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Gracias a mi Apendice... por chibiichigo

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Ningun personaje me pertenece a mi. son propiedad de Masashi Kishimoto, quien comprende uno de los mejores mangakas existentes. (además de el heroe de mi infancia, akira toriyama pero eso no viene al caso) yo solo utilizo sus personajes sin fines de lucro, para entretenerlos y pasar un rato agradable.

Notas del capitulo: hola! espero que les agrade. La idea deeste fic nació de un momento de ocio.

Cuando lo conoció, no podía creer que se tratara de un chico. Con esas facciones tan parecidas a las de un ángel, cabello castaño y sonrisa llena de afecto… Haku lo había cautivado desde lo más profundo de su ser.

Costaba imaginarse que existiera en verdad un chico de naturaleza tan noble, dispuesto a dejar de lado su felicidad por hacer felices a otros… que no necesariamente sabrían apreciarlo. Sin embargo, al tenerlo justamente frente a él… era difícil no dejarse envolver por su amabilidad, gentileza y amor.

Se conocieron por casualidades del destino. Curiosamente, se conocieron por un apéndice…

El moreno había sido diagnosticado con apendicitis apenas unas horas antes y, según los doctores, debería ser objeto de intervención quirúrgica esa misma noche.

Como era de esperarse, tanto Itachi como sus padres y amigos se encontraban muy preocupados por la condición de Sasuke. Esa mañana se había quejado de un intenso dolor de estomago, que al principio habían creído era producto de la resaca. Lo habían ingresado al hospital simplemente para que lo revisaran, pero no creían que fuera algo de esas magnitudes…

Entró a la cirugía, viendo muchos trajecitos azules, tapabocas y un foco que deslumbraba su cara, impidiéndole siquiera ver. Lo siguiente que sintió fue como la oscuridad iba apoderándose de su cuerpo…

 

Despertó en una habitación desconocida, inducido por el sonido de la televisión. A su lado estaba su hermano, dormido en un sillón con el cuello torcido y un libro todavía medio abierto, sosteniendo el control remoto. Estaba lejos y le dolía siquiera moverse, por lo que se concentró en el aparato…

Programas de compras por televisión. Típico de esa hora de la madrugada.

Suspiró y se decidió a cerrar los ojos otro rato. Se sentía débil y cansado a pesar de haber dormido tanto tiempo…

-Buenos días- lo saludó una voz desconocida, mientras él intentaba enfocar. La luz del sol obstruía su visibilidad. Volteó la vista hasta donde había procedido el saludo y lo encontró… una chica d cabello castaño y de facciones casi angelicales. Era muy hermosa, y el efecto del sol sobre su cabello le confería brillos dorados. Sintió su corazón latir rápidamente.

-Hola… ¿Dónde está mi hermano?- preguntó al notar la ausencia de Itachi en la habitación.

-Bajó a desayunar mientras el doctor te examinaba… yo  creo que no debe tardar mucho en subir. Mientras tanto, yo seré el encargado de darte las medicinas y cambiar tu suero. Mi nombre es Haku.

-Sasuke, Sasuke Uchiha- le extendió la mano, todavía sorprendido de lo que escuchaban sus oídos. ¿cómo era posible que fuera un chico? Era mucho más hermoso que cualquier persona que hubiera visto en la vida. Intentó disimular naturalidad, con un poco de miedo a herir sus sentimientos.

-No te preocupes- dijo su interlocutor con una sonrisa amable en la boca- todos lo piensan al principio.

-¿Qué…? ¿Cómo…?- esa aseveración por parte de Haku lo había hecho sentirse avergonzado. ¿Habría sido tan obvia la expresión de sorpresa en su cara?

-No te preocupes. Es normal…- comenzó a ponerle liquidos a la bolsita que llevaba un tubo que conectaba con su brazo, restándole importancia a las preguntas no formuladas del paciente. Posteriormente, se arregló la cofia y salió. –Llamame apretando el botón rojo si algo ocurre…

-Gra…gracias- se concentró un rato en observar el dichoso botoncito. Estaba avergonzado por su totalmente torpe participación. Además… le llamaba mucho la atención que su corazón hubiera reaccionado de esa manera tan violenta, como si le hubiera dado la vuelta desde la primera vez que posó sus ojos oscuros sobre él.

-_-*-_-*

Itachi había salido. Aparentemente tenía que arreglar algunas cosas de la universidad, y sus padres habían tenido un asunto importante que atender y lo habían dejado solo unas horas, así que se encontraba totalmente solo.

Prendió la televisión, pero no fue capaz de concentrarse en nada de lo que decían. Esos programas de comedia eran terriblemente aburridos… volteó la mirada y accidentalmente sus ojos encontraron ese botón rojo. ¿Y si…?

-¿Qué ocurre?- llegó el chico, todavía con el traje blanco, a la habitación.

-Me siento ligeramente solo y…- eso era muy vergonzoso. Sin duda sonaba mejor en sus pensamientos- quiero platicar con alguien…- bajó la mirada

-Ohh- dejó salir una pequeña exclamación antes de pasarse la mano por el cabello y agregar- salgo en unos quince minutos. Si me das tiempo de irme a cambiar, en cuanto termine mi turno vendré.- aseguró

-Muchas gracias…- sentía como el color iba subiendo por sus mejillas. Era un chico muy lindo, finalmente, no tenía necesidad de quedarse  a hacerle compañía.

-_-*-_-*

Unos minutos después, volvió a entrar en la habitación. Vestía pantalones de mezclilla y una playera tipo polo en color crema que hacía juego con sus ojos y le profería una expresión, aunque masculina, muy dulce.

-Volví- anunció mientras se sentaba en el sillón al lado de la cama.- ¿De que quieres charlar?

-De lo que sea… realmente solo necesitaba de alguien que me hiciera compañía un rato- confesó. Haku comenzó a jugar con su cabello, entrelazando las negras mechas entre sus dedos. El Uchiha se sentía como un niño pequeño cuando era tratado de esa manera… sin embargo era muy agradable.

-Bueno…¿Qué te parece si me cuentas un poco de ti?- instó Haku.

Obediente, el Uchiha le contó a grandes rasgos su vida. Como sus padres se obsesionaban con el trabajo, los cuidados casi obsesivos de su hermano, y sobretodo… como había caído a esa incomoda cama de hospital a causa de que su apéndice había decidido dejar de funcionar como se suponía lo hiciese.

En algunos puntos, cuando el contaba agitado su historia, casi como la contaría un niño de cinco años, Haku soltaba una risita y dedicaba una sonrisa que le recordaba mucho a la de su madre. Su corazón, por supuesto, volvía a dar tumbos. Incluso llegó a preguntarse si el castaño no se daría cuenta de lo que ocurría… sentía que el corazón se le iba a salir del pecho y hacía más ruido que una banda de guerra.   

-Muy bien… ahora es tu turno, cuéntame de ti- dijo el Uchiha expectante. Haku soltó su cabello y juntó sus manos frente a su cuerpo. Tomó aire y comenzó a relatar… aunque se notaba un poco desganada e incluso incomodo por tener que hacerlo.

-Pues… realmente no hay mucho que contar. Me gusta el helado, mi color favorito es el naranja… Mis padres murireron siendo yo un niño y comencé a vivir con mi tío Zabuza. Gran hombre…-hizo una pausa, intentando ordenar sus pensamientos- Comencé a estudiar y ahora hago servicio social en el hospital. También voy a un orfanato de vez en cuando a entregar cosas de recolectas y cosas así. Basicamente eso es todo.

Sasuke estaba completamente azorado. Ese chico era tierno, dulce, apuesto y lleno de buenas intenciones. Además que lo hacía sentirse en el cielo al escuchar su voz y su risita que resonaba igual que campanillas.

-Vaya… eres una gran persona- dijo finalmente. Haku le dedicó otra sonrisa, mientras se ruborizaba un poco.

-Gracias… solamente siento que le tengo que devolver algo a la gente menos afortunada… no quiero que pierdan la esperanza ni la fe en los demás.

-Vaya…- eso dejó al menor de los Uchiha pensativo. ¿Cómo era posible que Haku hubiera sufrido tanto y todavía conservara ese aire de inocencia y de bondad en su ser? ¿Por qué quería ayudar a los demás si estos no habían hecho nada por él?

-Bueno Sasuke… me encantó charlar contigo pero ya es tarde y debo hacer  algunas cosas antes…- finalizó mientras se levantaba de ese incomodo sillón, todavía observando su reloj de mano.

-Haku…- el azabache habló por lo bajo, posando sus ojos en los del castaño- gracias…

-_-*-_-*

Un par de días pasaron y no había vuelto a ver a su enfermero. Se sentía triste, además que el hospital se veía totalmente horrible sin esa calidez que el morocho inspiraba.

Era el día en que debía partir del hospital y, secretamente solo deseaba poder hablar con él una vez más. Quería decirle lo agradecido que estaba por sus cuidados y atenciones, así como por la increíble plática que habían tenido, donde ambos habían desvelado, en mayor o menor grado un poco de sus almas.

Sin embargo, no apareció.

Su hermano y sus padres habían ido a firmar los papeles donde se le daba de alta y en poco minutos habría de partir de ese lugar, de esa incomoda cama con colchón duro, y de esas paredes blancas que habían traído mucha felicidad a su corazón. Que guardaban muchos secretos y que lo hacían recordar momentos hermosos.

“Haku…”

Eso era lo único que pensaba y que recitaba en voz baja en esos últimos instantes de soledad que le esperaban en esa pequeña habitación de hospital.

Tocaron la puerta.  Debían ser sus padres, avisándole que tenía que comenzar a arreglarse para volver a casa.

-Pase…- dijo desganado, volteando todavía hacia la ventana.

-Hola…- lo que escuchó hizo que volteara la cabeza de inmediato. El moreno estaba jadeando, intentando recuperar el aliento. Pero…estaba ahí. Frente a él.

-Haku- se escuchaba feliz. Alguien en el cielo debía haber escuchado sus ruegos de verlo una ultima vez.

-Lo siento… tenía que… corrí pero…- todavía intentaba conectar todos esos pensamientos. Guardó silencio y, cuando hubo regulado su actividad pulmonar, le dedicó una tienra sonrisa a Sasuke y le dijo- Me alegra haber podido verte otra vez.

El moreno simplemente se acercó a él, todavía con esfuerzos por  la herida.

-Me alegra verte.- se acercó un poco a él y, con cuidado, acercó su rostro al suyo. Haku olía muy bien.

Se hundieron en un beso casto, pero lleno de emociones y sentimientos.  Ambos deseaban tanto ese encuentro…

Finalmente, Sasuke se separó y se tocó la herida, haciéndole al morocho pensar que se había lastimado.

-¿Estás bien?- esa nota de alerta, causada por el pánico de haberlo herido causó una sonrisa un poco caustica en el Uchiha.

-Si, estoy bien… solo me quedé pensando…- se interrumpió.

-¿En que?- indagó el castaño, todavía alterado.

-En que gracias a mi apéndice y a tus cuidados… ya tengo el pretexto ideal para invitarte a comer un helado. ¿Te gustaría ir conmigo?

-Claro…

Ambos sonrieron con dulzura. Era asombroso que a causa de una enfermedad, se hubieran conocido… Sasuke y Haku habían encontrado a la persona indicada para ellos a causa de un apéndice…

 

Notas finales:

Espero les haya gustado. Recuerden que dejar un review no les cuesta nada y hacen que esta humilde autora sonría un poco.

~Yo les regalo mi historia, ustedes regalenme un review~


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