La helada brisa movía sus castaños cabellos apegándolos a sus frías mejillas. Ya no sentía sus manos y menos sus pies que no se movían, la fría brisa chocaba con su rostro provocándole ardor, sus ojos se mantenían cerrados para que el dolor no aumentara en ellos, mantenía entrecerrados sus labios para respirar mejor después de haber corrido esa enorme distancia, el aire helado entraba a su cuerpo, esparciéndose, sintiendo esa sensación de ardor en sus entrañas, las lagrimas que había derramado se alejaban de él dejándose llevar por esa brisa y desapareciendo en la distancia. Un dolor por dentro lo carcomía, ese dolor de ser traicionado, ese dolor de abandono, de no tener a quien recurrir. Su cuerpo comenzaba a congelarse y a temblar levemente, llevó sus manos hasta los bolsillos de su abrigo para crear calor. No sabía que hacer... tenía un mal presentimiento...
-Minako...
--------------------------------------------------1 Año después...
Quería olvidar esos malditos recuerdos, no encontraba otra forma que igualar el dolor de su memoria que con dolor físico, marcando una y otra vez sus brazos y muñecas, dejando esas marcas que cuestan borrar con el tiempo, dejando múltiples marcas, dejando que el dolor se llevase sus recuerdos, dejando que ese liquido de color carmesí fluyera por las frías baldosas de su baño, dejando que esas molestas lagrimas rodasen por sus pálidas mejillas, por alguna razón siempre terminaba curando esas heridas, había algo que no lo dejaba continuar con sus daños hasta morir desangrado. Otra vez se levantaba con un poco de dificultad, hasta llegar al lavamanos donde se encontraba ese conocido botiquín de color blanco, sacando un poco de alcohol, algodón y vendas, como siempre lo hacia. Ya cubierta sus heridas se dirigió hasta la sala, donde se sentó pesadamente en su gran sillón de cuero negro, estirando su brazo lentamente por el ardor de sus heridas, para alcanzar la cajetilla que estaba sobre la mesita de centro. Su décimo cigarro del día, le habían advertido de fumar muy seguido al día, pero ¿que importaba? ¿Para que tener cuidado con su salud, si no tenía razones para vivir?, inhalando y botando lentamente, como disfrutando del momento, botando ese espeso humo de sus labios, dejando el amargo sabor en su boca... mirando detenidamente desaparecer el humo. Después de desperdiciar la mayor parte del día echado en su sillón, decide por ir a despejar un poco su mente.
La suave brisa acariciaba su rostro y movía sus cabellos, su mente dejándose llevar por la música que llegaba a sus oídos por sus audífonos. De ves en cuando cerraba sus ojos. No había casi nadie en las calles algo que era raro, pero a poca distancia diviso como una especie de exposición, donde estaba la mayoría de la gente. La curiosidad lo invadió y decidió saciarla. Se acerco hasta esa exposición, se encontraban bellas pinturas, de paisajes, retratos, eran hermosas, pero se detuvo en una que le llamó la atención, era un florero, de color rojo carmesí, con flores de bellos colores, parecía tan real, era simple, pero las técnicas que había usado el autor de esta eran espectaculares. La observo por bastante rato hasta que se dio cuenta de que alguien más la observaba, un chico, más bajo que él a su lado, de pelo corto rubio y liso, un poco delgado, vestía unos jeans gastados con algunas cadenas a los lados, varios anillos en sus manos y una camisa blanca con una cámara fotográfica en su cuello. Este la tomo y le sacó una foto. Por un momento sintió un poco de molestia al ver al chico sacarle una foto a la bella pintura con flash, sintió unas ganas de decirle que no lo siguiera haciendo, que dañaría la pintura... ¿sentía ganas de pelear con alguien?, bueno esta era una oportunidad...
-...no le saques fotografías con flash...
El chico se sobresaltó un poco, estaba bastante concentrado en su tarea...
-eh?...
-el flash... daña la calidad de la pintura...
-ah... gomen...
Mostró una nerviosa sonrisa, le quitó el flash y siguió fotografiándola... miraba como ese chico hacia su tarea, se notaba que admiraba tanto la pintura como él, desvió su miraba a la obra de arte, una vez más observando detenidamente esos detalles que no se encuentran a simple vista...
-Gracias -Eso lo había tomado de sorpresa
-m?
-etto... gracias... por... lo del flash
Sonrió de nuevo, con nervios
-ah... de nada
Se escuchaban los autos pasar por fuera, las copas de champaña chocar levemente por los finos señores que disfrutaban al igual que el las bellas pinturas, los comentarios de una que otra persona...
El color del florero... ese color agonizante... color carmesí... era igual que el color de su...
-te gusta... ne?
Dijo en tono bajo aquel chico de la cámara sacándolo de sus pensamientos...
-si... es hermosa
-ah... por cierto... mi nombre es Ruki
Esta vez su sonrisa fue cálida y amistosa
-uruha...
Por primera vez en largo tiempo volvía a sonreír...
Contunará....