Fruto prohibido
“Mu X Saga X copito”
Después de una noche larga de placer, besos y caricias extremas; el geminiano mayor se encontraba pensativo… tratando de recordar lo que había sucedido… de lo único que era consciente, era que amaneció al lado de Camus… en su cama, en su cuarto y en su casa… el maestro de los hielos, aún dormía plácidamente, arrullado por Morfeo, quien le daba una tranquilidad absoluta, su semblante se mostraba tranquilo… de repente tendría un sueño encantador… nadie lo sabe… envuelto por las sábanas blancas, sus cabellos revueltos y la tranquilidad de su rostro, hacían presumir que había pasado una noche encantadora, siendo acunado por el caballero de géminis… aunque él, exactamente, no recordaba precisamente que hacía allí… se recostó sobre el blando cojín de plumas que estaba encima de la cama, tenía cierto temor… que su novio amado… Mu de Aries, se enterara por chismes ajenos y exageraciones poco certeras de lo que había sucedido… se levantó de la cama, cuidadosamente, para no interrumpir el sueño del aguador… se vistió, se arregló y decidió ir a contarle la verdad, por más dolorosa que fuera a su novio…
“Esta tarde vengo triste a tener que decirte, que tu mejor amigo estuvo entre mis brazos…”
Mientras caminaba por los escalones del tercer templo, trataba de hacer memoria… aún no podía concebir la verdad… que lo hubiese hecho con el caballero de acuario; mientras caminaba lentamente por las escaleras de los doce templos, juntaba los pocos recuerdos que llegaban por ratos a su entonces, frágil memoria, y recordó cierta conversación que tuvo con el acuario…
Flash back:
- Suelta esa estúpida botella… de nada te sirve beber por alguien que no vale la pena…
- Déjame tranquilo, Saga… tú… nunca podrás comprender mi dolor…
- Pero… por una tontería te vas a deprimir…
- “No sé amar bien…” ¿sabes lo que eso significa para mí? Que solo fui un objeto… una máquina de amor… eso es lo que fui para Milo… nada más que eso…
- Eso es algo que no tiene importancia…
- ¡Mírame! ¡dime! En serio… ¿Me veo bien?...
- Eres muy hermoso… alguien te querrá con la pasión que tú necesitas… que tú mereces…
- Saga… ¿Tú me querrías…?
Fin flash back.
“Sus ojos me llamaban, pidiendo mis caricias; su cuerpo reclamaba que le diera vida…”
Saga ya había llegado a su casa, la casa de géminis… en eso sintió una presencia… giró rápidamente, y reconoció en él, a su hermano Kanon… quien notó el humor que tenía su hermano, con quien inició rápidamente una conversación…
- Saga… ¿de dónde vienes?
- Kanon… yo… del templo de acuario…
- ¿de acuario? Y ¿qué hacías allí?
- Ay hermano mío, no me lo vas a creer, pero yo…
- ¿Tú qué?
- Yo no pude evitarlo… qué hago hermano… aconséjame…
- Pero si aún no me has dicho nada… cómo quieres que te dé un consejo…
- Bueno, yo… me acosté con acuario…
- ¿Qué? ¿Qué hiciste qué?
- Sí, lo que escuchaste, Kanon… estás en lo cierto… yo dormí en el templo de acuario…
- Pero… ¿y Mu? ¿Ya pensaste en cómo reaccionará?
- No… pero quiero decirle la verdad… contarle lo que realmente pasó…
- Bueno, en eso tienes razón… pero… tienes que hacerlo lo más antes posible… sino, se enterará por boca ajena, y eso será más doloroso…
- Kanon, muchas gracias por tu comprensión…
- De nada, hermano… mejor te dejo solo para que medite lo que vas a decir…
- Gracias, Kanon…
“Comí del fruto prohibido, dejando el vestido, colgado de nuestra inconsciencia…”
Saga se sentó en el sofá que se encontraba en su cuarto, con la cabeza arriba, y después de unos cuantos suspiros… murmuró suavemente y trató de ensayar lo que le diría a Mu… sentía escalofríos, al pensar que su ilusión lemuriana no querrá escucharlo... no podrá entenderlo… trataba de estar lo más sereno posible… se marchó al cuarto de baño, se acicaló, se bañó, se vistió lo mejor posible… tomó un ramo de las más hermosas rosas, y bajo escaleras… rumbo a las casa de su pequeño carnerito… lentamente… muy lentamente… aún es su mente no podía concebir la idea de, pedir perdón a la luz de sus ojos… por una traición… con su mejor amigo… aunque los pasos eran lentos, el día aún no culminaba, y llegó a la entrada del templo de Aries, una lágrima surcó su rostro… al imaginar que ya no tendría a su lado al magnánimo caballero de Aries… al imaginar la cruenta soledad que lo acechaba…
“Mi cuerpo fue gozo, y durante un minuto, mi mente lloraba tu ausencia, no lo volveré a hacer más, no lo volveré a hacer más…”
Saga se quedó estático… pensativo, aún en el umbral del templo de Aries… mientras sufría el trance de su frágil memoria, tenía que soportar los agrios momentos que tuvo que pasar con el caballero de acuario…
- ¿entro o no entro? ¡No!, tengo que entrar… si nunca se lo digo, la verdad será más dolorosa… tienes que ser fuerte, Saga… tienes que atenerte a las consecuencias… por tu mala cabeza, todos los problemas que acarreas…
Mientras ya iba entrando… desde lo más remoto de su cerebro, otros de los recuerdos infavorecidos por las lagunas mentales que tenía, volvió a figurar…
Flash Back:
- Saga… yo… -Camus se acercaba más a la figura del geminiano, que retrocedía… Camus lo seguía.
- Camus… esto no está bien… además…
Ambos se miraban, Camus suspiraba… lo que había sido un simple e inocente beso, terminó siendo algo mayor…
Saga no podía contenerse… aquella magra figura francesa le daba todo su ser… su amor, aquel amor que necesitaba ser correspondido… aquella entrega sin igual… pero muy en el fondo de su corazón, Saga pensaba en aquella persona…
Fin flash back
“Pues mi alma volaba a tu lado, y mis ojos decían cansados, que eras tú, que eras tú, que siempre serás tú…”
Los recuerdos iban y venían, Saga aún no podía apartar de su mente esa mirada francesa, sus besos… su cuerpo… el sentimiento de culpa que lo hostigaba, no lo tenía en paz…
Flash back:
- No Camus… esto no puede ser… - deshaciendo el abrazo…
-Saga, tú me dijiste que… yo…- decía Camus, algo pasado de copas, mientras se desvestía poco a poco.
- Ven conmigo… Camus… tienes que descansar…
Saga lo llevó a su cuarto… lo tomó de la mano, Camus se dejó guiar como si fuera un niño pequeño, aunque Saga no imaginó que él sería la presa…
Llegaron al umbral del cuarto, Camus perdió el equilibrio… cayó, Saga se apresuró a auxiliarlo… mientras Camus reaccionó rápido… lo abrazó con ímpetu… lo volvió a besar…
Saga se olvidó de la fidelidad ese rato… la cosa estaba poniéndose caliente… correspondió el beso… Saga ahora era el que estaba calentando más el asunto, la pasión y la infidelidad recorrían el ámbito del dormitorio del aguador, el beso se deshizo… ahora Saga proseguía a terminar de sacar la camisa que llevaba puesta Camus, acarició el vientre plano y tostado del francés… se acercó asesinamente a su cuello, devorándolo con pasión, mientras Camus se retorcía de placer…
Ahora, Saga se levantó con el francés en sus brazos, directo al lecho de amor, donde se disponía a hacerlo suyo… a regalar un poco de amor…
Fin flash back
“Siempre que me miraba a los ojos, y cogido por manos yo me dejaba llevar por mi cuerpo y me he comportado como un ser humano…”
Saga no pudo evitar una expresión de dolor y confusión al recordar esto… pensó… lo primero que se le vino a la mente fue Mu… su mente aún le jugaba la mal pasada…
Flash back:
- No puedo hacer esto… tú sabes muy bien porque no lo puedo hacer…
- Pero… me dijiste que nadie rechazaría mi amor… porque tú lo quieres rechazar así…
- Saga… es que en verdad yo…no soy como tú lo dices…
- Eso no es cierto, tú sabes muy bien que yo amo a Mu…
- Eso lo sé perfectamente… yo también sigo amando a Milo… ya que él no me quiso tanto como yo lo quiero, quiero que sepas con que pasión lo sigo amando…
- Esta no es la manera de solucionar el problema… Camus…
- Para mí sí lo es… sólo quiero un poco de amor... cariño, eso es todo, Saga…
- Yo no puedo faltarle así a….
Saga no pudo proseguir, pues Camus impidió que hablase, cerrando sus palabras con un beso… apasionado, sintiéndose el fuego que recorría en el interior de Camus, las ganas de matar el sentimiento que llevaba en su pecho, un rubor inundaba sus mejillas… abrazó fuertemente al geminiano mayor, mientras Saga pensaba que estaba con su carnerito…
Fin flash back
“Sus besos no me permitieron decir tu nombre y el suyo si, por eso cuando la abrazaba me acordé de ti…”
Saga se sentía como basura… no se sentía como el noble caballero de géminis, sino como el más vil de todos de los espectros de Hades (Athena: con respeto a mis sexys caballeros de la garuda, wyrven y griphus) y se hincó, como pidiendo perdón, mientras agudos dolores chocaban en su cabeza… arrodillándose, y agarrándose fuertemente la cabeza… comenzó a gritar… mientras los viles recuerdos de la noche anterior lo torturaban.
Flash back:
- Camus… ¿Qué te sucede…? ¿Me parece o… tú?
- Saga… Milo…
- ¿Qué te hizo ese desgraciado ahora…?
- Él… terminamos… ayer…
- Pero… por qué… ahora que te dijo…
-Él dijo que yo… no podía ser para él… porque yo… no sé amarlo bien…
-¿Qué? ¿por esa tontería?
- Duele Saga… duele…
- No llores por Milo… ese no vale la pena… derramas tus lágrimas en vano, mírame a los ojos (alza su mentón y lo obliga a mirarlo) tú vales mucho… entiendes…
- Saga…
Fin flash back
“El me miraba a los ojos, y yo pensando en ti…
”Mientras en su mente, figuraban aún los recuerdos del revolcón que se dio con Camus, Saga descubrió otra presencia a su lado… un cosmos muy cálido, lleno de amor y ternura… abrió mucho los ojos, mientras dos gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas, y una inquieta sombra lo observaba detenidamente, aún no pudo admitir lo que estaba sucediendo… él estaba arrodillado con las dos manos apoyadas en el suelo… el extraño se acercó más… se puso en cuclillas, y cariñosamente, tomó un suave mechón de los cabellos azulinos del géminis, mientras trataba de comprender el porqué del llanto del intruso…
- Saga… ¿Qué sucede? ¿Por qué estás llorando?
- Mu… no… por nada…
- Tú… - Mu se acerca más, levanta la cabeza gacha del geminiano mayor, y lo obliga a mirarlo- Nunca lloras por nada… algo malo ha de sucederte…
- No... no es nada malo – respondió Saga, mordiéndose el labio inferior, como señal de remordimiento y falacia- Sólo que… nunca quisiera perderte…
- Pero… por qué habrías de perderme… si yo… te quiero mucho…
- Yo también te amo, mi pequeño… por eso…
Saga se acerca más al lemuriano, coge delicadamente su mentón con una mano, y con la otra acaricia sus cabellos… lo mira fijamente a los ojos, y lo besa.
- Quisiera comentarte algo… pero…
- Dime Saga, me tienes impaciente… di lo que tengas que decirme sin rodeos…
- Te amo… más que a todo…
- Yo también… mucho… y eres la luz de mi vida…
- Te lo diré…pero espero que puedas comprender mi situación…tengo miedo que tú no me puedas comprender, lo que te voy a decir es algo muy fuerte, y no quisiera nunca perder tu amor ni tu cariño…
- A ver…explícame bien… te escucharé… todo lo que me quieras decir… porque te amo…
- Está bien… todo sucedió así… ayer yo…
- Tu…
- Fui a visitar a… Camus… y, lo encontré demasiado triste…
- ¿Camus? ¿Qué sucedió con él?
- Verás… Milo terminó con él, y tu amigo se encontraba muerto en vida… con una botella de licor en la mano…
- ¡Pobrecito! Ese Milo desgraciado… siempre lo hizo sufrir… lo engañaba demasiado… y el desdichado lo perdonaba a cada rato…
- Bueno… yo, fui a tratar de ayudarlo… a superar su problema… se mostró decepcionado… y… sucedió algo malo…
- ¿Qué sucedió con Camus?
- No… lo malo sucedió conmigo… yo… comí el fruto prohibido…
- ¿Qué? ¿Cómo que comiste del fruto prohibido?
- Pues… no pude evitarlo y… caí en la tentación… yo te falté… con Camus…
- ¿Qué? - Exclamó un Mu sorprendido - Mi amigo y tú...
- Es cierto Mu- Afirmó un caballero de los hielos, que descendía de su casa, y se enrolaba en la conversación.
– Pero… yo tuve la culpa… y vine a explicarte las cosas tal y como fueron…
“Comí del fruto prohibido por un minuto de amor, oye tu amor…”
Mu se encontraba aturdido, no podía creer que, su mejor amigo, y su amado… lo hubiesen traicionado de la manera más vil e inhumana del mundo…
Estaba al borde del desmayo, Camus trató de sostenerlo, pero el dolido Mu rechazó con un gesto de mano su ayuda inservible… se apoyó en uno de los pilares que sostenían su templo, mientras una lágrima de indignación surcaba su rostro…
- Mu… yo sé que esto es doloroso… pero yo, quisiera explicarte lo que realmente sucedió, no quiero que Saga pague las consecuencias de mis faltas… - Hablo el aguador, que miraba fijamente a su amigo, tratando de sobrellevar su dolor…
- No hace falta una explicación… Camus, lo comprendo todo… - respondió un Mu dolido.
- Peor no es como tú lo crees, déjame darte una versión verídica de los hechos… - suplicó Camus.
- Está bien… los escucharé… Camus, Saga… espero que tengan un buen argumento para aclarar este asunto…
- Mu… por eso no quería decírtelo… tenía miedo que sucediera lo que ahora está pasando… - dijo Saga.
- Vengan… síganme… adentro estaremos más cómodos… - susurró Mu, mientras caminaba a pasos lentos…
“Suave que me estás matando, que estás acabando con mi corazón, ¡Ay mi vida!…”
Ya adentro de la casa de Aries, cómodamente instalados, Camus y Saga procedieron a confesar el pecado del que no fueron ajenos, mientras Mu los oía atentamente…
Camus decidió explicar lo mejor posible a su amigo… no quería que, por su culpa y la de unos tragos de más, su amigo perdiese al amor de su vida…
- Tienes que creerme Mu… todo lo que sucedió es cierto, entre Saga y yo no hay nada…
- ¿Cómo que no hay nada, Camus? ¿Y lo que dicen que sucedió anoche?
- No, eso fue mi culpa… yo lo obligué a hacer algo que no quería… él trataba de hacerme recordar que tú… eres lo más importante para él…
- ¿Saga, es cierto eso? – interrogó el lemuriano.
- Sí, todo lo que dice Camus es cierto… - agregó Saga - además, tú sabes perfectamente que yo siempre te he amado, y el único dueño total de todos mis besos y caricias eres y serás tú… no hay nadie más en mi corazón…
- Saga…
- Por favor Mu… quisiera que tu nivel de comprensión alcance su nivel máximo, y perdones a Saga, te lo suplico, si no lo haces, nunca podré tener la conciencia tranquila… además… yo... tú sabes perfectamente que yo siempre he amado a Milo… pero…
- Es por eso que yo… - alguien intervino en la conversación – Vine aquí, a recuperar tu amor perdido…
- Milo… ¿Qué haces aquí? – interrogó Camus.
- Yo… vine hasta aquí, para pedirte perdón… no quiero herirte más, sé que lo que dije hace unos días fue terrible… medité demasiado, y creo que, aunque no recupere tu amor, tenga al menos tu perdón… - argumentó Milo.
- Milo… ¿Y con qué derecho vienes a mi casa, a pedir perdón a Camus en el momento menos indicado? – exclamo Mu.
- Yo… quiero hablar con Camus… sé que lo que hice no tiene perdón de los dioses, lo ofendí, fui culpable de otra de sus lágrimas más, y me siento como la peor basura que hay en el mundo… por eso…
- Saga… al ver interrumpida nuestra conversación – añadió Mu – Creo que lo más conveniente sería dejar nuestro asunto para otro día.
- ¡Nada que para otro día! – dijo Camus – Tienes que terminar con esto de una vez…
Saga llevó a Mu a su habitación, cerró la puerta, y cuando Mu iba a protestar, Saga le cerró la boca con un beso, que fue bien correspondido por si las dudas, esa mirada brillante, el dolor de haber sido traicionado desaparecieron mágicamente, y se dejaron llevar por el fuego de la pasión que corría por sus venas… el beso, fue lentamente roto…
- Entonces… esto significa que…
- Te perdono, Saga… pero… nunca más vuelvas a hacerlo…
- Te lo juro, por todos los dioses y por “Mayuya” que nunca más volveré a faltarte…
- Espero que sea cierto... ¿En qué íbamos?
- ¡Ah sí!... espérame un momento… tengo que darle su merecido a Milo…
- No tardes…-
No, no, no, no… te lleves de nadie, llévate de mi corazón que yo te voy a hacer feliz…
Saga salió rumbo a la sala, donde se encontraba la pareja de hace unos días, Milo estaba arrodillado, abrazando las piernas de Camus, impidiendo que se vaya…
Camus se moría por perdonarlo, pero no quería volver a sentir el dolor de volver a ser faltado… Saga llegó… y solucionaron el problema con unos puños y unas cuantas patadas… después, la tranquilidad y la pasión ardieron en la casa de Aries….
“y cuenta conmigo mi amor, espérame que voy…”
Fin…