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Winner por A_nonima

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Yu gi oh no me pertenece (de ser así el protagonista y la historia serian bien distintas *¬*)

Advertencia: La vida es como una caja de bombones, nunca sabes que te va a tocar. En futuros capítulos vendrá el humor y lemon, lemon, lemon (espero...)

Palabrotas, lenguaje soez...

Debiera estar escribiendo el capitulo 21 de Seducir a Kaiba, pero de vez en cuando siento la imperiosa necesidad de hacer que esos dos acaben muy mal en esa historia, y como no quiero irme por las ramas me evado escribiendo estas pequeñas historias. ¿La inspiración? Mezclar Mamma Mía, el musical -con la estupenda versión de esta canción de Meryl Streep, que me encanta solo por ser ella aunque desafine XD- con una tarde de sábado viendo Se llama Copla.

 Como siempre muchas gracias a SYRY, grandiosa Beta y animadora ella, que esta enferma con un catarro de agárrate y no te menees.

Mejórate pronto.

Notas del capitulo:

Disclaimer: Yu gi oh no me pertenece (de ser así el protagonista y la historia serian bien distintas *¬*)

Advertencia: La vida es como una caja de bombones, nunca sabes que te va a tocar. En futuros capítulos vendrá el humor y lemon, lemon, lemon (espero...)

Palabrotas, lenguaje soez...

Debiera estar escribiendo el capitulo 21 de Seducir a Kaiba, pero de vez en cuando siento la imperiosa necesidad de hacer que esos dos acaben muy mal en esa historia, y como no quiero irme por las ramas me evado escribiendo estas pequeñas historias. ¿La inspiración? Mezclar Mamma Mía, el musical -con la estupenda versión de esta canción de Meryl Streep, que me encanta solo por ser ella aunque desafine XD- con una tarde de sábado viendo Se llama Copla.

La canción es del grupo Abba.

 

Como siempre muchas gracias a SYRY, grandiosa Beta y animadora ella, que esta enferma con un catarro de agárrate y no te menees.

Mejórate pronto.

 

 

Mirara donde mirara, sólo veía una vasta extensión verde, perfecta y cuidada.

Apretó los pies contra el fresco césped; sintiendo las hojas pinchar, sin hacerle daño, en las plantas desnudas de los pies. Alzó la cabeza hacia el despejado cielo tomando una gran bocanada de aire limpio. Las manos en los bolsillos, sujetando la corbata que se había quitado escasos minutos antes y guardaba allí. Un extremo que sobresalía del bolsillo se agitaba, golpeando su muslo, cuando empezó a soplar viento.

Estaba hecho un desastre y lo sabía. La camisa blanca colgaba, arrugada, formando bolsas, un faldón por fuera de los pantalones y la mitad de botones desabrochados. Las mangas arremangadas y el chaleco del traje abierto.  No recordaba dónde había dejado la chaqueta y los zapatos pero esperaba que alguien se acordara de recogerlos y guardarlos.

La ropa le había costado un dineral.

Por instinto se llevó la mano a la cabeza, para pasar los dedos entre sus cabellos en un gesto que le relajaba y se había vuelto natural en él, en cambio topó con su cuero cabelludo sin encontrar interferencia. Igualmente, pasó los dedos por donde antaño luciera una exuberante melena, sintiendo las duras cerdas de pocos centímetros ofreciendo resistencia contra sus yemas.

Aún no podía creerlo. Había huido de la boda.

Estaba en el altar, con el anillo en la mano a punto de dárselo a la novia, cuando se había topado con un par de ojos azules.

Con sus ojos azules...

Entonces titubeó.

La novia tuvo que llamarle la atención dos veces antes de seguir su mirada y encontrar lo que tanto le había perturbado. La comprensión y la culpa apareciendo en su rostro.

No dijo nada pero la conocía lo suficiente para saber que ella le había invitado. Precisamente a él. Sin decir nada, continúo con la ceremonia con los labios apretados, sintiendo todo el tiempo esa mirada posada sobre su persona. El nudo en la garganta, que había alcanzado límites insospechados al termino del acto, se quebró sólo para maldecirle en el cuarto trasero de la vicaría. Le increpó por actuar a sus espaldas y haber elegido precisamente ese día para ponerse en contacto con el castaño.

"Tienes que hablar con él" le había exigido.

Su máscara cedió al recordar que el castaño había venido acompañado por su esposa embarazada. No le importó lo que pensarían los invitados, lo que sucedería en el convite que se celebraría posteriormente, salió de la iglesia sin ver ni oír a nadie.

 

I don't wanna talk
About the things we've gone through
Though it's hurting me
Now it's history

No quiero hablar
de cosas que nos pongan tristes
aunque todavía me hieren
ahora es otra historia.


I've played all my cards
And that's what you've done too
Nothing more to say
No more ace to play

He jugado todas mis cartas,
y tú también
ya no hay nada que decir
ya no quedan más ases para jugar.

 

Se encaminó hacia una arboleda para cobijarse del sol.  Sentado bajo un amplio pino, recostó la espalda contra su tronco llevándose a los labios una ramita caída.

¿Cuánto fue la última vez que se permitió ver a Kaiba? Algunos días parecía que el tiempo no había pasado. Se despertaba añorando el cuerpo amado, sintiendo casi físicamente su ausencia. Otros en cambio, sentía como si hubiera vivido varias vidas desde su separación y le sorprendía que el rostro del espejo no estuviera arrugado y cano.

¿Cuatro? ¿Cinco años?

Su vista vagó por el paisaje verde. En cierto sentido, el perfecto campo de golf le recordaba a su relación. En la superficie impecable, sin rastro de mácula. Cuidado a diario para que ni una triste mala hierba estropeara la coherencia verde.

No obstante, improductivo.

Estéril. Como la relación de dos hombres.

Al principio no le habían dado importancia. Las largas veladas pasadas en compañía nunca se vieron manchadas por la imposibilidad de un descendiente. No necesitaban a nadie más en su mundo, todo era perfecto. Seto estaba hambriento de amor, deseoso de expresar sentimientos profundamente reprimidos durante largos años. Y él estaba ávido por recibirlo y devolverlo incrementado.

Vivieron en un mundo aparte.

Valoró cada segundo compartido, maravillado por la perfección con que sus cuerpos encajaban. Construyó su nueva vida en torno a él, en la necesidad de complacerle y la convicción de quien vive sus días idolatrando un amor.

Qué desengaño.

 

I was in your arms
Thinking I belonged there
I figured it made sense
Building me a fence

Estaba en tus brazos
pensando que pertenecía a ellos
en sentido figurado
construyéndome una valla.

Building me a home
Thinking I'd be strong there
But I was a fool
Playing by the rules

Me refugiaba en mi hogar,
pensando que sería fuerte allí,
pero estaba loco
jugando con esas reglas.

 

A lo lejos vio como un carro de golf se acercaba en su dirección. Se preguntó curioso a quién habrían enviado en su busca y qué excusa habrían dado por su ausencia. Distraído por esos pensamientos, se entretuvo arrancando varios tallos, destrozándolos entre los dedos hasta que el coche estuvo lo suficiente cerca para ver a su ocupante.

-Te dejaste la chaqueta en el camino.

Debió haberlo adivinado.

-Gracias por recogerla, Yugi.

-Todos te están esperando. Tristan no está muy feliz contigo y el espectáculo que montaste.

Encogió los hombros, pasando por alto la referencia al amigo ausente. No le sorprendía, no se había portado con mucho tiento.

-¿Vas a volver sin darme problemas? Espero que seas razonable y hayas tenido tiempo de ordenar tus ideas.

-¿Por qué lo ha hecho Yugi? ¿Por qué precisamente hoy?

Yugi suspiro. Salió del vehículo y caminó hasta el rubio, tomando asiento a su lado.

-Ella te quiere... debió pensar que no encontraría una oportunidad mejor de juntaros a los dos.

-¡Serenity es una idiota!- bufó arrancando puñados de hierba con ambas manos-  Juntar a un amante despechado con su ex- pareja y la esposa de éste en su boda. Igual imagino que sería divertido que saliera en las noticias. "Padrino trastornado arremete contra los novios e invitados con la espada de la tarta"...

El más bajo rió con voz suave.

-Igual pensó que ésta era la última oportunidad que iba a tener - respondió en cambio- Todos tememos que ahora que te mudas no sepamos muy seguido de ti. Te vas muy lejos.

Joey desvió la mirada. Desde que la empresa donde trabajaba abrió sucursales por Europa estaba esperando un traslado. Finalmente, apenas unas semanas antes, le habían comunicado el nuevo destino asignado. Ya tenía listas las maletas y un estudio alquilado por un año.

-¿No te gustaría aclarar las cosas con él antes que irte?

¿Qué había que aclarar? Todo estaba claro y atado. Le había dado la patada, se había casado y ahora estaba criando una caterva de estúpidos niños Kaiba. De hecho, una noche de insomnio incluso había hecho un gráfico.

-Tu hermana esta muy preocupada- insistió Yugi, inclinándose hacia él- Está llorando como una magdalena, ha dejado la camisa de Tristan para el arrastre. ¿Quieres que recuerde que su hermano, el padrino, se marchó de la iglesia enfadado con ella en el día más importante de su vida? No quedará muy bonito que ni en una foto del reportaje de bodas salga la novia sonriendo...

Tiró el puñado de hierba que tenía en la mano a su acompañante, pero la brisa evitó que una sola brizna cayera sobre él.

-Bastardo manipulador, sube al coche.

 

The gods may throw a dice
Their minds as cold as ice
And someone way down here
Loses someone dear

 

Los Dioses lanzarán los dados
sus mentes, frías como el hielo
y alguien aquí abajo
va a perder a alguien querido.

 

 

En su vagabundear no había ido muy lejos, la Iglesia y el hotel donde se celebraba el convite estaban dentro del complejo hotelero al que pertenecía el campo de golf. Se colocó los zapatos en el trayecto de regreso, esforzándose en evitar pensar demasiado en Kaiba. Esperaba que hubiera tenido la decencia de marcharse al ver que no deseaba hablar con él.

Pero siempre olvidaba que ahí arriba debía haber alguien que le odiaba. El mal nacido estaba esperándolo  en la entrada del salón donde se celebraba la fiesta.

Junto con su mujer.

Se detuvo a un par de metros de ellos, abrochándose el chaleco y la chaqueta, ignorándolos.

Kaiba susurró unas palabras al oído de la mujer, con voz urgente. Pocos minutos después, la Sra. Kaiba abandonaba la sala con gesto altivo y contrariado.

-Enhorabuena-  dijo Joey con voz contenida- Es lo que procede ¿no?- continuó ante el gesto interrogativo del otro- Está embarazada... otra vez.

-Joey...

-¿Por qué estas aquí, Kaiba?- preguntó sin segundas intenciones. Con verdadera curiosidad.

-Serenity me invitó.

Resopló realmente divertido.

-Debe ser fascinante tener el consentimiento de mi hermana para venir a burlarte de mí. ¿Qué quieres?

-Quiero que hablemos. Aclarar las cosas...

Esta vez fue una risa real la que expresó el rubio. De repente todo el mundo quería que hablara. Hablar, hablar, hablar... Hablar estaba sobrevalorado realmente.

-Muy bien- aceptó  volteando para ver al castaño, manteniendo las distancias - Hablemos entonces... ¿Qué te parece si empezamos por tu vida sexual? ¿Es buena en la cama?

-No es necesario ser vulgar.

Elevó las palmas a la altura de su cabeza para que no notara lo perturbado que estaba por tenerlo tan cerca.

-Sólo es curiosidad- se defendió- Son las reglas ¿no? Echarle estas cosas en cara a un antiguo amante, actuar ofendido y altanero... ¿Debo hacer las típicas preguntas? ¿Te hace en la cama las cosas que yo hacía?.... ¿Te... te besa como yo te besaba?

-Joey, no hagas eso...

Cerró los ojos, llevándose la mano al rostro  y buscó apoyo en una mesa.

-¡Es que no lo entiendo!- explotó- ¿Por qué ahora? ¿No hay otros días? ¿Qué...qué esperas de mí? ¿Qué esperas que haga? Esto... que estés aquí, que me hables es muy duro y difícil. No puedo soportarlo... ¿Tanto me odias?... Sabes que no lo he superado... que aún me duele...

 

But tell me does she kiss
Like I used to kiss you?
Does it feel the same
When she calls your name?

 

Pero dime, ¿ella te besa
como yo solía hacerlo?
¿Sientes lo mismo
cuando ella dice tu nombre?


Somewhere deep inside
You must know I miss you
But what can I say
Rules must be obeyed

En tu interior
debes saber que te hecho de menos
no importa lo que diga
las reglas deben obedecerse

 

En un suspiro el castaño estuvo a su lado, sosteniéndolo. El contacto fue tan abrumador, tan... ofensivo. Se movió instintivamente, le empujó con más fuerza de la necesaria.  Asombrado tanto por el acto como por su reacción. Fue como una descarga, todo su cuerpo se puso tenso, rechazando el contacto en otro tiempo tan anhelado. Pero ese no era ya el hombre que él había amado, ni siquiera el que una parte de él aún se empeñaba en amar.

Le pertenecía a otra persona.

-Basta Kaiba. Basta. He aguantado más de lo necesario, hasta yo tengo un límite.

- Sólo escúchame, Joey -pidió el castaño acercándose de nuevo, aunque en esta ocasión evitó tocarlo- No  creas que tú eres el único, también es duro para mí.

-¡Pues hazlo fácil y vete!

-¡NO!-gritó testarudo- Eres... eras una persona muy importante para mí. Hasta ahora he respetado que me odiaras y no quisieras saber nada de mí, pero ya no más. No quiero perderte.

- Tú no has perdido nada, Kaiba. Tú ganaste. Tienes esposa e hijos ¿Qué más quieres?

- Te quiero a ti... - susurró.

Si todavía guardaba alguna esperanza, el rostro desencajado y el cuerpo en tensión, clara evidencia de rechazo,  del rubio debería haber terminado de despejar cualquier posibilidad.

- ¿Cómo...?

- Quiero recuperar lo que tuvimos... antes de nuestra relación. No pienses mal -aclaró. Aunque su rostro sombrío ocultaba algo más-, valoro profundamente tu amistad. Puede sonar cruel y egoísta pero quiero que formes parte de mi vida. Tú me conoces mejor que nadie, confío en ti... fuiste mi mejor amigo- terminó tomando la mano del rubio.

Joey lo permitió.

 

The judges will decide
The likes of me abide
Spectators of the show
Always staying low

Los jueces decidirán
todo lo que he aguantado
los que solo miran
nunca ganan.


The game is on again
A lover or a friend
A big thing or a small
The winner takes it all

El juego vuelve a empezar
un amante o un amigo
algo grande o algo pequeño
el ganador se lo lleva todo

 

 

Miró la mano que sostenía la suya.

Seto había sido su primer amor, su primera vez. Su primer todo. Un hombre nunca olvida la primera vez que hace el amor.

Despacio, retiró la mano que le sostenía. A su espalda alcanzaba a oír la charla de los invitados, los gritos pidiendo a la pareja de recién casados que se besara. Sintió que estaba muy lejos de toda esa algarabía cuando alzó los ojos para encontrar los azules del otro.

Algunas veces, sobretodo al principio de su ruptura, imaginaba que Seto volvía arrepentido a él. Que lloraba y le suplicaba por volver a su lado. Era extrañamente reconfortante planificar lo que cada cual diría en esas ocasiones. En algunas se mostraba digno, repudiaba al castaño y lo enviaba al infierno. De vez en cuando le aceptaba sin dudar. Otras pensaba que se hacía de rogar y dejaba que Seto volviera  a ganarse su confianza con cientos de gestos, regalos y románticas declaraciones. Recreándose en esos detalles.

Lo que nunca imaginó es que el castaño únicamente quisiera que volvieran a ser amigos.

Lo había amado demasiado, aún lo amaba, para que eso fuera posible.

-No puedo...- contestó herido- Lo que me pides es demasiado. Te quise tanto que no puedo ser simplemente tu amigo porque así lo quieras. No puedo volver atrás.

-No quise hacerte daño - se excusó Kaiba.

Y se dio cuenta que era cierto. En realidad nunca le había culpado a él por lo que pasó. Culpó a la sociedad, a la mujer que lo sedujo y a las personas que, conociendo la relación que tenían, se callaron y no le contaron lo que sucedía, pero jamás a él. El amor es así de egoísta.

Ser amigos no sería suficiente. No podría permanecer a su lado y conformarse con eso. Querría más. Y el no poder tenerlo no sería justo para él.

-Me rindo - musitó para sí mismo.

- Dentro de unos días me iré de la ciudad, y no creo que vuelva en mucho tiempo- le explicó despacio, dejando que la mente lúcida de Kaiba entendiera- Da igual lo que quieras Kaiba, las cosas son como son, es mejor así.

-Si  tú tan solo quisieras...

-¿Si quisiera qué? Sabes lo que quiero Kaiba, no nos avergüences a ambos obligándome a decirlo en voz alta. Yo... ahora sólo tengo que entrar en esa sala y brindar por mi hermana y mi amigo... Y después blandir una espada -añadió como idea de último momento. Sonrió mirando a la puerta de donde venía el sonido. Es cierto, hacía mucho tiempo que no sentía que pertenecía a toda esa alegría, pero si se esforzaba podía volver a unirse a ellos. Únicamente debía rendirse y dejarse llevar.

- Tú ganaste...- suspiró mirando por última vez al castaño- Adiós Seto.

Abrió la puerta doble entrando en la sala,  varios niños pasaron corriendo frente a él forzándole a quitarse de su camino con agilidad. Rodeó varias mesas de invitados saludando a conocidos aquí y allá. Llegó hasta la mesa principal  y sonrió a su hermana que se levantó en cuanto lo vio. Le abrazó sin decir nada y antes de darse cuenta tenía en la mano una copa de champán e iniciaba un brindis en honor de los novios.

 

I don't wanna talk
If it makes you feel sad
And I understand
You've come to shake my hand

No quiero hablar
si te pone triste
y ya veo que quieres
que seamos amigos


I apologize
If it makes you feel bad
Seeing me so tense
No self-confidence
But you see

The winner takes it all
The winner takes it all...


Me disculparás
si verme tan tenso
te hace sentir mal
No me fío
ya ves
el ganador se lo lleva todo
el ganador se lo lleva todo...

 

Seto lo observó todo desde la puerta, donde permaneciera desde que el rubio se despidiera de él. A su lado, su esposa permanecía en un ofendido silencio mirándose las uñas aburrida. Seguramente no esperaba eso cuando le comunicó que iba a ir a la boda de unos amigos e insistió en acompañarlo.

-¿Podemos irnos ya a casa?- repitió, llevándose una mano al abultado abdomen donde se gestaba su hijo.

Sí... era tiempo de regresar a casa.

Asintió con la cabeza, y eso fue suficiente para que la mujer se adelantara y emprendiera el camino de salida. Volvió la vista atrás una vez mas, viendo  al rubio sonreír mientras recibía un beso de su hermana y apretaba la mano de su cuñado.

¿Quién había ganado realmente?

Dejó que las puertas se cerraran. Cerró los ojos esperando encontrar alguna lágrima en ellos, pero ni siquiera podía tener ese desahogo. Seto Kaiba no tenía permitido sentir.

-Adiós, Joey...

 

 

Fin

Notas finales:

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