BILL
Tras la actuación de esa noche todo el grupo estaba excitado por la fiesta a la que iban a acudir…todos menos una persona.
Sentado en un rincón de la sala del backstage no podía quitarle los ojos de encima a esa persona que delante del espejo se retocaba la ropa con una sonrisa en los labios sin fijarse den la desdicha que a él le rodeaba.
-Vamos Tom, que vas a romper el espejo-bromea Georg poniéndose delante.
-Quita-le empuja sonriendo.
Comienza a pelear en broma mientras que la gente que está con ellos rompe a reír al verlos.
-Cuidado con el pelo-advierte Georg ya serio.
Deciden dar por finalizada la pelea antes de que alguien acabase mal o sus ropas se estropearan.
-¿Estás bien?-pregunta Gustav al cantante al ver al cantante tan serio.
-Sí. Solo estoy cansado-contesta levantándose del suelo.
Pasea por la sala evitando mirar a su hermano. No quiere ver como se arregla sabiendo que no lo hace para él.
-En 10 minutos nos recoge el coche y nos vamos-anuncia David entrando en la sala.
-Yo no quiero ir-dice Bill en un susurro.
Pero sus palabras son escuchadas por el productor, quien le mira preocupado y le coge del brazo para llevarle aparte, seguido por las risas de la mitad del grupo que ya se lo está pasando en grande.
-¿Te sientes mal?-le pregunta David en voz baja.
-Solo estoy cansado-repite la misma excusa de antes.
-Bueno, entonces haré que otro coche te lleve al hotel-le dice no muy convencido.
-Y yo me voy con él-dice Gustav a su espalda.
-No hace falta, en cuanto llegue al hotel me irá a dormir directamente…
-Yo también estoy cansado-le corta muy serio-Nos haremos compañía.
-De acuerdo…entonces solo irán Tom y Georg-da por finalizada la charla David.
-En serio, no te pierdas la fiesta por mí-insiste Bill una vez a solas.
Pero Gustav niega con la cabeza y se mantiene firme ante sus protestas. Le ha visto bajo de ánimos y quiere tratar de averiguar que le pasa, en vista de que a su hermano le daba igual.
Tras esperar 5 minutos David vuelve y les anuncia que los dos coches ya están listos. Cogiendo su bolsa se la cuelga al hombro, viendo que su hermano continuaba ante el espejo sin haberse enterado de su negativa a acudir a la fiesta. Pero así era. Solo preocupado en pasárselo bien, acudiendo a su lado cuando no tenía nadie a mano, cuando buscaba otro tipo de diversión.
No puede evitar que un gemido se escape de sus labios. Tenía que hacer algo, por mucho que le costara y que le hiciera derramar más lágrimas. Tenía que poner fin a esa relación que mantenía con su hermano, si es que se podía llamarla así.
No sabe como se dejó convencer, o tal vez no quiere pensar en lo egoísta que fue. Su hermano acudió a él una noche en la que se sentía solo, diciendo que era un juego, que no había que darle mucha importancia.
Y él aceptó enseguida, creyéndose sus palabras, solo para poder hacer su gran sueño realidad…sin saber que se convertiría en su mayor pesadilla.
Porque el tener que ver a su hermano divirtiéndose con las chicas era una tortura, más cuando a la noche se metía bajo sus sábanas y le mentía diciendo que lo había echado de menos.
¿Acaso se daba cuenta de su presencia? ¿Del dolor que le atravesaba el corazón cada vez que le veía con una chica nueva? ¿Cada vez que entraba en su cuerpo y le hacía sentirse utilizado?
TOM
De pies delante del espejo se mordía los labios mientras se colocaba mejor la gorra, o eso era lo que daba a entender.
No podía quitar los ojos del reflejo de su hermano. Le veía sentado en el suelo, con una cansada expresión en la cara, con los ojos llenos de dolor…..clavados en él.
Suspira y aparta la mirada. Ese dolor era culpa suya, lo sabía muy bien, pero no podía hacer nada por impedirlo. Todo comenzó como un juego, o al menos así lo vio él.
-Vamos Tom, que vas a romper el espejo-bromea Georg poniéndose delante.
-Quita-le empuja sonriendo.
Comienza a pelear en broma mientras que la gente que está con ellos rompe a reír al verlos.
-Cuidado con el pelo-advierte Georg ya serio.
Deciden dar por finalizada la pelea antes de que alguien acabase mal o sus ropas se estropearan.
Agradecido por la pequeña distracción, se vuelve a poner delante del espejo, frunciendo el ceño al ver a su hermano hablar con Gustav. Sabe que le estará preguntando si se encuentra bien, siempre atento a lo que le pasaba….haciéndole quedar como un mal hermano.
Tenía pensado ir él mismo en cuanto se deshiciera de Georg, pero se le adelantó. Lo maldice en voz baja. Ahora su hermano pensaría que era un insensible, que solo se preocupaba por él mismo, que le daba igual su dolor…
Ve que se levanta y pasea por la sala, tratando de no mirarle, ni se le acerca para hablarle. Debía de sentirse muy mal…..y más gracias a Gustav.
-En 10 minutos nos recoge el coche y nos vamos-anuncia David entrando en la sala.
-Yo no quiero ir-oye decir a su hermano en un susurro.
Se gira preocupado, pero en esos momentos David se lleva a su hermano cogiéndole del brazo….otro igual… ¿es que nadie le iba a dar la oportunidad de demostrarle que se preocupaba por él?
Con la excusa de coger algo de su mochila, se acerca a donde la ha dejado y trata de escuchar la conversación, pero solo llega a oír lo que le dice Gustav, que una vez más se preocupa por su hermano cuando no hacía falta.
-Y yo me voy con él-dice Gustav.
-No hace falta, en cuanto llegue al hotel me irá a dormir directamente…
-Yo también estoy cansado-le corta muy serio-Nos haremos compañía.
-De acuerdo…entonces solo irán Tom y Georg-da por finalizada la charla David dejándolos a solas.
-En serio, no te pierdas la fiesta por mí-insiste Bill.
-No tengo muchas ganas de diversión, no como otros-le corta tajantemente.
¡Eso ya era el colmo! ¿Quién coño se creía? Parecía que era el único que se preocupaba por él, que dejaba de ir a una fiesta para “hacerle compañía”, como había dicho.
Pues muy bien, que le hiciera compañía, pero solo eso. …l ya s encargaría de consolarle tras la fiesta. No puede evitar sonreír al pensarlo. Se proponía demostrar a su hermano que sobre su hombro se lloraba mejor que en el de su amigo, quien no le conocía en absoluto, ni era consciente de sus sentimientos.
Regresa al espejo y termina de arreglarse sin perder la sonrisa de los labios en ningún momento. Ve como regresa David y les anuncia que los coches ya están listos. Ve a su hermano coges su bolsa y cargarla al hombro tras echar un vistazo a donde se encontraba.
Se queda rígido, sin moverse, viéndole salir de la sala seguido del buenote Gustav. ¿Debería haberle dicho algo? Le miró esperando a que en el último momento reaccionara y fuera a ver que le pasaba, a que dejara de comportarse como un insensible y actuara como el buen hermano que debería ser.
Pero ya era tarde, se había ido y no podía correr tras él. Quedaría como un tonto. Era mejor esperar a después de la fiesta, ir a su cama como hacía siempre y hacerle pasar un buen rato para luego disculparse y decirle lo que de verdad esperaba de él.
Que ya no era un juego….que se trataba de algo más serio…
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