El mejor regalo
Los copos de nieve caían con tanta suavidad y en completo silencio, llenando cada uno de los rincones de aquella aldea de un bello color blanco. La noche era oscura, la luna estaba oculta, pero aquellos pequeños copos blancos la hacían lucir increíblemente bella.
Las calles estaban llenas de color, luces y decoraciones, típicas para las fiestas que se aproximaban. La nieve caía suavemente sobre las pavimentadas aceras cambiando el color gris del cemento por un fino manto blanco. No eran más de las seis de la tarde, pero la aldea de Konoha se encontraba sin gente debido a la nevada y a que últimamente los ninjas habían sido llamados de misión en misión sin prácticamente ningún descanso, para que no tuvieran que estar trabajando cuando llegara Navidad.
Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto caminaban por la calle vacía hacia el Ichiraku, hacía frío, el rubio tenía hambre y estaba enojado, ¡nada mejor que un buen tazón de ramen!
Veinte tazones de ramen después el rubio ya no tenía frío ni hambre, pero aún seguía enojado. Desde que el moreno había regresado a la villa hace año y medio, su lazo se había vuelto increíblemente aún más fuerte, tanto así que había comenzado una relación de pareja - de la manera más extraña cabe decir - pero el moreno era tan frívolo y orgulloso que en público ¡jamás! había mostrado ni el menor signo de cariño hacia el rubio. Y era precisamente por eso que estaba tan enojado. ¡Por Dios! ¡Ni siquiera pedía un beso! ¡Solo quería tomarlo de la mano! ¡¿Era mucho pedir?!
Esa mañana habían vuelto a pelear por lo mismo. Iban camino a la torre de la Hokage para recibir su nueva misión y como siempre Naruto intentó tomar la mano del Uchiha, a lo que Sasuke se apartó furioso y así fue como dio inicio la pelea, no era la primera, llevaban meses con el mismo tema y ninguno de los dos estaba dispuesto a ser el que cediera. Sasuke no podría dejar su orgullo de lado para permitirse una muestra de cariño, por más mínima que fuera, hacia el rubio y Naruto, por su parte, era demasiado cabezota para darse por vencido, y era precisamente por eso, por lo que casi diez horas después de la pelea, aún seguía terriblemente furioso.
Pero había algo que Naruto no sabía y ese algo era el regalo de Navidad que Sasuke pensaba darle, pero para Navidad faltaban tres días y entonces el rubio tendría que esperar, lo quisiera o no. Sasuke sabía que la paciencia no era precisamente la virtud del rubio y después de tener que soportar diez horas con un rubio enojado, ignorándolo y lanzándole indirectas cada que podía, decidió que él tampoco tenía la paciencia suficiente para soportar aquello y por eso decidió darle el estúpido regalo de cumpleaños tres días antes de lo previsto.
Así fue como de regreso a casa, cerca de las once y media de la noche, aún con un rubio molesto ignorando al moreno a su lado y con los copos de nieve cayendo nuevamente, Sasuke volteó su mirada hacia todos los puntos de la desierta calle y solo cuando estuvo completamente seguro de que nadie los vería decidió dejar de lado su orgullo -aunque fuera tan solo por una noche- , como buen ninja que era acercó sigilosamente su mano derecha a la izquierda del rubio, tomándola con suavidad justo antes de entrelazar sus dedos en un gesto cariñoso, con la mirada al frente, sin perder de vista el camino, algo avergonzado por su propia actitud.
Después de la sorpresa inicial, Naruto compuso la sonrisa más grande que el moreno le hubiera visto y estrechó un poco más el contacto de sus manos, que estaban algo frías debido a la nieve, pero no le importó porque se sentía feliz y ahora recordaba el porque amaba a Sasuke. Definitivamente ya no estaba enojado.
Y Sasuke decidió que haber dejado de lado su orgullo por esa única vez no había sido tan malo, pues le gustaba el contacto y el hecho de que ahora el rubio le sonriera de esa manera, definitivamente había valido la pena.