. Se apoya en su hermano y se levanta comprobando que el mareo ha pasado.
-¿Bien?-le pregunta su hermano preocupado.
-Se me va algo la cabeza, pero menos que antes-le contesta con voz débil.
-Apóyate en mi, te ayudaré a caminar sin caer-le dice pasando un brazo por su cintura.
Así lo hace y deja todo su peso contra el cuerpo de su hermano. Rodea su cuello con una mano y con la otra se coge a su pecho. Cierra los ojos y deja que le guíe hasta la salida, en donde un coche les espera para llevarles de vuelta al apartamento.
Una vez allí deja que su hermano le desnude y acueste, suspirando aliviado al encontrarse por fin en una cama blanda en donde descansar su cuerpo castigado. No tarda ni cinco minutos en sentir que alguien se acuesta a su lado, sonríe cuando un brazo rodea su cuerpo y le atrae hacia el suyo, apoyando la cabeza en la curva de su cuello y dejando en él su aliento.
Se acomoda contra el desnudo pecho de su hermano, sintiendo su cálida piel contra su fría espalda, la pelvis de su hermano contra sus nalgas apoyada.
Cierra fuertemente los ojos y cae en un profundo sueño, en donde hay más sombras pero esta vez no la teme. Porque con su hermano a su lado es capaz de enfrentarse a todo. Sus miedos desaparecen, dejando en su lugar una extraña sensación de paz…..
….y puede que de algo más.
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