El carbón de sus ojos se clavaba en el frío suelo. Una a una las imágenes de aquél fatídico día danzaban en su mente en un agonizante canto de impotencia y frustración. Sangre, gritos. El gemir de la ambulancia.
Todo se mezclaba en su mente, atormentándole al no haber podido hacer nada cuando aquél rubio corrió hacía la muerte. Lo amaba, no podía evitarse reprochar. Un fulgor rojizo se avivó en sus ojos. Tomó sus cosas, abrió la puerta y salió. Hoy abría buen día. Y sonrió.
You’re Not Alone
By Sottomaru
2.- Wall
Una mata de pelo rubio se asomaba antes de salir a cada esquina de los pasillos. Cuál ninja experto, se escabullía entre la muchedumbre que lo asfixiaba antes de pasar. Miradas extrañas se fijaban a su paso, un sonoro murmullar. Cada vez que se aseguraba de que no sería visto salía con tranquilidad.
Llegó sin problemas hasta el salón donde tendría sus siguientes clases, se había retrasado gracias a la costumbre de levantarse tarde en el hospital y ahora pagaba caro las consecuencias de ello. Si todo iba bien podría irse a la penúltima hora, antes de Historia del Arte.
- uf…- suspiró aliviado- uhn!- una sonrisa apareció al encontrar el salón casi deshabitado. Caminó un par de pasos antes de sentirse abrazado lujuriosamente por alguien.- kh!
- hola, cuánto tiempo sin vernos cariño- susurró Hidan en su oído, dando una lamidita a su lóbulo al terminar.
- AHHH!- gritó empujando al peliplata, la piel se le erizaba cada vez que hacia eso con él- Hidan!... Maldito bastardo! Qué te has creído, uhn?!
- uhm, mhu- expresó negando con un dedo- una semana sin vernos y así me recibes, qué malo eres- fingió dolencia en sus palabras
- imbécil, quítate de encima! Uhn!- Hidan se alejó y fue andando felizmente hasta su lugar.
- ya, ya! No explotes!- se sentó en su lugar, tercera banca de la segunda fila- no esperaba que regresaras tan pronto, estás más ansioso que antes- una afilada sonrisa cortaba sus pálidos labios por la mitad- neh?
- el día en que yo decida regresar es muy a mi problema, uhn! – aventó su bolso a su asiento, quedó de pie frente al peliplata entre ambas filas- demo..
-m?- el sonido de su voz parecía fallar ante lo que quería pronunciar, los ojos lilas se enfocaron en el joven quien cubría sus ojos con gruesos mechones de largo cabello rubio.
- no hay marcha atrás- quitó su bolso de su lugar con débil calma y se sentó
- me gustaría saber que fue lo que te perturbó tanto ese día para accidentarte de esa forma- exclamó serio
…las palabras salían de la boca de Hidan con tanta seriedad, que dolía…
-…- hubo un pequeño momento de silencio- ji!- Deidara sonrió triunfante sobre el peliplata- vete al infierno maldito ateo, uhn!
- serás!!! cría de mierda!!!- gritó
- a quien le dices cría?!!- contraatacó le rubio- tú!!! Pedazo de…!!!
- jajaja- los pequeños murmullos del salón volvían a surgir como hacía una semana- Deidara-kun está más vivaz que nunca- las chicas que hablaban distantes parecían animar el ambiente aún más- Hidan-kun también parece animado… la alegría del grupo vuelve…
- NANI?!!!!- gritaron los dos chicos ante esos comentarios.
- jajaja…
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El humo del cigarro se desvanecía en el aire cuál último suspiro al morir. Dos pares de labios compartían la afición, dos miradas se perdían en el mismo horizonte y el viento iba y venía sin cesar.
- fu…- una calada al cigarro, una nueva exhalación- y ahora?- preguntaba Konan mirando al cielo azul.
- qué?- preguntaba con desgane Pain.
- no sé…dime tú…- otra calada.
- mmm…
- parecemos traidores- exclamó la chica.
- porqué?- el tono de su voz pareció endurecer.
- damos prioridad a…
- ordenes son ordenes- cortó el pelinaranjo- además… accedimos a su petición como amigos que somos- un suspiró dejó salir un hilo de espeso humo.
- somos… amigos?
- no, simples socios- rectificó.
- si, eso creí…. Fu…
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Toc. Toc. Toc. La blanca tiza golpeaba con ímpetu el pizarrón. Toc. Zah. Toc. Cada grafo, cada línea; una embriagante melodía acompasada que era acompañada de la libre expresión de su tinte blanco sobre la pintura. Su mirada azul se embelezaba al oír tal expresión de arte.
-…- Kakuzu escribía en el pizarrón algunas notas referentes al tema del día- mmm…
La penúltima clase del día. El profesor de esmeralda mirada seguía plasmando sus notas, dando la espalda a su atento alumnado. Deidara se perdía con cada coqueteo de la tiza con el pizarrón, cada roce era excitante, casi como le hundir sus pequeñas manos en la arcilla al modelar. Miraba anonado la escritura.
- mmm…- Kakuzu pareció dudar el escribir una última nota, más tarde accedió a hacerlo- Deidara- llamó la atención del rubio.
-mmm….eh?- se despabiló un poco- nani?
- Deidara, ponte a escribir!- ordenó Kakuzu con voz ronca.
-ah… ah?!- despertó de su ensueño- hai!
- idiota…-susurró Hidan con una sonrisita en los labios.
- cállate estúpido- respondió.
- uhm! Ju…- el peliplata ejecutaba una acción bajo le resguardo de su mochila.
-m?- el ojiazul volteó levemente sobre el hombro y miró, escribía algo en su celular- uhn…- restándole importancia continuó su labor de copiar.
- listo…- musitó Hidan y guardó su móvil. Segundos después una melodía se escuchó.
- y ahora qué?- Hidan clavó su violácea mirada en Kakuzu con una sonrisa, lo miró moverse del pizarrón a su escritorio y revisar sus mensajes del móvil- m?
“Te espero en mi casa a las 4.
Mis padres van a salir hasta tarde.
Esta vez seré yo quien te haga
Llorar cuando te la meta.
Hidan”
- juju- rió el economista al leer lo último- veremos eso…- susurró para si mismo y volvió al pizarrón- vale, que sea a las cuatro!- murmuró en voz alta como simple comentario para sí.
- genial!- victoreó Hidan para sí, Deidara volteó a verle con cara de “eres un imbécil, ya cállate!”- amargado…
- nani?!- ambos se miraron con odio.
Una brisa ligera meció las ramas verdes de los árboles cercanos a la escuela.
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Una figura esbelta apareció en medio de la puerta. Una mirada femenina se posó sobre la de aquél joven bicolor que acababa de llegar a la oficina de la dirección con un sobre amarillo en la mano. Avanzó unos cuantos pasos hasta llegar donde la secretaria del lugar, una mujer bella y de sensual mirada, quién lo recibió con una sonrisa.
- buenos días, Zetsu-kun- la mujer no perdió atención en su trabajo al sentir su presencia.
- ah- asintió, devolviéndole de esa forma el saludo- el director?- preguntó directo
- pasa, te ha estado esperando desde temprano- se levantó de su lugar y presurosa abrió la puerta
- arigato, Misa-san- el joven entró- señor?
- ….- una figura se apareció desde la sombras- tienes lo que te pedí- Zetsu mostró su sobre y aquél individuo lo tomó- bien hecho, retírate… y cóbrate como gustes- Zetsu dio medía vuelta después de asentir- ah! Y dale a Pain una lista con lo que necesitamos… está por llegar “eso”.
- como ordenes- y el joven terminó por salir.
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Hidan guardaba sus cosas con desespero. Deidara miraba el cielo con frustración. Los suspiros escapaban de sus finos labios cada vez que una idea era denegada en su mente, tenía que tomar medidas necesarias a todo el asunto, después de todo, no era una persona que escapase a sus patéticos problemas.
- neh, Hidan…- entornó su azulada mirada al peliplata.
- qué?- respondió frustrado al no tener listas sus cosas.
- pirémonos juntos- soltó suave.
- eh….NANI?!!!!- pegó el grito en el cielo- q-q-q-q-q-q-q-qué?!!!! T-tú y y-yo?...
- QUÉ COÑO TE ESTÁS PENSANDO PEDAZO DE CURA BLASFEMO?, UHN!!!! NI EN UN MILLÓN DE AÑOS TÚ Y YO…!- una voz interrumpió al rubio.
- Deidara está aquí?- una corriente fría le recorrió la espina a Deidara.
- Sasori no…Danna…- murmuró- kuso- el rubio tomó todas sus cosas a prisa- KUSO!
- ya viene el profe- exclamó perezosa una chica.
- y ahora?- Una vez listo todo, corrió hasta la ventana- maldita sea, uhn!
- maldición! Deidara todo por tu culpa!- gritó Hidan con odio, mientras terminaba de guardar su bolso- ya me hubiera largado! Deidara!....Deidara?!- el rubio analizaba la puerta con miedo, algunos de sus compañeros le veían extrañados. Deidara era conocido en toda la escuela por las más altas notas en la clase de Sasori y como alumno que nunca escaparía a esa clase tan mortal- Dei…?
- Mierda! No hay de otra, uhn…- abrió al ventana de golpe, Sasori estaba por entrar a la sala.
- Deidara?!- el rubio puso un pie en el ventanal- que demonios haces?!- hubo unos cuantos gritos de las chicas.
- Nani?!- Sasori entró de golpe, sus ojos se estremecieron al ver al rubio con un pie en la ventana, sabiendo que ese era el cuarto piso- Deidara?!
- kuso… TE PIRAS CONMIGO O QUÉ?!- gritó a Hidan- cobarde...- sonrió con elegante soberbia.
- …-el peliplata apretó los dientes- kuso, TE ESTÁS TARDANDO PARA SALTAR!
- DEIDARA!!!- gritó el pelirrojo
- sayonara, uhn!- y dicho esto se arrojó al vacío, tras él, saltó Hidan. Muchos corrieron a asomarse tan solo para ver nada en el vació.
-Deidara!!!- Sasori salió disparado del salón en busca del joven artista.
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- jajaja!- reía el rubio mientras salía de un aula vacía, un piso abajo- corre! Corre!
- eres un idiota Deidara!!!- gritaba Hidan enfadado.
- no más que tú, uhn! Jajaja- comenzaron a andar despacio.
- USTEDES!!!- la voz de Sasori retumbó en el pasillo.
- NANI?!- gritaron el par de pupilos al mismo tiempo- CORRE!!!
Comenzó. Corrieron por la misma dirección un par de minutos, el pelirrojo les daba alcance de vez en cuando pero igual aceleraban para perderle de vista. Estaban por llegar a una intersección cuando decidieron separarse, sin embargo, era obvio a quien perseguiría el profesor.
- Deidara! Espera!- gritaba agitado
-…- pero el rubio había decidido que no se merecía respuesta suya alguna -…
La carrera continuaba, uno de los dos no soportaría mucho más. Habían llegado ya a la planta baja, casi no había nadie en los pasillos. En una esquina muy cerrada, Deidara logró sacarle mucha ventaja. Su bolso le estorbaba. En una puerta abierta, de una sala vacía, logró aventarle sin menor cuidado y sin que su profesor pelirrojo le viese. Sería desagradable tener que pedirle que se lo regresara.
- maldita sea…uhn- ya tenía mucha ventaja, aún así, tenía que encontrar un buen lugar donde esconderse para perderle de vista. Dobló nuevamente en otra esquina para distraerle un poco cuando, una fuerza mayor a la suya lo atrapó.-nani?
Un golpe seco. La puerta se cerró con rapidez y silenciosa fuerza. Una mano tapaba su boca, impidiéndole gritar, logró escuchar un “shhh” para callarle. Escuchó los pasos de Sasori golpear el piso. Miedo. Su cuerpo se estremeció al oírlo acercarse. Con sumo cuidado y dedicación, sus ojos le miraron acercarse y alejarse por el mismo pasillo que él había pisado.
-….- una vez alejado, su cuerpo volvió a estremecerse. Ese par de brazos aún lo aferraba- fu…ah!- de un manazo se apartó con ira- quién..?! Tobi?!
- hola!- saludó alegre el moreno- neh! Deidara-sempai! te escapaste de tus clases?!
- eso es algo que no te importa, baka, uhn- se acercó a la puerta y echó un vistazo- mmm…
- ah! Deidara-sempai es muy malo con Tobi! Tobi es buen chico! Deidara-sempai malo!- se quejó el de la mascara.
- uhn!- refunfuñó enfadado-…
- realmente- el moreno le tomó de la muñeca al rubio para evitar que saliera- soy tan detestable?
-uhn- le miró anonado- kuso… Tobi y-yo…- el moreno se acercó ligeramente a su cuerpo- k…
- Deidara-sempai?- una figura se apareció por la sala.
- con que aquí estaban- las palabras de Zetsu parecieron cortar el aire.
- nani?!- Deidara rompió su lazo con Tobi- cómo demonios…?
- En media hora hay reunión, el líder dice que es urgente- Deidara se alació un poco el cabello.
- ya… entonces ahí estaré- abrió la puerta de la sala y salió al pasillo, fijándose cuidadosamente en que Sasori no anduviese por ahí- nos veremos, uhn!- hizo un ademán con la mano.
- espera Deidara- interrumpió Zetsu- crees poder volver a trabajar con…?- el rubio le cortó antes de terminar.
- mis asuntos me conciernen solo a mi, uhn- cortó- en todo caso, no soy alguien que no haga su trabajo seriamente habiendo un interés mío ahí, uhn…
- estás bien?- volvió a preguntar el joven de cabello verde
- necesito pensar… nos vemos, uhn…- y sin decir más se alejó hacía donde había aventado su mochila
- Deidara-sempai…
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Ploc… Ploc… Ploc… Cada gota de agua emitía un eco que se desvanecía en los azulejos del baño. Una mirada desafiaba al espejo. Poco a poco su mente volvía a tomar la claridad, como el agua del mar después de una tormenta. Todo parecía tener un rumbo fijo, todo.
… una esperanza…
… una oportunidad era lo que te daría…
… solo una…
Se mojó la cara, secándose con la camisa, cuya tela había sido retirada de sus vestimentas, mostrando ahora una playera de red bajo una camiseta negra. Miró al espejo una vez más, tomó sus cosas y musitó algo para sí.
- solo una, uhn!
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El ardiente sol de medio día se cernía ya sobre 8 cabezas en el patio trasero de la escuela. Un par de ojos púrpura miraban impacientes a todos lados, esperando a que su compañero se dignase a presentarse frente a todos. Sasori se estaba desesperando.
- donde está Deidara?- preguntó impaciente a su compañeros, ninguno supo responder- maldición!
- la paciencia nunca ha sido tu virtud, Sasori no danna, uhn- una voz suave rasgó el lugar
- Deidara…- volteó con esperanza. Una mirada gélida lo golpeó casi al instante- qué?
La delgada silueta del rubio se deslizó al lado del pelirrojo. Una sutil serenidad se enfrascaba en su rostro, una sonrisita inocente se aparecía en sus elegantes labios de vez en cuando y ligeramente sus, aún, pálidas mejillas tomaban un rosa gentil.
- venga, perdón por la tardanza, uhn- se excusó, entornando su celeste mirada a la color gris de Pain.
- que no se repita- pidió el pelinaranjo.
- hai- asintió.
- ah!!!- exclamó Tobi cual niño pequeño- no lo regañes, líder-san! Deidara-sempai carece del sentido de orientación, no es así Deidara-sempai?- picó el moreno- pero alá! Deidara-sempai sabe lo que es orientación?
- Tobi- habló calmado Deidara con una pequeña vena en la sien- sígueme tocando las bolas, y juro que mi próxima decisión será la forma en la que mueras!
- ora! Deidara-sempai tiene bolas? Con el aspecto de cría que tiene, nadie lo cree!- gritó.
- eres un idiota, Tobi- exclamó Zetsu en sus adentros.
-… *que alguien los detenga*- pensaba Pain.
- juju- Konan reía al verles pelear, un joven alto que se encontraba junto a Itachi no dejaba de sonreír.
- esos dos se llevan muy bien, no Itachi-san?- le preguntó a su compañero, el pelinegro miraba como Deidara se le iba encima a Tobi y trataba de asfixiarlo al ahorcarlo.
- ah…
- venga! – exclamó hastiado Hidan como de costumbre- tengo cosas que hacer! Dinos de una vez que coño quieres!
- encomendaros a cada uno una misión- Zetsu les dio una fotografía a cada uno- cada hoja tiene las especificaciones de los tesoros de las escuelas más importantes del país, necesitamos juntarlos todos antes de dar el siguiente paso..- explicó
- es todo?- alzó una ceja Hidan.
- si no quieres que te diga, lean lo que dice atrás… esto es un fracaso- exclamó Pain- vamos a comer- le dijo a Konan.
- hai!- sonrió la chica.
- Deidara, eres el primero en traer lo que te toca- pidió Pain- no tardes- el rubio dejó de ahorcar a Tobi.
- nani?...- leyó levemente su hoja en el piso, se levantó y examinó con sumo cuidado. Una sonrisa filosa surcó su cara- puedes arreglarme un día libre mañana? Esto será muy fácil, uhn…
- como digas, será mejor que regreses con eso.
- dudas?- rió- un día es suficiente.
- entonces bien, Sasori y tú irán a Suna- Deidara asintió liviano.
- nos veremos entonces! Sayo, uhn!- se despidió el rubio de los demás.
Todos se extrañaron que el rubio no cruzara ni una sola palabra con el pelirrojo. Una mirada de asombro se reflejo en la mayoría de los rostros. Konan miró a un anonado Sasori que buscaba con insistencia la mirada de Deidara pero sin encontrarla. La peliazul se acercó al pelinaranjo.
- cambiemos la comida por cena, vale?- pidió
- pero…- ambas miradas se toparon- Bien, será cena.
- nos vemos…
- hai…- el joven le miró alejarse, tomó su rumbo como cada uno de los demás y se perdió en las calles. Sasori no tardó ni un segundo en seguir a Deidara, jalándole del brazo. El rubio se detuvo sin verle a la cara
- Deidara!
- nani?- volteó por el filo del ojo- sucede algo, uhn?- preguntó indiferente
- cómo que si pasa algo?! Pasa y mucho! Tenemos que hablar!- exigió
- doushite? Uhn?
- lo que viste…
- lo que vi? Uhn? No vi nada, uhn… - expresó tranquilo.
- Deidara, no mientas!-eso enfureció al menor.
- mentir, uhn? Yo no mentí, Sasori no Danna… yo nunca he hecho algo para mentir, uhn…- le miró con ira- no todos somos iguales a ti!
- Deidara…- sus ojos violáceos mostraron sorpresa ante las palabras del artista más joven. Tobi y Zetsu miraban desde lejos la escena.- tenemos que…
- hablar? Uhn!... hablar de qué? Qué me mentiste? Qué me cambiaste por una zorra?- preguntó indignado.
- no hables así de Hajimi-san!- alzó al voz.
- Hajimi! Uhn! Así se llama!- exhaló- venga! Si que he sido un estúpido! Entregándole todo a alguien como tú!- exclamó- que le gusta jugar con sus alumnos! Uhn!- le entregó un sobre- toma, Hajimi-san no aparece aquí, uhn…pero si Azuna-san, Kijihara-san y Saotomo-san… ah! y me faltaron Urahada-san e Izumo-san!- el pelirrojo tomó frustrado el sobre entre su manos.
- qué es esto?- preguntó
- no sé, uhn… tu historial amoroso creo yo! Uhn!- el rubio tomó su bolso y dio media vuelta- nos vemos Sasori no Danna! No llegues tarde! Te quiero…- ando unos pasos- hasta mañana… maldito mentiroso!- escupió con odio y se alejó por el patio hasta la calle y perderse por ahí.
- Deidara…
… pero la perdiste…
… creíste que la verdad se quedaba enterrada?...
Una sonrisa llena de satisfacción se formó entre las sombras de una mascara.
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- ah…ah…ah…- Deidara llegaba a su apartamento exhausto de tanto correr- maldito…- pateó con odio su bolso al dejarlo en el piso, el coraje que sentía hacía su maestro y ex amante era incontenible- con cuantos me debiste engañar! Con cuántos me mentiste, uhn?!
Se tiró un rato frente al sillón, en el suelo, y miro airado el cielo a través de la ventana. Tan azul e hipnotizante. Se sentía tan frustrado al verse en esa situación, él como el estúpido enamorado y Sasori, burlándose de él. Era demasiado. Frustrante, exasperante, irascible. Se abrazó así mismo, deseando olvidar todo lo que le estaba pasando.
-…uhn…- ya no lloraba, tenía serenidad e ira- qué haré? Qué haré?...- ocultó su cabeza entre sus piernas.
Un abrazo. El recuerdo de Tobi abrazándolo el día anterior llegó a su mente, y un vergonzante rubor cubrió su rostro. Sus fuertes brazos cubriéndolo, haciéndolo sentir protegido. “Realmente soy tan detestable?” Esa pregunta regresó a su mente. Tendría que disculparse con él, aunque fuera humillante para su persona. Pero, había algo más en ese abrazo.
- se sentía bien, uhn… - musitó para si mismo- encajamos perfectamente, uhn... pero… por qué?
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Entre las penumbras de la oficina, unos filosos ojos miraban entretenidos un par de fotos. La húmeda saliva recorría sus labios al paso de su lengua sobre estos. Unos documentos eran hojeados con rapidez, pero siempre deteniéndose en la misma persona.
- Deidara… jejeje- una voz siseante rompió el silencio- te ves apetecible…
… no siempre es Dios quién te está observando…
KONTINUARÁ