Después de que todo se calmara entre mis compañeros de clase con la novedad, todos comenzaron a ver a Luffy como aun compañero más. Cada día, ese pequeño dejaba de serlo poco a poco, por las mañanas me daba cuenta de que había crecido un poco más. Muchas veces tuve que comprarle ropa nueva ya que la anterior le quedaba pequeña. Al cabo de un mes su tamaño ya era el de un niño pequeño y su cuerpo comenzaba a ser más proporcionado.
— ¡Zoro! ¡Ambe!—también había comenzado a hablar, aunque aun no pronunciaba bien las palabras (eso significaba ¡Zorro! ¡Hambre!).
—Ya voy, ya voy, aquí tienes
Por desgracia su apetito también había aumentado, ahora comía dos cajas enteras de almuerzo y también solía picar de lo mío. Por suerte mis amigos me ayudaban bastante con los gastos.
Y muchas veces por la tarde pasaba esto:
— ¿Otra vez? Luffy te he dicho que no salgas de la habitación cuando yo no estoy.
Luffy estaba cubierto de barro de pies a cabeza y había manchado la habitación. Ya que no podía llevármelo a las clases por su tamaño, debía dejarlo solo en el dormitorio pero eso no le gustaba nada así que se escapaba habitualmente.
—Es peligroso Luffy, podría pasarte algo ¿Qué ocurriría si te llevara alguien o te hicieran daño?—le dije metiéndole en el bajo.
— ¿Zoro enfadado?—me preguntó con ojos entristecidos.
— ¿Cómo podría?—cuando me miraba con esos ojos me era absolutamente imposible enfadarme o negarme a algo.
Le quité la ropa que de nuevo estaba para la basura y me metí en la bañera con él.
—Supongo que no puedo pedirte que te comportes mejor, eres igual que un niño pequeño—le dije mientras él jugaba con el agua.
—Zoro…—Luffy se abrazó a mí y empezó a dormirse aun estando en la bañera.
—Tonto… no te duermas aquí—pero había algo peor a su infantil comportamiento.
Le sequé y le llevé a la cama para vestirle. Durante un momento me quedé mirándole algo embobado. Estaba medio dormido, con los ojos entreabiertos algo húmedos y con un cuerpecito que poco a poco se volvía más sensual. Si seguía a ese paso mi mente se iba a volver como la del pervertido Sanji. Salí de mi ensoñación y tras vestirle lo acosté.
—Pequeño… vas a volverme loco…—le susurré dándole un pequeño beso en la frente.
—Zo~rro~
— ¡Zorro abre! Queremos jugar con Luffy.
Las voces de Usopp y Nami sonaron en la puerta de mi habitación.
— ¡Callaros!—grité susurrando—Luffy está durmiendo, no lo despertéis.
—Oh… ¿ya está dormido?—Nami parecía muy decepcionada—bueno, entonces déjame verle, seguro que está lindísimo.
— ¡No! Largo, largo—les eché de la habitación y cerré de nuevo.
Claro que estaba lindísimo pero no quería compartir esa imagen con los demás. Ya estaban demasiado tiempo a su lado, jugando con él durante el día, como para también dejarles verle mientras dormía con tanta calma como si fuera un ángel. En esos momentos era solo mío.
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Mucho tiempo sin actializar pero es que he estado muy atareada con el fansub y con otras cosas mías, gomen.
Espero que es siguente capi sea más pronto ^^
-Pongo esto aquí porque me dice que el capi no tiene suficientes palabras-